miércoles, 22 de julio de 2020

Kirchnerismo 2020: volvieron peores



Alguien que tiene obsesión por el poder y por el dinero, está enajenado. Alguien que se siente superior a los demás y desprecia a quienes lo rodean, está enajenado. La enajenada Cristina Kirchner le concedió la candidatura presidencial de 2019 a su antiguo recontra-opositor Alberto Fernández, en una jugada política maquiavélica para ampliar su caudal electoral. ¿Pueden existir motivos superiores que justifiquen que dos personas sean tan indignas? 

Alberto Fernández, ese abogado cagatinta tibio de origen ideológico liberal pero con muchas variantes para acomodarse a las circunstancias. Un político moderado de esos que nunca cambian la realidad de la gente de a pie (para bien). Defensor a ultranza de Néstor Kirchner, le copió al cleptómano santacruceño aquella alianza que al principio tuvo con el multimedios Clarín. Pero lo hizo fuera de tiempo, cuando se bajó del poder, se pasó por poco tiempo a la oposición y paseaba por los canales de TV maltratando a Cristina. El kirchnerismo ya se había divorciado de Magnetto y había declarado al diario enemigo íntimo. ¿Hace falta reproducir todo lo que Alberto Fernández dijo desde el fondo de sus tripas de Cristina Kirchner y su anterior gobierno? Acá solo una parte.



La arquitecta egipcia mantuvo con esa jugada el poder político, cooptando los votos cautivos de esa masa acrítica a la que no le interesa la corrupción ni la república. Para ganar, solo debía golpear un poco al desgastado e indolente Macri y su selección de CEOs fracasados. Con el truco de un Fernández moderado para completar la faena, necesitaba convencer a los indecisos que faltaban con algún slogan poderoso. Eligieron decir "volveremos mejores".

Para el subconciente colectivo eso podía significar que los kirchneristas habían aprendido la lección de su década perdida. Que no iban a robar más los fondos públicos que cualquiera sabía que habían robado. Que no interferirían más en el poder judicial o  en el legislativo con sus operadores. Que no acallarían a los opositores. Que no inventarían más relatos épicos de progresos inexistentes. Que se decidían a ser republicanos. Que no amenazarían otra vez con aquel "vamos por todo"No hizo falta que pasaran muchos meses para que los hechos confirmaran la nueva mentira.

*Volvieron peores porque, aprovechándose de la necesaria cuarentena ante la pandemia de coronavirus, anularon de manera parecida a una dictadura el libre ejercicio republicano, con el poder legislativo y judicial congelados durante meses. Poniendo excusas pueriles como fallas técnicas para hacer un zoom. ¿Se burlan de la gente? El país funciona sin un presupuesto nacional y con todos los fondos públicos a merced de un puñado de influyentes. Casi casi la suma del poder público, como en la época de Rosas. 

La cuarentena ya está llegando a cubrir un semestre y, faltos de timming, sobre el final fue implementada la prohibición de reuniones sociales de todo tipo en todo el país, con un decreto anticonstitucional por donde se lo mire. Para semejante medida el gobierno debería haber decretado -nada más y nada menos- que el estado de sitio. La pareja presidencial no se dió cuenta, a pesar de tener tantos asesores y ser abogados exitosos. O lo que es peor: directamente ni les importó la Constitución (1).

*Volvieron peores pues demostraron que no tenían un plan económico preparado para gobernar a pesar de saber que obtendrían el poder debido al resultado de las PASO en agosto 2019. Con la excusa de la negociación de la deuda externa y de la cuarentena del coronavirus, postergaron la toma de decisiones fundamentales que cambiaran el rumbo de nuestra decadente economía nacional. Tampoco se avisoran soluciones al destino de ostracismo de muchas actividades productivas afectadas por la cuarentena: millones de hogares sin ingresos, miles de comercios y PyMES cerrados. Como la mayoría de los gobiernos, debieron acudir a la maquinita de emitir dinero para la ayuda social. Está bien que se la otorgue, pero nosotros no tenemos una economía normal: es altamente deficitaria e inflacionaria. Los subsidios están orillando los 20 mil millones de dólares con el país en default virtual. Como el kircherismo no puede con su naturaleza, otra vez hubo casos de manos metidas en la lata en la compra de insumos para asistencia social. 

Una medida de la desorientación en materia económica lo indica el apoyo de Cristina Kirchner al análisis del periodista Zaiat del medio Pg12 ("La conducción política del poder económico"). Es un boicoteo interno al acercamiento de Alberto Fernández al llamado Grupo de los 6 que incluye a la Unión Industrial Argentina y el establishment, con quienes se juntó en Olivos para una foto buscando oxígeno político. El kirchnerismo sigue pensando que lo viable es el "capitalismo de amigos" berreta que ya practicaron sin éxito (para el país): con Lázaro Báez, la Unión Argentina de la Construcción, Electromecánica, Cristóbal López, las cooperativas truchas o la "economía informal", etc. No excluyan a nadie ni quieran inventar nada. Dejen sus egos y billeteras de lado y solo hagan cumplir las leyes. Copien lo que hacen los demás. Hasta a los países con muchos menos recursos que nosotros les va mejor! 

*Volvieron peores, peleándose otra vez con los sectores productivos, particularmente con el sector agropecuario al que consideran el enemigo oligárquico, usando definiciones ideologizadas y anacrónicas. Nunca el peronismo, y el kirchnerismo en particular, tuvieron noción de la realidad que representa ese sector empresario: el más evolucionado del país, el que más reinvierte. Nadie en el gobierno repudió firmemente la condenable y repetida práctica vandálica de destruir silobolsas en el campo (más de cien casos) realizada por inadaptados oficialistas por venganza política. 
Todavía no pudieron agarrar a ninguno. Son de cuarta! ¿A quién se le puede ocurrir que quemar fábricas puede ser beneficioso para su patria? Esto es lo mismo. Lo triste es que a algunos partidarios de a pie que defienden al gobierno les causa satisfacción ese vandalismo. ¿Son tarados?  

*Volvieron peores porque actúan a los ponchazos. Alberto Fernández intenta una imagen civilizada con los empresarios pero le vendieron a Cristina Kirchner un proyecto apto para un nuevo relato épico: la expropiación de la empresa Vicentin. La señora, que poco sabe de economía, lo compra y se lo impone al presidente, que sabe menos aún o es un miedoso. Un proyecto horriblemente calculado y de beneficios completamente discutibles para el país. Craneado por una banda en las sombras: una senadora púber que no diferencia cereales de oleaginosas y el delincuente impune de Ricardo Echegaray. No voy a explayarme  aquí desmintiendo uno por uno los endebles slogans de cuidar el trabajo de sus empleados, equilibrar el comercio granario favoreciendo al empresariado nacional, manejar un mayor caudal de divisas o defender "la soberanía alimentaria" de los argentinos, etc. El kirchnerismo vive entre consignas desvencijadas del pasado pero las repiten obsecadamente. Escapan para adelante pero atrasan 70 años. Con esta jugada se compraron un problema político tan tonto como mayúsculo en medio de la negociación por la deuda externa. Para el país es un mazaso en contra de las inversiones que necesitará demostrando que no respetan la ley. Alberto Fernández dijo que pensó que la gente festejaría la noticia. ¿Vive en un frasco? Para mayor desconcierto, luego afirma que no cree en los planes económicos ante un medio internacional, en medio de la negociación de la deuda externa. 

Este proyecto de expropiación es inconveniente para el interés común y el camino que eligió el gobierno vulneró burdamente la metodología legal, invadiendo espacios de la justicia. Por si fuera poco resultó impopular en un país que tiene acostumbrado a su gente a las confiscaciones de cuentas, "cepos" y "corralitos". Los políticos ya no pueden convencer a nadie que manejarán empresas públicas con eficiencia y sin curro. Los kirchneristas buscan resquicios que puedan adaptar la realidad a sus borrosos ideales pseudo-progresistas. Son dirigentes ricos que -como dijo alguien- jamás tuvieron que correr al cierre de un banco para cubrir un cheque. Suena tan extraño suponer que, viviendo en Puerto Madero, su objetivo sea defender a los trabajadores! En realidad, justifican bien su abierta oposición a la "meritocracia": ellos no califican para dirigir un país moderno. Apenas, quizás, un club de fomento barrial.

