martes, 26 de diciembre de 2017

La tipificación de carnes vacunas en la Argentina II



Desde hace muchos años se discute la importancia de actualizar los parámetros que se utilizan a diario en los frigoríficos de la Argentina para tipificar millones de reses bovinas que se faenan en nuestro país. Hice un somero análisis del concepto de tipificación vacuna en una entrada anterior que creo interesante leer como introducción a estos párrafos (ver abajo links relacionados).

Nuestro país, después de una década perdida tras la desastrosa anti-política kirchnerista para el sector cárnico trata de recuperar el protagonismo mundial que tuvo alguna vez. La cuestión fue analizada también en este blog (*). Mediante algunos estímulos oficiales, recientemente se pudo volver a integrar al grupo de los diez primeros exportadores. 

La discusión antes apuntada gira en torno de modernizar la evaluación de carnes copiando los sistemas que usan los países exportadores de punta, propugnando nuevas mediciones -más o menos necesarias-, adaptarse sin más a las exigencias de los importadores,  o dejar las cosas que están porque todavía funcionan.

¿Funciona la tipificación actual todavía? La crítica eterna al precursor y longevo sistema argentino se cierne sobre el carácter subjetivo que aplica el tipificador. De hecho no se trata de un método científico sino de comparación de modelos. El ojo entrenado compara lo que ve con lo que ha visto y lo que corresponde, achicando al mínimo el error. Para los protestones, digamos que los países de punta usan sistemas similares, no mucho más objetivos, por simples razones económicas y operativas. Estamos calificando un producto de origen biológico, muy variable. No uno industrial. Y no se puede aún hacerle una tomografía computada a cada res y decidir a la velocidad de las norias. Más objetividad requiere costos insufribles.

Tipificar es diferenciar por calidad pero es un costo operativo  solo útil cuando el sistema resulta, retribuyendo mejor al ganadero que ofrece un producto bueno que se diferencia en el mercado. Sino no hay incentivo. La respuesta a la pregunta de arriba solo la tienen quienes comercializan hacienda y carnes todos los días. No todos los estudiosos, que a veces no pisaron un frigorífico ni conocen a fondo el toma y daca del negocio.

Al problema se agrega que conviven una demanda interna y otra externa que atraviesan horizontalmente la producción de carnes. También que -como suele decirse- cuando nos juntamos dos argentinos formamos tres partidos políticos. Nos resulta difícil consensuar, nos gusta más imponer y eso suele pasar asiduamente en los despachos oficiales. Y si se imponen cosas sin anclaje en la realidad, sin lógica práctica, no funcionarán aunque salgan por decreto.

En mi humilde opinión, los parámetros de conformación y terminación que se aplican en la tipificación vigente en la Argentina aseguran bien la calidad de la res (la cantidad real de músculo que se vende en una res completa). Pero, quizás debido a los años de vigencia de la propuesta y por requerimientos comerciales que antes no existían, no contempla atributos que aseguren la calidad de la carne en si misma (como son la terneza, el color, el marbling, la firmeza y consistencia, etc.)  

Por eso, sería interesante y viable agregar en las plantas faenadoras básicamente los controles extras que se requieren actualmente para exportar a la Comunidad Europea los contingentes denominados Cuota 481/12 (carnes de hacienda especial engordada/confinada en feed-lots... un simil cuota Hilton pero alimentada a grano). Es decir, controlar la dentición para asegurar la determinación de la edad (la osificación ya es sopesada en el sistema actual) y el "marbling" o marmoleo de la carne (grasa intramuscular), siendo estrictos con las contusiones cuando afecten cortes valiosos. Quizás también obtener la evolución del pH de las carnes para programar su conservación, preveer  defectos bioquímicos y darle al producto un destino comercial diferencial. Pero no sumar tareas por sumar, si no existen exigencias concretas. Todo en forma voluntaria, como segunda etapa de la actual tipificación.

El sistema debe continuar bajo supervisión oficial, necesaria para que no se desmadre el comercio y muchos empresarios argentinos del rubro vuelvan a mandar a los europeos vacas viejas en vez de novillos y se pierdan mercados, como sucedió muchas veces cuando el control fue laxo.

En el siguiente link, un video muy interesante para bajar y analizar, producido por la empresa Quickfood hace años explicando la tipificación que se aplica actualmente. Más abajo hallarán artículos sobre el nuevo sistema que se aplicará en el país a partir de 2019, aunque le faltan ultimar detalles. Por lo pronto sus auspiciantes -para robustecer los argumentos que desean imponer- hacen algunas críticas y aseveraciones tendenciosas sobre la tipificación actual y calificaciones que son parte del idioma que usa la cadena cárnica en el país  y no son meras costumbres a derribar en nombre de la modernidad.

A modo de ejemplo, no es verdad -como repiten- que actualmente la clasificación se haga por escala de peso. El que conoce del tema sabe que dicha escala oficial es una herramienta complementaria, no definitoria. Menos aún en las vacas, que se clasifican como tales porque se observa que parieron, por su osificación y otros detalles menores. Lo definitorio en general es la osificación, que todo tipificador habilitado debe constatar en el palco.  No significa que adoptar la dentición para definir las categorías sea superfluo. Está muy bien si definen con justeza su correlación con las categorías. Lo que no está bien es anular por decreto la tradicional categoría terneros, que seguirá usándose aunque no quieran.

Habiendo sido el nuevo método muy poco consensuado, el tiempo lo juzgará y lo validará o lo tirará a la basura. Parafraseando a la famosa filósofa argentina Karina Jelinek, lo dejo a su criterio.

Ing. Agr. especializado en carnes y Tipificador Gubernamental Horacio A. Méndez. 

(*) olvidar es de necios: ciento veinte frigoríficos cerrados, 12000 obreros calificados de la industria de la carne a la calle, brutal reducción del stock ganadero por desincentivación y millonarios subsidios al engorde a corral otorgados por Ricardo Echegaray, coimas mediante. ¿Ya zafó de semejante robo? ¿Tampoco les parece corrupción ni les importa, peronistas? (lean "Fuera de control" de Matías Longoni, 2011... no se hagan los distraídos!).




Hace unos meses, el subsecretario de Ganadería de la Nación, Rodrigo Troncoso, había adelantado a Bichos de Campo que se venían cambios en la tipificación de la hacienda y los parámetros para “medir” la calidad de la carne vacuna. En esa oportunidad, lo primero que llamó la atención es que iba a desaparecer la categoría “terneros” para identificar a los animales menores que fueran enviados al mercado.

El coordinador nacional de ganadería del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Aníbal Pordomingo, también participó activamente del plan para poner a andar estas modificaciones. Nos avisó que el nuevo sistema de tipificación comenzará a ponerse en marcha, en etapas, a partir del 1° de enero de 2019. 

“En el nuevo sistema tiene más peso la edad medida por osificación o dentición. La categoría la pone el sexo y la edad, no el peso de la media res”, explicó el profesional del INTA.

