Woody y el Negro

“Con los años, uno empieza a ver qué difícil es la vida para la mayoría de la gente, lo fácil que es juzgar y criticar y estar fuera de una situación y dar cátedra y emitir sentencia. Pero a lo largo de las décadas, me he vuelto más tolerante de los defectos y errores de las personas. Todo el mundo los comete en abundancia. Cuando uno es joven, piensa: ‘Esta persona es mala’ o ‘Esta persona es una idiota’ o ‘¿Qué le pasa?’ Pero después, conforme pasa la vida, uno piensa: ‘Bueno, no es tan fácil’. Hay mucho misterio, sufrimiento y complicación. Todos tratan de hacer las cosas lo mejor que pueden. Y no es un asunto tan fácil”. 

“El 90% de las decisiones se basan en sentimientos instintivos, emocionales, en temores, conflictos, problemas infantiles no resueltos. Son el principal factor que nos impulsa, no la razón o el sentido común. Y es por eso que el mundo está en un estado terrible, terrible. Las relaciones humanas son difíciles, brutales y dolorosas. Los sentimientos gobiernan casi todo en todas las esferas”. 

“Vemos berrinches en los adultos todo el tiempo. Manejás en una autopista, un auto te toca de atrás, el conductor se baja y está dispuesto a arrancarte la cabeza (...) Algunas personas son claramente más propensas a la autodestrucción. Creo que es algo genético. El componente genético funciona como una tendencia a los berrinches, y lo adquirido depende de la infancia que tuvieron, de cuánta furia, injusticias o percepción de fracaso asimilaron. Operan juntas mientras crecemos”. Entrevista de Catherine Shoard a Woody Allen para The Guardian, en Clarín 06/10/13.

* Breves bastante viejas, aunque algunas suenen naif (**):

- "Sólo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda no me acuerdo".
- "El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores"."La inactividad sexual es peligrosa: produce cuernos".
- "Hoy en día la fidelidad sólo se ve en los equipos de sonido".
- "Las ventajas del nudismo saltan a la vista".
- "Hay estudiantes que les apena ir al hipódromo y ver que hasta los caballos logran terminar su carrera".
- "Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas".
- "¿Cuál es el animal que después de muerto da muchas vueltas? El pollo asado. 
- "Cuando un médico se equivoca, lo mejor es echarle tierra al asunto".
- "El eco siempre dice la última palabra".
- "Los mosquitos mueren entre aplausos".
- "El negocio más expuesto a la quiebra es el de la cristalería".
- "Los japoneses quieren abrirle los ojos al mundo".
- "Las canas ya no se respetan. Se tiñen".
- "El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago".
- "La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema".
- "Para ti soy ateo. Para Dios, la oposición".
- "Si Dios tan sólo me hiciera una simple señal.. como hacer un depósito a mi nombre en un banco".
- "El miedo es mi compañero más fiel. Jamás me ha engañado para irse con otro".
- "No quiero alcanzar la inmortalidad mediante mi trabajo, sino simplemente no muriendo".

... sobre las supuestas depravaciones de Woody Allen, continúo más abajo. Sigan por ahora con el Negro Fontanarrosa, que también admiraba al anteojudo... 

"En una oportunidad, me acuerdo, fui a escuchar a Woody Allen tocando el clarinete en el Michael Pub de Nueva York. Yo no tengo ningún conocimiento de música como para decir si toca bien o toca mal, no lo sé, pero obviamente me hubiese gustado, aunque no en ese momento, charlar con él. Allen es uno de esos tipos con quien me encantaría conversar". 

(...) "Cuando crea Zelig refleja eso que siempre vemos, gente que se mimetiza, que cuando habla con un peronista es un peronista. La diferencia es que Woody se dio cuenta de cómo inventar un personaje que sintetice ese fenómeno humano. Lo mismo pasa con aquella idea de siempre de que hay personajes del cine tan reales que parece que se salen de la pantalla. Con esa idea, hizo La rosa púrpura del Cairo. Y fijate en esas personas que en la vida parecen como fuera de foco. Mirá lo que hizo en Los secretos de Harry".

