**Pat Metheny Group – “American garage” (1979)
No puedo ser equilibrado: Patrick Bruce Metheny (Lee’s Summit, Missouri-USA, 1954) inventó la música que habita mi alma hace unos 50 años y me conmueve cada vez que la escucho. Casi como la banda de sonido de mi vida. Encuentro en ella toda la frescura y la profundidad que necesito.
Metheny (PM) es además un guitarrista excepcional y versátil, ejecutante de más de una docena de instrumentos distintos a los que arranca sonidos diferentes (desde su Gibson ES-175 juvenil, una eléctrica de 12 cuerdas, una guitarra clásica fretless-sin trastes, la guitarra-arpa Pikasso, un monstruito de 42 cuerdas en tres mástiles cruzados más un cuarto extra a modo de arpa, la guitarra sintetizador, la guitarra sitar acústica y sitar eléctrica y el timple, un pariente del cuatro venezolano, muchas ideadas entre la luthier canadiense Linda Manzer y el mismo Metheny). Pero esa parafernalia no serviría de mucho si PM no tuviera la creatividad y el enorme gusto musical que ostenta. Puede simplificar o complejizar las cosas todo lo que se le ocurra pero siempre será a favor de la belleza.
Si se enganchan con este genio, verán que hay discos que editó bajo la etiqueta “Pat Metheny Group” (PMG) y otros que figuran como obras solistas o en dúos, tríos o cuartetos, tocando formatos más o menos jazzeros, cercanos o alejados del ‘mainstream’. Por las distintas búsquedas artísticas que encaró a través de los años resulta muy difícil clasificar estrictamente los casi cincuenta discos de Metheny. Los españoles de la web Tomajazz intentaron una sistematización y los dividieron en “jazzman”, como “PMG” por su producción con sus grupos estables, “inclasificable”, “imagen y sonido” y “colaboraciones”. En casi todas sus facetas ganó algún premio Grammy (al día de hoy tiene 37 nominaciones y veinte ganados), sea en la categoría mejor perfomance jazz fusión, mejores composiciones o mejor grupo de jazz contemporáneo. Para este racconto seguiré un criterio cronológico, resaltando lo que me interesa.
Metheny es para muchos el mejor guitarrista contemporáneo y el sonido más reconocible. Objetivamente es el músico de jazz vivo que más discos vende en todo el planeta, lo que aquí no resulta solo un dato de márketing, como si fuera Shakira, Maluma, Ricky Martin o Madonna: acá significa que Metheny expandió los límites de ese género musical y acercando a un público diferente. Dos logros que juegan en contra para los puristas del jazz, que suelen preferir artistas cerrados y elitistas. Si resultan trágicos y decadentes, mejor.
PM empezó su carrera por Kansas City y recibió una beca para estudiar en la Universidad de Miami, donde al poco tiempo pasó a ser profesor. Después recaló en la prestigiosa Berklee College of Music, donde dió clases a Mike Stern y Al Dimeola. Allí lo convocó enseguida el vibrafonista Gary Burton. En Miami se había hecho amigo del extraordinario bajista Jaco Pastorius y participó de su primer disco, el experimental “Jaco” (1974). Reclutado por el exclusivo sello alemán ECM, le toca el turno a PM y saca su debut, el más que interesante “Bright size life” (1976) donde su admirado bajista le devuelve la gentileza sumándose al trío con Bob Moses en batería. ¿Cómo podés perderte semejante reunión? Escuchen el cierre de las cuerdas en “Missouri uncompromised”. Dos genios se saludan. Ah! Metheny y Pastorius casi púberes fueron reclutados por Joni Mitchell para girar con ella y grabar el muy buen doble en vivo “Shadows and lights” (1980). El bajista fue partenaire en varios discos de la vieja dama digna y fundamental para su extraordinario “Hejira” (1976). Ya los recomendé antes.
En 1977 Metheny graba en Oslo para el sello ECM el disco “Watercolors” y empieza a acompañarse con el genio musical del tecladista Lyle Mays, germinando la idea del PMG aunque las composiciones todavía siguen siendo de solo de Metheny. PM empieza a mostrar sus futuras facetas: el tema “Oasis” (con guitarra de 12 cuerdas) o “Sea song” ilustran su costado más ambient y “Lakes” o “Riverquay”, el lado acid jazz. Eberhard Weber al bajo y Dan Gottlieb en batería.
Aparecerán las primeras composiciones conjuntas Metheny-Mays en el disco “Blue asphalt” (1991), uno de los primeros registros oficiales como PMG en vivo, en el Great American Music Hall de San Francisco, agosto 1977, con Mark Egan al bajo. En estudio son plasmadas en “Pat Metheny Group” (1978), primer documento fehaciente de la banda como tal, con una tapa emulando el ‘disco blanco’ de los Beatles. Igual formación. La novedad es que Lyle Mays incorpora definitivamente su ejército de teclados eléctricos al sonido de la banda. Agarran las rutas norteamericanas en combi para difundir su novedosa fusión. “Phase dance”, con sus primeras estribaciones latinas, es la brújula. Piedras basales del dúo Metheny-Mays, que ha sido al jazz contemporáneo lo que Lennon & McCartney al pop y la música moderna. Así de fácil.
A los 25 añitos, Metheny viaja otra vez a Oslo y se manda el solista “New Chautauqua” (1979), con composiciones propias que remiten al western americano, grabando todos los instrumentos, sin usar batería. Oníricos e intimistas “Country poem” y “Sueño con México”. “Daybreak”, ideal para cortina de FM chill-out.
