jueves, 25 de diciembre de 2014

Huracán 2014: fin de año soñado




Cuelgo aquí fotos y linkeo a interesantes videos realizados por gente de La Quema Web y otros, que ilustran sobre los vaivenes emotivos que sufrimos los hinchas de Huracán este fin de año, que terminó resultando glorioso. De la incertidumbre y el desconsuelo total a tener el pecho inflado en solo 43 días, metiendo -en el medio- más de 30 mil hinchas en el Palacio Ducó, un lujo que muyyy poquitos clubes en la Argentina pueden juntar (*). 

Los hinchas de Huracán no podemos festejar realmente el ascenso a 1ra. División porque fuimos un club fundacional del fútbol argentino y podemos decir -sin mentir- que somos el sexto grande, con modestia y aceptando a la vez nuestro rico pasado y la realidad actual. De nuestro siglo y pico de vida, fuimos de primera casi todo el tiempo y en los últimos años nos tocó vivir una fuerte decadencia deportiva. La Copa Argentina, ganada contra Boca Juniors, Banfield, Estudiantes de la Plata, Rafaela y Rosario Central, se levantó luego de 41 años de sequía y aguante (ver "Por fin, campeón"y recién pudo ser festejarse a pleno unas semanas después, al darse el necesario ascenso. Lo bueno, como se le ocurrió a alguien: "volvimos campeones". Horanosaurus. 



"Huracán campeón y en Primera". Crónica de los últimos partidos de la B Nacional y Copa Argentina.


"Recibimiento". Video del inicio de Huracán 4-Indpte. Mza 0 (08-12-14).


Timelapse y video de la salida del equipo vs. Indpte. de Mendoza 4-0 (08-12-14) Web oficial C.A.H.


La tribuna poblada de quemeros y el trailer de "El secreto de sus ojos".. Alcoyana, Alcoyana...

(*) dedicado especialmente a esos envidiosos que cuentan el chiste que nuestro Palacio Ducó solo se llenó con los trucos de computación de la película "El secreto de sus ojos". Anécdota: pesar de salir dos horas antes de mi casa en la zona norte del Gran Buenos Aires, ese lunes 08/12/14, llegué a Parque Patricios sobre la hora y apenas pude entrar a la popular Bonavena por la gran cantidad de gente: tuve que mirar el primer tiempo casi en puntas de pie. Eso, a pesar que por una decisión estúpida de no se que organismo de in-seguridad interviniente, no se vendieron entradas el día del partido. Y, por otras decisiones estúpidas del mismo, no solo no se juega con público visitante, tampoco se habilitó la tribuna visitante para que vayan los locales y por eso se la puede observar vacía. De ese modo, pusieron en peligro -por el apretujamiento y la posibilidad de avalanchas- a la gente que concurrió.  No entiendo como pueden permanecer en sus puestos rentados los funcionarios que demostraron sobradamente su incapacidad para solucionar los problemas que deberían resolver. Después de gobernar ocho años, no tienen excusas. Si fueran samurais, ya deberían haberse suicidado. Pero son cobardes, no samurais. Horanosaurus.


17/12/14. Clarín y Blog Quemero. Por Waldemar Iglesias. El mensaje de uno de los miembros de la comisión directiva, por Whatsapp, era un retrato sin vueltas del momento: "No va a querer venir nadie ahora. Se va a tener que hacer cargo Apuzzo". Y el Gordo, el Cabezón, el coordinador de las inferiores, el piloto generoso en cada tormenta, dijo lo que siempre dice: "Sí, yo estoy". La primera semana de noviembre lo tenía a Huracán roto y sin rumbo. En el Palacio Ducó, el equipo había perdido 3-0 frente a Sportivo Belgrano de San Francisco. El encuentro -interrumpido por incidentes- mucho se parecía al Infierno de una campaña inesperada. La Copa Argentina, territorio paralelo, a nadie parecía interesarle. En aquellos días Huracán se había quedado sin técnico (renunció Frank Kudelka), sin esperanza, casi sin chances. Penúltimo de once equipos en la Zona B.