"Yo creo que uno hace lo que puede, no lo que quiere. Parece difícil que uno pueda decir: 'Tengo que escribir en determinado tono o estilo para llegar a mucha gente'. Podés intentarlo, pero se nota. En mi caso, yo tengo gustos que coinciden con los gustos más o menos populares. O sea, me gusta el fútbol. Sería distinto si me gustara el cricket y escribiera sobre cricket (...) posiblemente si yo hubiera ido a un exclusivísimo colegio privado y me hubiera manejado en otros ámbitos, escribiría para esos ámbitos. Uno escribe o hace cosas para los que comparten la misma información".

"Aunque los chicos más jóvenes entran a la lectura por Internet, yo creo que el uso del libro se va a prolongar por muchísimo tiempo. En un viaje, por ejemplo, sigue siendo más cómodo llevar un libro que un televisor. Yo tengo el hábito de ver el papel impreso. Escribo y lo primero que hago es imprimir, porque me gusta ver lo escrito sobre el papel y porque tengo el temor de que esa máquina hija de puta me haga desaparecer todo de un momento a otro. Te digo, de las cosas que me han pasado, la peor de las sensaciones es que de golpe desaparezca un cuento entero de la computadora (...) la sensación de desamparo que te agarra cuando de golpe se te va un texto a la mierda, sumado a la certeza de que no lo vas a poder volver a escribir, es tremenda. Yo no puedo ponerme a escribir todo de nuevo con el mismo entusiasmo. Pero vuelvo a lo anterior: el libro a mí me provoca placer porque siempre emparenté la lectura con el placer. Por eso fui un desastre como estudiante. Tener que leer cosas que no me gustaban me provocaba un fastidio tremendo".

"Si a un libro no le encuentro el atractivo a la página quince o veinte, lo dejo con todo el dolor del alma. "¿Para qué carajo estoy leyendo este libro si hay millones?", me pregunto. "¿Por qué tengo que empecinarme en leer a este muchacho?" Eso es lo que le he querido transmitir a mi hijo: yo no quiero que lea para que sea un intelectual, sino para que se divierta. Mi relación con los libros es de mucho afecto (...) un libro gordo a mí me intimida, me parece un abuso de confianza del escritor hacia el lector. Es como si alguien te dijera: '¿Tenés dos semanas para que te comente algo?' Dejame de hinchar las pelotas, contámelo en cinco minutos, decime de qué se trata y después vemos. Eso, independientemente de que he leído muchos libros gordos con mucho placer. Me acuerdo que con 'El nombre de la rosa' te decían: 'Tenés que pasar las primeras treinta páginas'. Ahora, yo me pregunto, ¿qué es esto, una prueba de obstáculos? Yo intenté dos veces, no pasé y a la mierda. Después fui a ver la película y me divertí mucho más (...) Una novela en la que no hay diálogo me desalienta. ¿Por dónde le entro al texto? Uno ve un socotroco oscuro, ¿viste? Yo necesito el diálogo. Que no me cuenten lo que está diciendo el otro o cómo lo dice. ¡Quiero escuchar lo que dice sin que se metan en el medio! Y yo mismo voy a deducir qué personalidad tiene el tipo o qué piensa, como lo deduzco de la gente común".

"¿Cuál es el compromiso del escritor? ¡Llenarse de dinero! Parafraseando a Borges: "He cometido el peor de los pecados, no he sido millonario". Yo he disfrutado mucho con la lectura, y ojalá que el tipo que lea cosas mías disfrute también. Que le guste, que le atraiga, que se entusiasme, que se cague de risa si puede, que se emocione. Trato de transmitir esas cosas, pero no me meto en el supuesto compromiso de los intelectuales de esclarecer a la gente. Porque yo no soy para nada un esclarecido. Como escritor, quiero que la gente la pase bien leyendo lo mío. Hasta ahí llego. Gustos personales, tendencias o ideologías siempre se filtran, pero sería demasiado pretencioso de mi parte suponer que voy a generar un movimiento de masas o a cambiar el mundo. Reportaje de Ana Da Costa a Roberto Fontanarrosa para ADN La Nación. 25/08/07.

(**) extractado de dos viejas ediciones de la Revista Ñ de Clarín, sección 'El espejo' y/o 'Perlas cultivadas'.