Llega entonces “American garage” (1979). Persiste el sonido ambient ineludiblemente americano ahora en formato PMG -que mantiene con sus mismos integrantes- pero suena más contundente y a veces hasta rockero. Gottlieb cobra mayor protagonismo. Y ‘ese amigo del alma’, Lyle Mays… los entendidos seguramente no le darán a Lyle Mays el galardón de mejor tecladista de jazz del mundo pero para mi ha sido el más expresivo y sensible armónicamente.
Sigue PM con otro solista: el “80/81” (1980) un disco doble de jazz bastante experimental -que en algún momento roza el free y el postbop- grabado en Oslo otra vez, acompañado por un seleccionado jazzero: Jack Dejohnette en batería, Dewey Redman y Michael Brecker en saxos y Charlie Haden en bajo, sin presencia de teclados. No se de quien fue la idea de reunir semejante equipo pero a la lejanía suena a un examen de estos jazzeros top: ‘a ver que hacés al lado nuestro, pibe’. En realidad, todos eran bastante jóvenes y no gozaban aún de su cotización de adultos. En cuanto a la música, destacaría “Turnaround” de Ornette Coleman, “Every day (I thank you)” con un Brecker magistral y “Goin’ ahead”, un clásico de Metheny que irá tomando forma con el tiempo.
Vino luego “As fall Wichita so falls Wichita falls” (1981), extrañamente firmado solo por Metheny y Lyle Mays -ni PM ni PMG- más Nana Vasconcellos en percusión y quizás algún aporte de Steve Swallow en bajo. Me imagino las críticas acumuladas del jazz mainstream norteamericano: la música de Metheny tiene jazz pero no es nada ortodoxa, es incalificable, no encaja. Igual sacó dos Grammys y otros premios. Después de un arranque sinfónico y algo pretencioso con el tema homónimo, que ocupaba un lado entero del disco, la delicadeza aparece en el lado B con “September 15th.” (dedicado a Bill Evans) y en “It’s for you”. Vasconcellos por primera vez en la discografía de Metheny introducirá una voz “cantada”, un acompañamiento vocal que acompaña las melodías pero con ausencia de letras, arreglo que se convertirá en un toque de distinción de la música del Pat Metheny Group durante décadas. El guitarrista alistará intérpretes muy superiores para su combo. Ampliaremos!
**Pat Metheny Group – “Offramp” (1982)
Grabado para ECM en los estudios Power Station de Nueva York. Otro Grammy. En el tercer disco del PMG entra Steve Robdy al bajo para quedarse, igual que la guitarra sintetizada Roland GR300 de Metheny, que dará que hablar de aquí en más. El aporte casi anónimo de Vasconcellos es mayor al denunciado. Aparece el clásico “Are you going with me?” para que se quede en el fondo del alma por el resto de nuestras vidas: pavimenta con cadencias latinas el brillante camino que recorrerá Metheny durante una década y media, más o menos. La belleza de “Au lait” supera los catálogos. Otro himno, el delicado “James”, dedicado a James Taylor.
*Pat Metheny Group – “Travels” (1983)
Otro Grammy-Best jazz fusion perfomance. La originalidad y el éxito del Metheny ameritaban a esta altura el disco en vivo que cualquier artista requiere. Son tomas extractadas de una gira por el interior norteamericano. Mi favorita es“Song for Bilbao” pero todo este disco doble en vivo es realmente un viaje sonoro y una especie de grandes éxitos que permite dar con versiones impresionantes de “Are you going with me?”, “Goin’ ahead” y “Phase dance”. Con la creativa “Straight on red” a pura samba con Mays a dos manos a full. No siempre el título de un trabajo musical logra expresar el concepto que la creación intenta transmitir. Este es un caso exitoso.
Cronológicamente hablando, en las postrimerías de su contrato con ECM, Metheny arma un trío de jazz con dos músicos de prestigio, Charlie Haden y Billy Higgins, y graba “Rejoicing” (1983). La historia la cuento más adelante porque viene con saga.
**Pat Metheny Group – “First circle” (1984)
El mejor disco de jazz contemporáneo o el mejor disco del siglo XX. Como quieran. Imbatible. Si en la música existen las texturas y se puede transmitir alegría y drama, en estas creaciones del Pat Metheny Group lo podrán comprobar. Es conocida la anécdota del casette entregado en Brasil por Pedro Aznar -con adelantos de su primer CD solista- a su admirado PM en gira y el posterior llamado a integrar las filas del PMG. En “First circle” el argentino empieza a hacer maravillas con su inigualable voz al frente, ya lanzado el PMG a bucear apasionadamente en las entrañas latinoamericanas usando el susurro humano como instrumento cálido y profundo. El disco presenta la mejor formación histórica del PMG: Metheny, Lyle Mays, Paul Wertico, Steve Robdy y Pedro Aznar. Todavía estaban en el sello alemán ECM.
Fusión en el exacto sentido del término. Empieza con la extraordinaria e irónica “Forward march” y no se detiene hasta el último surco. El tema homónimo es impresionante, conmueve hasta el tuétano, y “Praise” podría ser himno nacional en la República de la Utopía.
La tríada “First circle” (1984), “Still life (talking)” (1987) y “Letter from home” (1989) posiblemente sea lo más alto de la música popular contemporánea en el siglo pasado. Faltaría agregarle el maravilloso “Secret story” (1992) y listo. Todos ellos con premios Grammy-Best jazz fusion perfomance, vocal o instrumental y cosas por el estilo.
Metheny colaboró o compuso algo de música para películas. En 1983 metió su guitarra para la BSO de Jerry Goldsmith en la muy interesante “Bajo fuego” de Roger Spottiswoode. Metheny y Mays compusieron para la más conocida banda de sonido de “The falcon and the snowman” de John Schlesinger (1985), ejecutada y firmada por el PMG. Participó Pedro Aznar en los tracks “Daulton Lee” y “The falcon” y nada menos que David Bowie en el tema de difusión “This is not America”.