Cuando nos habían convencido a los porteños que no eran lógicos (¿lo único que Macri hizo bien?), regresaron los subsidios al transporte público  y a la energía eléctrica metropolitanos. En este último caso, otra vez ridículamente beneficiando más a los sectores de mayores ingresos. 


*Volvieron peores porque ante la crisis de la pandemia estos funcionarios y la administración pública no son capaces de dar el ejemplo a la sociedad y descontarse mínimamente sus haberes para cubrir necesidades públicas urgentes, mientras los empresarios y trabajadores privados sudan la gota gorda, al borde del cierre y la desocupación.

*Volvieron peores pues intentan invadir la justicia para lograr la impunidad en todos los casos de corrupción de su gobierno anterior. "La señora corrupción" está imputada en 13 casos. Cristina Kirchner y sus personeros "no resisten los archivos". Memorándum con Irán, dólar futuro, cuadernos de las coimas, causas hoteles Los Sauces y Hotesur, causa Vialidad, hurto de documentos históricos, cartelización de la obra pública, corredores viales, coimas en el sistema ferroviario y en colectivos, gas licuado, uso de aviones presidenciales para fines privados. Indefendibles. Hay que ser muy idiota para no darse cuenta. Hay que ser muy idiota para no aceptarlo. No les interesa cambiar la justicia para bien. Que los argentinos debamos seguir pagándole al ex-juez "Canicoima" Corral una jubilación de privilegio sin castigarlo, es una decisión que desnuda completamente la intención toda de la clase política de no querer cambiar nada. Entre ellos, todo se arregla entre bambalinas. Cristina, la misma que impulsó en 2006 reducir la cantidad de miembros de la Suprema Corte de Justicia, ahora propugna ampliarla y digitar jueces complacientes a sus propósitos. Vergonzoso. 

De modo increíble, la Oficina Anticorrupción se retira como querellante en juicios donde el Estado argentino ha sido claramente perjudicado y, casualmente, beneficia a personeros del kirchnerismo. Por ej. caso hoteles Los Sauces y Hotesur, de la vieja dama indigna. Y permitió que el delincuente Ricardo Echegaray salga sobreseído por enriquecimiento ilícito, después de haber hecho negociados en la Aduana, la AFIP y la ONCCA. En organismos públicos como la AFIP o la Unidad de Información Financiera persiguen a los funcionarios o amedrentan a testigos que osaron inculpar a la señora y su asociación ilícita en casos tan claros como el de los cuadernos. ¿Cómo le podés poner el voto a estos indecentes?


*Volvieron peores a presionar a la justicia para liberar gente indeseable que responde a sus intereses. Sean condenados en varias instancias como el ex vicepresidente Amado Boudou (al que nos obligan encima a pagarle pensiones) o gente con prisión preventiva pero largamente condenados por el público, como Julio De Vido. Defienden sin tapujos a la violenta condenada y corrupta Milagro Sala y nadie imputa legalmente las bravuconadas antidemocráticas de Hebe de Bonafini. En una burla flagrante a los ciudadanos que cumplen, los medios y voceros oficiales llegan a defender también a evasores indefendibles como Cristóbal López o a Hugo Moyano, dueño encubierto de OCA, a quien el presidente califica de sindicalista ejemplar. Así los argentinos recibimos el triste y decadente mensaje desde arriba: si robás mucho, no pasa nadaComo si fuera poco, repusieron como funcionarios a gente procesada por corrupción, como el caso del impresentable ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán (con un decreto provincial ilegal de Kiciloff), procesado por la estafa del plan Qunita. De este juicio zafó Aníbal Fernández, el príncipe de la efedrina. Otro impresentable al que le dieron un premio consuelo con Yacimientos Carboníferos Río Turbio, vieja cueva kirchnerista para desaparecer dinero.

*Volvieron peores reincidiendo en la teoría demoníaca del perverso ex juez Zaffaroni -el de los prostíbulos en alquiler- que los delincuentes no son cobardes armados sino excluidos del sistema que merecen redención del Estado, no así las víctimas de sus latrocinios. Otra vez presionando a la justicia y con la excusa de la pandemia de coronavirus empezaron a liberar delincuentes comunes sin ton ni son. Solo la reacción de la gente mediante una sucesión de cacerolazos los hizo repensar y entrar en razones pero cuando el daño ya estaba hecho. Pobres policías y fiscales decentes: ver en la calle alegremente a esos tránsfugas que a riesgo de sus vidas les costó encerrar.

*Volvieron peores a refrendar la idea que la política y la militancia deben bancarse con el dinero negro proveniente del Estado. Por eso el kirchnerismo ha copado los organismos con mayores cajas con personeros de La Cámpora. Es el ejemplo de la ANSES, asegurándose así unidades básicas gratuitas en todo el país. Y compraron de nuevo las voluntades de muchos que antes criticaron las mañas del kirchnerismo, como los penosos vendidos Pino Solanas, Juan Pablo Cafiero o Claudio Lozano. O la fascista Victoria Donda al frente de INADI (Instituto contra la discriminación, la xenofobia y el racismo), que curiosamente desde ese organismo se dedica a perseguir adversarios políticos y habla de desaparecer periodistas opositores. Claro, ahí dejó huella la nazi Graciana Peñafort. ¿Qué les pasa?

*Volvieron peores con un relato aggiornado a mentirnos de nuevo, disfrazando el deterioro de los jubilados. Desmejoraron incluso la programación de incrementos macristas de 2018 por la cual el mismo kirchnerismo y la izquierda sin votos casi destruyen el Congreso y la ciudad de Buenos Aires con toneladas de piedras ¿Porqué no reaccionaron ahora si esto fue peor? Otra vez querer vendernos ese canto pseudo-progresista gastado que solo sirve para calmar su culpa burguesa por la miseria de los pobres a los que suponen redimir. Jamás creando fuentes de trabajo ni fomentándolo. Para embanderar su cruzada buscan enemigos entre el "medio pelo" jauretchiano al que sin advertirlo pertenecen. Si Don Ernesto viviera actualizaría su ensayo, poniendo a estos especímenes kirchneristas de Puerto Madero en un capítulo especial.



*Volvieron peores porque no pueden mínimamente coordinar medidas estratégicas de seguridad por la ola de delitos contra la población causada por la cuarentena, su mishiadura y la alegre suelta de presos que prohijaron. Se la pasan discutiendo la ministra de seguridad de Nación y el de la provincia de Buenos Aires (Sabrina Frederic y Sergio Berni) pero no hay una voz oficial autorizada que asegure una acción contundente y tranquilizadora. Desaparece el chico Facundo Astudillo con complicidad de la policía bonaerense y tardan tres meses en descubrir una pista. En el Gran Buenos Aires, patotas que toman tierras o invaden propiedades, delincuentes que corren a los agentes y les afanan las armas. Familiares de chorros los velan públicamente en caravana rompiendo la cuarentena y amenazan a las víctimas de sus delitos. Los ladrones nos caminan por los techos. A las víctimas que se defienden ante la inacción oficial, las ataca la justicia. En mayo, en Tucumán una cuadrilla de policías asesina al peón Espinoza.  Los organismos de derechos humanos, las pañuelos verdes y las feministas ahora callan pero intentaron plantarle durante meses un muerto a Macri (caso Santiago Maldonado). Siguen permitiendo en la Patagonia que un grupo de mapuches delincuentes tomen tierras, agredan a los pobladores,  provoquen daños graves y hasta incendien propiedades y desconozcan al Estado Argentino. Las autoridades callan y cuando la ministra por fin habla, le echa la culpa a los medios por la difusión de los hechos o dice que usurpar no constituye delito. ¡No atinan a hacer un plan de seguridad! Queda clarísimo la ineptitud, necedad e imbecilidad de este gobierno.  ¿Qué país pretenden? 

Cuando ya el aumento de los delitos y la inoperancia oficial no pueden esconderse, atinan de mala gana a mover fuerzas federales. Pero continúan las tomas de casas y de terrenos por delincuentes en el Gran Buenos Aires e incluso de Parques Nacionales en el sur (1). La seguridad llega tarde, la justicia no mueve un dedo y el gobierno no actúa y permite que sus personeros desconozcan o cuestionen el derecho de propiedad proclamado en la Constitución que juraron hacer cumplir.