Entonces, llegó Néstor Apuzzo -51 años, quemero de ley, hombre de barrio, de bohemia- para conducir al Titanic sin Di Caprio. Los que lo querían poco lo minimizaban por la cáscara: "Está más para manejar el 118 que para salvarnos de este momento". Pero el tipo se plantó ahí, en el vestuario sospechado, y unió a todos. Nada de cosas raras. De acá salimos juntos o nos ahogamos juntos. Los convenció de algo que Kudelka no había podido: les contó que las once estrellas alrededor del escudo contaban la historia de una grande. Y que en ellos estaba la posibilidad de sumar una más en la Copa Argentina. Y en ese convencimiento nació la Estrella Doce.

No quiso revoluciones. Armó la defensa que él siempre había querido. Con cuatro, sin complicaciones. Centrales altos (Erramuspe y el capitán Domínguez), Mancinelli a la derecha, Arano a la izquierda. A Vismara le dio la función que mejor conoce: el patrón de la mitad de la cancha. A Villarruel -uno de sus pibes de La Quemita- le pidió que jugara cerquita del cinco. A Pity Martínez le reclamó más recorrido como volante. Lo soltó a Toranzo. Le dijo a Espinoza que hiciera lo de siempre. Aquello que lo llevó a pedirle al presidente Alejandro Nadur que le hiciera firmar un contrato a los 15 años. Y arriba, confió en Wanchope Abila. Un equipo armó. 

Y alrededor de ellos, sumó gente. Cuentan desde el plantel que en los momentos bravos fue clave en la reconstrucción Iván Moreno y Fabianesi. Un espejo, un profesional, un laburante. Por eso, todos fueron a abrazarlo tras el cuarto gol ante Independiente Rivadavia, en el Ducó. Hubo otro personaje clave en el tramo decisivo: Romero Gamarra, otro pibe. Kudelka lo había desplazado. Y Apuzzo lo convenció de lo que podía ofrecer. El principio del desequilibrio frente Atlético Tucumán nació de sus pies, ya en el alargue.

Tuvo otra virtud el cuerpo técnico interino -con Apuzzo y con su socio Gabriel Rinaldi- en este recorrido de 43 días: supieron escuchar. No confrontaron con los lìderes del vestuario. Se sumaron. Miraron las caras, ofrecieron espacios de diálogo, repartieron responsabilidades. "Con estos jugadores voy a la guerra con escarbadientes", contó Apuzzo en una de sus varias conferencias sin rebusques. Y él, que estuvo a casi nada de ir a las Malvinas, consiguió lo que parecía imposible: un milagro que incluyó un título luego de 41 años y el tan ansiado regreso a la A. "¿El Sexto Grande? Se equivocan. Somos más que eso", cuenta sonriente el Gordo Apuzzo que llegó para apagar un incendio y se ganó el pedestal.


Olé 15/12/14. Por Ricardo Sapia. ¡Lo sigo al Glooooooooobooo! Y no puedo parar de gritar, de desahogarme, de alzar los brazos ... de sentirme de Primera otra vez. Como debía ser. Como lo marcan los libros. La historia manda. Obligados a volver. Se cumplió. Se sufrió. Mucho. Más de lo que se podía esperar. Errores y aciertos. Todos saben en qué lugar de este cuento están sus nombres. Ya está. Basta de comer mierda. Respiremos 2015. En grande. Con Copa. ¡Qué tul! Así de increíble sos, Huracán. Nada hace 43 días. Todo hace un puñado de minutos emocionantes. Palpitaciones a mil. Vacíos con el 0-1. Y el Pelado que nos conectó el respirador. Y el pibito que abrió el pie y lo dio vuelta . ¡Es nuestra vuelta! De vuelta, dados vuelta. ¡Cuánto la parimos! Que no en La Plata. Que sí en Mendoza. Como en el 2007. Huracán, Huracán, Huracán. Mi vida, la tuya. Por los que no están. Gracias. No me resiste el alma. El llanto va por dentro o por fuera. Agitados. Quedaban 15 minutos. Ahora 3-1. Y 4-1. Extasiados. Listo. Apuzzo, Dios. Levantaste un Globo herido de muerte. Motivaste.Quemero, tatuate este 2014. Copa y Ascenso. Primera y Libertadores. Sufriste. Estuviste al borde de un colapso de furia. Te reanimaron. Creíste. Alentaste mucho más. San Juan metió pilas. Hoy tenemos lo que tanto buscamos: SOMOS DE PRIMERA...

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