En 1986, PM se junta en estudios con otro de sus músicos admirados, el saxofonista Ornette Coleman, máximo improvisador y baluarte del free jazz (Texas-USA, 1930-2015) y en dos días graban “Song X” (1986), el primero para el sello norteamericano Geffen Records, para nada especializado en jazz. PM ya había reversionado varios temas de ese músico en discos propios. “Song X” tiene la base rítmica al cuidado de Charlie Haden y Jack Dejohnette. Para muchos críticos de élite, un disco que se las trae. Yo no puedo recomendarlo porque odio al free jazz. Las palabras clave son densidad y estridencia. Si se animan, a por él.
**Pat Metheny Group – “Still life (talking)” (1987)
Otro disco expresivo y conmovedor. David Blamires y Mark Ledford reemplazan a Pedro Aznar e ingresa también Armando Marcal: logran tapar el agujero de Aznar con altura. Las composiciones siguen siendo extraordinarias. Es otro viaje sensible por las Américas, algo más sinfónico que “First circle” pero no menos pasional: los climas de “Minuano 6:8”, de “Third wind” o “(It’s just) talk” me siguen poniendo la “piel de gallina” cada vez que las oigo.“In her family”, una cajita de música, aunque seguramente “Last train home” será la más popular en todos lados. Grabado en Geffen Records.
**Pat Metheny Group – “Letter from home” (1989)
Con “First circle” y “Still life (talking)” este disco cierra una especie de tríptico del PMG que, para mi, encierra la más maravillosa música moderna del mundo (sonando parecido a lo que decía “el General”). También de la mano de Geffen. Otra vez con el toque distintivo e inigualable de Pedro Aznar (se nota la diferencia): aporta su introspectiva “Vidala” y la rompe en “Dream of the return” y “5-5-7” (mucho más aún en vivo). Bien arriba “Better days ahead”, una bossa optimista para ganarle a la vida, “45/8” un joropo venezolano, el eufórico “Beat 70” y la bella cajita musical de “Letter from home” (gracias, Lyle Mays!) Nuevamente, músicos fantásticos dejando todo en función de grupo. Al PMG lo esperaría una gira mundial que duraría casi tres años, con este best seller bajo el brazo.
**Pat Metheny – “Question & answer” (1990)
**Pat Metheny Group – “The road to you” (1993)
Producto de la larga gira antes mencionada, con la formación básica del PMG, Armando Marcal y otra vez con Pedro Aznar, que hace notar otra vez la diferencia. Por algo al tipo le abrieron un club de fans en Japón que continúa siguiéndolo. En 1991 compilaron tomas seleccionadas de temas infaltables en vivo en Italia y Francia -donde Metheny & Cía. juegan de locales-. El disco salió en 1993. El anteúltimo track del disco es “Third wind” que enfervoriza a los italianos presentes tanto como a cualquier oyente sensible tantos años después. Y cierra con el solo con guitarra acústica de “More travels” que es un guiño y enganche al hermoso DVD “More travels”, que editó casi al mismo tiempo el sello Geffen. Está grabado con los mismos integrantes en vivo pero sin público también en Europa, en cuidadas escenografías de interiores. De visión obligatoria para cualquier hedonista que se precie de tal. Luego de esto, Metheny se abocó a su proyecto solista “Secret story” y Lyle Mays a su cuarteto.
**Pat Metheny – “Secret story” (1992)
¡Qué belleza! No se si esto es lo que llaman una obra conceptual pero cada canción es una obrita de arte y ninguna está de relleno. La lista de colaboradores, aturde: Charlie Haden, Nana Vasconcellos, Steve Ferrone, Toots Thielemans, Anthony Jackson, Mike Metheny, Will Lee, la London Orchestra y miembros varios del PMG. Reproche: “Antonia” es una de las composiciones más hermosas del disco pero requería el fuelle de Dino Saluzzi: es de suponer que PM no lo debe haber escuchado nunca, sino es imperdonable su ausencia. “Tell her you saw me” no tiene fisuras.
A pesar que el disco fue un producto en solitario ejecutado por músicos dispersos e incluso apoyo sinfónico, Metheny convocó a sus amigos del PMG (Ledford-Blamires-Marcal-Robdy-Wertico pero sin Mays) más algún refuerzo (Jim Beard, Torsen De Winkle, Gil Goldstein) y sacó la obra en gira mundial. Existe un DVD grabado en directo en New Brunswick, New Jersey-USA en octubre de 1993 con esos registros. En el intermezzo del recital, Pat Metheny toca “How sensitive”, el “Insensatez” de Tom Jobim.
Entre tanto, PM se junta con el otro monstruo de la guitarra moderna, John Scofield, para grabar “I can see your house from here” (1994) y sacarse chispas, un infaltable al que ya aludiré entre los recomendados de Scofield.
**Pat Metheny Group – “We live here” (1995)
Aggiornamiento comercial para ser number one con el acid jazz en boga. Claro, se mandó el mejor disco de acid jazz de la historia, PM no anda con chiquitas. Chau influencias latinas, hola groove y ritmos programados, sin perder nivel jamás, aunque decepcione a algún fan conservador. Ya sin Pedro Aznar pero apostando a la eficaz dupla Blamires-Ledford y metiendo cambio: Luis Conte por Armando Marcal. Otro Grammy-Best contemporary jazz perfomance. La etiqueta no significa mucho: nuestra dupla Metheny-Mays nunca dejó de componer canciones épicas high level como “To the end of the world” y también “Here to stay”, la hermosa “Red sky” o “And then I Knew”, que nos ponen bien arriba. “Something to remind you”, es un homenaje a Earth, Wind & Fire, uno de los viejos grupos preferidos por PM: en los coros del tema está la evidente clave. Podrían cantarlos Philip Bailey y Maurice White y moquearíamos a raudales.
