domingo, 17 de octubre de 2021

Habemus Papam argentinensis X

En las entradas anteriores bajo este título recopilé noticias y opiniones que reflejaran el devenir del papado de Francisco I, aquel viejo cura porteño, peronista ortodoxo dice alguno. Quién relojeó esa selección y mis comentarios habrá notado la decepción que me produjo su mandato, del que pasaron casi nueve años ya. Ocurre que soy un tipo grande y del común, ya sin paciencia para interpretar sus movidas políticas juntándose con gente indefendible y maliciosa que jode feo al prójimo, por más que les perdone los pecados. Ese Papa, primero vilipendiado por el doble agente Verbitzky y la patota de los DDHH rentados del kirchnerismo, se puso del lado de los mentirosos. Ese Papa que en la cima de su iglesia, como gatopardo, cambia poquito para que nada cambie.

Acá abajo alguna actualización al esquema, por ejemplo una síntesis de la nueva encíclica
"Fratelli tutti", donde Francisco expone una serie de razonamientos principistas políticamente correctos aunque poco originales. Se le escapa la tortuga con eso de que "si alguien no tiene lo suficiente para vivir con dignidad se debe a que otro se lo está quedando". ¿Tanto estudiar y rezar para llegar a eso, Santo Padre?  Igual razonamiento que el kirchnerismo y el peronismo decadente: la culpa la tienen los demás. Parte de la estrategia de los poderosos: nunca se hacen cargo de nada!


Me representa lo que resumió brillantemente nuestra vehemente pero incorruptible Lilita Carrió. Horanosaurus. 

"El Papa bendijo a este gobierno (kirchnerista), bendijo a los corruptos, recibió a sindicalistas mafiosos, hizo todo lo posible para que Alberto Fernández ganara y tiene a (Juan) Grabois como vocero. Francisco se sacó fotos con todos estos y habilitó el actual esquema de poder. Hoy tiene que parar la violencia. Digo todo lo que digo con conciencia cristiana. No me pidan que sea hipócrita". Lilita Carrió en "Usurpaciones: el duro mensaje de Carrió a Francisco". El País. 06/09/20. 


El papa Francisco habló con jueces tanto de América y África en una videoconferencia. “La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto e intocable el derecho a la propiedad privada”, indicó. Tiempo Sur. 01/12/2020.

El papa Francisco indicó este martes en un video que el derecho a la propiedad privada “no es absoluto” ni tampoco “intocable”.  “La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto e intocable el derecho a la propiedad privada”, indicó el Sumo Pontífice. En este sentido, Francisco indicó que para construir “la nueva justicia social hay que asumir que la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto e intocable el derecho a la propiedad privada”. 

El Papa sostuvo, citando a la doctrina social de la Iglesia, que la propiedad privada debe tener una función social. “La justicia nunca podrá cimentarse en la inequidad, que supone la concentración de la riqueza”, dijo. Y agregó: “El derecho a la propiedad es un derecho natural pero secundario”. 

Para el Papa, el aborto “no es un asunto primariamente religioso, sino de ética humana”. Hace algunas semanas, el papa Francisco les escribió una carta a las mujeres de las villas Rodrigo Bueno 31 y de José León Suárez, quienes le habían pedido que interceda al respecto. En el escrito el Santo Padre reiteró su postura en contra del aborto debido a que “no es un asunto primariamente religioso”, sino “de ética humana, anterior a cualquier confesión religiosa”. 


Pg12. 08 de noviembre de 2020. Por Julián Blejmar. El Papa Francisco fulmina las bases ideológicas y prácticas del neoliberalismo. Contundentes definiciones en la última encíclica papal sobre la globalización, el rol de los Estados, la propiedad privada, el liberalismo, el populismo, las políticas de asistencia social, las finanzas, las deuda de países pobres y los pactos sociales. La posición del Papa Francisco genera muchísima incomodidad en el poder económico y en grupos sociales y mediáticos conservadores. 

Las encíclicas “Lumen fidei” (2013) y “Laudato si” (2015), la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (2013) o sus palabras en seminarios como “Nuevas formas de fraternidad solidaria de inclusión, integración e innovación (I+I+I)” celebrado a comienzos de este año, llevaron al Papa Francisco a convertirse en la voz global más poderosa para cuestionar el actual poder económico mundial. 

