sábado, 2 de abril de 2016

Volveremos!



Simplemente volveremos, hermanita perdida. De alguna manera, volveremos. 

Los políticos argentinos, los de ahora y los de antes -de tan mediocres que son- no saben que hacer con la usurpación casi bicentenaria. La concesión de favores a los piratas ingleses y a sus sub-ciudadanos ocupadores ya se demostró que no conduce a nada. Aislarlos es la única salida, para que su metrópoli sufra las consecuencias económicas y postergue las islas de nuevo, obligándolos a negociar. Tampoco soy necio: se muy bien que cuando las recuperemos nuevos políticos mediocres la postergarán, como hacen con nuestras provincias. Pero ese es otro tema.

No me olvido de nuestros heroicos combatientes. Pero tampoco de quienes optaron por ocultarlos, de esos generales cobardes y de ciertos intelectualoides vernáculos que se escondieron o siguen esquivando el bulto. Mucho menos de los 'buchones' chilenos que ayudaron a la rata Margaret Tatcher y sus piratas oxidados, traicionando a sus hermanos argentinos (pensar que los liberó San Martín!) ¿Recapacitaron un poco todo este tiempo? Que diferencia con nuestros hermanos peruanos! Horanosaurus. 


La medalla de mi amigo Guillermo Aguero (qepd).



BONUS TRACK:

TyC Sports. 14/10/21. Durante el banderazo en el Obelisco, se volvió a leer una vez más ese mensaje por parte de los peruanos. A continuación, la explicación de la alianza que unió a los dos países en la Guerra de Malvinas.

Durante la tarde del miércoles, la hinchada peruana le puso color a la previa del duelo entre Argentina y Perú por las Eliminatorias. Primero estuvieron en el Obelisco y después hicieron un banderazo en el hotel en el que se hospedan los jugadores de la Blanquirroja. Entre los mensajes que se leían en los trapos, apareció el de “Para el Perú las Malvinas son argentinas”, una frase recurrente que tiene una emotiva historia detrás.

Durante la Guerra de Malvinas, Perú le brindó una ayuda incondicional a Argentina. Todo empezó el 2 de mayo de 1982, cuando Leopoldo Galtieri le solicitó al presidente peruano, Fernando Belaunde Terry, que recibiera a emisarios argentinos. El mensaje que tenían era contundente: necesitaban aviones, submarinos, buques y distintos tipos de armamento.

Perú no dudó en brindar ayuda y -con el Coronel FAP Alberto Ramírez a la cabeza- envió diez aviones Mirage (a los que se les borró las banderas peruanas para reemplazarlas por las argentinas), combustible, misiles tierra-tierra y tierra-aire, además de técnicos peruanos con el objetivo de capacitar a los soldados argentinos en el uso de armamento soviético. Incluso hubo pilotos que se ofrecieron a ir a la guerra, pero Argentina no quiso. La ayuda marina finalmente desistió debido a que tenían que rodear la costa de Chile y los habrían detectado.

Por si fuera poco, la ayuda peruana también consistió en una triangulación de adquisiciones con Israel. Es decir, Perú firmó órdenes de compras en blanco y certificados para que Argentina comprara armamentos a Israel en nombre de Perú. Esto se hizo porque el país de Medio Oriente no quería venderle a Argentina de forma directa, pues eso hubiese significado una presión política inmediata por parte del Reino Unido.

Para evitar que esa triangulación sea descubierta, los armamentos adquiridos de Israel fueron trasladados por aviones de la Fuerza Aérea peruana. En la misma línea, varios aviones que compró Argentina fueron pintados con las insignias peruanas.

"Fue una locura lo que hizo Perú. Nadie hace eso, poner el nombre de tu país para beneficio de otro en una guerra. Hizo algo que si buceamos en la historia de los conflictos bélicos en el mundo no encontraremos similitudes", aseguró en su momento el periodista argentino Hernán Dobry, autor del libro 'Los rabinos de Malvinas'.



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