Pordomingo consideró que con el nuevo sistema de clasificación ganadera se podrá evitar el castigo en el precio que sufren los animales de mayor kilaje, que a pesar de tener una excelente terminación actualmente no son bien valorizados por el mercado. Por ejemplo, actualmente a una vaquillona que excede el límite de peso en la vieja tipificación, se la categoriza como “vaca” y en consecuencia pierde valor. “Es animal de excelente calidad, al que en la visión actual se le dice ‘vaca’ y se lo descalifica, pero no hay argumentos técnicos para esa segregación. Probablemente sea un animal que creció más rápido, mejor desarrollado y que quizás tenga una carne de mejor calidad”, explicó el técnico del INTA.

“El mundo califica a la carne por la calidad y no por la categoría que le da origen”, enfatizó Pordomingo. En la nueva tipificación, entonces, habrá una primera categoría para los bovinos que tengan hasta 2 dientes, que además los diferenciará por su sexo. En ese caso serán nombrados como novillitos o vaquillonas. Luego habrá otra categoría para los bovinos que tengan hasta 4 dientes, que serán novillos o vaca joven (a su vez sub-categorizados por peso como ‘livianos’ y ‘pesados’). Y finalmente habrá una tercera categoría para los ejemplares que tengan 6 dientes y que los establecerá como ‘toros’ o ‘vacas’.

Pordomingo explicó, por otra parte, que seguirá vigente la observación de exterior de las medias reses, aunque con algunas modificaciones en la nomenclatura, “porque en las plantas frigoríficas les gusta ver el dato que de presunción de rendimiento carnicero de la media res”.

Otro componente de la primera fase de aplicación de este plan es “la visión de engrasamiento externo, con esa presunción de que uno intuye el grado de infiltración”. Además, aparece el componente ‘contusiones’, que da cuenta de si la media proviene de un animal que tuvo problemas de maltrato. “No es lo mismo que (la carne) venga de un animal que fue golpeado que de otro que no lo fue”, explicó el coordinador ganadero.

Más adelante, según Pordomingo, deberá ponerse en marcha la segunda fase del nuevo sistema para clasificar comercialmente la carne vacuna, que se está terminando de definir y que esperan tener listo para mediados del año que viene.  

“La fase 1 es una transición, pero lo que importa  es llegar rápidamente a la fase 2, donde uno corta la carne y mira el área de bife, espesor de grasa. Entonces se puede observar el infiltrado, el OH de la carne”, indicó el profesional. Según esta visión, con esa información el productor puede saber qué está produciendo realmente, si está recriando animales de modo eficiente, o si en la terminación los bovinos desarrollan bien su musculatura. “Y el exportador va a poder saber si ese tipo de animal da con el calibre de cortes que piden los clientes extranjeros”, añadió Pordomingo.

Según el profesional, el nuevo sistema “genera elementos básico para la internacionalización del sistema” y enfatizó: “Si queremos un sistema comunicable con los de Australia o Estados Unidos, debemos tener mediciones similares”.


En lugar de clasificar los animales según el peso, lo hará por dentición y se incluirán las contusiones en el palco de faena. El sistema regirá desde comienzos de 2019 y habrá plazos para que las plantas consumeras tipifiquen las reses. El objetivo, brindar información objetiva a toda la cadena. 10-08-2018. Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne.

El 1º de enero de 2019 es la fecha tentativa en la que comenzarán a regir los cambios en sistema oficial de clasificación de la hacienda y tipificación de reses; y más adelante se avanzará con la calidad de las carnes. La resolución marco, que ya fue presentada por el Ministerio de Agroindustria a la Mesa de las Carnes, define los parámetros objetivos que regirán el comercio de ganados y carnes. Esto permitirá contar con datos reales y consistentes de los vacunos faenados y, en base a ellos, el mercado podrá premiarlos o castigarlos, vía precio, tal como sucede en las ganaderías desarrolladas del mundo.

“El sistema actual, en vigencia desde hace 45 años, es visual y subjetivo, sin variables concretas que orienten, como la edad del animal, ni pautas de calidad de carne. En cambio, mercados líderes, como EE.UU. y Australia, utilizan mediciones de calidad de res y de carne. Y la mayoría de los importadores se rigen por esos parámetros. En el país, desde el sector público y privado veíamos la necesidad de modernizar la tipificación, pero no podíamos utilizar esos modelos, había que adecuarlos a nuestros biotipos y planteos productivos”, dijo a Valor Carne Consolación Otaño, Directora de Estudios Económicos del Ministerio.

Con ese objetivo, Agroindustria desarrolló un plan de trabajo, con la participación del INTA y las cámaras que nuclean a los frigoríficos, para definir un sistema ajustado a la faena nacional. “Medimos un conjunto de variables en una muestra de 4.382 animales, en 23 frigoríficos, de diferentes provincias, abarcando así una gran amplitud de orígenes y biotipos”, sostuvo la especialista, detallando que el 52% de la hacienda era británico- índico, el 42% británico y el 6% overo. Los datos recolectados, prosiguió, “están siendo evaluados estadísticamente por el INTA para definir parámetros y rangos. Se están dando las puntadas finales y ya hay algunas pautas establecidas”.

Los cambios. La clasificación de la hacienda para faena seguirá realizándose por sexo y edad, aunque con la nueva normativa la edad será establecida por la dentición y no por el peso del animal, como ocurría hasta ahora.

Una vaquillona, por ejemplo, será una hembra de hasta cuatro dientes incisivos permanentes al momento de la faena y si tiene más de 390 kilos se subclasificará como vaquillona pesada.”Terneros y terneras no estarán contemplados en el nuevo sistema. En la práctica estas categorías ya no existían, se comercializaron hasta 2010, cuando se modificó el peso mínimo de faena, pero sus nombres se mantuvieron por costumbre. Ahora, corresponderán al novillito y la vaquillona”, explicó Otaño.


En cuanto a la tipificación, también continuará basándose en la conformación y grado de gordura, aunque se simplificarán los parámetros actuales y se agregarán las contusiones, que se serán evaluadas en el palco de faena. Todo ello se detallará en el romaneo. “Por ejemplo, lo que actualmente figura como JJ, J, AA y A se unificará bajo la denominación ‘excelente’ y el grado de gordura 2 pasará a llamarse ‘ideal’. En lo que hace a las contusiones, si las hay, se determinará su ubicación, sea el cuarto delantero, trasero o región dorsal, ya que los cortes afectados tienen diferentes valores”, anticipó. ¿Raza? “Por lo pronto, lo único que estamos considerando son las mediciones de la giba, que podrán brindar una aproximación al respecto”, respondió.

Más adelante se reglamentará la tipificación de la carne por calidad, según pH, color de grasa y músculo, marbling, área de ojo de bife y grasa de cobertura. “Los frigoríficos exportadores están muy interesados en contar con esta información. Una vez que finalice la evaluación de la muestra, se definirán los rangos de cada variable, que serán consensuados con el sector. Recién entonces, las plantas que estén en condiciones de implementar el sistema, podrán hacerlo. Otras no, ya que para ello hará falta cuartear la res”, afirmó. Al respecto, la especialista aclaró: “en principio, la tipificación de la carne por calidad será voluntaria, en línea con lo que se da en los mercados mundiales, donde esos sistemas son optativos”.