* Cristina echó a su aliado Stiuso de la exSIDE, después de usarlo inescrupulosamente para cien chanchullos, carpetazos y alguna otra cosa. Ese organismo de inteligencia (AFI) ha servido históricamente para pagar operaciones sucias con los fondos reservados de su presupuesto, que no tienen que ser rendidos. Por ejemplo típico es para convencer mediante sobornos a ciertos jueces de embarrar causas por corrupción que implican a muchos allegados al poder. Los políticos la tienen clara pero en las elecciones nos dicen que las cosas van a cambiar. Bien, el kirchnerismo ha roto otro récord mundial: tenemos actualmente el servicio de inteligencia más popular del mundo. Nuestros agentes secretos no son secretos, los conocen en todo el mundo. La directora de la AFI Cristina Caamaño ha permitido filtrar a la prensa los nombres de parte de su personal y sus movimientos. O sea, no sirven más para espiar. La mujer todavía no renunció: otro indicio de impunidad y berretismo. Claro que está imputada en la Justicia por varios delitos pero como la juzga Servini de Cubría...

*Volvieron peores pues siguen sin darse cuenta que las relaciones internacionales del país no deben guiarse por preferencias ideológicas sino por cuestiones pragmáticas y el principio de no injerencia. El último gobierno de Cristina se encerró tanto que Argentina solo mantenía relaciones comerciales (inútiles) con algún país africano, mientras ella daba alguna conferencia para el bostezo en las Naciones Unidas, explicando que era una abogada exitosa y burlándose lastimosamente de algunos estudiantes. Después, Macri le dijo al grupo de los 20 que habíamos cambiado, que éramos modernos y confiables, pero seguimos perdiendo mercados y nos condujo al default. El ministerio de RREE al mando de Felipe Solá está moviéndose para reconquistar posiciones con buen criterio, intentando promover nuestras necesarias exportaciones. Más que de su buena voluntad, el intento debe cuajar con las medidas que puedan promover los ministerios de Economía y de Desarrollo Productivo, de dejar de agredir al campo y propugnar vender valor agregado en este mundo difícil.

Claro que no es muy auspicioso que el tío Alberto empioje políticamente las relaciones internacionales de la Argentina de modo innecesario. Dice que añora a los condenados por corrupción Lula y Correa, y a Evo Morales, Chávez y Mujica, los otros populistas sudamericanos en retirada que poco cambiaron y dejaron en sus países. Fernández no se anima a condenar a la dictadura venezolana, que de tan decadente solo conserva aliados autoritarios. Y sin ruborizarse manifiesta que en alianza con López Obrador va a cambiar el capitalismo, teoría echada rápidamente a la basura por el mexicano cuando se abrazó complaciente con Donald Trump a los pocos meses. Alberto Fernández se empeña en dejar aislado a nuestro país. Delante de los micrófonos se siente un estadista, pero es solo un abogado infeliz. El kirchnerismo que lo rodea -mentiroso defensor de los DDHH- hace el resto, apoyando a  Maduro, Ortega y lo peor que encuentre por ahí. 

Señores del gobierno K: conducen un país, no un club de fomento. Ante esta misma realidad que intentan manejar, sus acólitos intolerantes ya hubieran incendiado el país. Esos que ahora, vergonzosamente se mienten a si mismos y callan. Para cualquiera que tenga tres dedos de frente, claramente volvieron peores. Horanosaurus.

(1) El manejo de la pandemia de COVID por parte del gobierno, merecería una nota aparte. La cantidad de contradicciones y errores cometidos durante sus efectos es difícil de ennumerar. Un racconto interesante de leer es el de Jorge Lanata en "Nadie nos cuida" (Clarín 29/05/21).  Los desatinos payasescos en la comunicación a la población del presidente y de los ministros Ginés García y Vizzotti o el gobernador Chichilof (con proyección de culpas en los demás) y los desaciertos en la provisión de vacunas, han convertido a la Argentina en uno de los países con mayor cantidad de víctimas en el mundo en proporción a la cantidad de habitantes (y el de peor caída económica). Después, nos enteramos por una funcionaria de cuarta que comprarle Sputnik a Rusia fue parte de un proyecto político con Putin (?) y para el diputado heredero Máximo Kirchner eso no es entregar la soberanía pero si lo es comprarle a Pfizer. Estamos gobernados por idiotas! Acá, otro resumen de la situación: 

Vacunas: ¿Quién se hará cargo de las muertes que se pudieron evitar? El Gobierno debería dar explicaciones por su estrategia de negociación con los distintos laboratorios. La Nación 28/07/21. Por Daniel Santa Cruz.

(2) en junio-2021 la propia dirección de Parques Naturales se habría retirado como querellante en la causa, apretada por el Ministerio de Medio Ambiente manejado por el inepto de Cabandié, la Secretaría de DD.HH. conducida por el chorro de Horacio Pietragalla y la Procuración de la Nación, manejada por dañino monje negro Carlos Zannini. Una locura!  



Notas interesantes para completar el panorama: 

Peronismo sin plata
El quinto peronismo enfrenta una realidad incómoda: gobernar sin recursos para distribuir. lapoliticaonline. 06/02/2020 Por Ignacio Fidanza.

Vicentin, otro paso de un plan mayor
"Cómo un populismo de características fascistas, cuyo modelo acabado es la provincia de Santa Cruz, pasa a encarnar aquí la izquierda o el progresismo?" La Nación 13/06/20. Opinión. Por Héctor M. Guyot.

Los controles de cambios y la confrontación sindical desencadenaron un éxodo. InfoBAE Económico 27/07/20. Por Patrick Gillespie (Bloomberg) con Jorgelina Do Rosario.

Las 20 empresas que están desinvirtiendo en la Argentina. Por Alfredo Sainz y Delfina Torres Cabrero. La Nación Comunidad de Negocios. 05/11/20. 

Por Osvaldo Bazán. El Sol. 13/09/20. Se autopercibe gigantesca pero es pequeña y piensa en chiquito. Quiere convertir el 8vo. país del mundo en algo chiquitito.

Nadie nos cuida
Clarín. Sábado 29/05/21. Por Jorge Lanata. “Ni el primer año de la pandemia ni este segundo el Gobierno supo como reaccionar a los problemas que se presentaban: los minimizó, luego los negó, más tarde los creyó solucionados y ahora busca una solución desesperada con el almanaque electoral en la frente. Si quieren ver quien tiene la culpa de lo que pasa, vean esta cronología (…)”


  
  


OTRAS ENTRADAS ANTERIORES  SOBRE EL TEMA EN ESTE BLOG:


martes, 21 de julio de 2020

Paredes, carteles y bronces X














  

         

        

        

1 a 10. Cartagena, Colombia.
11. Bogotá, Colombia.
12 a 15. Medellín, Colombia. 

martes, 7 de julio de 2020

USA: república bananera



A pesar que intento leer a diario todo lo que cae en mis manos o pasa por mi PC, seleccionando lo que despierta mi interés, hay artículos, libros o películas que ayudan a sintetizar las cosas porque se expresan con claridad meridiana. Al menos te hacen creer que llegaste a un plateau de comprensión tranquilizador. A veces me motivan a abrir una de las muchas entradas de este blog redondeando mis pareceres.

Hay fuentes de información de distinta calidad y objetividad. Cada uno intuye, elige y acortará o no el camino para fijar sus posiciones. Dependerá de nuestras obsesiones temporales llegar a una opinión que creamos lúcida, que nos expliquen la realidad. Muchos se aferrarán a una religión, una ideología o una simple agrupación política, que con ciertos paradigmas nos puedan ayudar a caminar un poco en este mundo de difícil comprensión. Yo estuve presa de una. 

Solo será para uso personal. Ninguna opinión cambiará nada. Porque una de las pocas certezas es que solo los poderosos deciden y hacen lo que quieren con el resto, que solo obedece o patalea con poca suerte. Si alguno todavía lo duda, le falta maduración. Ya lo dijo  el bizco Sartre.

