domingo, 25 de septiembre de 2011

Elecciones 2011: el voto subsidio



Haciéndome cargo de mis consejos para no votar a Kristina Kirchner (ver entrada del 11/08/11), debo aceptar que mi intuición es un desastre. Pero ni aún con "el diario del lunes" (del lunes 15/08/11 post-votación) informando de la aplastante victoria de la presidente y sus acólitos en las elecciones “primarias” hasta en los distritos más castigados por los últimos años de administración, veo mis ideas superadas por la realidad.

Es evidente que al ciudadano promedio no le interesan los detalles programáticos, el desarrollo, la institucionalidad ni la corrupción. Eso quiere decir, entonces, a riesgo que un adolescente sin lectura me llame "gorila", que el promedio de los argentinos es "conservador" en el sentido de no querer que las cosas cambien.

Puede sonar a trampa pero no se puede discutir: gran parte del voto al oficialismo fue miedoso a que las cosas cambien, lo que incluye temor a que ciertos dirigentes de la oposición lleguen al poder. Un temor legítimo. ¿Porqué confiar en el voluble Alfonsín opinando justamente sobre inflación, en Duhalde prometiendo justamente orden o en los Rodríguez Saá o De Narváez hablando justamente de razonabilidad?

Escuchaba en la ruta unos días después de la elección en radio Mitre, de casualidad, al diputado Buryaile -radical de Formosa- aceptar la derrota con decencia. Decía que en su provincia el kirchnerismo había obtenido el 80% de los votos. A la vez comentaba que la mitad de la población activa de su provincia dependía de subsidios por desocupación o por hijos con escolaridad. Es sugerente, porque también ganó arrasando el oficialismo en Jujuy, donde hubo últimamente cientos de ocupaciones de terrenos por falta de viviendas. La misma provincia donde la oficialista agrupación Tupac Amaru amenaza a quienes reciben subsidios con suspendérselos si los encuentra trabajando en alguna mina.

Escuché críticas del mismo estilo en muchas provincias: la gente prefiere sumar subsidios a trabajar o crear emprendimientos. Hay consumo pero no hay mano de obra disponible. Con un buen certificado médico y sin ningún impedimento físico, podés jubilarte a los veintipico y resolvés buena parte de tu vida.¿Cómo le explicás a un acomodado jóven militante K que el Estado en realidad no necesita sus servicios, que no fue seleccionado por su capacidad justamente y que su contrato trucho es una beca inútil?

La cosa viene dulce porque la economía está en un ciclo floreciente que puede bancar esas erogaciones (las necesarias y las indefendibles) pero habría que sumar algunos elementos al análisis: como los empresarios argentinos son despreciables por definición (despilfarran sus ganancias aunque los demás sufran a su alrededor), ofrecen salarios que apenas pueden competir contra los subsidios.

Uno podría preguntarse también: ¿porqué no puede ser esta una manera de distribución de la riqueza hacia los más necesitados si siempre los poderosos han llevado las de ganar? La respuesta surge sola: porque le roba la dignidad a la gente y la convierte en mendicante, es políticamente clientelista y antiperonista, y porque constituye una limosna. Una gorilada indigna de un gobierno popular, por más discurso y marketing que se ensaye. ¿No conocen los kirchneristas el axioma "el trabajo dignifica"?

En la ciudad de Buenos Aires, Kristina duplicó los sufragios que obtuvo su candidato a jefe de gobierno Daniel Filmus (los votos "no asquerosos" del arrogante facista Fito Páez). En ese 50% están los que se están robando todo lo público y nos venden este populismo como si fuera una revolución, los acríticos al mensaje por recibir alguna migaja y los que, legítimamente, prefieren esto a los liberales de la muerte.

No dejo de ver que entre la mitad restante que no votó la continuidad están los más rancios sectores reaccionarios y, de modo heterogéneo, desde el radicalismo al trotkismo. ¿Será qué sólo le interesa atacar la corrupción a los políticos que no manejan el poder?

Reduciendo la escala, lástima Pino Solanas, quedó confirmado tu error estratégico: todo parece indicar que te engañó tu ego. Lástima también Lilita Carrió: creo en tu decencia pero tu mensaje a la gente no le interesa y tu soberbia también merece ajustes. Y si el trotkista Altamira sacó más votos que nunca con su "lamento mediático" es que hay mucha gente que no tiene idea de su posición ideológica, posee la misma conciencia política que un coatí y creyéndose "en onda" pero siendo estúpida, regala su voto.

Nací en el '55. Fui un adolescente fanatizado por Perón y el peronismo y, aunque no viví sus dos primeros gobiernos, caminé y leí lo suficiente. Cuando los hechos me abofetearon lo suficiente, mi cabeza giró más a la izquierda. Mi síntesis: el kirchnerismo es una versión populista del peronismo que aprovecha un ciclo favorable pero es insuficiente para modificar la estructura de nuestra economía y mucho menos para cambiar el orden cultural y político de las cosas. Porque su esencia es corrupta y su medio, el mentado “capitalismo de amigos”.

Con una bonanza similar, Perón le dió a los asalariados dignidad y más de la mitad de la torta del PBI y, seis décadas después -cuando salimos a la calle- vemos todavía su obra. El kirchnerismo no pudo ni quiso tanto y, mientras construye una montaña burocrática y clientelista de subsidios y militantes a sueldo, sus funcionarios necesitan asesoramiento contable para justificar sus patrimonios.

La sigo en cualquier momento pero me planto: la victoria no puede darle la razón a los mediocres.Esto sigue siendo vieja política populista. Horanosaurus.

También aquí abajo lo que pienso, pero mejor escrito y por otro.

"LA NACION AUSENTE"
Por Pino Solanas.

