Por Julia Luzuriaga. Bichos de Campo 08/09/20. Un liderazgo dentro de la comunidad agropecuaria como el que marcó Oscar Alvarado, quien fuera presidente de los grupos CREA, es difícil de encontrar. El fundador de El Tejar supo marcar un camino claro: que las empresas son mucho más que negocios. Y dejó una huella: la del capital social y el asociativismo como faro. A diez años de su muerte, en coincidencia con el día del Agricultor, seis referentes del agro que convivieron con él lo recuerdan en Bichos de Campo y reviven anécdotas.
Gustavo Grobocopatel: La firma de un acuerdo que se sostuvo “de palabra” durante 20 años. “Con Oscar tengo mil anécdotas. Fuimos compañeros de universidad, militamos juntos en política en esa época, y nos juntamos periódicamente durante 20 para pensar la estrategia de El Tejar y de Los Grobo”, recordó Gustavo Grobocopatel, presidente del grupo Los Grobo y uno de los referentes de los grandes pooles de siembra. La anécdota que más recuerda Grobocopatel junto a su amigo Alvarado sucedió durante una ExpoChacra. “Recuerdo que nos sentamos debajo de una sombrilla, y armamos, de palabra, un acuerdo que se sostuvo durante 20 años sin la firma de ningún contrato, y que consistía en que íbamos a apoyarnos mutuamente en nuestros sueños empresariales. Sigo sintiéndolo cerca a pesar de que partió hace 10 años, y lo extraño muchísimo; diría que cada vez más”, rememoró Gustavo.
Ricky Negri: “Soñaba con los pies en la tierra”. Ricardo “Ricky” Negri, ex presidente del Senasa, trabajó en CREA junto a Oscar Alvarado, y lo recuerda como “un soñador que soñaba con los pies en la tierra, pero en grande. Nunca lo escuché achicar los sueños o ideas de los demás. Me consta que, en la medida que la idea de alguien era muy mala, él lo llamaba aparte y se la reacomodaba al 100%”. “Pensar en esa época, en unir seis campos de cría para poder armar una empresa de escala que pudiera ser más competitiva, era una cosa medio de locos. Pero él lo logró: se llamaba ´Cabaña El Tejar´”, agregó Negri. Alvarado era, según Negri, “un constructor de equipos para jugar partidos de los fáciles y de los difíciles. También un constructor de institucionalidad, un culo inquieto que movía a su empresa y a todas las organizaciones en donde participaba, y un coherente en un mundo de incoherencias. Me cambió el arco muchas veces, pero casi siempre tenía razón”.
Willy Bernaudo: “Su capacidad era mirar los problemas buscando soluciones distintas”. El recuerdo que guarda Guillermo “Willy” Bernaudo sobre Alvarado es ante todo personal, porque eran amigos de la infancia. “Difícil para mi verlo sin los lentes de la amistad. Compartí vacaciones, deportes, estudio y trabajo, pero cualquiera que lo recuerde a 10 años de su partida lo hará sin dudas sobre su perfil personal, porque Oscar era la marca que llevaban todos sus emprendimientos”, expresó el ex secretario de Agricultura. “La actitud de superación, la seguridad de que se podían construir relaciones a partir del ganar-ganar y su capacidad para mirar los problemas buscando soluciones distintas, eran para mí las tres características que más marcaron sus logros como empresario, en el sentido más profundo de la palabra, el sentido de emprendedor. El aprendizaje que rescato de Oscar no son sus logros empresarios sino la forma de construirlos”, valoró Bernaudo.
Toty Flores recuerda a Alvarado por su valoración del trabajo en equipo. El diputado nacional por Cambiemos, Héctor “Toty” Flores, conoció a Alvarado luego de la feroz crisis social, política y económica de 2001. Lo recordó con una anécdota sucedida durante una presentación en Córdoba, luego de un congreso CREA. “Estábamos con el entonces presidente de Perú, Alejandro Toledo, y cuando le presentaron a Alvarado dijeron que era un hombre que lideraba miles de hectáreas de producción agropecuaria. Recuerdo que Toledo le preguntó: ´¿Pero cómo puede ser eso?´ Oscar le dijo ´esto es posible porque detrás mío hay un equipo que fuimos construyendo´, y desde entonces, cada vez que hablamos de proyectos sustentables me acuerdo de Oscar”. “Es posible construir proyectos si tenés un equipo. Por eso confío al igual que él, en que la Argentina saldrá adelante porque tiene hombres y mujeres capaces de armar un equipo para sacar adelante al país. Eso es Oscar Alvarado para mi”, agregó. La cooperativa La Juanita, de la cual Flores es fundador, tiene en su predio de La Matanza una escuela primaria que fue bautizada con el nombre ´Crecer en libertad Oscar Alvarado´, destacando tres herramientas que siempre difundía Alvarado: la integración, la educación y el trabajo.