  
La puesta en marcha. El Ministerio presentó la nueva propuesta de tipificación a los técnicos de las diferentes entidades que conforman la Mesa de las Carnes. “Consultamos punto por punto y las sugerencias están siendo incorporadas a la resolución marco. La buena gobernanza es fundamental para que los cambios se puedan llevar a la práctica en forma sustentable”, subrayó la Directora.

Con respecto a la fecha tentativa para la puesta en marcha, la dificultad está en la necesidad de aggiornar los sistemas industriales. “Hay algunos frigoríficos que ya están haciendo dientes para exportar a Chile y para la 481, con un agente oficial o privado; pero, ahora, tendrán que aplicarlo a toda la faena y hacerlo con su propio personal. A nivel nacional es un cambio drástico”, remarcó.

En esta línea, Otaño resaltó la importancia del ordenamiento de la cadena para modernizar la tipificación. “Actualmente, se ven inversiones en infraestructura en numerosas plantas, no sólo en las de habilitación nacional sino en las provinciales y municipales, lo que facilitará implementar los nuevos requisitos”, aseveró. Así las cosas, todo frigorífico que ya esté haciendo tipificación deberá incorporar los nuevos parámetros y procesar la información volcándola en los romaneos.

“Hoy, tenemos 380 plantas operativas, de las cuales sólo 76 tipifican; las consumeras no están obligadas, aunque unas pocas ya lo hacen. Para ésas habrá una fecha posterior, un cronograma de aplicación, ya que se requiere capacitar tipificadores, cada planta tendrá que tener el suyo. Es un desafío”, advirtió. Y recordó que “desde 1992, la tipificación está en manos del personal del frigorífico. Para ello, el Ministerio organiza cursos, los evalúa y los incorpora a un registro que lleva la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario”.

En la práctica. Según el Director de Ganadería Bovina del Ministerio, Silvio Marchetti, el nuevo sistema generará un verdadero canal de comunicación entre la compra y la venta de hacienda. “El boqueo implicará cambios inmediatos. Si un productor manda a faena una vaquillona de refugo reproductivo de una recría, que supera los 390 kilos, contará con una herramienta para que no se la clasifiquen como vaca, categoría que se diferenciará por tener cuatro o más dientes. La dentición definirá ‘qué es’ y la tipificación y el peso, ‘cómo es’. Habrá datos precisos y el precio será un tema entre partes, según como valúen cada atributo”, apuntó.

¿Mercados concentradores? “En Liniers, remates y ferias también se clasificará por dientes. La ventaja es que esto permitirá un autocontrol en la cadena. Si el productor boqueó podrá hacer reclamos, si no, tendrá que atenerse a lo que diga el romaneo”, advirtió.  De cualquier modo, habrá auditorias en las plantas y se seguirá haciendo la osificación o madurez ósea de la res como contralor. “Claramente, si en el sacro está todo soldado nadie podrá decir que el animal tenía dos dientes”, argumentó.

Otra herramienta para agregar valor será la información sobre calidad de carne. “Hay razas que trabajan desde hace más de 25 hace años en la mejora genética para lograr un mayor ojo de bife, pero ahora nadie se los paga porque la información no existe. La idea es que exista y quien quiera usarla pueda hacerlo”, planteó.

Para finalizar, Marchetti destacó los beneficios que se lograrán hacia adelante en la cadena de valor. “El que venda carne podrá hacer su negocio en función de una demanda muy heterogénea, segmentando productos a pasto, con alto marbling, para industria, entre otros. Una asignatura pendiente será empezar a transmitir a matarifes, carniceros y consumidores que un corte grande puede provenir de un animal joven, de calidad. Es un proceso que llevará su tiempo, implica un cambio de cultura”.


Mientras el sistema vigente privilegia la categoría, la nueva propuesta hace foco en la calidad de la carne, premiando a los animales jóvenes de mayor kilaje. “Brindará información útil a productores y procesadores, equiparable a la de los mercados líderes”, afirma Aníbal Pordomingo del INTA. Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne 20-09-2016. 

“El sistema de tipificación vigente es anticuado para los actuales planteos ganaderos, ya que básicamente califica la res según la categoría del animal y el peso de faena, lo que no necesariamente refleja los atributos de la carne. En el mundo esto cambió hace 20/30 años. Sin embargo, aquí, prácticamente, define el precio. Por eso, nuestra propuesta hace hincapié en la calidad del producto”, dijo a Valor Carne Aníbal Pordomingo, Coordinador de Ganadería del INTA, refiriéndose al proyecto diseñado en conjunto con el Ministerio de Agroindustria para modernizar el modelo que se aplica en la Argentina desde 1973.

La iniciativa apunta a valorizar los animales más pesados, con la condición de que sean jóvenes, de modo que el novillito, la vaquillona y el ternero gordo no sean los únicos premiados por el sistema, dado que no siempre son los mejores.

“Hoy, un novillo de corral de dos años, dos años y medio, puede tener una calidad superior a la de un novillito. De igual modo, una vaquillona de 400 kg de campo puede dar un producto equivalente al de otra de 300 kg. Muchas veces, por hacerlos rápido se terminan sobre engrasados o con escasa grasa intramuscular. O sea que un mayor peso, a una misma edad, no debe ser penalizado”, planteó el especialista. Y aclaró que  “en el mundo no se negocian reses livianas, lo que no significa que no sean jóvenes, son de animales producidos en planteos que les permiten lograr un desarrollo importante, con una muy buena relación músculo, hueso y grasa. De eso se trata la calidad”.

Además de brindar información objetiva a productores, industriales, comercializadores y consumidores, la propuesta busca que la misma se pueda homologar con los otros sistemas de tipificación del mercado internacional. “Por ejemplo, si digo que el A- se corresponde a un low choice americano los compradores podrán interpretar de qué producto y calidad estamos hablando. Ayuda a posicionarnos en el mundo”, subrayó Pordomingo.

Por fuera y por dentro. El proyecto mantiene algunos parámetros del sistema anterior a los que se sumarán nuevas variables externas y una mirada por dentro de la media res. En ese sentido, “se seguirá utilizando su peso, la conformación, el grado de terminación, que en cierta manera muestra la relación músculo-grasa, aunque no la termina de definir; se introducirá un cambio crucial como es la edad por dentición, que hasta ahora estaba incluida en la categoría, y habrá un indicador de contusiones”, señaló. Ahí, termina el primer nivel de calificación,  que básicamente es lo que se ve cuando la media res está en el gancho y que será obligatorio para todos los procesadores.