Para que no hablen pavadas los ortodoxos, saca “Quartet” (1996) el octavo disco firmado como PMG pero reducido a PM-Mays-Robdy-Wertico y último trabajo para Geffen Records. Composiciones con muchos menos arreglos y colchones sonoros que los habituales (solo el suave piano de Mays y el monolítico bajo de Robdy) y más lugar a las improvisaciones de los integrantes, recostados en un sonido más acústico. De hecho, fue apenas practicado con anticipación a la grabación. La idea fue sumar espontaneidad. Buena parte de los tracks son ejercicios casi sin melodía, como “Dismantling Utopia”, “Double blind”, “Second tought” y el neocandombe “Montevideo”. Todo parece un precalentamiento para pelar toda su sabiduría en “Language of time”, especialmente Metheny, que realiza el más inspirado solo de guitarra (sintetizada) que le haya escuchado en toda su discografía. Tiene un suspense, un dramatismo in crescendo que te desarma. Ya en el piso, el PMG te remata con la balada “Sometimes I see”. Junto a “When we were free”, esos tres temas solos pagan el disco.
*Charlie Haden & Pat Metheny – “Beyond the Missouri sky (short stories) (1997)
Hablaba unos párrafos arriba de “Rejoicing” (1983). En aquel entonces, con el PMG creciendo más y más y todavía bajo contrato en ECM, Metheny se juntó con el bajista Charlie Haden (Iowa-USA, 1937-2014) y el baterista Billy Higgins (Los Angeles-USA, 1936-2001), antigua base del trío vanguardista del ya mencionado saxofonista Ornette Coleman. Detallar aquí el currículum musical de estos dos señores llevaría varias páginas nombrando artistas y discos famosos y resultaría aburrido. Solo digamos que fueron dos de los músicos de jazz más solicitados y prolíficos durante décadas. Haden se hizo musicalmente en el ambiente familiar folk y country y evolucionó hacia el jazz y la world music. Higgins fue el típico músico negro de humeantes boliches jazzeros de película que llegaba a los tumbos al escenario, está en la contratapa de cien discos de músicos amigos y no tanto, porque también fue baterista soporte del sello Blue Note Records.
“Rejoicing” es un disco jazzero en el que, justamente, arremeten con tres temas de Coleman. Es muy interesante comparar como suenan transcribiéndose interpretaciones virtuosas con un instrumento líder diferente. “Lonely woman” es una perla. Es uno de los pocos discos nombrados en esta secuela que no recibió Grammy, lo cual revela la futilidad de ese y otros galardones.
Ahora hagamos un salto cronológico de catorce años y caigamos en 1997. Haden y Metheny se conocían desde el disco “80/81”. Ambos nacieron y crecieron en el estado de Missouri, el medio oeste norteamericano, con dos décadas de diferencia que no impidieron su mutua admiración. Se hicieron tan amigos que Pat fue padrino de las segundas bodas de Charlie. Entraron de nuevo a un estudio de grabación a registrar este intimista “Beyond the Missoury sky (short stories)” (1997) para el sello Verve, con el que obtuvieron el Grammy ‘the best jazz instrumental artist perfomance’. Prácticamente acústico, sin batería y apenas con algún colchón de teclados mínimo de vez en cuando. Es un disco donde afloran añoranzas de las vivencias provincianas del dúo, dejando traslucir su amor por el country a cada rato. Pero ilustra también la sensibilidad que tienen para saltar y disfrutar de la música universal. El título del disco es elocuente. No soy rápido mentalmente y me di cuenta de su concepto a través de las sensaciones al escucharlo. Y no está mal que haya sido así. Abordan melodías tradicionales que habrán escuchado de chicos o interpretan las cinematográficas y hermosas “Two for the road” de Henry Mancini o “Love theme” y “Main theme” de “Cinema Paradiso” (aunque sea tarea imposible interpretar con más pasión en guitarra los temas de Andrea y Ennio Morricone, no alcanza las alturas de las versiones originales orquestadas) pero también hay composiciones propias. Es algo muy distinto a “Rejoicing”, es algo muy diferente y no pueden compararse, pero escucharlos les aportará climas excepcionales. Justo que pasa por mi calle un auto con su audio en volumen alto escuchando reggaeton. También es otro clima, no?
La siguiente parada del PMG es “Imaginary day” (1997), primer disco para su nuevo contrato con la Warner Brothers. Se supone que es una obra conceptual, en la que vuelven electrificados y cuenta con el regreso del dueto Blamires-Ledford más Minu Cinellu, Don Alias y algún otro como invitados para los chirimbolos percusivos. Pero ciertos pasajes suenan pretenciosos con sonidos trillados de world music, que me hicieron arrepentir de comprarlo. Siempre se rescata algo sublime (“Follow me”, “A story within the story”). Rompe la monotonía la electrónica y casi industrial “The roots of coincidence”, que fue premiada con un Grammy a la mejor perfomance instrumental. Otra curiosidad es “Into the dream”, donde pueden recurrir para escuchar como suena en todo su esplendor la mencionada guitarra Pikasso de 42 cuerdas.
Metheny pone en la heladera unos años al PMG coincidiendo con la retirada del barco del histórico Paul Wertico. Mientras busca reemplazante, el guitarrista encara varios proyectos, tan diferentes como interesantes.