Desde mis años rebeldes de afición por los ideales de Perón y el Che, he confrontado suficiente información para seguir viendo a Estados Unidos como un insufrible gendarme del mundo y -por sus jodidas contradicciones sociales- rechazar su pretencioso slogan de "país de la libertad". Ya no sostengo la pueril idea que son el origen de todos los males de nuestros países subdesarrollados. Le deberíamos haber hallado la vuelta, no? Admiro gran sus avances tecnológicos, su capacidad emprendedora y buena parte de su cultura. Les puedo conceder el título indiscutido de reyes del jazz y el blues. Pero el trono del rock & roll y el de la cinematografía, lo perdieron hace rato, de puro grasunes que son. Pero esa no es la cuestión.

En estos días de pandemia  y cuarentena, como cualquier otro me puse a ver más películas y series que en el resto de mi vida. Con las precauciones ideológicas del caso, entre otras me devoré las ocho temporadas de "Homeland". Es un thriller de espionaje con el gancho de basarse libremente en sucesos internacionales insoslayables de los últimos 25 años, que le dan más visos reales que la aclamada ficción de "House of cards". Uno se pregunta inquieto donde termina la ficción y empieza la realidad. Y se queda  preocupado con la duda hasta irse a dormir y encarar cosas más terrenales al día siguiente. A veces es mejor ser uno más del montón.  

Pero me interesa contar en particular el mazaso que me produjo ver de casualidad "Vice" o "Vicepresidente, más allá del poder" (2018, Adam McKay) con Christian Bale en el rol protagónico. Para poder relatar hechos reales sobre las andanzas del Dick Cheney, vicepresidente de George Bush en el período 2001-2009, eligieron una comedia dramática. Buena elección porque un documental serio nos hubiera devastado. Es difícil digerir que el mundo está manejado por especuladores delirantes y recordar que Trump no fue la primera bestia sajona dedicada a la tarea. 

No voy a abundar en detalles redundantes. Ya todos saben que el gobierno de Estados Unidos, para calmar a su público y vengarse de los atentados del 9-11 necesitaba escarmentar de inmediato a los culpables. Comprobaron con encuestas que los norteamericanos solo sabían que había sido Al Qaeda y eso no era un país. Normalmente, ni los profesionales ahí suelen saber donde quedan los países en un mapa. ¿Si no estaban en el mapa, adonde tirarían entonces sus bombas y enviarían soldados artillados para vengarse? Empezaron por Afganistán porque se suponía que ahí se refugiaba Bin Laden. Ganaron rápido pero fue confuso, no lo agarraron y no aclararon mucho las cosas. Convencieron entonces a la gente que el culpable del 9-11 fue Irak: lo incorporaron a un "eje del mal" acusándolo de una falsa amenaza nuclear y alguna  llamado telefónico inconveniente. Las bravuconadas del soberbio Saddam Hussein hicieron el resto.  Murieron miles y miles de inocentes que hablaban idiomas raros, para tapar la sangre de las torres gemelas con más sangre. Y murieron 4550 soldados norteamericanos, muchos más que los ciudadanos muertos en el atentado de Nueva York. Eso si, en Estados Unidos agitaron banderitas al viento y la reconstrucción del país sometido fue negocio exclusivo para los amigos de Bush.

Para arrimarnos un poco más a la actualidad política allá en el norte, no puedo soslayar la miniserie documental "Nada es privado" (2019). Ahí argumentan que con los datos que la empresa Cambridge Analytica obtuvo de la red social Facebook, Donald Trump ganó las elecciones de 2016. ¿Leíste bien? Hizo la diferencia con millones de perfiles que las personas alegremente brindan alimentando algoritmos, por ej. con los inocentes "me gusta". Su equipo electoral manipuló puntual y selectivamente la propaganda dirigida a  indecisos de determinados estados norteamericanos para poder llegar a la Casa Blanca (*). La misma tarea e idénticos procedimientos utilizó otro populista, el hoy primer ministro Boris Johnson en Inglaterra para convencer con cuestiones falsamente nacionalistas a sus flemáticos ciudadanos de abandonar la Unión Europea (el famoso "Brexit"). A pesar que -objetivamente- las consecuencias de esa salida afectarán  de manera negativa a sus intereses económicos. El chanta de Mark Zuckerberg/Facebook zafó de mayores poniendo una torta de dinero, como siempre pasa.

Las últimas demostraciones de racismo en la sociedad norteamericana (el caso George Floyd en Minneapolis en mayo pasado y otros similares de menor repercusión mediática) confirman su anacrónica vigencia en el país del norte. Está claro que el poder político conservador no tiene mucho interés en terminar con ese flagelo social y que hasta funciona como cómplice del drama. 

Ya se que es fácil criticar "con el diario del lunes" y que hay ciertas represiones institucionales similares que continúan en otros lados del mundo. Pero hasta a un homofóbico confeso como yo me llamó la atención enterarme: en Estados Unidos la persecusión de los homosexuales fue de la mano de la caza de comunistas impulsada por el famoso senador McCarthy en los años cincuenta. Se investigaban sus vidas privadas y fueron echados de a miles del ejército, las universidades, el correo y otros organismos del estado. La homosexualidad estuvo prohibida en EE.UU. hasta bien entrados los años 70 y  solo Illinois no la combatía. Eso significaba que estaban penalizadas aún las relaciones sexuales privadas y consentidas entre dos adultos del mismo sexo: desde multas a temporadas en prisión. En algunos estados los gays podían ser internados en instituciones psiquiátricas y estaban permitidos el uso de la hipnosis, los electroshock y hasta la castración y lobotomías para curar los deseos homosexuales. Los norteamericanos se niegan todavía a derogar el uso oficial de torturas a prisioneros acusados de atentar contra su seguridad nacional. Otra historia de brutalidad de estos muchachos patriotas que agitan la banderita de las barras y las estrellas en nombre de la libertad.

Aunque seguramente no sean éstas elucubraciones académicas, al ver a diario tantos panelistas de TV, me sigo indultando: son más incultos y les pagan. Continúo. Me pongo a pensar en aquella vieja película de Martin Scorsese "Pandillas de Nueva York" (2002) que si bien no responde a hechos reales muestra las  impiadosas condiciones de vida en esa ciudad en la época de la guerra de secesión norteamericana. Luego, la saga de "El padrino" de Francis Ford Coppola, que también resulta de una novela sobre el capo Vito Corleone, aunque tiene correlato con mafiosos que anduvieron jodiendo por Manhattan y Las Vegas.  Por último, en el reciente documental "Ciudad del miedo: Nueva York vs. la mafia" (2019) te cuentan que cinco familias italianas dominaban la construcción, varios sindicatos relacionados, bancos, gastronomía, residuos, droga y demás...  hasta 1986!  El exitoso empresario Donald Trump, hoy inefable presidente de Estados Unidos, resulta que forma o formaba parte de un cartel de constructores que inflaban precios de las obras y a la vez pagaban coimas al sindicato comandado por "Fat Tony" Salerno del clan Genovese para que no le hiciera piquetes ni arrojara obreros al vacío. Y me pregunto como estos tipos, que dominan el mundo con su poderosa economía o sus fieros misiles, se tuvieron que fumar  a esos mafiosos hasta fines del siglo XX. Nueva York, ciudad ombligo del mundo, era una cueva de ladrones y asesinos  que regaban sus calles de cadáveres, hasta que los pudo pillar el FBI y el fiscal Giuliani. Leo que actualmente la cancillería norteamericana aconseja a sus ciudadanos no hacer turismo en determinados países del Tercer Mundo porque no reúnen las condiciones de seguridad. Que hipócritas que son!



"This is the life" - Living Colour (2020).



"Who shot ya?" - Living Colour (2016)

Adelanto ahora solo un párrafo del excelente artículo del periodista  Marcelo Cantelmi, que reproduce líneas de The New Yorker y La Vanguardia. Dicen: "República bananera describe a cualquier país con o sin bananas que tiene a un líder despiadado, corrupto o loco que confía en los uniformados y destruye las instituciones en una búsqueda egomaníaca por prolongar su poder"

Ya pasó bastante información bajo el puente para darse cuenta que Donald Trump cumple con sus dislates esos requisitos, aunque todavía siga siendo un líder  válido para una mayoría ultranacionalista, racista y/o obtusa. Un antirepublicano -en el sentido estricto del término- convertido en una amenaza para el mundo. De las locuras de Trump anticipaba el peligro Noam Chomsky (ver abajo link a entradas anteriores relacionadas del blog) y las sintetiza con humor el menos flemático de los ingleses conocidos, el periodista John Carlin, también acá abajo. El tipo lanzó al público en tres años de mandato 16000 declaraciones falsas o engañosas sobre economía, geopolítica o la pandemia. El Washington Post se tomó el trabajo de contabilizarlas ("Las mentiras de Trump..."). Un verdadero enfermo al mando del país más poderoso del planeta.

