viernes, 14 de diciembre de 2012

A nuestros hijos I



A NUESTROS HIJOS (AOS NOSSOS FILHOS) (Ivan Lins/Victor Martins)

Perdonen la cara angustiada
perdonen la falta de abrazos
perdonen la falta de espacio
los días eran así.

Perdonen por tantos peligros
perdonen la falta de amigos
perdonen la falta de abrigo
los días eran así.

Perdonen la falta de hojas
perdonen la falta de aire
perdón si no pude elegir
los días eran así.

Y cuando lo pasen en limpio
y cuando desaten los lazos
y cuando corten los cintos
vivan la fiesta por mi.

Y cuando laven las heridas
y cuando laven el alma
y cuando laven el agua
laven sus ojos por mi.

Y cuando broten las flores
y cuando crezcan las plantas
cuando recojan los frutos
prueben el gusto por mi.



Hijos puede tener  cualquiera: un genio, el más tarado, el más perverso. He leído que muchos los adoptan de distintas razas (como coleccionando) y hay quienes alquilan vientres humanos u otras variantes de compra para obtenerlos. También he escuchado de padres que olvidan los nombres de algunos hijos y, por lo que veo alrededor asiduamente, muchos los tienen como podrían tener mascotas. Como de tanto observar la vida soy medio pesimista, estoy convencido que la mayoría es padre por motivos egoístas. Muchas veces pienso  que tener hijos es una responsabilidad desmedida para cualquier ser humano, si apenas podemos con nuestras propias penas. Es verdad que sin ser padres no terminamos de ubicarnos en el mundo y que nuestra biología parece exigirlo pero ¿son esos derechos suficientes para ser padres? 

Como he dejado traslucir, nunca idealicé la relación padres-hijos, a los hijos ni a los padres y como supongo que todos lo harán, muchas veces me pregunté si tenía lógica tener hijos. El rol de padre que me tocó interpretar seguramente tendrá distintas evaluaciones según el interesado (no quisiera hacer una encuesta para evitar decepciones). Se que soy un padre duro, demasiado lógico para los deseos de mis hijos adolescentes y jóvenes, que se pone loco cuando intentan atravesar sus rígidos límites, a los que pongo el rótulo de 'respeto'. Los vericuetos y topetazos de la vida cotidiana hacen casi inevitable el rol represivo de los padres. En contraposición, algo de ejemplo y de respaldo y un mínimo de humor y de cariño creo que les he brindado. 

No se si tuve éxito en la educación de mis hijos.  ¿Qué será tener éxito en esto? ¿Qué sean felices y manejen su destino? ¿Qué sean decentes e íntegros? ¿Qué sean libres o que reproduzcan nuestros valores? Eso puede ser para mi pero para otro será que puedan hacer mucha guita, por ejemplo.  Es imposible no errar en esa asignatura que nadie te puede enseñar. 

¿Qué esperábamos y que pasó?  Nada parece objetivo pero estoy orgulloso de mi familia, que todavía pueda llamarse así a pesar de los tropiezos, que nos necesitemos, que nos ayudemos. Claro que los quiero a todos y soy un agradecido de su paciencia conmigo, pero como soy extremadamente rígido, me cuesta hablar de amor y hacerme el sentimental.

En compensación -porque me conmovieron- es que guardé y alcanzo aquí las visiones más poéticas y sensibles de Alejandro Rozitchner y Jorge Fernández Díaz, que soy incapaz de escribir. Y la canción de arriba, claro. Pero también agregue la posición cínica de Osvaldo Bazán, aunque no me caiga simpático, y el debate que largó la escritora Corinne Maier en Francia hace unos años, porque permiten pensar.