En diciembre de 1997 Gary Burton recluta por mail a su viejo alumno PM, a Chick Corea y a Roy Haynes y Dave Holland para jugar un rato al jazz con músicos cotizados. Es decir, tenemos “Question & answer” de 1990 con dos refuerzos caros e importantes. Técnicamente “Like minds” (1999) es un disco de Burton, quien también lo produce. Abre justamente con aquel tema de Metheny e incluye temas viejos y nuevos de Burton, Corea y Metheny. Más allá de escucharse solos instrumentales brillantes, todos juegan para el grupo, especialmente Chick Corea, que la rompe en piano acústico. Un disco de jazz moderno excelente, obligado premio Grammy para que la industria no quede en off-side y ningún entendido proteste.
PM aprovecha unos conciertos conjuntos en Pittsburgh-USA en el verano del 98 con su admirado Jim Hall, a quien bautizó alguna vez como “padre de la guitarra moderna” de jazz. En dúo de guitarras y sin más acompañamiento, abordan standards (“All the things you are”, “Summertime”, etc.) y reversionan antiguos temas propios. Lo complementan con tracks obtenidos en estudios y sacan el disco llamado simplemente “Jim Hall & Pat Metheny” (1999). Un disco introspectivo, con una modalidad que no es para el gusto de cualquier oyente. Les puedo asegurar que tiene momentos muy buenos que disfrutar.
Y como el tipo es muy inquieto, saca otra banda de sonido para películas. Lo último que había hecho fue “Passagio per il paradiso” (Geffen, 1996). En febrero de 1999 graba “A map of the world” (1999). Como es una película con ambiente rural, interpreta básicamente todas sus composiciones de sonido vagamente country con la acústica soprano, con pinceladas de cuerdas y bronces dirigidas por Gil Goldstein. Steve Robdy en el bajo y toquecitos de piano del mismo Pat. Un disco casi ambient -como toda BSO que se precie de tal- y melancólico por donde se lo mire, con los tips habituales de la música de Metheny.
Medio aburrido de estar en casa convoca a mediados del 99 al bajista Larry Grenadier y al sutil baterista Bill Stewart para firmar como Pat Metheny Trio su “99->00” (2000) básicamente jazzero. Matan el blues “Soul cowboy” y la versión rápida de su antigua “Lone Jack”. Arremete con algunos standards (“Giant steps” y “A lot of livin’ to do”) y para disfrutar las típicas baladas intimistas de PM tienen “Just like the day”, “We had a sister” y una nueva coloratura para “Travels”.
*Pat Metheny Group – “Speaking of now” (2002)
Cuando vuelve a recomponer el PMG, apenas pasado el Y2K (¿alguien lo recuerda?), siguen los de fierro Mays-Robdy pero PM ya no dispone de Wertico, que se baja del barco. Encuentra al músico de estudio mexicano Antonio Sánchez, que tocó en la banda de las Naciones Unidas con D’Rivera, acompañó a Danilo Pérez, John Patitucci, Michael Brecker, Avishai Cohen y muchos otros, y tiene discos propios. No solo dio la talla en batería, también dará que hablar con su originalísima banda de sonido del film “Birdman” (2014), ganadora del Oscar (o casi ganadora). El que aparece en la película de su amigo González Iñárritu con la Yamaha no es Sánchez -que no pudo estar- sino Nate Smith, otro recomendado de esta columna del subdesarrollo, pero el sonido es de Sánchez. Sigue acompañando a PM hasta ahora en cualquier grabación que intenta el guitarrista.
Yendo a “Speaking of now”, no exhibe una calidad pareja. Como anécdota, Mays es casi todo piano acústico y Metheny apenas usa la guitarra sintetizada. Si bien las composiciones del dúo estilísticamente mantienen la identidad del PMG, en ciertos casos suenan recargadas, sin fluidez. Lo mismo ocurre con algunos arreglos vocales cantados por el vietnamita Cuong Vu (trompeta) o por el percusionista/bajista camerunés Richard Bona, la revelación del jazz en ese momento (al que me referí en otro sector de esta saga). Escuchen “Another life” o “You” y se darán cuenta lo que intento expresar. El comienzo “As it is” es muy esperanzador y se salvan “The gatering sky” y “On her way” pero hay muchos baches. Igual le dieron otro Grammy.
En 2003, Metheny se embarca en un disco solista encarado con su guitarra acústica barítono. Con solo una guitarrita tomada por un solo micrófono y un bajo que no figura en los registros pero existe y no se sabe quien ejecuta, no podía sino sonar relajado e intimista su “One quiet night”. Y de a ratos se torna aburrido. Con el cover de “Don’t know why” de Norah Jones como gancho y un Grammy como disco “new-age” bajo el brazo. ¿Que tul?
Como la Warner Brothers decide cerrar su catálogo jazzero, firma contrato con una filial suya, Nonesuch, y el PMG graba “The Way Up” (2004). El grupo mantiene más o menos a sus mismos integrantes. Es un disco conceptual con tantos arreglos, cambios de tiempo, texturas y policromías que necesitaron semanas de ensayos para poder tocarlo en vivo (el resultado está en el DVD “The Way up live” de 2006, grabado en una actuación en Corea). Se nota que no podría haber sido compuesto por unos Metheny-Mays treintañeros y que es producto de su maduración musical. Y que es inclasificable. Recibió las mejoras críticas pero, como siempre ocurre, depende a que nivel de la epidermis te llega.
Después vienen los dos discos que Metheny grabó en diciembre de 2005 con el renombrado pianista Brad Mehldau. “Metheny Mehldau” (2006) y “Metheny Mehldau Quartet” (2007), apoyados por Jeff Ballard en batería y Larry Grenadier al bajo. Para los críticos algo así como la conjunción de astros de la década, uno de esos eclipses que te anuncian como irrepetibles pero al tiempo te das cuenta te mintieron. Tal es así que suele decirse que nuestro amado guitarrista es el sucesor de Jim Hall y que el pianista hereda de Bill Evans y que esos ancestros ya sacaron el recordado “Undercurrent” en 1962. El primero de los dos discos Metheny-Mehldau es básicamente a dúo pero 2 de los 10 temas son interpretados como cuarteto. Los tracks pasan de largo y no conmueven. Técnicamente perfectos pero no conmueven. En “Metheny Mehldau Quartet” (2007) revierten la tendencia: son 11 temas y 4 como dueto y suenan más cosas rescatables dentro de la monotonía reinante.