Lo más innovador de la propuesta es la segunda etapa, en la que se evaluarán área de ojo de bife, su pH, color, espesor de la grasa de cobertura y grasa intramuscular. “Este nivel, por lo pronto, será optativo ya que se requiere cortar la media res. Se mirará el bife porque tiene una gran correlación con lo que pasa en el resto del animal. En base a sus mediciones y al peso de la media res, se calculará el rendimiento carnicero, según una formula probada en el mundo”, explicó. Y detalló: “cuanto más pesada sea la res y mayor el área de ojo de bife, más cantidad de carne brindará, alineado con la genética y la calidad del proceso de cría, recría y engorde”. Ese dato, será fundamental para los procesadores, ya que permitirá saber si tendrán menos pérdidas al quitar el hueso y la grasa. También resultará de interés para el ganadero, que podrá utilizarlo en la selección por rendimiento en carne y para corregir aspectos del manejo.

Otro indicador importante para la industria es el pH, que debe ser menor a 5,7 ó 5,8, lo que define la vida útil del producto. “Si es más alto, la carne no tiene capacidad de madurar y habrá que procesarla inmediatamente. En algunos países este parámetro separa las materias primas para moler de las que son madurables para cortes frescos o congelados”, prosiguió Pordomingo.

Con respecto al color, si el músculo es claro y brillante, indicará que hubo un mejor manejo y podrá lograr un pH más bajo que si es rojo oscuro. En cuanto a la grasa, si es amarillenta, no necesariamente señala que proviene de un animal más viejo, sino que contiene pigmentos resultantes de la alimentación pastoril, que le dan más sabor. “Dicho esto, la población argentina se ha inclinado por la grasa blanca, de la alimentación a grano, porque la asocia con animales más jóvenes”, afirmó.

Un elemento clave del proyecto es que se estimará el marmoreo o marbling. “Si bien al consumidor argentino no le interesa tanto, ya que el contenido de grasa intramuscular es bajo, del 2 al 5%, esto influye en la capacidad del músculo de retener humedad y color, características que mantienen la frescura. Además, al evitar pérdidas de agua, protege indirectamente la terneza, que depende de la genética. Por eso, es un atributo tan valorado en el mundo”, sostuvo. En tal sentido, los mercados internacionales exigen cierto grado de marmoreo, “algo que no es menor para los modelos argentinos que hacen todo muy rápido, llevando a excesos de cobertura pero marmoreo insuficiente. Tendremos que hacer engordes más progresivos, y sobre todo mejores recrías, un desafío para los ganaderos”, advirtió Pordomingo.

Finalmente, esta información de marmoreo combinada con la edad permite calificar la calidad de carne que complementa el rendimiento carnicero, pilares del segundo nivel de tipificación.

Para consensuar. La propuesta está a disposición de todos los actores de la cadena, sean del ámbito público o privado. “Está en discusión y puede sufrir modificaciones. Ya se ha presentado a las asociaciones de productores y de la industria. Hay algunos frigoríficos entusiasmados, sobre todo los de exportación, que están en condiciones de implementar el sistema completo; y otros no tanto, en general los de consumo, que adoptarían sólo el primer nivel. De cualquier modo será un avance, ya que al relegar la categoría como condicionante del precio, habrá datos más objetivos, mayor transparencia. Lo más importante es que estimula a producir más carne por cabeza premiando la calidad”, concluyó Pordomingo. 


BONUS TRACK 1

¡Y salió la nueva ley! El 05/11/18 se publicó la Resolución 32/18 de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria del Ministerio de Producción y Trabajo, que redefine las clasificación de bovinos para faena y las sub-categorías de animales en pie (ratificación del cuadro expuesto más arriba, adelantado a los medios por los técnicos impulsores de los cambios). Va a tener vigencia a partir del 01/01/19. Instruye también a la sub-Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (*) para que establezca un nuevo sistema de tipificación, basado en determinaciones de color de grasa y carne, área de ojo de bife, marmoleo y pH. Deroga a las históricas J-378 y J-379/73, que tan buenos servicios nos prestaron. 

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/315000-319999/316048/norma.htm

NOVILLITO (Nt): Macho castrado, con hasta 4 dientes incisivos permanentes al momento de la faena.
NOVILLO (No): Macho castrado, con más de 4 dientes incisivos permanentes al momento de la faena.
MACHO ENTERO JOVEN (MEJ): Macho entero, con hasta 2 dientes incisivos permanentes al momento de la faena.
TORO (To): Macho entero, con más de 2 dientes incisivos permanentes al momento de la faena.
VAQUILLONA (Vq): Hembra con hasta 4 dientes incisivos permanentes al momento de la faena.
VACA (Va): Hembra con más de 4 dientes incisivos permanentes al momento de la faena.

(*) ¡no me quiero imaginar el sello inmenso que debe tener el sub-secretario!


BONUS TRACK 2

Acá tienen más ejemplos de profesionales que escriben y escriben sin tener demasiada idea. Una parte opina, explica y hasta enseña cosas que no saben bien. Otra parte repite consignas que escucha, como si fueran verdades. Otra, no puede opinar porque es excluída y no es escuchada. ¿Una enfermedad argentina? Pasen y participen del juego de los siete errores. Horanosaurus.

Se está más cerca del fin de la media res
La Nación suplemento Campo. Sábado 24/11/18. Por Hernán Palau y Sebastián Senesi (profesores del programa de Agronegocios y Alimentos de la Fauba). 

Luego de 45 años, cambiará la tipificación de vacunos
Se deja de lado una norma arcaica que se regía por peso y se impulsa un patrón dentario para calificar las reses; opiniones divididas en el sector. La Nación suplemento Campo. Sábado 24/11/18. Por Mariana Reinke. 

BONUS TRACK 3

En el Bonus Track 1 comentaba que la Res. SdeA 32/18 estableció nuevas categorías bovinas para faena, establecía las normas generales de una nueva tipificación y prometía definirla en forma precisa en base a parámetros específicos. Bien, el 22/10/19 salió la Res. SAGPyA 195/19, que selecciona los siguientes atributos:

1. pH
2. Punto de corte del bife.
3. Area de ojo de bife (AOB).
4. Espesor de grasa dorsal (EGD).
5. Iluminación.
6. Color del músculo.
7. Color de grasa.
8. Marmoleo. 

Además, limita el tipo de reses susceptibles de ser evaluables (categorías según edad por dentición, con pH 5,9 o menos, solo ciertas conformaciones y terminaciones y sin contusiones) Entrará en vigencia a partir de los 180 días de su publicación y será de carácter optativo. 


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28/10/15 - Carnes sospechadas


domingo, 24 de diciembre de 2017

Paredes, carteles y bronces IX

























1a4. Plaza de Armas, Cusco-Perú. Placas y monumento a Pachacutec. 
5. Aguas Calientes, Perú. Monumento a Pachacutec. 
6a10. Calles de Cusco, Perú. 
11. Arequipa, Perú. 
12a13. Paredes de hotel en Cusco y Paracas, Perú.
14. Abra La Raya, ruta Cusco a Puno, Perú.
15y16. Arequipa, Perú.
17. La Plata, Buenos Aires, Argentina. Monumento a Carlos Gardel.
18a19. Barranco, Lima-Perú. Monumento a Carlos Gardel.
20. Barranco, Lima-Perú. Monumento a Chabuca Granda.
21. Lima, Perú. Monumento al General José de San Martín.
22. Lima, Perú. Escudo heráldico de Francisco Pizarro. 
23. Lima, Perú. Monumento a Francisco Pizarro.
24. Fuente de sabiduría desaprovechada, Buenos Aires, Argentina.