La tercera encíclica “Fratelli tutti”, cuyos 8 capítulos se pueden leer aquí, fue un nuevo capítulo en este recorrido, donde no dejó tema económico sin tocar, desde la globalización hasta el rol de los Estados y la propiedad privada, pasando por el neoliberalismo, el populismo, las políticas de asistencia social, las finanzas, los endeudamientos soberanos, o los pactos sociales, entre otros. 

En relación a la promocionada apertura al mundo, sostuvo que “es una expresión que hoy ha sido cooptada por la economía y las finanzas”, añadiendo que “se refiere exclusivamente a la apertura a los intereses extranjeros o a la libertad de los poderes económicos para invertir sin trabas ni complicaciones en todos los países”. 

Para agregar que “el avance de este globalismo favorece normalmente la identidad de los más fuertes que se protegen a sí mismos, pero procura licuar las identidades de las regiones más débiles y pobres, haciéndolas más vulnerables y dependientes”, con lo que “la política se vuelve cada vez más frágil frente a los poderes económicos transnacionales”. En otro tramo indicó que "la propaganda política, los medios y los constructores de opinión pública persisten en fomentar una cultura individualista e ingenua ante los intereses económicos desenfrenados y la organización de las sociedades al servicio de los que ya tienen demasiado poder”. 

Modelos neoliberales. En esta encíclica realiza una fuerte crítica a los modelos neoliberales, al señalar que "el mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente. El neoliberalismo se reproduce a sí mismo sin más, acudiendo al mágico “derrame” o “goteo” -sin nombrarlo- como único camino para resolver los problemas sociales. No se advierte que el supuesto derrame no resuelve la inequidad, que es fuente de nuevas formas de violencia que amenazan el tejido social”. Apunta que "el fin de la historia no fue tal, y las recetas dogmáticas de la teoría económica imperante mostraron no ser infalibles. La fragilidad de los sistemas mundiales frente a las pandemias ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado y que, además de rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas, tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos”. 

En relación a las políticas económicas globales, afirma que “se argumenta que conviene limitar la ayuda a los países pobres, de modo que toquen fondo y decidan tomar medidas de austeridad. No se advierte que, detrás de estas afirmaciones abstractas difíciles de sostener, hay muchas vidas que se desgarran”. Denuncia que el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al progreso “a veces se ve fuertemente dificultado por la presión que origina la deuda externa. El pago de la deuda en muchas ocasiones no sólo no favorece el desarrollo, sino que lo limita y lo condiciona fuertemente. Si bien se mantiene el principio de que toda deuda legítimamente adquirida debe ser saldada, el modo de cumplir este deber que muchos países pobres tienen con los países ricos no debe llegar a comprometer su subsistencia y su crecimiento”. 

Estados nacionales. De hecho, plantea que el siglo XXI "es escenario de un debilitamiento de poder de los Estados nacionales, sobre todo porque la dimensión económico-financiera, de características transnacionales, tiende a predominar sobre la política". Avala una economía y una tecnocracia subordinada, pues afirma que "la política no debe someterse a la economía y esta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia". Por eso, sin dejar de "rechazar el mal uso del poder, la corrupción, la falta de respeto a las leyes y la ineficiencia", afirma que "no se puede justificar una economía sin política, que sería incapaz de propiciar otra lógica que rija los diversos aspectos de la crisis actual (…) No se puede pedir esto a la economía, ni se puede aceptar que esta asuma el poder real del Estado”. 

Señala la necesidad de Estados que se encuentren presentes y activos, junto con “instituciones de la sociedad civil que vayan más allá de la libertad de los mecanismos eficientistas de determinados sistemas económicos, políticos o ideológicos, porque realmente se orientan en primer lugar a las personas y al bien común. Algunos nacen en familias de buena posición económica, reciben buena educación, crecen bien alimentados, o poseen naturalmente capacidades destacadas. Ellos seguramente no necesitarán un Estado activo y sólo reclamarán libertad. Pero evidentemente no cabe la misma regla para una persona con discapacidad, para alguien que nació en un hogar extremadamente pobre, para alguien que creció con una educación de baja calidad y con escasas posibilidades de curar adecuadamente sus enfermedades. Si la sociedad se rige primariamente por los criterios de la libertad de mercado y de la eficiencia, no hay lugar para ellos, y la fraternidad será una expresión romántica más”. 