Nunca me gustaron la poesía ni la prosa simbólica pero cuando escuché la hermosa "A nuestros hijos" por primera vez hace añares en el casette del recital en vivo de Ivan Lins (con León Gieco, Pedro Aznar, Spinetta y otros invitados en el Luna Park de Buenos Aires) empezó a hacerme cosquillas en el alma. Y a medida que pasó el tiempo su letra me significó más, porque la entiendo como un pedido de disculpas sensible a quienes trajimos sin permiso a este difícil mundo, a este gran baile de la vida. Y aunque -en mi caso- nunca les hice faltar “abrigo”, se que no alcanza todo lo que les pude dar. Los días eran así. Horanosaurus.

Vos porque no tenés hijos

Por Osvaldo Bazán. Diario Crítica de la Argentina-Contratapa. 05/05/08. "Padres: la responsabilidad es de ustedes. Son ustedes quienes no saben decir no. Tampoco saben decir sí. Y no tienen idea de por qué decir sí o por qué decir no".

El debate de tener o no tener hijos

Polémica en Europa. Por Elisabetta Piqué - Corresponsal La Nación en Italia. 14/06/08. ROMA. Generación No Kid versus generación Sí Kid. Encendido, difícil y hasta odioso, este debate comenzó en Italia en abril pasado con la publicación de un libro titulado “No Kid”, de la francesa Corinne Maier, que indica las “40 razones para no tener hijos”, una obra que, en su momento, dividió a Francia. Cáustico y políticamente incorrecto, No Kid, que apunta a desalentar a los potenciales progenitores y, de forma casi inmediata, generó un contramovimiento que defiende las razones para sí tener hijos.

¿Los hijos hacen la felicidad?

Por Alejandra Folgarait. La Nación Enfoques 17/10/10. Investigaciones de EE.UU. y Europa sugieren que, a contrapelo del extendido ideal de la realización familiar, cada vez más personas se sienten insatisfechas cuando tienen hijos. En Argentina, los datos contradicen esa tendencia, aunque también aquí las exigencias desorbitadas de la vida moderna ponen a prueba el deseo de maternidad. Por qué pese a todo las argentinas sienten "pasión por los hijos". Entre el mito de la madre perfecta, los mandatos sociales y el deseo de procrear.

Los hijos, según su lugar en la familia

Por Soledad Vallejos. La Nación. 19/02/11. A pesar de que los psicólogos desaconsejan las generalizaciones, diversos estudios han demostrado que hay características similares entre las personas según el orden de nacimiento, el sexo y sus funciones tanto filial como fraterna. Los primogénitos, los del medio, los menores, los únicos, los favoritos y las mujeres...

¿Tener hijos a cualquier costo? 

Por Silvia Rivera (filósofa, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Lanús y de la UBA) Clarín. 06/04/11. Hombres que acceden a la paternidad comprando óvulos y alquilando úteros, mujeres solas inseminadas con semen de donantes anónimos parecen habilitar sin límites el deseo de descendencia. ¿Es búsqueda legítima u omnipotencia egoísta? 

Mi vida como padre

La cotidiana aventura de criar a los hijos. Por Alejandro Rozitchner. La Nación 16/06/12. Me siento padre, más que hijo. Será porque ya tengo mis años y porque mi vida actual está inundada de nenes a los que quiero como no sabía que se podía querer. Será porque ya no tengo padre, porque León murió en septiembre pasado. Será porque no comparto esa necesidad de idolatría de los predecesores que tanto abunda, el culto a los padres y a los abuelos, porque la siento inadecuada, limitante. 

La decepción de mi padre

A propósito del Día del Padre. Por Jorge Fernández Díaz. La Nación. Sábado 16/06/12. El día que murió Néstor Kirchner soñé con mi padre. Fue al final de un calvario de diecisiete horas en la redacción y de una solitaria trasnoche de whisky. Al llegar a casa me preparé un vaso con hielo, me derrumbé en el sofá, apagué las luces, bajé el volumen del televisor y estuve mirando una y otra vez las afligidas imágenes de aquel velorio interminable. Luego me arrastré hasta la cama y me dormí de inmediato. Soñé con Marcial Fernández. Un largo sueño vívido y resplandeciente.