Debido a estos antecedentes -y ya que a los norteamericanos les gusta mostrarse siempre superiores al resto de la humanidad- podríamos otorgarles a los Estados Unidos el título de "mayor república bananera del mundo". Hay sobrados motivos. Horanosaurus.   

PD1: como si esto fuera poco, pero con la ayuda de un whisky relajante, completé la noche viendo por tercera vez la película "Queimada" (1969) de Gillo Pontecorvo. Con el inmenso Marlon Brando y con música del gran Ennio Morricone, aún no tan refinado. Deberían verla los chicos latinoamericanos en el colegio para aprender historia, más allá de sus defectos artísticos y técnicos. Mediante los sucesos en una remota isla caribeña, grafica la política inglesa que en el siglo XIX le permitió al imperio británico saquear los recursos naturales y humanos de gran parte del mundo, para financiar su revolución industrial y enriquecerse. Usando su adelantos y la diplomacia de la corrupción aliados con burguesías y cúpulas vernáculas. Y si no podían con ese método, convencían con el garrote. Nosotros, acá en la Argentina -como somos tan locos- recorrimos el camino inverso: derrotamos valientemente sus invasiones en 1806 y 1807 pero nos dominaron con facilidad económicamente durante un siglo y pico. Mucho más tardarán los ingleses en lavar sus manos manchadas de tanta sangre. Ni olvido ni perdón, por más Beatles y Rolling Stones que le hayan regalado a la humanidad.

PD2: No, no me pidan que vea también el documental "Trump: an american dream" (2018), donde recopilan su inescrupulosa vida comercial. Suficiente por ahora. 

(*) En dichas elecciones, como si fuera poco, Trump obtuvo unos 3 millones de votos menos que su contrincante demócrata Hillary Clinton e igualmente fue declarado ganador. El poco democrático sistema electoral estadounidense no depende de la cantidad total de votos sino más bien del número de Estados integrantes que eligen a un candidato. 


 

 



Clarín 27/06/20. Opinión. Por Marcelo Cantelmi.

Al historiador de Yale, David W. Blight, un multipremiado investigador del pasado norteamericano, le preocupa hoy más el presente del país. Lo expone sin delicadezas. Afirma que Estados Unidos no ha llegado a constituirse en una república bananera, pero está justo en el borde. Esa noción ya la había esgrimido antes la presidente de la Cámara de Diputados Nancy Pelosi. Cuando Donald Trump pretendía desplegar tropas en las calles para detener las recientes protestas antirracistas, esta veterana demócrata reaccionó casi en un grito: “¿Qué es esto, una república bananera?”.

Para los latinoamericanos, de democracias débiles, esa figura es más frecuente y familiar. Pero en EE.UU., fuera de los académicos, constituye una abstracción, algo que sucede “allá” como apuntaría Truman Capote. En su “Bananas”, y con mucho de los hermanos Marx, Woody Allen construyó en 1971 una parodia genial para acercar esa idea, con un país ficticio, San Marcos, en manos de un populista autoritario. Ese San Marcos se ha repetido de modo frecuente en la región. No es preciso escarbar en la historia para confirmarlo. Integra nuestro presente. Pero, en EE.UU. la actual abrupta irrupción del concepto llevó a The New Yorker a borronear una traducción que cita un excelente artículo de La Vanguardia“República bananera -escribió- describe a cualquier país con o sin bananas que tiene a un líder despiadado, corrupto o loco que confía en los uniformados y destruye las instituciones en una búsqueda egomaníaca para prolongar su poder”.

Quizá es incluso más que eso. Bananero, en tiempos modernos, refiere más claramente a gobiernos y políticos que violan los límites republicanos o sugieren su intención de ignorarlos. Como en el concepto de la guerra de Hobbes, que existe cuando aún no ha estallado, el desprecio a las instituciones (institut=el límite) sucede antes que se las atropelle.

Para los adversarios de Trump es esta una camisa que le cabe perfecta al presidente. A extremo tal que revuelve al liderazgo republicano. Mientras John Bolton, un halcón peor en sus extremos que el propio mandatario, en cada entrevista demuele como un ignorante autoritario al jefe de Estado, se conocen otras expresiones de dirigentes más moderados del oficialismo pero de una dureza impactante. Steve Schmidt es un republicano que dirigió la campaña presidencial de John McCain, el senador y veterano de guerra que compitió con Barack Obama en 2008. En una entrevista con MSNBC afirmó que ”Trump ha sido el peor presidente que ha tenido este país. Y no lo digo hiperbólicamente. Lo es. Ha llevado a este país en tres cortos años a un lugar de debilidad inimaginable… este es un momento de incomparable humillación nacional, de debilidad. Nunca hemos visto un nivel de incompetencia, de ineptitud tan asombroso en alguien con tales responsabilidades”.

Esa visión, que se ha agudizado debido al tratamiento de la pandemia de coronavirus y al antedicho conflicto antirracista, explica que la intención de voto para las generales de noviembre encumbren al demócrata Joe Biden con una diferencia de diez puntos promedio. Ese dato, conviene recordar, es central pero no definitivo sobre lo que pueda suceder en las urnas. El voto en EE.UU. es indirecto, importan más los colegios electorales que el voto masivo. Además, lo que ahora registran los sondeos es una irritación fresca como la que Schmidt describe de un modo tan brutal.

Trump ha reaccionado a estas horas bajas negándole importancia a las encuestas que lo contradicen. Sostiene que hay sondeos que le dan 96% de apoyo en el Partido Republicano. Es cierto. Pero, como anotó The Wall Street Journal, una investigación de ese diario con la NBC reveló que 80% de la gente considera que el país está fuera de control. Ese número, en el desagregado, incluye a 92% de demócratas, 78% independientes pero también a 66% de republicanos.

Son cifras como océanos que le facturan a Trump una diversidad de fallidos de liderazgo sobre todo con la pandemia que no cesa de escalar en el país. Recientemente, en su regreso a la campaña en el módico acto que encabezó en Tulsa, sostuvo que la imagen de EE.UU. mejoraría si hubiera menos test, es decir menos enfermos detectados. “Una broma”, gritaron de inmediato desde la Casa Blanca para atajar el golpe inevitable. "Trump es así", dijeron benevolentes sus asesores. Pero, luego, en una entrevista televisiva el presidente aclaró que no bromeaba. Tampoco lo hizo cuando, en un extremo bizarro, recomendó inyectar detergente a los enfermos de coronavirus.

La desorientación aparece también en otros carriles. Biden, como ya hemos indicado semanas atrás en esta columna, aparece liderando en distritos centrales de las bases históricas de Trump. Entre esos espacios, se encuentra Florida. Por eso estremeció a los republicanos que el presidente planteara reunirse con el dictador venezolano Nicolás Maduro agudizando la debilidad del líder opositor Juan Guaidó. No hay política ahí, es pura subjetividad. El libro de Bolton remarca la admiración que el norteamericano profesaba secretamente hacia el autócrata chavista y cierto desprecio al dirigente disidente. Esos gestos traen a la memoria su cercanía con el ruso Vladimir Putin, que ahora se encarama para intentar perpetuarse hasta 2036 en el poder. También recuerdan su comentario zumbón cuando, enterado que el chino Xi Jinping anunció en el 19 congreso del PCCh que gobernaría sin límites temporales, sostuvo “interesante, habría que ensayarlo”.

Un dato clave que debería preocupar al mandatario aun más que los sondeos, lo registra Wall Street donde las cotizaciones suben cada vez que crece el demócrata. A los mercados no les importa quien gobierna en tanto no sea una amenaza para su tasa de acumulación. Y este parece ser el caso. Goldman Sachs predice, incluso, que el Senado, hoy bajo control republicano, pasaría a manos de los demócratas en noviembre que ya retienen la cámara baja. La estratega del Royal Bank of Canada, Lori Calvasina, citada por CNN Bussines explicó que esto sucede porque “el mercado de valores se ha desacoplado de Trump… no lo consideran ya necesario para la continuidad de sus ganancias”.