Estamos próximos a la mayor elección del país que seguramente contará con una numerosa participación ciudadana y en la que CFK obtendrá su reelección con una distancia de más de 30 puntos sobre los demás competidores, lo que no sucedía en varias décadas. Pero lo preocupante es que pocas veces hemos visto una campaña electoral con menos interés ciudadano y debate de ideas, como si todo se hubiera dicho durante la sucesión de elecciones de este año. Poco o nada se ha planteado frente a los grandes temas y problemas nacionales y menos aún, se han presentado propuestas para satisfacer las necesidades de la población. Como ya es un hábito, se mira para otro lado en espera que el tiempo lo resuelva.

Los candidatos parecen estar más preocupados por la seducción mediática del electorado o la mirada censora del establishment, que por la defensa de los intereses de la Nación. El discurso de campaña se elabora desde los temas que les marcan las encuestas, que a su vez retoman lo que han venido sembrando los medios y el complejo informativo oficial. El proyecto nacional, la proyección estratégica del país, está ausente. Da la sensación de andar distraídos navegando en medio de la bruma con la brújula orientada a girar sobre lo mismo, mientras el sistema capitalista global atraviesa su mayor crisis económica y la misma no ha motivado siquiera a debatirla a los intelectuales, universitarios y capa dirigente.

Vivimos un vaciamiento político y cultural sin precedentes. La conciencia nacional está ausente, nadie quiere discutir nada y estas elecciones triunfales nos recuerdan las de Menem en 1995. Las grandes cuestiones de cuyo tratamiento depende el presente y el futuro del país están relativizadas, desarmadas, como lo está la defensa de la Nación frente al creciente proceso de neocolonización en curso.

De este peligroso derrotero no escapan, con su silencio o su complicidad, los candidatos del oficialismo y de las fuerzas principales de la oposición. Difieren sobre cuestiones de gestión y calidad institucional, pero se cuidan de confrontar con el poder transnacional y aceptan el modelo privatizador-extraccionista que nos legara Carlos Menem. Los justicialistas -en sus distintas divisiones- siguen negando el legado de Juan Perón y olvidan que sus primeras medidas fueron recuperar para la Nación el BCRA, el crédito bancario, el comercio exterior, los servicios públicos, los hidrocarburos y recursos minerales.

El relato kirchnerista intenta ubicar al gobierno de CFK en el cambio progresista y nacional, pero sigue siendo el socio leal del sistema bancario y del saqueo de los recursos naturales. Los radicales en su diáspora y caída se empeñan en olvidar las medidas nacionales de Yrigoyen e Illia y no se distancian de lo que fue la Alianza, su última y patética experiencia de gobierno.

Por último, el FAP: nacido por la alianza de Alfonsín con De Narváez, continúa el programa del frente con los radicales de Santa Fe: no cuestiona el modelo dominante, ni plantea la recuperación de los recursos estratégicos, los ferrocarriles y las grandes industrias públicas. Defienden el pago de la deuda, incluso la del Club de Paris y motor económico de la sojización.

Contradiciendo el relato oficial, Argentina arrastra varios escenarios de crisis no resueltas, íntimamente relacionados al modelo neoliberal y al endeudamiento permanente de Martínez de Hoz que profundizara Menem y de la Rúa. Del sistema agro-minero-exportador aún no hemos salido por más mística y discursos de los ideólogos kirchneristas. En estos años se ha profundizado con la permanente entrega de yacimientos minerales, petrolíferos, marítimos y millones de hectáreas. Somos un país ocupado por las transnacionales, convertido en fábrica de materias primas que son de otros. Las consecuencias trágicas del nuevo colonialismo es el aumento de la desigualdad, mayor corrupción y más degradación institucional.

Sino: ¿cómo se puede entender que un país con inmensas riquezas minerales y alimentarias no pueda pagar el 82% móvil a los jubilados y tenga 700.000 niños desnutridos? En estas décadas, los excedentes de riqueza del trabajo argentino fueron girados a las metrópolis más la permanente sangría de la deuda externa
porque desde la dictadura se han pagado alrededor de u$s 240.000 millones.

Contradiciendo las afirmaciones de CFK en la ONU sobre la reducción de la deuda, Argentina sigue debiendo cerca de U$S 200.000. El año que viene se deberán pagar de intereses u$s 11.000 millones y refinanciar capital por u$s 12.000 (¿?) ¿No es vergonzoso que el pago de estas sumas con las que se podrían reconstruir los trenes, la industria aeronáutica, petrolera y naval creando 200.000 empleos estables, no sea materia de debate en la actual campaña electoral?

No se trata solo de la deuda sino de muchos problemas no resueltos que pesan sobre el frágil presupuesto 2012: la crisis del sector energético y el agotamiento de las reservas de gas que obliga a importar a precio de mercado y compensar con millonarios subsidios; la crisis de las concesiones de servicios y su reemplazo por empresas públicas con control social; la crisis del transporte y la reconstrucción del sistema e industria ferroviaria; la reforma tributaria progresiva y la recuperación de las rentas extraordinarias y la reposición al 100% de los aportes patronales para cubrir el 82% móvil y la cobertura social de todos los trabajadores; prohibición de la megaminería a cielo abierto con cianuro y reforma del Código Minero.

Sin el debate serio de estos y muchos otros temas, las elecciones nacionales seguirán siendo un engaño o ilusión, porque nada habrá cambiado. La urgencia del país no es electoral, sigue siendo la construcción de una gran fuerza política y cultural que sea capaz de realizar sin corrimientos hacia el centro, del proyecto emancipador.

Octubre 2011

1 comentario:

  1. Ciegos.....muchos....vivos.......bastantes.
    Tenemos un problema...detestar este modelo sin que nos tilden de lo que más odiamos. Pero en realidad no me importa lo que digan...yo también llevo bastante caminado.

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