En 2005 también tuvo tiempo para juntar un trío y salir de gira unos cuantos meses con Christian McBride y Antonio Sánchez. Es decir, una especie de remake de “Rejoicing” (1983), de “Question & Answer” (1990) o el “99>00” (2000). Entraron a un estudio de Nueva York el 19 octubre y de un saque grabaron el bien jazzero “Day trip”, que Nonesuch recién editó en 2008. Todos temas nuevos de PM excepto los viejos “When we were free” y “The red one”.
“Orchestrion” (2010) merece un párrafo aparte. Como solo puede ocurrírsele a un músico de élite obsesivo, Metheny se interesó en las posibilidades de un aparato de fines del siglo XIX que busca copiar el funcionamiento de una orquesta sin músicos utilizando los principios de un piano mecánico. Esos que tocaban automáticamente mediante un rollo de papel perforado que los comandaban. Una pianola sofisticada con modernas tecnologías que le llevó meses de dedicación con un equipo de luthiers electrónicos. Sincronizar la intervención de cada instrumento musical mediante impulsos electromagéticos oportunos. Piensen ligeramente en Pat Metheny tocando su guitarra y oprimiendo algún botón para desencadenar detrás un soporte musical minuciosamente preparado de antemano. Batería y tambores, bajo, piano, vibráfono, marimba, campanitas y otros chirimbolos, a un toque. La idea no es tan lineal como la cuento: no son simplemente instrumentos pregrabados. Pueden adaptarse a improvisaciones. Un crítico calificó la música de “Orchestrion” como “sinuosa” y está en lo cierto. Personalmente, de los cinco tracks solo “Soul search” me transmite cosas y es el menos conceptualmente “Orchestrion” de todos. Para amortizar el chiche, Metheny grabó también para Nonesuch una actuación en vivo pero sin público en CD y DVD, el doble “The Orchestrion Project” (2013) reforzando el mismo repertorio del anterior con viejos clásicos suyos como “Antonia”, “Sueño con México”, “Tell her you saw me” o “80/81-Blues for Broadway” y dos improvisaciones. Este gancho y la mayor experimentación general me permitieron disfrutarlo mucho más que el original.
En 2011 llega “What’s it all about”: Grammy mejor disco New Age. ¿New age? Grabado solamente con su guitarra barítono y la de 42 cuerdas, sin más acompañamiento. PM en solitario arremete con covers de los autores más diversos que se te ocurran. De Burt Bacharach a Paul Simon y de Lennon-McCartney a Henry Mancini, pasando por la versión más deprimente que haya escuchado de “Garota de Ipanema” de Tom Jobim. Ya se que criticar es fácil hasta para el más ignorante, pero me pregunto para que se necesita un disco con el mejor guitarrista del mundo haciendo ‘una que sepan todos’.
En 2013 el músico vanguardista John Zorn convocó a Pat Metheny y otros músicos al proyecto “Book of angels”, para que cada uno grabe composiciones de inspiración judía que caracterizan a ese saxofonista norteamericano. Otros fueron Uri Caine, Marc Ribot, Medeski, Martin & Wood, Cyro Baptista y otros de menor difusión masiva pero quizás tan exquisitos, o más. A PM le tocó el volumen 20 “Pat Metheny/Tap”, editado en forma conjunta por los sellos discográficos Tzadik y Nonesuch. Se encargó de todos los instrumentos necesarios: metió guitarras y teclados varios, bajo, fliscorno, marimba, orchestrionic y hasta un bandoneón. La batería se la dejó con buen tino a Antonio Sánchez y está la voz de su hijo Willow (Metheny) en un tema. Lanzar a PM al reto de interpretar música tan especial y alejarlo de la composición, hacen de este disco un jalón importante en su evolución. Un discazo para tener en cuenta por distintos factores.
Ahora, de un saque, repasemos todo lo que grabó PM con su cuarteto Unity Band y modificatorias (algo así como el sustituto del Pat Metheny Group): Ben Williams en bajo doble, su baterista preferido Antonio Sánchez y el cotizado saxofonista Chris Potter. Este es el primer saxo que PM incorpora a su grupo o con el que PM graba su música en 26 años, cuando registrara “Song X” con Ornette Coleman. Potter tocó mucho con Paul Motian, Dave Holland y Dave Douglas, tiene como quince discos propios y es una especie de heredero de Michael Brecker con un alma solidaria: deja a un lado su ego y se juega siempre en favor del grupo, lo cual lo engrandece. El primer disco del cuarteto es “Pat Metheny Unity Band” (2012), que ofrece nueve tracks all PM originals. Sobresale la balada “This belong to you” y “Leaving town”. ¿Estilo? Neobop ‘alla’ Metheny. Luego de girar con ese material haciendo cien presentaciones, graban “Kin (<>)” (2014) firmado como Pat Metheny Unity Group porque ya es un quinteto sumando a Giulio Carmassi en teclados e instrumentos de viento varios y usando eventualmente su orchestrionic, lo que le otorga un toque más sinfónico y colorido, de a ratos emparentado con “We live here”. El gancho melódico que arrasa es “We go on”. Por último, “The Unity Sessions” (2016), un disco doble en vivo nuevamente sin público, con composiciones incluídas en los anteriores más algún agregado. Todo de la autoría de PM excepto cuando la comparte con Ornette Coleman en “Police people” o en “Cherokee”, clásico de Ray Noble (escuchen el contrapunto Metheny-Potter en esta versión y después opinen).