Incluso, en el apartado Reproponer la función social de la propiedad, va más allá y plantea que “si alguien no tiene lo suficiente para vivir con dignidad se debe a que otro se lo está quedando”. Y cita a Juan Pablo II al señalar que “la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada”. Para enfatizar que antes que su derecho, “está el más importante y anterior principio de la subordinación de toda propiedad privada al destino universal de los bienes de la tierra y, por tanto, el derecho de todos a su uso”, una definición que en Argentina se vuelve clave ante las diferentes tomas de tierras. 

Populismo y liberalismo. Si hay un debate que trasciende al país, es del populismo, del cual fue “acusado” hasta el mismo Papa Francisco. No deja de mencionar que ciertas formas populistas usan a los pobres “demagógicamente para sus fines” y que él está “lejos de proponer un populismo irresponsable”, criticando los casos donde “se responde a exigencias populares en orden a garantizarse votos o aprobación”. Para apuntar también que "a veces se tienen ideologías de izquierda o pensamientos sociales, junto con hábitos individualistas y procedimientos ineficaces que sólo llegan a unos pocos". Pero afirma que la pretensión de instalar el populismo como clave de lectura de la realidad social, tiene la debilidad de que “ignora la legitimidad de la noción de pueblo", y "es muy difícil proyectar algo grande a largo plazo si no se logra que eso se convierta en un sueño colectivo”, dando cuenta del rechazo “por las visiones liberales individualistas, donde la sociedad es considerada una mera suma de intereses que coexisten. En ciertos contextos, es frecuente acusar de populistas a todos los que defiendan los derechos de los más débiles de la sociedad", señalando también ciertas “formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos”. 

En otro tramo que parece apuntar al rol clave de las organizaciones sociales, plantea superar "esa idea de las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto que reunifique a los pueblos”. Por último, también muestra su desencanto por la falta de aprendizaje del sistema económico global, pues señala que "la crisis financiera de 2007-2008 era la ocasión para el desarrollo de una nueva economía más atenta a los principios éticos y para una nueva regulación de la actividad financiera especulativa y de la riqueza ficticia. Pero no hubo una reacción que llevara a repensar los criterios obsoletos que siguen rigiendo al mundo”. Es más, parece que las verdaderas estrategias que se desarrollaron posteriormente en el mundo se orientaron a más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes". 

Pactos sociales. Una referencia habitual en la economía son los “pactos sociales”, es decir los acuerdos entre empresarios y trabajadores para garantizar una armonía de clases. Según señala el Papa en su encíclica, “la paz social es trabajosa” ya que no consiste “en una paz que surge acallando las reivindicaciones sociales o evitando que hagan lío”, ya que no es “un consenso de escritorio o una efímera paz para una minoría feliz”. 

Francisco afirma que “cuando un sector de la sociedad pretende disfrutar de todo lo que ofrece el mundo, como si los pobres no existieran, eso en algún momento tiene sus consecuencias. Ignorar la existencia y los derechos de los otros, tarde o temprano provoca alguna forma de violencia, muchas veces inesperada. (…) Por lo tanto, no se trata solamente de buscar un encuentro entre los que detentan diversas formas de poder económico, político o académico. Un encuentro social real pone en verdadero diálogo las grandes formas culturales que representan a la mayoría de la población”. Concluye diciendo que “quienes pretenden pacificar a una sociedad no deben olvidar que la inequidad y la falta de un desarrollo humano integral no permiten generar paz. (…) Cuando la sociedad -local, nacional o mundial- abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Si hay que volver a empezar, siempre será desde los últimos”. 

"Me negarás tres veces": el Papa Francisco tomó distancia de Juan Grabois y Cristina Fernández de Kirchner

El Papa Francisco dijo que no es amigo de Cristina y también tomó distancia de Grabois. "Nunca tuve tantos amigos como ahora", dijo irónicamente. Cuestionó a los medios y dejó un mensaje contra el aborto. mdz. 04/12/20.

"Nunca tuve tantos amigos como ahora", dijo el Papa Francisco. Pero lo dijo de manera irónica y para desmentir a muchos de los que se arrogan esa cercanía con él. De puño y letra de parte de Jorge Bergoglio. Así llegó la carta desde el Vaticano a un grupo de ex alumnos que, preocupados y con dudas, le habían escrito previamente para plantearle varios temas. 