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viernes, 8 de diciembre de 2017

Dos años de Macrismo





Quiero escribir mis sensaciones sobre el gobierno macrista, a casi dos años que asumió. Aunque se trate de algo así como una grabación de Whatsapp de media hora relatada de un saque, que nadie está dispuesto a escuchar. Empiezo por declarar nuevamente mis pocas simpatías por el oficialista PRO y sus políticos: parecen un grupo de CEO que arribaron al chiquero del Estado argentino con modales y soberbia de habitante de countrie, discurso falto de calle y marketing para el segmento ABC. Que los kirchneristas no los culpen: están en el poder por obra y gracia de su decadencia soberbia, a la que solo el fastidio de la gente pudo detener.

No es que esperara que Macri repitiera el detestable verso vacío “progre” de los que se fueron –que nos dejaron el 30% de pobres y que de “progres” no tenían nada- pero hubiera querido un discurso más apegado a la realidad. ¿Uds. vieron algo más desubicado y careta que el timbreo electoral que usan? Quizás tan desubicado como la mesiánica y ciega militancia kirchnerista, me consuelo.

Desde el punto de vista económico, las medidas aplicadas por el gobierno apuntaron primero al control de la inflación, con éxito moderado. Casi lógicamente, se enfrió bastante la economía y –como las señales no fueron tan fuertes para los poderosos- continuaron lentas las inversiones. 

Cuando empezaron a gobernar, sin titubear y con sorprendente apuro, les quitaron las retenciones a las exportaciones agropecuarias  y a las mineras. Se preocuparon menos por los salarios, que perdieron varios puntos. Como buenos liberales, no conocen otro camino que elegirlos como variable de ajuste. Es justo decir que fue razonable "sacarle la pata encima al agro", el sector más eficiente del empresariado argentino y el que responde siempre con mayor inversión (1)

No le gusta nada al oficialismo cuando la oposición los tilda de “gobierno para ricos”. Quizás por eso, aumentaron las asignaciones universales y otras ayudas, desactivando alguna bomba social malintencionada. Continuaron muchos subsidios con un mayor control (2) y anunciaron el pago de juicios a los jubilados. Pero a los viejitos la alegría les durará  muy poco: la reforma previsional -que no es reforma sino recorte- aprobada a fines de 2017 les preanuncia una devaluación progresiva de sus ingresos. Me da temor la reforma laboral con la que amenaza dos por tres el oficialismo: porque los legisladores levantarán la mano según sus conveniencias circunstanciales y los ciudadanos nos desayunaremos de otra traición cuando nos duela en el día a día. 

Macri sigue pregonando que su objetivo primordial es disminuir la pobreza y alguna estadística lo beneficia, pero no es muy compatible ese objetivo primordial con el ajuste económico necesario que le tocó en suerte. Los populistas irracionales que provocaron la crisis aprovechan para pedir su cabeza y lo asimilan con la dictadura: una hijoputez tan antidemocrática como la milica.

Al macrismo le tocó la ingrata tarea de desactivar los desaforados subsidios del kirchnerismo a los servicios públicos, que llegaron a representar a un 80-90% de las facturas (3), lo cual lógicamente afectó el bolsillo de la gente (después la seguimos con el ministro Aranguren). Le cuesta montones reducir el déficit fiscal (U$S 30 mil millones por año!), talón de Aquiles. Lograron al menos reducir el déficit primario, pero sube el endeudamiento. La emisión de LEBAC con intereses superiores al 20% anual alcanzó el equivalente a 66 mil millones de dólares y, el ministro de Finanzas Luis Caputo casi entra en el libro Guiness al colocar un bono... a cien años! No escuché quejarse a ningún economista mediático por la guarangada.

Los tecnócratas nos meten la mano en los bolsillos desde siempre y nosotros los que trabajamos, tan ignorantes, ni chistamos. ¿Recuerdan el blindaje y el megacanje de De la Rúa, a modo de ejemplo? Todos sobreseídos y con sus vidas aseguradas. Pero los gurúes de la city nos calman. Según el economista Bein -candidato a ministro de Economía con Scioli- la situación financiera del país es aún consistente: el gobierno recibió un endeudamiento de 14 puntos del PBI y lo llevó a 23, que todavía le parece coherente. Las otrora inexistentes reservas del Banco Central llegaron a los 50 mil millones. Hubo un relativo atraso cambiario que pareció volvernos a las épocas de Cavallo, recurso que también usaron Boudou y Kiciloff (4).  

El gobierno se animó a meterle un impuesto a la renta financiera y se lo aumentó al juego. También fue una grata sorpresa -lamentablemente con poca publicidad oficial- cuando el ministro de Salud Rubinstein hizo valer el poder de compra del Estado ante las poderosa industria farmacéutica y les bajó el valor de los remedios facturados al PAMI. Señores, no seamos hipócritas: todas cosas que jamás hicieron los “progres” kirchneristas y su "capitalismo de amigos". Revisen por ejemplo los privilegios que les regaló el prócer mitómano Néstor Kirchner a los popes de las ruletas, con concesiones hasta 2030. Digamos que al oficialismo le faltaría también ajustar fuerte a la justicia y principalmente a la clase política, eternas beneficiadas del status quo. 

Sin mayoría parlamentaria, el macrismo pudo aprobar una reforma tributaria para desenredar un poco las actividades económicas: algunos la consideraron un éxito por el consenso logrado y otros, demasiado gradualista y tibia. Coinciden en que su saldo es “neutro” pero ¿todos ganan? Pagarán menos las empresas y  perderían los contribuyentes, los ciudadanos de a pie, que gatillaremos la diferencia. Mientras tanto, la presión impositiva sigue siendo la más alta de Sudamérica (alrededor del 50%) y el trabajo en negro sigue desde siempre siendo record, en un tercio de la fuerza laboral.

En esa línea de transparentar, se notaron esfuerzos del gobierno en des-anquilosar las distintas cadenas productivas, maniatadas por la corrupción, la burocracia y los oligopolios (5). El resultado es aún incierto, a juzgar por la escasa inversión que ya venía congelada de los últimos cuatro años del kirchnerismo (sin empleo privado nuevo), desde que prometieron aquel “vamos por todo”. Lamentablemente, no se puede crear trabajo “combatiendo al capital”, haciendo piquetes ni quemando el Congreso.