“El amor no parece hoy la principal razón de la gente para tener hijos”


Por Claudio Martyniuk. Clarín Zona 23.12.12. Hay idealización e incluso hipocresía en los motivos para procrear. No es egoísta decidir no hacerlo sino, quizá, toma de conciencia sobre el paso que no conviene dar, dice el especialista. ¿Los hijos llegan siempre por amor? Mario Sebastiani, un experimentado obstetra, pone en duda el lugar central de amor. Se basa en las frases de las embarazadas que atiende en el hospital: “Pensaba esperar, pero llegó antes”, dice una; “yo no quería, pero mi marido no quiere parar hasta tener un varón…”, dijo otra. Directa, una paciente afirmó: “No quería tener hijos, pero quedaba embarazada o perdía a mi marido …”. También recuerda este pedido: “Necesito ayuda, no sé de quién es, me encontré con un compañero de colegio y en el mismo día tuve relaciones con mi marido y con él” (casi, casi, el guión de “Graduados” ...). Sebastiani enumera más ejemplos que muestran cómo tantas veces no es la responsabilidad lo que da origen a una vida: “Fue un accidente, nos cuidamos con preservativos, pero una noche, luego de una fiesta, no lo usamos.” Otro caso es el de la mujer que decide: “Lo voy a tener: ya estoy grande”. El médico confirma así que hay hijos que llegan por un deber que no se cuestiona o para cubrir vacíos afectivos. ¿Cuál es la principal razón para tener hijos?...

BONUS TRACK 

No puedo dejar de compartir este ácido análisis del periodista Alberto Amato. Me hizo reir mucho. Horanosaurus.

Cómo crear una generación de monstruitos
Por Alberto Amato. Clarín 22/04/17.


Algo tiene que cambiar. O el concepto de in­teligencia, o la pasión desbocada de algunos padres que nos tiran por la cabeza el talento inexistente de sus hijos. Una pasión desboca­da termina siempre en un choque trágico, por lo general con la realidad, que es más dura que el concreto. Diálogo tipo con la mamá in­sufrible, que enumera las dotes extraordina­rias del pequeñ hijo que: "Vos no sabés lo que es el nene: una inteligencia, es un superdotado. Es increíble. Yo no sé a quién sale". Sin mala fe, uno puede hacer notar que, según tiene en­tendido, al chico le va pésimo en la escuela. Ojos de asombro de la mamá: "Ah, pero eso es porque se aburre. Su grado de comprensión y lucidez es  tal, que la escuela le queda chica. Aprende más por Internet que en el aula". Las variantes pueden ser otras: el chico es hiperactivo, o, dada su inteligencia, le es difícil relacionarse con los demás, o son los maestros quienes no lo entienden. Están los padres que creen queel chico es Messi en su esplendor y que sólo una conspiración AFA-FIFA le impide integrar el seleccionado nacional sub-8.0 que relatan la proeza del pequeño genio en el aprendizaje del inglés. Uno recuerda, siempre sin mala fe, que a gatas el chico sabe en ese idioma contar hasta cien y el nombre de los colores. "Ah, pero ¿viste como pronuncia? Un lord". Sí, un lord del almirantazgo. Por cierto, nada es gratis. Los padres pade­cen serlo de tamaño genio. “Es un orgullo, pero también una preocupación. Vivimos para ese hijo". A factura expuesta, relevo de prue­bas. Madres cluecas, padres lobos, papis, mamis, ¿no estarán creando una generación de pequeños monstruos?

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2 comentarios:

  1. Dany: odiaria hacerme el sabihondo (no creo haber aprobado muchas materias) pero podria generalizar que a medida que nuestros hijos son mas grandes mas significado cobra esta letra, porque nos sentimos mas en deuda con ellos. A menos que nuestra cabeza sea un mani o hablemos de gente soberbia. Abrazo. HMz.

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