En la respuesta el Papa Francisco desmiente que sea amigo de Cristina Fernández de Kirchner y pone la relación al nivel de la que tuvo con Mauricio Macri. "Dos veces mencionan mi relación (cercanía, amistad) con la Sra. De Kirchner. La última vez que tuve contacto con los dos ex Presidentes (ella y el Ing. Macri) fue cuando estaban en sus funciones. Después de eso no tuve ningún contacto con ellos", aclaró Bergoglio. "Es verdad que el término “soy muy amigo de” o “estoy en contacto habitual con” es muy de “la fachada” porteña, y no es la primera vez que siento decirles (bromeando les diría que nunca tuve “tantos amigos” como ahora)", les dijo a sus ex alumnos. Incluso toma algo de distancia del dirigente social ligado a la Iglesia Juan Grabois, a quien se lo referencia como muy cercano. Allí el Papa redobla la apuesta y pide que le envíen declaraciones donde Grabois se arroga ser amigo. "El Dr. Grabois, desde hace años, es Miembro del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral. Respecto a lo que afirman que dice (que es mi amigo, que tiene contacto conmigo, etc.) les pido un favor; que para mí es importante. Necesito copia de las declaraciones en las que afirma eso. Me ayudará mucho recibirlas", chicaneó.

El contexto. La misiva está dirigida a un grupo de ex alumnos  de literatura del Colegio de la Inmaculada Concepción, de Santa Fe, donde Bergoglio dio clases entre 1964 y 1965.  El Papa asegura en la respuesta que no está al tanto de lo que ocurre en Argentina, más allá de lo que le informan semanalmente como ocurre con todos los Estados. 

El Papa Francisco sugiere que hay una distorsión entre lo que dice y lo que se dice que dice. "En general allí no se sabe lo que digo habitualmente..., se sabe lo que dicen que digo", aseguró. Y culpó de ello a los medios de comunicación. "esto gracias a los medios los cuales, bien sabemos, que responden a intereses parciales, particulares o partidistas. En esto creo que los católicos, desde el Episcopado hasta los fieles de una parroquia, tienen derecho a conocer lo que realmente dice el Papa… y no lo que le hacen decir los medios; aquí juega mucho el fenómeno del relato", describió. En la misma carta Jorge Bergoglio se mete de lleno con un tema complejo en la relación entre la Iglesia y el Gobierno argentino: el proyecto de despenalización del aborto. Allí reiteró su rechazo y dejó un mensaje. El asunto del aborto no es un asunto primariamente religioso, sino humano, un asunto de ética humana previo a cualquier confesión religiosa. Y sugiero que se hagan dos preguntas: 1) ¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? Y 2) ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema? Me causa gracia cuando alguien dice; ¿Por qué el Papa no envía a la Argentina su opinión sobre el aborto? Pues la estoy enviando a todo el mundo (incluso a Argentina) desde que soy Papa", dijo, con destino directo a Casa Rosada.

“Fratelli Tutti”: de cómo predicando fraternidad se obtiene odio y pobreza

La influencia de la Iglesia ha tomado control de Latinoamérica durante todo el siglo XX y amenaza con extender su influencia al siglo XXI. Es allí y en el temor que inspira el enfrentarse a las ideas de una institución con 20 siglos de historia, en donde radican los principales obstáculos que impiden transformar nuestros países latinoamericanos en países en los que reine la libertad. InfoBAE 09/12/20. Opinión. Por Eduardo Marty- Presidente de FEF-FRI. 

Jorge Bergoglio (alias el Papa Francisco) escribe una Encíclica que trata sobre la Fraternidad y la Amistad Social, “Fratelli Tutti”, dándole al mundo algunos consejos de cómo lograr alcanzar dichas metas. Pues bien, si seguimos sus consejos no solo no obtendremos ni fraternidad ni amistad social sino que su Encíclica constituye una receta perfecta para sembrar el odio, acentuar las grietas sociales e incrementar la pobreza.

La Encíclica de Bergoglio no constituye una visión aislada de un Papa inclinado a la izquierda, sino que (a pesar de los intentos de muchos liberales-conservadores de intentar separar a Bergoglio de los postulados de la iglesia), la misma responde perfecta y alineadamente a la tradición de la mayor parte de las Encíclicas Papales y de los principales postulados de la Iglesia y de la religión católica a lo largo de la historia.