Eduardo Buzzi: “Claramente Oscar estuvo del lado de los productores durante la 125”. “Recuerdo que compartimos haber recibido un premio de la Fundación Konex en 2008, en su caso por su trayectoria al frente de CREA y por el armado de una forma asociativa como lo fue su empresa El Tejar, y en mi caso por la fundación Fortalecer de FAA”, dijo Eduardo Buzzi, ex presidente de Federación Agraria Argentina (FAA). Buzzi vivió un 2008 de sobresaltos en pleno conflicto agropecuario. Pero lo recuerda muy activo a Alvarado durante aquella pelea con el Gobierno durante 2008. “Claramente, Oscar estuvo del lado de los productores durante la 125, frente a la confiscación autoritaria que significaba esa resolución, y eso que tuvimos discrepancias, porque el modelo que él impulsaba implicaba un modelo de concentración, mientras nosotros en FAA queríamos una agricultura con pequeños productores”. De todos modos, Buzzi destacó sentirse “en su mismo pelotón, porque sus valores y su condición de buena persona hacían que pudiésemos convivir, aún en la diversidad de pensamientos. Porque ante todo Alvarado era un buen tipo, fiel a sus convicciones, con rectitud de intención y porque pensábamos que un modelo no podía superponer al otro, produciendo con posibilidades de desarrollo en el interior del país”.
Daniel Assef: “Un tipo que dio mucho al sector agropecuario”. “No puedo creer que hayan pasado 10 años del fallecimiento de un tipo que dio mucho al sector agropecuario”, declaró el economista Daniel Assef, ex gerente de Coninagro y actualmente asesor en al Federación de Acopiadores. Daniel recordó una anécdota con Alvarado durante una Expoagro: “Oscar me llamó desde el stand de CREA y me dijo ´cómo puede ser que una empresa automotriz anuncie una inversión millonaria, le ponga un casco al presidente y lo traiga para cortar una cinta, mientras que nosotros, que invertimos miles de millones de dólares al año, no podemos hacer eso´. De allí surgió el famoso documento “De la tierra al país”, que hicimos en ese momento con la Mesa de Enlace y con el equipo técnico de CREA, donde informábamos cuál era la inversión anual del agro. Siempre lo recuerdo luego de esa caminata en Expoagro”, manifestó Assef.
¿Quién fue Oscar Alvarado? Con tan sólo 50 años de vida, Oscar Alvarado sufrió un paro cardíaco mientras descansaba en Ushuaia, pero su corazón por el legado de la filosofía familiar sigue latiendo. Es que una de sus grandes metas fue haber fundado El Tejar Agropecuaria, una empresa que a pesar de haber nacido como un pequeño emprendimiento creció hasta convertirse en una gran red que, sin embargo, supo mantener el acento familiar. El Tejar, que nació de la unión de varios productores de base ganadera en el centro de y oeste de Buenos Aires, llegó a convertirse en una de las principales compañías agrícolas del Cono Sur, porque ese espíritu innovador que caracterizaba a su fundador, le dio visión global, llevándola a Brasil, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Colombia. Alvarado, que parecía sentirse más cómodo con el mote de emprendedor que el de empresario, era el padre de 6 hijos junto con su mujer de toda la vida. También fue uno de los creadores de Bioceres, compañía argentina dedicada a la biotecnología agrícola, y tuvo tiempo para impregnarse de un gran activismo dirigencial: fue miembro de la Regional Centro II Sur de Aapresid, presidente de la Asociación Argentina del Girasol (Asagir) y de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA).
Oscar Alvarado, un líder que dejó huella
Por Christian Mira. La Nación Campo. 05/09/20.
Hay personas que dejan una huella. Cuando ya no están se los recuerda, pero no para quedarse en la nostalgia o venerando el pasado, sino para destacar cuánto de su trayectoria ilumina el presente y permite reflexionar sobre el contexto en el que se desenvolvieron. Una de esas personas es Oscar Alvarado. Este jueves se cumplen diez años de su muerte, muy temprana, a los 50 años, en la lejana Ushuaia, lugar que había elegido para tomarse un descanso por unos días. Sus colegas y colaboradores más cercanos lo definen hoy como un visionario y un adelantado a su tiempo. Un líder nato.