Trump, como gran parte de la dirigencia populista extremista que se esparció por Europa, ha sido una expresión del disgusto contra la clase política. También, la expresión de un giro autoritario y divisionista que se ha extendido por el mundo aunque EE.UU.. este lejos de ser una Venezuela o una Nicaragua. Hay límites allí para el bananerismo. Pero el riesgo que señala el historiador Blight es existencial. El magnate lo expone al denunciar que las elecciones vienen con peligro de fraude, con lo que anticipa cuál será su actitud si pierde frente a Biden y si esa derrota es muy cercana en los porcentajes.

Un dato poco conocido es que los equipos presidenciales suelen preparar un discurso de reconocimiento eventual de la victoria del adversario cuando se acerca la elección. Es una previsión de corrección política que han respetado todos los mandatarios previos, menos Trump. Ese mensaje no existe porque no se contempla la derrota. De modo que en este presente “banana” en EE.UU. no es descartable que el presidente resista en su cargo si las cosas van mal. El punto principal que ataca el mandatario son los votos por correo que nunca se ha probado que sean manipulables. Los demócratas los impulsan porque eso aumenta la participación. Trump, en cambio, revolea ese miedo porque necesita una asistencia reducida en los comicios, particularmente entre los jóvenes, el sector más crítico de su mandato. En 2016 tuvo éxito. Ese segmento no se desplazó a Hillary Clinton lo que pavimentó su victoria. Alternativa que no debería descartarse tampoco ahora, atento a la falta de carisma que refleja Biden, necesitado de la potente muleta que le brinda el mucho más popular Obama.

El presidente depende, además, de un giro en la economía. Los pronósticos del FMI de esta semana son ominosos en ese sentido con una caída anual del PBI estadounidense de -8% y la confirmación, agria para la Casa Blanca, de que el adversario chino no se contraerá, crecerá un magro 1% pero en un envidiable terreno positivo. Aún así, todo indica que la economía no será del mismo modo catastrófica en noviembre como lo es ahora, por lo que los analistas suponen que la ventaja de Biden se reducirá aunque no necesariamente lo alejaría de una eventual victoria.

Especialistas en políticas nacionales como la periodista y escritora Kate Andersen Brower, avisan que, en tal caso, lo último que puede esperarse es que Trump colabore con el ganador en los dos meses largos hasta la asunción, el 20 de enero como ha sido de práctica común en cada traspaso del poder. “No habrá un genuino pase de mando, ni una pacífica transferencia del poder. Me sorprendería si Trump se presentara a la ceremonia de juramentación de Biden en el Capitolio si gana”, le dijo a la CNN. Eso, por cierto, si acepta la derrota y no la resiste construyendo su propio San Marcos bananero en las entrañas de la mayor potencia de la tierra.



Consuelo de tontos

Por John Carlin. La Vanguardia/Clarin. 27/10/19.

De Quito a Santiago o Hong Kong, de Beirut a Barcelona, del Brexit a Buenos Aires: mire donde uno mire, desmadre y desilusión. Propongo un consuelo para los habitantes de aquellos lugares. Podría ser peor. Podrían tener a Donald Trump como presidente. Hoy lo que haré es rendir un servicio a aquellos que no han acabado de captar lo bufonesco que es este personaje, lo disparatado que es que siga estando al mando de un país que posee más de 6.000 armas nucleares. Traduciré al castellano una selección nada atípica de extractos de discursos, ruedas de prensa y tuits que ha despachado el comandante en jefe de Estados Unidos a lo largo de los últimos tres meses. En cada caso lo haré con la máxima fidelidad posible a la versión original.

Aquí va. Primero, Trump sobre sus capacidades mentales“Soy un genio muy estable. Elijo mis palabras con mucho cuidado”. “Mis conocimientos: los conozco muy bien”.

Sobre Próximo Oriente“Siria podría tener un poco de ayuda de Rusia y no tengo problema con eso. Tienen mucha arena por allá. Así que tienen mucha arena donde jugar”. “Si Turquía hace algo que yo, con mi gran e inigualable sabiduría, considero que ha cruzado el límite, destruiré y borraré totalmente la economía de Turquía (¡lo he hecho antes!)”. 

Sobre su impeachment“No hice nada. No sé si soy la persona más inocente del mundo. Sólo digo que soy el presidente más presidenciable con la posible excepción de Abe Lincoln cuando se ponía el sombrero. Eso es difícil de superar. El honesto Abe, cuando se ponía ese sombrero, difícil de superar. Pero yo no puedo. Aquel sombrero no me iría bien. Sí, tengo mejor pelo que él”.

Más sobre su pelo“Estaba lloviendo duro. Pero el día fue… fue hermoso en cierto modo. Ese día vieron que mi pelo era de verdad porque estaba empapado. Eso fue lo bueno. Corrí y vieron que el pelo era mío. Porque he tenido que soportar tormentas de viento, tormentas de arena. ‘Vamos para acá. Vamos. Esto, lo otro. Este desierto. Vamos a este océano y salgamos del avión, señor. El viento sopla a 70 millas por hora’. Dije, ‘Chico, tiene que ser… tiene que ser mío’. Pero, eh, pero lo hemos visto todo. Lo hemos visto todo”.

Sobre sus tuits“Tenemos a mucha gente. Muchos, muchos más que cien millones… Cosas ocurren cuando coloco un mensaje ahí, uno bueno que le gusta a la gente, ¿no? Buen tuit. Antes subía 7.000, 7.008, 7.017, 7.024, 7.032, 7.044, ¿no es cierto? Ahora va 7.000, 7.008, 6.998. Entonces van 7.000, 6.074. Y yo dije, ¿qué está pasando? No hacía esto antes. Sube y después lo bajan. ¿Me entienden? Nunca me pasó esto antes. Iba como un cohete cuando ponía uno bueno. Como cuando dije esa vez que me estaban espiando, ¿se acuerdan? Eso fue como un cohete. Me llaman dos minutos más tarde. ‘¿Dijo usted eso?’. ‘Sí, dije eso’. ‘Bueno, está explotando, está explotando’. Y tuve razón. Tuve razón”.

Más sobre su brillantez“Mi tío fue un gran profesor y científico e ingeniero, el dr. John Trump del MIT. Buenos genes, muy buenos genes, OK. Muy listo. El Wharton School of Finance. Muy bueno. Muy listo. Ya saben, si eres un republicano conservador, si yo fuese un liberal, si, como que, OK, yo me presentase como un demócrata liberal, dirían que yo soy una de las personas más listas del mundo. ¡Es verdad! Pero cuando eres un republicano conservador intentan… ahí te machacan… por eso siempre comienzo: fui a Wharton, fui un buen estudiante, fui ahí, fui allá, me construí una fortuna”. 

Sobre el acuerdo nuclear con Irán (que él rechaza): “Ves el acuerdo nuclear, lo que realmente me molesta… hubiera sido tan fácil, y no es tan importante como estas vidas (lo nuclear es potente, mi tío me lo explicó hace muchos, muchos años, la potencia –fue hace 35 años–, me explicaba la potencia de lo que iba a ocurrir y tenía razón, ¿quién lo hubiera pensado?). Pero cuando ves lo que está pasando con los cuatro presos, eran tres y ahora son cuatro, pero cuando eran tres e incluso ahora hubiera dicho que todo tenía que ver con el mensajero; son tíos, y son tíos porque no se han dado cuenta aún que las mujeres son más inteligentes que los hombres ahora mismo, así que tardarán otros 150 años. Pero los persas son grandes negociadores, los iraníes son grandes negociadores, así que mataron, nos mataron”.

Sobre los periodistas“Estos animales de la prensa. Son animales realmente. Entre los peores seres humanos que jamás conocerás… Son escoria. Muchos de ellos son escoria”.

Para ser justos, esta última cita, producida durante la asamblea general de las Naciones Unidas el mes pasado, goza de la inusual virtud de poseer cierta coherencia gramatical. Incluso habrá muchos que no discrepen de los sentimientos expresados. Por lo demás, la selección nada atípica, repito, que he hecho aquí de la oratoria y tuitorrea de Donald Trump debería producir cierto alivio entre aquellos que no han podido vivir el sueño americano y se lamentan de la podredumbre moral o intelectual de sus políticos.