La receta de Bergoglio difiere en sus formas del llamado a la “fraternité” realizado por Maximilien François Marie Isidore de Robespierre (alias “El Intocable”) quien junto a sus colegas jacobinos (Louis de Saint Just, Jean-Paul Marat y George Jacques Danton) impulsaron las ideas de Rousseau y de la Revolución Francesa. Esta última se torno violenta dando lugar a la “época del terror” que entre 1793 y 1794 costó la vida de más de 40.000 franceses, incluidos muchos miembros del clero y de la Iglesia quienes junto a la aristocracia y a la nobleza sustentaban la tiranía de los monarcas de ese país. Pero el contenido de la propuesta papal tiene muchas similitudes con la propuesta de los Revolucionarios de esa época: se solicita que los hombres resignen su individualismo, su codicia, su avaricia y sus derechos, en beneficio del bien común. ¿Quién decidía en aquellas épocas el contenido del “bien común”? la mayoría parlamentaria de la Asamblea dominada por los jacobinos. ¿Y ahora? los estados nacionales. ¿Y aquellos que disentían o votaban en contra? pues tenían altas chances de ser detenidos, torturados y guillotinados. Esa suerte está aún abierta a que se repita si se insiste en repetir aquellos errores.

El resultado de la Revolución Francesa no fue ni liberté, égalité, fraternité. En lugar de “igualdad”, obtuvieron un Emperador, Napoleón Bonaparte, que gobernó Europa a sangre y fuego durante 20 años. En lugar de “fraternidad”, transformaron a Francia en el Reino del Terror. En lugar de “libertad”, obtuvieron sumisión, despotismo, guerra y confiscaciones.

La Encíclica papal constituye un claro ataque a las libertades individuales y, una vez más, al capitalismo. El Papa sostiene con precisión en este documento que las divisiones políticas son causadas por un exceso de “individualismo”, término al que le dedica la mayor parte de sus ataques. Para contrarrestar este mal, Bergoglio propone “caridad” y “solidaridad” con la novedad que la implementen no solo los privados sino también los gobiernos.

El Papa sigue en su Encíclica la tradición cristiana de que la “Propiedad Privada” debe subordinarse a las necesidades de los pobres y de los más necesitados. “Tenemos la obligación de compartir con los pobres”.

Preocupado por la desintegración del mundo (Brexit, Trump, Johnson, las disputas con China) critica sin embargo el principal proyecto integrador del mundo: “La globalización” a la que presenta como mero afán de dominio e “imperialismo cultural”. La principal fuerza desintegradora del mundo sería sin embargo el “individualismo vacío”, la ambición personal enemiga del bien común, y el egoísmo, presentado como un “abuso sobre el prójimo”.

En lugar de preocuparnos por nuestro propio bienestar, el “necesitado” debe ser nuestra máxima prioridad de acuerdo a la Encíclica. La caridad pasa a ser así no solo una obligación de todo ciudadano virtuoso sino también una obligación de todo político decente. El llamado a estos últimos es para que lleven a cabo una consistente labor de redistribución de ingresos, justicia social e implementen el estado de bienestar. La solidaridad no puede ni debe ser un acto esporádico de generosidad. Que unos pocos se apropien de bienes escasos constituye pues una inmoralidad y una injusticia. Es equivalente a un robo. Debemos exigir que se les devuelva aquello que siempre les ha pertenecido por derecho. El gobierno que redistribuye cumple así con el imperativo ético de justicia devolviendo a los pobres aquello que les fuera robado.

¿Cómo fue implementado el robo? A través de los mercados, de especulaciones financieras, del capitalismo.

Siempre que Bergoglio se refiere a las ganancias de los empresarios lo hace con términos como “apropiación” o “amasar riqueza”.

En toda su Encíclica, no dedica un solo párrafo al proceso de creación de riqueza. ¿Cómo se crea la riqueza? Pues... Dios la provee.

El increíble crecimiento del PBI mundial per cápita (que pasó de 300 dólares a 7.000 en los últimos 250 años) es completamente ignorado. La Revolución Industrial sólo es mencionada para ilustrar abusos.

La idea papal consiste en que la riqueza está fija y se asemeja a un árbol de manzanas. Si alguien toma demasiadas queda poco para los demás.

El hecho de que el capitalismo genera huertos proveedores de miles de manzanas, no es comentado.