Lo menciono recién ahora pero viene de mucho antes y podrían insertarlo entre cualquier párrafo de estos, de 1990 en adelante: cada vez que Pat Metheny sacó un disco, con el formato que sea, del mismo modo que es firme candidato a obtener un nuevo Grammy, recibió la crítica virulenta de uno de cada dos críticos del pelaje que prefieran, calificando el intento de curro comercial y de ideas agotadas y repetidas -eso si- del mejor de jazz contemporáneo, por lejos.
Me faltarían mencionar decenas de colaboraciones oficiales o bootlegs de PM en actuaciones o en discos solistas de músicos que militaron en sus filas o con otros de distintos estilos y nacionalidades, imposibles de ennumerar. Milton Nascimento, Toninho Horta, Gary Burton, Michael Brecker, Steve Reich, Marc Johnson, el Esbjorn Svensson Trio, el Perico Sambeat Trio, sus dúos con el guitarrista sueco Ulf Wakenius, colaboraciones con Pino Daniele, los saxofonistas Sonny Rollins, Joshua Redman o Kenny Garrett, las cantantes Cassandra Wilson, la israelita Noa o la polaca Anna Maria Jopek. Una de las últimas participaciones de PM fue “Cuong Vu Trio meets Pat Metheny” (2016), disco del trompetista vietnamita. Un jazz sofisticado y cerrado que pasa lejos de mis sentimientos.
Y por último, luego de seis años de ostracismo en la producción, Metheny grabó en 2020 el doble “From this place”. Lo firma en solitario pero en realidad implica un cuarteto donde mantiene al becario Antonio Sánchez, incorpora al virtuoso pianista galés Gwilym Simcock y cambia de bajista, ingresando la no menos brillante malayo/australiana Linda May Han Oh. Con la colaboración de lujo en distintos tracks de Meshell Ndegeocello y conocidos de otros discos, como Gregoire Maret en armónica y Luis Conte en percusión. Alguno señala la participación de la Hollywood Studio Symphony dirigida por Joel McNeely como la primera incorporación de cuerdas en un disco de Metheny. Interesa lo bien que suena en la balada “Love may take a while”. El disco suena como si volviéramos a escuchar el alma de Metheny de nuevo, después de un largo descanso. “From this place” me remite a “Secret story” y no se si es mejor o peor, pero es volver a escuchar a Pat Metheny sabio, fresco y actualizado. Quizás no nos sorprenda tanto pero ¿quien puede aburrirse de Mozart u osar criticarlo?
Con una sola excepción, siempre que vino Pat Metheny a Buenos Aires lo fui a ver. La ocasión que más recuerdo fue la vez inicial porque fue mi formación favorita -con Pedro Aznar cantando- y presentando un disco fundamental (“First circle”) en el estadio Obras, agosto de 1985. Sólo “se me escapó” Metheny con su Special Quartet (Ernie Watts, Charlie Haden y Harvey Mason) en el viejo pub Shams de la Av. Lacroze, año 1986. Del PMG “Still life (talking)” en el Luna Park en diciembre/87 no tengo un grato recuerdo por aquel espantoso sonido que hacía incomprensibles los temas. “Secret story”, con un formato especial -si mal no recuerdo con Lyle Mays- en el teatro Opera en setiembre/93. De nuevo con el PMG, en mayo/96 con su “We live here” en el Gran Rex, fui con un montón de mujeres que se aburrieron bastante a pesar del accesible repertorio acid jazz. Oh! Ahora, con una entrada fechada abril 2020 -otra vez en el Gran Rex- guardada en la billetera a modo de talismán, para verlo junto a Carlos Sánchez, Han Oh y Simcock, luego de tanto tiempo. Claro, se nos vino encima la pandemia de coronavirus, suspendieron funciones y todavía lo estoy esperando. Soy optimista.
**Lyle Mays – “Lyle Mays” (1986)
Seguramente los críticos profesionales encontrarán una larga lista de tecladistas técnicamente superiores al norteamericano Lyle Mays pero él está entre mis preferidos por su sensibilidad y versatilidad. Este es su primer disco solista, catalogado como jazz fusion, con una música ambiental e intimista que trasmite sensaciones celestiales, casi hipnóticas.
La música ofrecida en esta obra está emparentada con la música del Pat Metheny Group (PMG) de esa época, de la cual Mays era baluarte. Claro que con la personalidad de Mays copando la parada y diciendo “mirá lo que puedo hacer por mi mismo”. Casi por lógica dominan sus teclados y la guitarra pasa a segundo plano pero atendida nada menos que por Bill Frisell. Los músicos invitados que sostienen semejante cruzada son nada menos que Marc Johnson, Alejandro Acuña, Nana Vasconcellos y Billy Drewes (saxo).
Un disco que enciende mi alma cada vez que lo escojo. Una y otra vez. Un disco que derrota con altura y excelencia el paso del tiempo. Empieza con “Highland aire” mezclando aires escoceses y latinos, “Teiko”… escúchenlo ya!
**Lyle Mays – “Sueños callejeros” (1988)
Segundo solista, igualmente recomendable y lleno de sorpresas. Acá se acompaña otra vez de Bill Frisell y Marc Johnson más Steve Jordan, Peter Erskine, Steve Gadd y Vicki Randle (percusión); Bob Malach y Bob Mintzer en flauta. Si bien hay temas como “August” y “Before you” que continúan en la senda intimista y profunda del álbum debut de Mays, abre el abanico temático y sigue produciendo belleza. “Feet first” y “Possible straight” tienen una sección de bronces memorable: temazos. “Chorinho” es tan brasilero como Egberto Gismonti y realmente conmueve. La suite “Street dreams” cierra el disco: es un PMG impresionista sin guitarras que no aporta grandes novedades.