PD: hoy domingo 02/02/14, me entero por los diarios que Woody Allen fue acusado recientemente por su hija adoptiva Dylan Farrow  de abusarla sexualmente cuando tenía siete años. También pesaron acusaciones similares con Soon Yi, otra de sus hijas adoptivas, quien hoy es pareja del cineasta. Claro que debe permitirse que el acusado pueda defenderse de esas versiones, pero sabemos que la justicia es relativa con los famosos. Por ejemplo, el desequilibrado mental de Michael Jackson le tapó la boca a familiares de los damnificados -y seguramente a funcionarios judiciales- con dólares. Pero todavía se lo sigue celebrando idiotamente en los medios como el "rey del pop" en vez de "delincuente sexual". En otro orden, por estas pampas, al conocido Héctor 'Bambino' Veira la justicia lo condenó hace añares por abusar de un menor y sin embargo la gran mayoría lo sigue festejando livianamente como un 'viejito piola' y ganador. La gente es muy hipócrita: habla de confiar en la justicia y cuando habla la justicia, si no le simpatiza el resultado, lo relativiza. Todo al revés, todo mal. Por eso el mundo es lo que es. 

En el caso de Woody Allen, todavía no hubo juicio pero las coincidencias ya parecen odiosas. El periodista del 1er. artículo que pego más abajo se pregunta: "¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?", refiriéndose a la presunta depravación sexual del cineasta y su producción artística. El 2do. amplía el abanico de posibilidades. Yo acá me pregunto si todo lo que produjo y aportó en sus  geniales películas, libros y declaraciones fue válido o la fabulación, la puesta en escena de un mentiroso enfermizo. No se. Hitler pintaba cuadros y yo no colgaría uno suyo en mi living por más que su arte hubiera alcanzado alturas sublimes. 

A mí me dan ganas de vomitar los abusos de adultos a chicos. Desde una situación de poder les producen daños quizás irreparables a gente indefensa. Les impiden buscar su identidad sexual en forma normal. Les joden gratuitamente la vida por puro egoísmo. Quizás me equivoque, quizás sea injusto (igual ese gnomo neoyorkino ni se va a enterar de mi postura):  Woody, lleváte todo tu humor y arte al infierno con vos! Sos un gran mentiroso hijo de puta! ¡Espero que te agarre Fontanarrosa allá arriba para cagarte a patadas en el culo! Horanosaurus.

"Mi película favorita de Woody Allen"

Revista Ñ. 07/02/14. Por Eduardo Villar. “¿Qué película de Woody Allen es su favorita?” Así comienza la conmovedora carta pública en la que, 21 años después, Dylan Farrow cuenta –por cierto, con verosimilitud– el abuso sexual al que presuntamente la habría sometido su padre adoptivo, Woody Allen, cuando tenía siete años. En su carta, que publicó The New York Times, Dylan extiende la culpa de su desdicha a todo Hollywood, donde –afirma– casi todo el mundo hizo la vista gorda. No se priva de mencionar a varias estrellas de películas de Allen, como Alec Baldwin, Diane Keaton, Scarlett Johansson y Cate Blanchett, y advierte que en cuestión de días se decidirá sobre un nuevo Oscar a Woody Allen (...)

¿Volveremos a disfrutar una película de Woody Allen?

El polémico caso inquieta a fanáticos del director, que no saben si deberían cambiar de opinión sobre su obra. Por Hernán Iglesias Illa  | Para LA NACION Suplemento Sábado 08/02/14.

BONUS TRACK noviembre de 2021. Seguimos dando vuelta y respirando libremente. El aire sigue siendo gratuito. Sobrevivimos a la pandemia de coronavirus y a dos años de gobierno peronio-kirchnerista. No es poco. En el mundo, a falta de revoluciones que bajen de la sierra, nuevas generaciones de jóvenes protestan pintarrajeando estatuas de próceres locales con una birra en la mano y reclaman por el cambio climático después de hacer surf. El inefable periodista John Carlin vuelve en este artículo sobre el espinoso tema de los difusos límites en la vida privada de hombres públicos cuyas acciones ofenden sensibilidades contemporáneas. ¿Qué hacemos con Nelson Mandela y con Charles Darwin si pintaban racistas? Con los padres de la democracia norteamericana Thomas Jefferson, si fue pedófilo, o George Washington, esclavista. O con Carlitos Marx si lo descubrimos un retrógrado colonialista. Métanse con un click, que vale la pena. Horanosaurus. 

Nadie es perfecto

Clarín y La Vanguardia. 31/10/21. Por John Carlin.