A consecuencia de esta interpretación de “riqueza fija”, su propuesta es que los derechos de propiedad deben subordinarse al “bien común”. Esta propuesta se nutre de la tradición cristiana desde la época del “Sermón de la Montaña”. La riqueza no ayuda a la realización humana, es perversa. Los tesoros debemos buscarlos en el cielo y no en la Tierra. La propuesta de la Iglesia se inclina a favor de la vida en común, típica de convento, con votos de pobreza y si es posible castidad, sin propiedad privada, regida por la ética del altruismo (sacrificio propio para servir a los demás) y en el que reina la fe y no la razón humana. El orden y la obediencia enmarcan la propuesta.

El principal enemigo de la idea cristiana es el individuo y el individualismo. La individualidad se tolera siempre y cuando esté subordinada al bien común. Debemos aportar al pozo común de acuerdo a nuestra capacidad y retirar de acuerdo a nuestras necesidades, que deberán ser siempre austeras y vigiladas por los encargados de supervisar el “bien común”.

El hecho de que la riqueza se crea y que alimentar a 7.000 millones de personas requiere inteligencia, es ignorado sistemáticamente por el Papa. El hecho de que quien crea riqueza no se la está sacando a nadie pues antes no existía, es deliberadamente omitido por Bergoglio. Acaso ¿no es injusto que quien produce deba entregar sus bienes a quien no produce nada? mutis por el foro.

Otro término que brilla por su ausencia en el vocabulario papal es la “inteligencia humana”. Cuando la menciona –indirectamente– es para criticarla: productos de la inteligencia del hombre como los avances en tecnología (crea desempleo), en comunicación digital (nos convierte en zombies) o en Social Media (nos banaliza) deben ser descartados o minimizado su rol. Ni nuevas ideas ni pensar por nosotros mismos. Debemos hacerlo a través de la interpretación de los jerarcas de la Iglesia. Nuestra independencia nos ha conducido al reino de la pornografía, de la fornicación y de la destrucción del medio ambiente. Recordemos a los culpables de estos desvíos: el egoísmo, la avaricia, el consumismo, el exceso de racionalidad, la falta de fe.

El egoísmo (autointerés racional) es transformado en indiferencia por el prójimo de acuerdo a Bergoglio. En realidad, lo opuesto es cierto. Solo quien está satisfecho con sí mismo se abre a la benevolencia, al comercio y a relaciones positivas y contractuales con los demás.

El Papa ignora el sentido de la productividad, la armonía proveniente del comercio, los contratos, la propiedad privada y el capitalismo. Subordina la mente humana al bien común sin entender que sin libertad y propiedad privada la mente humana no funciona.

El Papa pregona el derecho a disponer de los productos pero no desea respetar la fuente que los genera. ¿De dónde sale la riqueza? no responde, pero insinúa que Dios proveerá por la fe, por generación espontánea.

Lo cierto es que no solo Bergoglio sino la tradición de la Iglesia ha subordinado hasta los mismos Mandamientos a la propia interpretación: no matarás (a no ser que Dios te lo ordene). No robarás... “injustamente”. Con justicia y obedeciendo los deseos de Dios... si se puede.

La Encíclica insiste en que debemos devolverle a los pobres lo que es de ellos por derecho propio.

El individualismo surge durante el Renacimiento cuando Tomás de Aquino rescata y traduce las obras de Aristóteles. Allí aparece la ética que respeta al individuo, su mente y su propiedad. Rompe con la tradición de la Iglesia y sus requerimientos de obediencia. Plantea la autodeterminación por primera vez en la historia. Hasta entonces la vida humana había estado predeterminada siempre por un dios omnisciente.

La religión y la Iglesia católica han constituido un obstáculo al progreso y a la autodeterminación de las personas. Progresamos no gracias a la religión sino a pesar de ella. Durante los 1000 años en los que gobernó la Iglesia (500 a 1500) disfrutando junto a los monarcas de poder temporal, el mundo se estancó bajo la jurisprudencia de la Inquisición. Las mentes libres eran perseguidas y cuestionadas. Hoy en día y muy probablemente gracias a la pérdida del poder temporal, la Iglesia emplea la persuasión y métodos pacíficos. Pero la intolerancia del mundo árabe (aún regido en muchos casos por monarcas y teocracias) nos permite entender cómo fue el mundo regido por el poder de la Iglesia.

Como reflexión final nos queda: ¿es Bergoglio una desviación izquierdista del espíritu de la Iglesia o es el socialismo una versión secular de las ideas que la Iglesia ha mantenido a lo largo de toda su historia?