Los empresarios se sintieron mucho mejor y –ya sin terror a los aprietes del ex secretario Guillermo Moreno- aprovecharon la bolada para acelerar su clásico discurso en busca de prebendas nuevas, en vez de lograr la competitividad que nunca obtienen por mérito propio. Muchos tildan al gobierno de aperturista, otros de proteccionista. ¿O es equilibrado? La realidad indica un déficit comercial récord de aprox. U$S 8500 millones (el peor de los últimos 23 años) y el de cuentas externas de 17 mil millones. Me produce temor la firma del convenio entre Unión Europea y el Mercosur, que se viene para 2018, porque los países centrales hacen proteccionismo cerrado pero exportan el discurso librecambista a los suburbios. Es más viejo que yo.

Como pasó durante el "menemato", para gran parte de la opinión pública y los medios, "la madre de todos los males" es la administración pública y su exceso de empleados. No cabe duda que el kircherismo hizo del empleo público inútil para su militancia rentada un subsidio oneroso. Los ministerios se parecieron a una agencia de colocaciones sentimentales de los autodenominados "pibes para la liberación", es verdad. Y también es cierto que las erogaciones por salarios de la APN ascienden a 12% del gasto, que es mentira que el plantel sea record internacional y que el ahorro de llevar trescientas mil familias a la calle, no movería el amperímetro de la economía. Artana y Espert quieren más señales "para el mercado" pero sus poderosos clientes no se harían cargo de su alimentación (también proponen abandonar la industria automotriz vernácula y la tecnológica fueguina por ineficientes). Seguro después dirían que es un mal espectáculo para el inversor ver gente limosneando en la calle y que ellos no propusieron tal cosa. Parecidos a Macri, desean reducir la pobreza con el derrame de sus copas. Intimamente no creen esa mentira, solo la repiten sin ruborizarse.

A decir verdad, el actual gobierno de Cambiemos por ahora no hizo reformas profundas en el sector estatal. Las anuncian para este 2018. Aún no racionalizaron plantillas, mantienen cantidades récords de ministerios y secretarías y siguen ignorando el premio a los mejores. Incluso adquirieron rápido los vicios políticos de siempre (vehículos gratuitos, viáticos, despachos especiales y designaciones ridículas), cuando se esperaban soluciones justas.  Por ejemplo, ahora, en vez de la hija del ex ministro Agustín Rossi como directora adolescente del Banco Nación, tenemos a la hermana del ministro Triaca y la empleada doméstica del hijo del histórico sindicalista traidor, fue  designada interventora de una sección sindical (5). Bueno, no se sospecha de sobreprecios hasta para comprar lápices, como ocurrió durante la “década saKeada”. Y los loquitos de La Cámpora dejaron de manejar alegremente despachos, fondos públicos y 4x4 oficiales,  con el secundario incompleto.

El PRO no encaró proyectos movilizantes. El tan cacareado Plan Belgrano para el desarrollo del NOA, por ejemplo, murió antes de nacer.  La única política proactiva oficial fue aumentar la obra pública. Cemento para todos pero sin Báez ni Odebretch de socios esta vez. Y fomentaron en forma creativa el crédito para viviendas, lo cual abrió expectativas a muchos jóvenes.

El controvertido ministro de Energía Aranguren, cual ángel vengador, se encargó de actualizar a diario los combustibles de sus viejos patrones y aniquilar subsidios. En un rato libre, licitó inversiones para energías renovables que orillan los U$S 5000 millones, para reparar la maltrecha matriz energética nacional heredada. La mala noticia es que las pagó algo caras: México las consigue a U$S 21 el megawatt y nosotros la debemos pagar a 47 U$S por nuestra falta de confiabilidad crónica. Quizás salga aún más barato que los buques importadores de gas que traían De Vido y Lopecito. Y no contaminarán (7).

El corolario económico de estos dos años no muestra la cara amable de una mayor inclusión social, que supongo es lo que le interesa a la gente solidaria. Más bien el tinte es el de un ajuste gradual con el cual prometen asfaltar la llegada a algún buen destino. ¿Lo positivo? Desactivaron la bomba heredada que muchos ignoraban casi alegremente, víctimas del famoso “relato”. Se evitó una crisis mayúscula. 

A mi humilde entender, el logro más importante que se verificó durante esta etapa no es estrictamente material: fue el respeto por las instituciones, una vuelta muy necesaria a nuestro vapuleado republicanismo. Que dos más dos sean cuatro para la vida de la gente. Que se eliminen las chicanas para todo. Que el que debe, pague. Que el que afana vaya en cana.

La sociedad estaba reclamando íntimamente que las leyes fueran respetadas, porque esto se estaba convirtiendo en una jungla. Y cuando se vió, por primera vez en añares, que se empezó a combatir con decisión a la política del dinero sucio, al narcotráfico y a ciertas mafias antes intocables (por ej. la mugre de la policía bonaerense, algunos jueces corruptos, los sindicalistas 'caballo' Suárez y 'pata' Medina, las facturas truchas, el llamado “vatayón militante” que sacaba presos para actos políticos, el entuerto de La Salada, etc.  increíblemente fomentados por el kirchnerismo), la gente acompañó al oficialismo en las elecciones intermedias.

Para el bien de nuestra salud mental ya no escuchamos a diario las crispadas transmisiones en cadena nacional de Kristina ni la insufrible propaganda oficial. No hay nuevos ricos Spolski ni Cristóbal López al calor de los millones de la pauta publicitaria del Estado. No se persigue al periodismo no amigo haciendo que los hijos de los militantes escupan sus fotos en Plaza de Mayo. No aprietan opositores mandándoles la AFIP a domicilio. Incluso se le permite a Hebe de Bonafini que lance proclamas de golpe de Estado, por respeto a lo que supo ser. ¿Se preguntó Ud. que sería del país con Scioli presidente manejado en las sombras por Zannini y Aníbal Fernández? Esas mismas mafias tendrían créditos blandos.

No es que se venció al bochornoso y fracasado populismo y sus personeros. El peligro está latente. Todavía a gran parte de los argentinos les importa un carajo la corrupción que nos mata. Una parte lo sabe y especula políticamente. Otra está mal ideologizada, víctima de un engaño, cree en el relato "progre". Pero es otro tema, más difícil todavía de analizar. Horanosaurus.


      



Ilustraciones: las únicas fuentes que puedo mencionar son la caricatura de Macri de Perfil.com (julio 2011) y la de Cristina Louis Vuitton, de A. Alvarez. Supongo que el Ricardo Carpani que usaron los "progres" para convocar a la marcha de la resistencia de 2016 es trucho, como lo indica la tradición kirchnerista. Abajo de todo, foto de la visita de un grupo 'revolucionario' a los detenidos en un penal de la provincia de Buenos Aires donde pernoctan Julio De Vido, Amado Boudou, Lázaro Báez y otros próceres (nov-2017). Nada que ver con cárcel de Trelew, 1972.

(1) Según la FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino) la participación del Estado a través de sus impuestos en la renta agropecuaria siguió bajando y llegó a un 64% en marzo de 2018. Implica que cada $100 de renta que genera una hectárea, el Estado se lleva $64 entre tributos y tasas nacionales, provinciales y municipales. Durante el kirchnerato, ese nivel llegó al 94%. Encima, denigraba al campo acusándolo de "oligarquía", como decían los libros de los 70.