Se hablan pestes de los Torra, los Sánchez, los Johnson, los Piñera, los Macri, los Kirchner, los Xi Jinping. Que son corruptos, que son autoritarios, que son ineptos. Pero de pocos de ellos se dice que no son aptos para mantener sus cargos porque están locos, como se ha dicho una y otra vez sobre Trump desde sus primeros días en la Casa Blanca, o antes.

Se volvió a repetir hace unos días en el venerable The New York Times. Primero en la columna semanal de una colaboradora del diario titulada “One flew over the cuckoo’s nest” (en castellano, Alguien voló sobre el nido del cuco), en alusión a la película de Jack Nicholson cuyo escenario es un manicomio. Después, en una carta publicada en el mismo medio firmada por tres eminentes catedráticos de Medicina que han escrito un libro titulado “El peligroso caso de Donald Trump”. La carta dice: “Como profesionales de la salud mental sentimos que es nuestro deber pronunciarnos sobre una crisis de la salud pública: hay una persona no apta mentalmente a cargo de las fuerzas armadas y las armas nucleares más poderosas del mundo”.

Así que, repito, no tener a Trump como presidente debe servir de consuelo. Consuelo de tontos, quizá, pero vivimos en tiempos tontos. Y consuelo también para aquellos que sufren para aprender el inglés. Trump ofrece la mejor razón que conozco para no tomarse la molestia. Como dijo un poeta, la ignorancia es, a veces, una bendición.

Dicho esto, esperemos que cuando se muera Trump los estadounidenses no sean tan ignorantes, ni tengan tan mal gusto, como para enterrarle durante 44 años en un valle para los héroes de la patria. Eso no.





Por Paul Krugman. Premio Nobel de Economía. The New York Times. 05/06/20.


En "Desolation Row", el poeta alude a un linchamiento de negros ocurrido hace cien años en Minnesota, estado donde fue asesinado George Floyd. Por: Marcelo Pisarro. La Nación 20/06/20. Resumen: la canción de Dylan "Desolation Row" de 1965 comienza diciendo "están vendiendo postales del ahorcamiento". Comenta la costumbre norteamericana de comprar postales -esas que antaño se usaban para enviar por correo las novedades a las amistades más cercanas- que rememoraban el ahorcamiento de negros en ciertas localidades de EEUU. Las postales se vendían como souvenir. Eran fotografías profesionales que graficaban el acto de escarmiento público -normalmente basados en acusaciones falsas sobre gente de color- al que acudían familias enteras con niñitos y todo. Habían ocupado alguna vez la tapa de los diarios locales. Mayoritariamente en el sur de ese país, entre 1880 y 1930 ese tipo de ejecuciones fuera de la ley o apañada por ella, tuvo su pico más alto. La Universidad de Tuskegee-Alabama se propuso documentar los linchamientos producidos entre 1882 y 1968 y contabilizó 4743 (3446  víctimas negras y 1297 blancas). 


Plumas selectas. 03/09/13. Recientemente el Dr. Drew Westen publicó su más reciente investigación con el título “Political Brain” (cerebro político). Westen es experto en psicología política y psicólogo clínico y de personalidad de los departamentos de psiquiatría y de ciencias de la conducta de la Universidad de Emory, en Atlanta.

El autor señala que siempre le llamó la atención que a pesar de que tienen registros de militantes numéricamente superiores y sus valores políticos y postulados económicos son compartidos por más norteamericanos, los demócratas pierden elecciones con más frecuencia que los republicanos. Señaló también que encontró que las elecciones se ganan en el “mercado de la emoción” y no en el de la razón y que cuando emoción y razón combaten, ésta pierde invariablemente. Esto se debe, dice, a que los republicanos entienden mejor el cerebro político y apelan mejor a la emoción, y que por ello en los últimos 30 años han ganado más ocasiones la presidencia y los presidentes republicanos en funciones se han reelegido con más facilidad, mientras que los demócratas no han entendido que los datos duros por sí mismos no conducen a la victoria (....) continúa en link.. 

BONUS TRACK 1: ¿les quedaba alguna duda que estos muchachos están del tomate?  "Los inmorales nos han igualao..."  (tango 'Cambalache'). 

Las imágenes más impactantes de la irrupción de los partidarios de Donald Trump en el Capitolio 

El Congreso debió interrumpir su sesión especial para certificar la victoria de Joe Biden debido a los incidentes. El vicepresidente Mike Pence fue evacuado. InfoBAE 06/01/21. 



“Estoy consternado por el comportamiento imprudente de algunos líderes políticos y por la falta de respeto mostrado por nuestras instituciones, nuestras tradiciones y nuestra aplicación de la ley”, expresó el ex mandatario republicano en un comunicado luego de los disturbios en Washington DC. InfoBAE 06/01/21. 


Insólito. La demócrata Nancy Pelosi llevó el reclamo al jefe de las Fuerzas Armadas. "Es un desquiciado", dijo. AP, AFP, EFE. 09/01/21.

Nancy Pelosi: se impedirá que Trump pueda disparar un arma nuclear

Los Angeles Times. 09/01/21. Washington. La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo el viernes a sus correligionarios demócratas que hay procedimientos vigentes que impedirían al presidente Donald Trump disparar armas nucleares, de acuerdo con un alto oficial militar del país (...) 

Pelosi dijo que antes de la conferencia preguntó al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, si había manera de impedir que Trump iniciara un ataque nuclear. Según una persona familiarizada con la llamada, Milley respondió que hay procedimientos que impedirían que Trump tomara semejante medida.

El presidente es el único autorizado a ordenar el lanzamiento de un arma nuclear, pero si un comandante militar, aconsejado por sus abogados, determinara que la orden es ilegal, podría negarse a cumplirla. Sería ilegal lanzar un ataque nuclear sin motivo o como respuesta desproporcionada a una provocación militar.

BONUS TRACK 2: Joe Biden, una luz de esperanza. Se vino Biden, un viejo tramoyista de la política que parece poner un poco de racionalidad en la conducción de su país. Los demócratas no son garantía de equilibrio (el mismo Barack Obama lanzó ataques militares en Medio Oriente y aún así le dieron... un premio Nobel de la Paz!) pero suelen ser más coherentes que los republicanos. Solo la noticia del retiro de Trump es un augurio esperanzador para la humanidad. Biden colaboró en ese sentido con algunas de sus medidas iniciales, que son ennumeradas en el artículo que sigue. Debería agregarse su más reciente, inesperado y valiente pedido a las multis farmacéuticas por la cesión a organismos públicos de las patentes de sus vacunas contra el Covid para producirlas masivamente y derrotar la pandemia. ¿Quién lo hubiera dicho? Pero, como dijo Rodolfo Terragno hace poco, Vietnam lo hicieron los demócratas y Bahía de los Cochinos lo hizo Kennedy. Horanosaurus.

Los 100 días de Biden, una gestión que cambió el tono en EE.UU. 

Estados Unidos. Un cambio de tendencia en la primera potencia mundial. Presidencia. Impuso orden y calma tras las tormentas de Trump. Logró una eficaz campaña de vacunación y estimuló la economía. Logros y déficits de su gobierno. Clarín 30/04/21. Por Paula Lugones. Resumen:
 
1. Lucha contra el Covid.
2. Economía y planes de ayuda.
3. El regreso del multilateralismo.
4. Contra el cambio climático.
5. Inmigración.
6. Igualdad y justicia social.
7. Armas.
8. Retiro de tropas de Afganistán.
9. Relación con el mundo.
10. El vínculo con Argentina. 

BONUS TRACK 3: la voz responsable del Nobel Paul Krugman, analizando la peligrosa política republicana en el aniversario del atentado a las Torres Gemelas.

Los terroristas extranjeros nunca han sido nuestra mayor amenaza
¿Cuál era nuestra real amenaza?

Opinión. Por Paul Krugman. The New York Times y Clarín. 11/09/21.

Puede parecer algo terrible de decir, pero un buen número de personas, especialmente en los medios de comunicación, sienten nostalgia por los meses que siguieron al 11 de septiembre. Algunos expertos suspiran abiertamente por el sentido de unidad nacional que, imaginan, prevaleció después del ataque terrorista. Más sutilmente, mi sensación es que muchos añoran los días en que la gran amenaza para Estados Unidos parecía provenir de fanáticos extranjeros, no de extremistas políticos locales.