El Concilio Vaticano segundo fundamentando el “destino universal de los bienes”, La Centesimus Annus afirmando que los mercados deben ser controlados por las fuerzas sociales y por el Estado”, Pio XI, el mismísimo Juan Pablo II, muestran el mismo patrón conceptual: el capitalismo no puede ser dejado en libertad. Debe ser controlado y dirigido por el Estado para controlar los excesos individualistas. El individualismo, según la iglesia, no es otra cosa que “la cultura de la muerte” debido a un “eclipse del sentido de Dios”. Un virus a combatir.

Todos somos responsables por todos. Para la Iglesia, el gobierno tiene un rol central en proteger y promover el bien común. La Iglesia, a diferencia de Ronald Reagan o Margaret Thatcher, no cree que el gobierno sea el problema sino que es parte de la solución. El Estado debe existir para “defender y promover el bien común de la sociedad”. Seguros sociales, planes sociales, seguridad social, son parte del programa de la Iglesia. El Estado puede permitir la actividad privada pero reglamentada por el gobierno y dirigida por el gobierno. Si los mercados no solucionan los problemas, deberá hacerlo el Estado (principio de subsidiariedad). Las necesidades de hambrientos y desposeídos deben estar siempre en primer lugar. La globalización conspira contra el progreso. Las empresas deben ser protegidas para favorecer la industrialización; las corporaciones reguladas para que no acumulen poder, los gremios alentados para proteger los derechos de los trabajadores.

Se debe evitar la pérdida de poder de los Estados siempre incentivados por el capitalismo a achicarse para poder atraer inversiones.

Las instituciones financieras internacionales que incentivan los cortes en los gastos sociales deben ser combatidas.

Solo la doctrina social cristiana podrá frenar –de acuerdo al Papa– la ola de libertarianismo individualista que se abre paso y azota al mundo en nuestros días.

La influencia de la Iglesia ha tomado control de Latinoamérica durante todo el siglo XX y amenaza con extender su influencia al siglo XXI. Todo el pensamiento político y los valores éticos latinoamericanos están enteramente representados en la doctrina social cristiana.

Es allí y en el temor que inspira el enfrentarse a las ideas de una institución con 20 siglos de historia, en donde radican los principales obstáculos que impiden transformar nuestros países latinoamericanos en países en los que reine la libertad.

Lo que debe enfrentarse es el altruismo como bandera ética de la Iglesia y el sentimiento de la fe como herramienta para la toma de decisiones que compite diariamente con la razón humana.

BONUS TRACK: los dos años desastrosos de gobierno de Alberto y Cristina Kirchner bastaron para hacer reflexionar al Santo Padre. Y desdecirse. Pero también le echa la culpa a las tergiversaciones del prójimo.

El papa Francisco al coloquio de IDEA: “No se puede vivir de subsidios”

En un videomensaje al foro argentino, destacó la importancia del trabajo y lamentó haber sido malinterpretado; “Algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo: que propongo una vida sin esfuerzo, o que desprecio la cultura del trabajo”. La Nación 14/1021. Por Elisabetta Piqué.

ROMA.- En un videomensaje que envió hoy al coloquio de IDEA, donde se debate sobre “Una Argentina Sostenible”, el papa Francisco reiteró la importancia fundamental del trabajoaseguró que “los subsidios sólo pueden ser una ayuda provisoria” y que “no se puede vivir de subsidios” lamentó haber sido malinterpretado en su madre patria en cuanto a estos temas.

“Algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo: que propongo una vida sin esfuerzo, o que desprecio la cultura del trabajo”, se quejó. “Imagínense si se puede decir eso de un descendiente de piamonteses, que no vinieron a nuestro país con ganas de ser mantenidos sino con un enorme deseo de arremangarse para construir un futuro para sus familias”, planteó.

“Es curioso, no ponían la plata en el banco los migrantes, sino en ladrillos y terreno. La casa, lo primero. Miraban adelante hacia la familia. Inversión de familia”, precisó.