(2) A modo de ejemplo, la Anses de Formosa-R.A. dió de baja en marzo/18 a 3700 jubilaciones otorgadas a ciudadanos... paraguayos! Las pensiones por invalidez en el país durante el kirchnerismo aumentaron de 180 mil a 1,8 millones. Se detectaron municipios con el 38% del padrón electoral pensionado/inválido. Fue conocido el caso del pueblo Guanaco Muerto en Córdoba, de 700 habitantes, donde se habían otorgado 480 pensiones por invalidez. En 2015 el Ministerio de Desarrollo dijo que anuló 168.000 pensiones por invalidez en un intento por acabar con el curro. Ahora las autoridades deberían continuar con las dádivas que se les otorga a los legisladores del Congreso y a los de orden provincial y municipal -un tipo especial de discapacitados- para hacer justicia: el esperado ajuste sobre la política. De todos modos, para los liberales y garcas de las finanzas que se desgarran las vestiduras porque quieren que "esos vagos" vayan a laburar, los planes sociales solo alcanzan el 0,7% del PBI.

(3) En los últimos doce años el kirchnerismo aplicó subsidios por U$S 51 mil millones en las tarifas de luz y 27 mil millones para atenuar nuestras boletas de gas. Es decir casi U$S 80 mil millones... si no me equivoco, una suma similar a la que quedó en las arcas del Estado en una década por las retenciones a la soja. ¿No hubiera sido mejor utilizarla para desarrollarnos?

(4) en enero/18 el valor superó los $20 e igualó el de la salida del corsé kirchnerista al dolar. El gobierno cambió algo el rumbo de su política monetaria para controlar la inflación.

(5) Un ejemplo claro es la Mesa de Carnes, un ámbito que reúne periódicamente a todos los empresarios y funcionarios de ese controvertido sector y a cuyas reuniones acude el mismísimo presidente Macri, que algo sabe del tema. Durante el kirchnerato reuniones así eran solo posibles para escuchar las amenazas y bravatas del dinosaurio ex-secretario de Comercio Guillermo Moreno, que impuso sus condiciones locas unilateralmente y terminó haciendo cerrar 120 frigoríficos y dejando sin trabajo a doce mil trabajadores especializados en cinco años (ver otras entradas relacionadas en este blog). En la Mesa de Carnes deciden hoy mancomunadamente bajar las retenciones al cuero crudo, el peso de faena mínimo del ganado, la colocación de cajas negras de faena o la aplicación de ciertas gabelas. Suena rara para nuestra sociedad tanta convivencia pero ayuda a transparentar esta cadena productiva. Y los funcionarios han conseguido más fuentes para nuestras exportaciones. Todo ello está permitiendo ampliar los negocios del sector y abrir más fuentes de trabajo. Eso si, la carne para consumo interno nunca está barata en las góndolas. Parece confirmarse la adhesión del gobierno (¿gobierno para ricos?) a la teoría del derrame.

(6) Se armó tal balurdo cuando se difundió esta noticia que para salvar el pellejo del ministro Triaca y atenuar las críticas que los comparaba con el kirchnerismo, Macri anunció el 29 de enero de 2018 la salida del decreto 93/18 "antinepótico" que prohibe la contratación de parientes de funcionarios en la administración pública nacional y exige renuncias. También se recortó el 25% de cargos políticos en el Estado y congelaron sueldos superiores. Pero preocupa que en vez de racionalizar estén desmantelando SENASA y el INTI (acá echaron a 244 personas pero tomaron cien amigos).

(7) ¿Todo es según el color del cristal con que se mira? La reducción de los subsidios a las facturas de electricidad, gas, aguas y transportes -básicamente en el área metropolitana- significaron un ahorro equivalente a la baja de un 4,5% del PBI a un 1,6% (fuente La Nación 14/04/18 "Apunten flechas contra Aranguren")

BREVE DESCRIPCION DE LOS NUEVOS FUNCIONARIOS MACRISTAS 

Como empleado público de añares que soy, he visto pasar por la administración pública nacional todo tipo de fauna proveniente de los diversos clubes políticos que nos gobernaron. He escrito sobre eso en entradas del blog referidas a la APN. Por ejemplo, últimamente el "club casamentero" de los camporistas, con sus chicas en hawaianas y los "pibes para la liberación" en camionetas 4x4 sin llegar a los pedales. Paracaidistas de toda laya designados jefes, que al llegar preguntaban que tenían que hacer. Limpiadores de piletas o gimnastas que debieron hacer un curso acelerado de ciencias agropecuarias, escapando hacia adelante para manotear sus 15 minutos de fama. El común denominador de todos ha sido su soberbia: en muy pocos casos confiaron en la experiencia de los profesionales de carrera... pero todos debieron recurrir a su sapiencia para que los sacaran de la ignorancia. Todo termina siendo una muestra más del gran pecado argentino: exceso de autoestima, una mayoría que se cree más de lo que es.

Quisiera reproducir aquí el mail de un abogado amigo, de larga trayectoria en el Ministerio donde trabajo, un "cansado moral" como yo, donde define con agudeza y gracia la sociología de los pibes macristas que hoy nos dirigen:

"En cuanto al gobierno que voté (como otras veces, por considerarlo el menos malo y no el mejor), está haciendo -por desgracia- un curso acelerado, práctico y sin doble comando, de cómo gobernar un país no de los más fáciles. Tienen alguna gente que sabe y de antecedentes impecables, otros cuantos que saben pero tienen un pasado ominoso y una legión de pibes prolijitos, bien vestiditos, que hicieron un montón de postgrados mientras trataban de conseguir un laburo de veras fuera de la ferretería de papá, del negocio del tío o de los reverendos hijos de puta que los boludeaban con pasantías. Pibes "de buena familia" (es sabido que buena familia y buen gusto tienen los de clase media media o media alta para arriba; en cuanto a la media baja, hace rato que pasó a ser baja alta), que dejaron de fumar y comer caramelos porque, si van al quiosco de enfrente, se pierden en San Telmo o los pisa una aplanadora al cruzar Paseo Colón o los cagan con el cambio. Y no saben que hay dos quioscos en el Ministerio porque a los empleados viejos, esos burócratas decrépitos que no conocen Bora-Bora y sólo sirven para provocar déficit a costa de los que realmente trabajan y producen (en especial los bancos y financieras) no le preguntan nada, ya que tienen bien claro que tienen que dar la impresión de que se las saben todas. Y lo que saben es cuál es el colegio, el perfume, el trago y el boliche de moda, que la realidad es una planilla de Excel, que el mundo es esa pelota atornillada a un eje que había en la clase de geografía, que amigos son los de Facebook y que para triunfar en la vida basta con saberse de memoria la demostración del teorema de Pitágoras (la geométrica, por supuesto, que es la más fácil y la entiende hasta un orangután… la cartesiana o la vectorial ni sospechan que sean posibles) pero no se les ocurre, a diferencia de como hacían hacían los caldeos, los asirios, los egipcios, los romanos, los incas, los aztecas, los mayas, en suma, casi todo el mundo con dos dedos de frente, y como hoy hace un albañil paraguayo con dos años de primaria y un poco de experiencia práctica, aplicar ese teorema para replantear un plano sobre el terreno con metro y cordel, trazando ángulos rectos perfectos con un cateto de 3, otro de cuatro y una hipotenusa de cinco veces la misma longitud. El paraguayo no sabe que mierda quiere decir "cateto", "hipotenusa" ni "Pitágoras" (mucho menos "los caldeos, los asirios, los egipcios, los romanos", etc.) pero los aplica. Mientras que estos pibes lo saben perfectamente -o al menos debieran saberlo, porque alguien trató de enseñárselo, pero no tienen la más puta idea de cómo, para qué ni cómo aplicarlo. Suerte que ya soy viejo y, de acuerdo al standard de mi familia, sólo tendré que aguantar esto unos veinte años mas (tengo 69). Y hasta puede que en ese largo tiempo ocurra un milagro. Si no, lo siento mucho pero, el que venga atrás que arree... Hermoso país. Terrible país. Un gran abrazo de un sobreviviente a otro". GH.

