Transcripción dedicada a esos cobardes "profesionales de la política" autodenominados peronistas... esos impresentables que no entendieron nada o no quieren entender para seguir viviendo de arriba creyéndose diferentes (leer la verdad 7). Esas ratas que se esconderían de nuevo debajo de la cama ante los poderosos y se hacen los distraídos mientras los de abajo siguen sufriendo. Lo que los chicos de hoy llaman "caretas" y para mí son hijos de puta. Horanosaurus.
1) La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.
BONUS TRACK
Concentración de la riqueza y desigualdad social. Quince millones de pobres y un millón quinientos mil desempleados. El Estado ausente en una salud pública de calidad para los argentinos desocupados y sub-ocupados. Los servicios de salud existentes, en los trabajadores descansan en las obras sociales gremiales y para las clases medias y medias altas en la medicina prepaga. Baja calidad en la educación pública y alta deserción escolar. Carencia de planes de viviendas a los que puedan acceder los trabajadores y los jóvenes matrimonios. Falta de empleo, trabajo en negro y una justicia inaccesible, lenta, sin sanción ni reinserción. ¿Dónde está la defensa del interés del pueblo?
La falta de diálogo y discusión política del gobierno con todos los sectores populares argentinos, genera un círculo político dominante que desconoce la voluntad de vivir en armonía y darle mayor bienestar a los sectores más débiles de la sociedad.El monopolio del poder y la falta de división de los poderes, no garantiza los derechos y la voluntad del pueblo.
El gobierno se ha asegurado de vaciar de contenido al Partido Nacional Justicialista y ha generado distintas fracciones neo-peronistas, que usando el nombre de Perón y Evita, promueven distintos proyectos alejados de la doctrina nacional justicialista de Perón.
Es una verdad de imposible aplicación con la alta cantidad de pobres e indigentes; desocupados, trabajadores en negro y sub-ocupados, y con la aplicación del impuesto a las ganancias a los trabajadores e impuestos al consumo a los que menos tienen. Todo ello facilitado con la falta de unidad de quienes representan a los trabajadores.
Los subsidios pueden ser herramientas transitorias de corto plazo para satisfacer las necesidades básicas de alimentación e indumentaria, pero de ninguna manera reemplaza al trabajo, que es el que asegura la dignidad del hombre de sostener la familia y garantizarle la autonomía de la decisión.
Con las excepciones que es justo dejar salvo, quienes representan al pueblo y los designados para ocupar los altos cargos nacionales, provinciales y municipales se alejan de sus representados y no resuelven los problemas básicos que los aquejan.
El personalismo imperante; el vaciamiento del partido y la diversidad de facciones que dicen representar al peronismo; las cuestiones relativas a la pérdida de soberanía territorial y marítima; el endeudamiento; la fijación de tribunales extraños y la falta de acuerdo en la fijación de políticas de Estado, demuestran claramente el incumplimiento de esta verdad peronista.
Mientras haya funcionarios que se enriquecen en la función pública; funcionarios corruptos que no son sancionados severamente por la apropiación de los bienes públicos y los que tienen privilegios respecto a quienes deben prestarle sus servicios, no habrá de cumplirse con esta verdad.
No hay justicia social sin justicia, y en la Argentina de hoy es difícil el acceso a la justicia; es lenta, y no hay seguimiento de las sentencias. No hay justicia social cuando a los trabajadores mayores no se los compensa con jubilaciones dignas; cuando existen pobres e indigentes; desocupados y trabajadores no registrados; una pobre calidad educativa y sanitaria; más de dos millones de argentinos sin vivienda, y sólo en la ciudad de Buenos Aires viven 175.000 personas en villas miserias.
La unidad nacional no puede lograrse cuando los hombres que se dicen peronistas están enfrentados y cuando desde el poder se divide a los argentinos, y el Partido Peronista es incapaz de unificar la conducción del movimiento.
En la Argentina se mueren por día 8 niños menores de cinco años por enfermedades vinculadas a la desnutrición3, unos 22.000 esperan ser adoptados4 y numerosos niños trabajan y otros tantos no finalizan la educación primaria. Unos 5 millones de niños y adolescentes son pobres (38,8%) y unos 800.000 indigentes (9%) en la Argentina5. Aún con el logro de la asignación universal por hijo, en la Argentina no hay privilegio para los niños, sino abandono.
Una Argentina que no es socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana no cumple con la doctrina justicialista.
Son la mayoría de los peronistas los que viven de esta forma sencilla y solidaria, no así muchos de sus dirigentes.
Millones de argentinos subsidiados y 1.500.000 desocupados6. Novecientos mil jóvenes de 16 a 24 años que no trabajan ni estudian7. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en su versión 2012, dejó al país en el puesto 59 sobre 65 países evaluados en el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) que analiza el rendimiento de los alumnos de 15 años en las asignaturas matemática, comprensión de lectura, y ciencia. Miles de niños trabajan y miles de ancianos contribuyen al sostén de sus descendientes o dependen del aporte de éstos. Los pueblos originarios marginados (Artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional). La concentración de la riqueza en manos de unos pocos. ¿Cuál es el equilibrio que el gobierno ha provisto al individuo con la comunidad?
El empleo da trabajo; el trabajo sustento y dignidad al hombre y bienestar a la familia. El subsidio permanente no es trabajo, y sin trabajo no hay justicia social. La excepción en esta materia ha sido el reconocimiento de derechos individuales, como la igualdad de género, el matrimonio igualitario, las leyes sociales de los trabajadores domésticos y el reconocimiento de servicios laborales no declarados y la consecuente jubilación de trabajadores mayores.
Ya hemos visto, no atendemos a nuestros niños, ancianos y a la población más vulnerable. Debemos unos 240 mil millones de dólares. Los gobiernos peronistas de Menen, Kirchner y Fernández de Kirchner resignaron nuestras inmunidades soberanas y prorrogaron jurisdicción en los tribunales de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia nuestros contratos y acuerdos. Adherimos, por otra parte al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), mientras que otros países como Brasil, la India y México, por ejemplo, jamás entraron en esta Institución con sede en Washington, cuyos fallos son de aplicación obligatoria e inapelable.
La organización del Estado es deficiente y no se establecen políticas de Estado consensuadas ni un plan nacional de desarrollo que ponga el eje en la felicidad, el trabajo, la salud y la educación del pueblo.
Nada más cierto. Y al pueblo soberano hay que asegurarle el trabajo, la educación, la salud y la vivienda. Cuestiones todas prioritarias que los gobiernos siguen sin asegurar a su pueblo.
Gral. Juan Domingo Perón. 17 de octubre de 1950.
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