De algún modo, imágenes que pasaban por mi interior en aquella lejana juventud. Confieso que la gran mayoría me sigue atrayendo. Como la gloriosa etiqueta del Camel importado y el recuerdo de su gusto tan seductor por el cual podría volver a fumar quizás. El Hendrix glamoroso casi crucificado que también cuelga en mi casa o Ian Anderson colorado y sudoroso con su flauta mágica. Y las anheladas Gibson o Asahi Pentax que nunca llegué a tener (pero a lo material lo gambeteo desde que soy conciente). Un beso en la reja. Horanosaurus.
Nunca me voy a olvidar el dibujo del rollo de papel higiénico con la bandera de eeuu
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