BONUS TRACK 2018: ha pasado otro año y "el pescado sin vender". Estos muchachos que todo lo sabían salieron corriendo al FMI a pedir auxilio y Mauricio Macri sigue exigiendo sacrificios vaya a saber en pos de que quimera: a pesar de su educación privada ni siquiera sabe explicarlo en público. Evidentemente su administración liberal está desesperada, porque ha logrado lo que ningún gobierno peronista se animó en setenta años: un impuesto a la renta financiera! Argentina es un país increíble. 

Anexo aquí un balance interesante, el de Eduardo Fidanza del 29/12/18 en La Nación. Hace hincapié en la única salida posible: diálogo entre todas las fuerzas y sectores. Consenso.  Menudo problema será trasplantarle neuronas a nuestros ineptos dirigentes políticos. Horanosaurus.

2018, el año que se cobró los errores
La Nación 29/12/18. Opinión. Por Eduardo Fidanza.

El año que concluye fue traumático para el país. La crónica histórica registrará una crisis económica severa que seguramente será inter­pretada como un episodio más de un ciclo iniciado muchas décadas atrás y repetido con características parecidas cada 10 o 12 años. Visto en forma retrospectiva, lo que sucedió este año era muy probable: que ha­biendo optado el Gobierno por un fuerte endeudamiento externo para financiar una estrategia gradualista, el cese súbito del flu­jo de capitales exógenos generara un déficit inmanejable dejando a la vista la debilidad del sistema. Este duro desenlace muestra, como coinciden los observadores lúcidos, un error de diagnóstico inicial: creer que un mundo financiero codicioso, velocísimo e inorgánico acompañaría la corrección len­ta de la macroeconomía de un país impre­visible que juega en las ligas menores del concierto internacional.

¿Porqué pudo haber ocurrido esta equivo­cación, cuyas consecuencias provocan sufrimiento en la sociedad e incertidumbre en el oficialismo, que transitó desde la reelección casi resuelta a la angustia de una victoria exi­gua o improbable? Da la impresión de que este tipo de error proviene de lo que el psicó­logo A. T. Beck llamó distorsiones cognitivas: equívocos en que incurre el pensamiento al procesar e interpretar la información que proviene del entorno. 

El gobierno de Cam­biemos desarrolló un amplio repertorio de incongruencias cognitivas: primero, definió sus principales políticas mirando las en­cuestas antes que los problemas; segundo, sobreestimó su propia capacidad, conven­ciéndose de que conformaba un equipo de calidad insuperable -"el mejor en los últimos 50 años"-; tercero, estableció una causalidad errónea al suponer que la simpatía política de las principales potencias desencadenaría un flujo incondicional de dólares frescos e inversiones productivas; cuarto, confundió el apoyo electoral con el poder político real; y, quinto, subestimó la gravedad de la situación heredada.

Acaso una hipertrofia de la subjetividad fundamente todas estas distorsiones. Se potenció el vínculo inspirado en marketing, entre lo que quiere "la gente" y lo que el gobierno ofrece para satisfacerla, sin ad­vertir que por fuera de este juego de oferta y demanda político comercial existen reali­dades objetivas internas y extemas: fragili­dad estructural de la economía, ineficiente asignación de recursos, debilidad secular de los gobiernos no peronistas, ausencia de consenso político, desconfianza en un país que destruyó su moneda para financiarse con recursos espurios, despiadada timba financiera global. Datos severos que fueron menospreciados por un gobierno tal vez bienintencionado que, sin embargo, su ­cumbió al canto de las sirenas de su propio narcisismo: somos los mejores intérpretes de la sociedad, no perderemos el tiempo en consultas, haremos la transformación que nadie pudo hacer, no precisamos el consenso, la inflación es lo más fácil de resolver.

Si aún se puede aprender de los errores, la omnipotencia debería ser materia de meditación para los próximos gobiernos, al menos por una razón paradójica: si el reflejo triun­falista de Cambiemos fue ocultar al princi­pio la triste verdad de la herencia porque "la gente" no quería malas noticias, su fracaso posterior arrastró a la sociedad a una des­nuda constatación: si la Argentina no crea recursos genuinos no tendrá futuro. Seguirá generando pobres, potenciando conflictos, provocando desconfianza.

Esta restricción, que la actual administración no quiso, no su­po o no pudo ver, es la que heredará la próxi­ma, independientemente del partido a la que pertenezca. El peronismo, obsesionado por la posibilidad de recuperar el poder, no pare­ce advertir este hecho. Sus candidatos siguen soñando como Macri y otros antes que él: si llego, me las arreglaré solo, tendré los votos y la iluminación de los elegidos. Habría que recordarles que ni a Néstor Kirchner le alcanzó con las excepcionales condiciones que le tocaron. Su solipsismo autoritario compro­metió el futuro del país. Algo que su esposa se encargó, desgraciadamente, de potenciar.

2018 no tuvo piedad: se cobró los erro­res del Gobierno y la oposición, dejando extenuada a la sociedad. El daño sufrido es inconmensurable. En lo inmediato, dos síntomas resultan alarmantes: la fragmen­tación del poder al interior de las elites y el desahucio de la economía real. Una sorda guerra de intereses en la cima, mientras en la base sucumben los emprendimientos y las pequeñas y medianas empresas que sus­tentan el empleo. Eso para no hablar de la pobreza. En fin, una densa trama de conflic­tos, recesión e injusticias de la que emana recelo e incertidumbre. No obstante habrá que apostar, como exigía Pascal. Este es quizás el desafío del porvenir: disminuir la omnipotencia política, asumiendo que por mucho tiempo en la Argentina nadie podrá solucionar los problemas solo. Esa es la inflexión que tal vez cambie el destino. Si se la desecha, los años, implacables, seguirán cobrándose nuestras equivocaciones.

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