Pero ese momento dorado de unidad nunca existió; es un mito, uno que debemos dejar de perpetuar si queremos comprender el terrible estado actual de la democracia estadounidense.

La verdad es que partes clave del cuerpo político estadounidense vieron el 11 de septiembre, desde el principio, no como un momento para buscar la unidad nacional, sino como una oportunidad para aprovechar las ventajas políticas internas. Y este cinismo frente al horror nos dice que incluso en un momento en que Estados Unidos realmente estaba bajo un ataque externo, los mayores peligros que enfrentamos ya eran internos.

El Partido Republicano todavía no era completamente autoritario, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para conseguir lo que quería y desdeñaba la legitimidad de su oposición. Es decir, estábamos bien avanzados en el camino hacia el golpe de estado del 6 de enero, y hacia un Partido Republicano, también conocido como Gran Partido Viejo (G.O.P. por su abreviatura en inglés) que, en efecto, ha respaldado ese golpe y parece muy probable que vuelva a intentarlo.

Ahora es un asunto de dominio público que la respuesta inmediata de los funcionarios de la administración Bush al 11 de septiembre fue usarlo como excusa para un proyecto no relacionado, la invasión de Irak. “Barren todo, cosas relacionadas y no”, dijo Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa, a sus ayudantes mientras el Pentágono aún estaba en llamas. Y algunas organizaciones de medios finalmente reconocieron su papel en ayudar a los defensores de la guerra a explotar la atrocidad. El Times, en particular, publicó un mea culpa extenso y franco.

Sin embargo, la explotación del 11 de septiembre por parte de personas que querían una guerra más amplia, y la venta de esa guerra con falsos pretextos, que debería haberse considerado un abuso imperdonable de la confianza pública, se ha desvanecido del discurso público. Y casi no se escucha nada sobre la forma paralela en que se explotó el terrorismo con fines políticos nacionales.

Cuando la nación se ve amenazada, normalmente esperamos que nuestros líderes pidan un sacrificio compartido. Pero los principales republicanos respondieron a un ataque terrorista tratando de promulgar ... recortes de impuestos para los ricos y las corporaciones. De hecho, el presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes intentó imponer un recorte en la tasa impositiva sobre las ganancias de capital menos de 48 horas después de la caída de las torres gemelas. Más tarde, Tom DeLay, el látigo de la mayoría de la Cámara, declararía: “Nada es más importante en tiempos de guerra que reducir los impuestos”. Y en mayo de 2003, los republicanos explotaron la ilusión del éxito en Irak al impulsar fuertes recortes en las tasas impositivas sobre las ganancias de capital y los dividendos.

Tampoco olvidemos cómo se manejó la ocupación de Irak. La construcción de una nación es un proyecto inmensamente difícil, uno que debería haber recurrido a las personas más talentosas y calificadas que Estados Unidos tenía para ofrecer. En cambio, la administración Bush trató la ocupación como una oportunidad de patrocinio, una forma de recompensar a los leales políticos; A algunas posibles contrataciones se les preguntó su opinión sobre Roe v. Wade, a otras cómo votaron en 2000.

En resumen, cuando los terroristas atacaron, el G.O.P. ya no era un partido político normal, uno que se consideraba sólo un custodio temporal de intereses nacionales más amplios. Ya estaba dispuesto a hacer cosas que antes se hubieran considerado inconcebibles. En 2003 declaré que el Partido Republicano estaba dominado por “un movimiento cuyos líderes no aceptan la legitimidad de nuestro sistema político actual”. Pero mucha gente no quiso escucharlo. Aquellos de nosotros que intentamos señalar los abusos en tiempo real fuimos tachados de “estridentes” y “alarmistas”. Sin embargo, los alarmistas han acertado en cada paso del camino.

Es cierto que en el pasado hubo algunos factores atenuantes. Para su crédito, el presidente George W. Bush intentó sofocar la reacción antimusulmana, visitando un centro islámico solo seis días después del ataque y pidiendo a los estadounidenses que respeten todas las religiones. Intente imaginar a Donald Trump haciendo algo similar.

También es notable que algunos de los neoconservadores más prominentes, intelectuales que promovieron la invasión de Irak y pidieron un conjunto de guerras aún más amplio, eventualmente se convirtieron en elocuentes, incluso valientes, Never Trumpers. Esto sugiere que su creencia en la difusión de los valores democráticos era genuina incluso si los métodos que defendían y las alianzas políticas que eligieron hacer tuvieron resultados catastróficos.

Pero no es casualidad que los republicanos de hoy hayan dejado atrás tanto la tolerancia como el respeto por la democracia. Donde estamos ahora, con la democracia colgando de un hilo, es hacia donde nos dirigimos durante mucho tiempo.

Estados Unidos fue brutalmente atacado hace 20 años. Pero incluso entonces, la llamada que importaba venía del interior de la casa. La verdadera amenaza para todo lo que representa esta nación no proviene de los terroristas suicidas extranjeros, sino de nuestra propia derecha.

BONUS TRACK 4:

"Utilizó el poder de su cargo para subvertir el Estado de Derecho. Si dudamos en llamar criminales a esas acciones y a su perpetrador, entonces estamos diciendo que está por encima de la ley y dando licencia a los futuros presidentes para hacer lo que sea”. 26/08/22.

En un editorial titulado “Donald Trump no está por encima de la ley“, hoy viernes la junta editorial del periódico The New York Times pidió procesar al ex presidente. El Departamento de Justicia avanza en una investigación criminal sobre documentos altamente clasificados que Trump ocultó indebidamente en su mansión de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, pero, según el editorial, también debería enfrentar cargos por su papel al incitar al ataque del 6 de enero contra el Capitolio de Estados Unidos y por sus esfuerzos por anular las elecciones presidenciales de 2020.

“El asalto sin precedentes del señor Trump a la integridad de la democracia estadounidense requiere una investigación criminal“, dice el editorial. “Los inquietantes detalles de su mala conducta postelectoral, reunidos meticulosamente por el comité del 6 de enero, dejan pocas dudas de que el señor Trump buscó subvertir la Constitución y anular la voluntad del pueblo estadounidense. El presidente, derrotado en las urnas en 2020, intentó reclutar a autoridades federales encargadas de hacer cumplir la ley, funcionarios estatales y administradores del sistema electoral de la nación en un furioso esfuerzo por permanecer en el poder. Cuando todo lo demás fracasó, incitó a una multitud armada que irrumpió en el Capitolio y amenazó a los legisladores“.

“Esta junta editorial es consciente de que al decidir cómo se debe responsabilizar al señor Trump ante la ley, es necesario considerar no solo si se justificaría el enjuiciamiento penal, sino también si sería prudente. Ningún presidente estadounidense ha sido procesado penalmente después de dejar el cargo“.

“Cuando el presidente Gerald Ford perdonó a Richard Nixon, se aseguró de que Nixon no sería procesado por los crímenes cometidos durante el escándalo de Watergate; Ford explicó esta decisión con la advertencia de que el enjuiciamiento planteaba graves riesgos de despertar ‘pasiones’ y empeorar la polarización política“.

Esta vez, sin embargo, exonerar a un expresidente de acusaciones tan serias simplemente por su estatura es un “riesgo mucho mayor“, argumentó el editorial. “Las acciones del señor Trump como funcionario público, como ninguna otra desde la Guerra Civil, atacaron el corazón de nuestro sistema de gobierno. Utilizó el poder de su cargo para subvertir el Estado de Derecho. Si dudamos en llamar criminales a esas acciones y a su perpetrador, entonces estamos diciendo que está por encima de la ley y dando licencia a los futuros presidentes para hacer lo que sea“.

“Nadie debería deleitarse con la perspectiva de que este o cualquier ex presidente enfrente un proceso penal“, concluyó el editorial. “Las acciones del señor Trump han avergonzado a una de las democracias más antiguas del mundo y desestabilizado su futuro. Incluso la justicia ante la ley no borrará esa mancha. Enjuiciar al señor Trump tampoco solucionará los problemas estructurales que condujeron a la mayor crisis de la democracia estadounidense desde la Guerra Civil. Pero es un primer paso necesario para hacerlo“.

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