Como productor comenzó a trabajar en campos de cría de su padre en la cuenca del Salado. "Podría haberse conformado con administrar esa herencia. Pero no lo hizo. Desarrolló un planteo de engorde de los terneros y luego instaló un autoservicio en Saladillo donde se vendía carne de los animales producidos", recuerda alguien que lo conoció bien. Poco a poco fue descubriendo posibilidades para crecer, como el arrendamiento en campos de terceros. Junto con otros productores del oeste de la provincia de Buenos Aires creó El Tejar, que años más tarde se convertiría en una empresa agroindustrial que sembraba unas 120.000 hectáreas por año en la Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Uruguay y Paraguay. "Pensaba en una compañía agropecuaria global de clase mundial", recuerda uno de sus colaboradores.
Claramente, Alvarado fue uno de los empresarios agropecuarios que lideró el proceso de trabajo en red, con contratistas, empresas de insumos, servicios financieros y pymes de distinto tipo. En un país normal, empresas como El Tejar, reciben el respaldo de los gobiernos donde actúan, no como prebendas, sino para que puedan dar el salto a su internacionalización y generar oportunidades de inversión y trabajo para los argentinos. Las Cargill, los Bunge y los Louis Dreyfus de este mundo comenzaron como empresas familiares. Pero no ocurre eso. Padecen la inestabilidad de las reglas de juego y, en algunos casos, la hostilidad de los gobiernos de turno. El propio Oscar Alvarado la sufrió en carne propia. Por apoyar la lucha contra la 125 en 2008 fue atacado por el entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno porque creía que financiaba a los autoconvocados.
En su rol de dirigente, Alvarado formó parte del CREA Roque Pérez Saladillo y ocupó distintas responsabilidades en el movimiento, hasta llegar a ser presidente de Aacrea, entre 2007 y 2009. Desde allí, impulsó la construcción de "capital social". En su gestión, recuerdan sus excolaboradores, desarrolló programas de responsabilidad social empresaria para la formación de líderes comunitarios y de proyectos educativos como EduCREA. También fue miembro de la regional Aapresid Centro Sur II, presidente de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir) y director de Bioceres, compañía argentina líder de biotecnología. Hablaba de generar confianza.
"En el plano de las relaciones laborales, Oscar impulsó el concepto según el cual las empresas deben ser un ámbito para el desarrollo integral de todas las personas", recuerda hoy uno de sus amigos. Él mismo decía que las empresas "no son solo un medio para generar dinero y cumplir sueños, sino que 'deben colaborar en el crecimiento de todos sus integrantes' y de la comunidad en la que se insertan". Para sus colaboradores, Alvarado "siempre tuvo como centro a la persona y creía que se pueden hacer buenas empresas sobre buenas personas y buenos principios".
En una entrevista que brindó a este cronista en 2007, cuando se le preguntaba por la creciente demanda mundial de alimentos que le daba una gran oportunidad a la Argentina, respondía: "El reto es convertir esa oportunidad de negocios en conseguir una mejor calidad de vida para todos. Para eso se necesita un Estado que genere un marco institucional que promueva la capacitación, la inversión y las ganas de construir empresas. Desde la sociedad civil, hay que aprovechar la oportunidad para construir empresas, no negocios". Sin pretender demonizar a los negocios, explicaba que las empresas se definían como un grupo de personas compartiendo valores, "detrás de un sueño compartido" y que el objetivo final de una empresa "es conseguir el bienestar de todas las personas vinculadas a ella". En ese entonces, para Alvarado había algo claro "en la Argentina sobran negocios y faltan empresas; si no, no tendríamos esta situación de pobreza, inequidad y falta desarrollo".
Alvarado también creía que el agro debía mejorar su relación con el resto de la sociedad, buscando otras formas de comunicación. "Parece que bailamos entre primos", decía, entre risas. Liderazgos como el de Oscar Alvarado, y el de tantos otros dirigentes y empresarios del agro, marcaron un camino. Se trata de tomar ejemplos de quienes abrieron nuevos horizontes.
El negocio de Los Grobo llegó a Harvard
Los estudiantes de Harvard, se dedicaron a analizar el caso del grupo "Los Grobo" como un camino original de construcción de una empresa agroindustrial en el Mercosur. IEco Clarín 7 FEB 2011
Grobocopatel será Doctor Honoris Causa de la Universidad de Concepción del Uruguay
Y un antiguo artículo de este blog, relacionado:
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