En un mensaje grabado desde el Vaticano de unos tres minutos, difundido por la Sala de Prensa de la Santa Sede y dedicado a su país, al principio el papa Francisco elogió el espacio de diálogo que se han propuesto la Fundación IDEA y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. “Deseo de corazón que sea un momento de verdadero intercambio que pueda recoger el aporte innovador de los empresarios y el de los trabajadores que luchan por su dignidad y por sus familias”, se auguró. Enseguida recordó que, a lo largo de su pontificado –que cumplirá 9 años el 13 de marzo próximo-, se refirió varias veces “a la noble vocación del empresario que busca con creatividad producir riqueza y diversificar la producción, haciendo posible al mismo tiempo la generación de puestos de trabajo”.

“Porque no me cansaré de referirme a la dignidad del trabajo. Lo que da dignidad es el trabajo. El que no tiene trabajo, siente que le falta algo, le falta esa dignidad que da propiamente el trabajo, que unge de dignidad”, agregó, pasando luego a reflejar cierto malestar porque “algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo”. Luego de recordar su origen de inmigrante piamontés listo a arremangarse, el ex-arzobispo de Buenos Aires insistió con la importancia del trabajo que “expresa y alimenta la dignidad del ser humano, le permite desarrollar las capacidades que Dios le regaló, le ayuda a tejer relaciones de intercambio y ayuda mutua, le permite sentirse colaborador de Dios para cuidar y desarrollar este mundo, le hace sentirse útil a la sociedad y solidario con sus seres queridos”.

“Por eso el trabajo, más allá de los cansancios y dificultades, es el camino de maduración, de realización de la persona, que da alas a los mejores sueños. Siendo esto así, queda claro que los subsidios sólo pueden ser una ayuda provisoria”, siguió, dejando en claro su posición, que es la que desde siempre tuvo la doctrina social de la Iglesia, en cuanto a este tipo de asistencia. “No se puede vivir de subsidios, porque el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas que permitan a todos construir el futuro con el esfuerzo y el ingenio”, sentenció. “Por ser diversificadas, abren el camino para que las distintas personas encuentren el contexto más adecuado para desarrollar sus propios dones, ya que no todos tienen las mismas capacidades e inclinaciones”, agregó.

“Por esta senda creo que el diálogo entre los empresarios y los trabajadores es no sólo indispensable sino también fecundo y prometedor”, concluyó, agradeciendo finalmente “por este coloquio que han planteado con un propósito tan noble” y despidiéndose con su clásico pedido de no olvidarse de rezar por él.

Entradas relacionadas en este blog:

21/03/13 - Habemus Papam argentinensis I
21/04/14 - Habemus Papam argentinensis II
22/11/14 - Habemus Papam argentinensis III
23/06/15 - Habemus Papam argentinensis IV
26/07/15 - Habemus Papam argentinensis V
06/03/16 - Habemus Papam argentinensis VI
23/11/16 - Habemus Papam argentinensis VII
29/11/17 - Habemus Papam argentinensis VIII
10/04/19 - Habemus Papam argentinensis IX
23/04/22 - Habemus Papam argentinensis XI
29/03/22 - Habemus Papam argentinensis XII

martes, 5 de octubre de 2021

Humor y tristezas del kirchnerismo 6

 

Sigan boludeando, pibis! 




















(06/10/21) Siempre pensando en las necesidades del pueblo... gracias Cristina!




18/02/15 - Alberto Fernández marchó por Nisman. Que loco, no?

 

Kirchner/peronismo: especialistas en "golpes blandos"...


         

Bajeza total de la militancia peronio-kirchnerista: comprar la dignidad de la gente con limosnas. En realidad, son enseñanzas que les dejó Néstor y ellos consienten. Bolsones de comida o electrodomésticos por votos. Solo un ejemplo: octubre 2021, Quilmes, Provincia de Buenos Aires. 


 A estos les ganó Macri en 2017 (solo falta Animal Fernández)... así cualquiera! 


Claro! Si el modelo K es Ricardo Echegaray... que verguenza!



Diciembre/21... delirium tremens! Y se quejaban de De la Rua!






Marcha de procesados y condenados contra la Corte Suprema de Justicia. 
Enero 2022.


Increíble campaña provincial "Consumo cuidado" publicada el 21/01/22 y consejos de Gobierno de Kiciloff , Berni & Cía. para que el ciudadano no consuma "merca" de mala calidad. Realmente, están del tomate!


Los 'pibis para la liberación' de Cristina no le reclamaron esta vez al muñeco por eso de la soberanía o por la alianza inconsulta con el autócrata ruso...


 
 





ULTIMAS ENTRADAS RELACIONADAS EN EL BLOG: