martes, 17 de mayo de 2011

Reflexiones psico 2



Esta serie que se me ocurrió titular “Reflexiones psico” es un intento de describir ciertos tics, sentimientos y sensaciones, que normalmente no converso con casi ningún afecto cercano. Porque están en otra, no me escuchan, son muy densos o no les interesa. No importa porqué.

Para un tipo tímido como yo es difícil también exponerse en un blog  porque me siento examinado por miles de ojos. O sólo por dos, da lo mismo. Pero escribir me alivia. También me da ánimo ver que se escriben millones de ridiculeces por minuto en la web y que algunos no pueden siquiera expresarse con decencia. Vamos para adelante. Ya  admití que esto era una especie de diario virtual post-adolecente y ya está fuera de moda usar cuadernos con pequeños candados. La única preocupación que tengo es ajustar lo más estrictamente posible mis percepciones.

Tampoco debería autocensurarme para esquivar el ridículo porque -aunque Fixie no me crea- no tengo ningún 'muerto en el placard' para declarar. Si hasta a veces me parece que soy demasiado cuerdo. Si me averguenza un poco no mostrar mayores profundidades filosóficas pero es lo que Dios y la genealogía me han provisto. No se si es bueno o es malo aún: soy demasiado conciente de mis limitaciones. Horanosaurus. 



Reflexiones psico 2 - "La solidaridad redime"

Si bien las señales que nos da a diario el mundo que nos rodea son catastróficas, no deja de sorprendernos con nuevas variantes del horror. Asesinatos, guerras, abusos de poder, corrupción, el gobierno de la mentira, el reino de la antilógica. De algún modo, creo que los humanos contemporáneos acumulamos con el tiempo más respuestas internas, más defensas, para que nuestra psiquis pueda soportarlo.

Lograr ser concientes y críticos de la realidad implica que estemos bien informados para saber donde estamos parados y ser activos a partir de eso. No entiendo una actividad útil a la sociedad  que no tenga como base acumular información que permita una correcta síntesis.  Ese proceso es dificultoso para el hombre común porque su intelecto y sensibilidad debe elegir entre miles de caminos engañosos y, además, produce dolor porque lo expone al horror.

Muchos se encierran para evitar el sufrimiento que implica enterarse de ese horror. Conozco mucha gente que no lee sobre la actualidad como modo de protegerse. Le resulta intolerable, los hastía y crispa. Otra tendencia es refugiarse en creencias modernas (new age, terapias alternativas, esoterismo, etc.) o clásicas (religiones tradicionales, devociones semi-oficiales) que les proveen un cristal atenuado con el cual ver la realidad  y alivio con respuestas prefijadas a las mismas preguntas de todos.

Una respuesta lógica me parece intentar ser crítico de la realidad en vez de esconderse o autoprotegerse de ella. Ambas posiciones distan de ser pro-activas en si mismas. Aunque los egoístas son normalmente perniciosos, un equilibrado o un trastornado pueden ser neutros para la sociedad.

Para mí los solidarios tuercen la balanza: me causan admiración aquellos quienes aportan su energía y no paran, brindándosela al prójimo del modo que sea, militando honestamente y sin especulaciones en política o en ONG sin pensar en ventajas personales, dando calladamente hasta que les duela (como decía Teresa de Calcuta). Y no me miento: ¡existen los solidarios que no son críticos con el poder!

Tengo la modesta intuición que, si existe una salvación para los hombres de esta tierra, si existe una trascendencia en el hombre, para mi la logran ellos, los solidarios. La solidaridad es para mí la única actitud redimible y esperanzadora que tiene el hombre en este mundo.


Fotos:  quinta Trabucco (Municipalidad de Vicente López, Buenos Aires, Argentina). 

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