Luego hizo “Fictionary” (1993) en trío acústico con Jack Dejohnette (batería) y Marc Johnson (bajo) con composiciones propias, por ej. “Bill Evans” y “Fictionary”, dedicada a Chick Corea: me gusta parcialmente. Después, “Solo improvisations for expanded piano” (2000): ejercicios de un genio que me deprime escuchar.
Lyle Mays falleció el 10/02/20 en Los Angeles, a sus 66 años. Muchísimo antes, allá por 1990, un enamorado de sus sutilezas -nuestro Lito Vitale- le dedicó al norteamericano su hermoso tema “Ese amigo del alma”.
A Lyle Mays –además de verlo en todas las visitas a Buenos Aires con el Pat Metheny Group a las que pude concurrir- lo escuché como telonero de Robben Ford en el teatro Opera, setiembre/92. Una función que a la vez abrió con un muy buen show solista el Mono Fontana, sampleando en las alturas. Mays vino a hacer “Fictionary”, el tercer CD solista que grabara en trio con Jack Dejohnette y Marc Johnson. Lástima que vino con Jerome Hochberg y Mark Walker, no porque fueran malos, sino porque hubiera preferido escuchar a esos otros dos próceres musicales. Mays invitó al escenario a Pedro Aznar, su ex compañero del PMG, para cantar el tema “Sienna”, al que le puso letra. Hay un disco pirata de esta actuación, dando vueltas. No se si realmente todos los tracks pertenecerán a esta función pero son de una deliciosa factura, conmovedores. La tapa el disco presenta un curioso dibujo de nuestra Plaza de Mayo.
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Amigo, que buen post!! Comparto el gusto por Pat. Llegue aqui buscando informacion sobre los conciertos de Pat en Argentina. Que gran suerte tuviste de verlo y escucharlo varias veces. En cambio yo, parece que me voy a quedar con las ganas. Una vez un bajista que toco con Piazolla me dijo: "Pat Metheny ha inventado la musica del proximo siglo". Me gusto. Abrazo!! Fernando
ResponderEliminarGracias Fernando por tu comentario halagador! Podria llegar a juntar o escanearte un poco de info sobre esos recitales y enviarte si me indicas una direccion de mail. Verdad: hace mucho que no viene el muchacho, no? Ah! Como veras en alguna entrada, tambien me gusta Piazzolla! ¿Casualidad o no? Abrazo grande. Horacio.
ResponderEliminarHoracio, que placer encontrar una persona tan amable y dispuesta a compartir. Te dejo mi casilla fer_cba @ hotmail.com . Quedamos en contacto. Abrazo!! Fernando
ResponderEliminarHoracio,
ResponderEliminarbuscando info sobre el show de Pat en Shams encontré tu blog. Te cuento que yo si tuve la oportunidad de ver TODOS los conciertos de Pat en Argentina, incluyendo el de Shams. Y si te sirve de algo, tengo digitalizado un cassette de 1 hora de ese concierto que te ofrezco para que tengas. Si querés escribime a gusbatero@yahoo.com.ar
Se hablaba de que este año volvería a nuestro país! Mi hijo está desesperado por verlo :)
Un abrazo y gracias!
Ante todo, te agradezco inmensamente te hayas comunicado y tambien el ofrecimiento, que es realmente un tesoro, pero como ando como bola sin manija viajando por mi trabajo, apenas tengo tiempo de escuchar 'nuevas' cosas. Todavia no pude escuchar ese trabajo que saco para John Zorn, para darte un caso. Lo que podria ser un golazo es que cuelgues ese audio -para regocijo de todos los fans de PM- por ejemplo en:
ResponderEliminargoear.com
te logueas gratuitamente y colgas y escuchas audios que te interesen.
Yo tambien lo estoy extrañando a PM! Pero no me perdi las visitas ultimas de mi otro preferido John Scofield y voy a ver pronto a Vernon Reid de Living Colour (me llevo conmigo tambien a mi hijo para que aprenda, jaja!). Un abrazo grande. Horacio.
Impecable entrada Saurioooo!!!
ResponderEliminarBuscando información sobre el próximo show en BA , me encontré tu blog (también solía tener uno llamado ALta Fidelidad) . Comparto obviamente el fanatismo por el mago de Missouri. Me permito una corrección al texto .
ResponderEliminarEstuve en todos , incluido el del desaparecido Shams de F. Lacroze y el baterista fue Paul Wertico.
Un abrazo y nos vemos en Marzo 2020
Gracias por tu aporte a los fans del mago de Missouri
ResponderEliminarQuerido amigo JPB: me has dado la mejor noticia de los ultimos meses! Que espera mas larga! Abrazo gigante!
ResponderEliminarHola encontré este sitio buscando ayuda para recordar fechas del concierto en obras de 1985 y del de Shams. Este último creí que había sido en el mismo viaje de la presentación en obras, pero veo que fue meses despues. Estuve en ambos conciertos. En Shams, recuerdo que dió una clínica, de la cual no participé. Al igual que quien escribió en 2013, tengo una cinta bastante bien grabada de ese concierto, la cual voy a digitalizar. Un amigo me recomendó ponerla en youtube para compartirla. Eso me propongo hacer. Una vez realizado te avisaré. Tiene hermosas interpretaciones. Saludos, Osvaldo
ResponderEliminarGracias por comunicarte! Dale con la idea! Esa actuacion tuvo una publicidad limitada y supongo que pocos pudieron disfrutarla. Nunca supe cual fue su "setlist".. abrazo grande!
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