jueves, 23 de enero de 2025

El Huracán 2024 de Kudelka, bo-ver y otras yerbas

 

Frank Kudelka, al mando de un plantel barato, con algunos jugadores libres o rejuntados más algunos “tapados” que terminaron siendo sensación, nos sacó terceros -junto a Racing- en el torneo de la Liga Profesional 2024 de 28 equipos. 

Fuimos el equipo que más tiempo se mantuvo invicto (13 partidos desde el principio) y estuvimos primeros buena parte del campeonato. Proeza del DT, de nuestro estupendo arquero Hernán Galíndez (que me hizo archivar en el recuerdo definitivamente a Marcos Díaz y otros arqueros olvidables que tuvimos). Subsidiariamente también gracias a Fernando Tobio y el Paio Pereyra, nuestros centrales junto a Lucas Carrizo. Se convirtió en un equipo confiable que empezó a ganar de visitante. Acostumbrados a relojear muchas veces los promedios del descenso, en 2024 los hinchas de Huracán nos olvidamos del problema y miramos desde arriba. Y hasta la última fecha tuvimos la posibilidad numérica de salir campeones. Bien posicionados en la general del año, clasificamos para la copa Sudamericana, algo que muchos codiciarían. No parece poco.

El campeonato lo ganó con justicia Vélez Sársfield (27 PJ=14+09+04 con GF38-GC16=DG22), que fue el equipo que más equilibradamente y con mejor juego fue al frente. Talleres (27 PJ=13+09+05 con GF34-GC27=DG07)  sorprendió de a ratos pero fue ciclotímico. El Rácing supergoleador de Gustavo Costas (27 PJ=14+04+09 con GF42-GC30=DG12), igual. A casi todos les faltó regularidad. Sobre el equipo de Kudelka ahora vuelvo.  


Que destino el de Huracán! Para mí se trata de alguna maldición: no encuentro una  explicación racional a esta fatal coincidencia. Alguno tendrá una que resulte lógica. Por 3ra. vez en la historia reciente, a poquito de ser campeones, el fitxture de la AFA determinaba de antemano que el último partido del torneo lo deberíamos jugar de visitantes en terreno de quienes justo competían con nosotros hasta el último suspiro por la copa. No se puede hablar de connivencias. Sería cosa de adivinos morbosos. Nos pasó primero en 1994, visitando al Independiente del DT Brindisi en Avellaneda, que venía segundo en la tabla. El Huracán del DT Cooper necesitaba solo un empate pero perdió por goleada 4 a 0. Quedó la leyenda que varios de los nuestros “fueron para atrás”. Incomprobable. La 2da. vez fue el título que nos ganó en 2009 en Liniers el Vélez Sársfield del DT Ricardo Gareca 1 a 0 sobre el final al recordado Huracán del DT Angel Cappa, que también solo necesitaba un empate para coronarse. No queda futbolero argentino imparcial que no haya reprobado la bochornosa manipulación del árbitro Brazenas, que -no casualmente- debió retirarse de su profesión al toque por el escándalo. Le faltó patear un penal para los locales. Patéticamente, los velezanos dicen sentirse orgullosos del latrocinio, en vez de sacar esa estrella de su escudo. Así llegamos a la 3ra. coincidencia espantosa: otra vez en Liniers contra el Vélez del DT Gustavo Quinteros. Acá ellos venían punteros y el Huracán de Kudelka debía ganar si o si para campeonar. No nos dio la talla y nos ganaron claramente por 2 a 0. Tres crueles fatalidades-tres cruces inoportunos, que los planteles del Globo no supieron resolver. Yo digo -mitad en joda y mitad en serio- que "estamos meados por los dinosaurios" y que necesitamos un exorcismo.

¿Porqué los hinchas de Huracán no nos sentimos contentos con el logro de Kudelka y su plantel? La duda central de esta columna. Parto admitiendo que no tengo una estadística que sostenga si ese descontento es mayoritario entre nosotros. Al voleo diría que podría ser como con el trasnochado de Milei: mitad a favor y mitad en contra.  La respuesta a la premisa es clara: durante todo el torneo el equipo no jugó como nos gusta a los "quemeros". Básicamente, la propuesta de Kudelka fue tener una defensa segura pero después de la partida a México de Ignacio Pussetto a mitad de torneo (julio/24), que se las arreglaba solo arriba, se quedó sin alternativas ofensivas y meter un gol  en el arco rival se convirtió en una proeza. El mediocampo que terminó formando el DT con Fattori y los chilenos Alarcón y Echeverría en algún momento llamó la atención de todos, pero su escasa vocación ofensiva no alcanzaba para que los arqueros contrarios se pusieran nerviosos porque arriba no teníamos nada. La mayoría de los partidos que ganó Huracán durante el campeonato fueron por la mínima diferencia. Retornó Wanchope Abila al plantel, pero no fue el mismo de antes. Todo consistió en pelotazos kilométricos de nuestros rústicos defensores centrales para que los delanteros se arreglaran e inventaran algo. El técnico se encaprichó con insistir en un costado con Rodrigo Cabral, que fue jugar con uno menos. Hubo partidos enteros que no logró un desborde ni metió un centro al área. Y Walter Mazzantti, que a veces es diferente, este año fue un autito chocador con mínima eficiencia. Nuestro centrodelantero fue el escurridizo Eric Ramírez, habilidoso pero con un físico insignificante de 1,70 m. y 70 Kg. luchando en desventaja contra centrales gigantes de los rivales. O Sebastián Ramírez, un chico de inferiores al que el técnico lo ponía a correr a los contrarios con el nueve en la espalda. Frank, yo soy un aficionado ignorante pero para eso poné un mediocampista más que tenga oficio!

Pareciera un tipo honesto Frank. No se. Pero habla tan difícil que dudo! Escuchen sus conferencias de prensa condescendientes.  El de Kudelka resultó un equipo que parecía sólido (27 PJ=12+10+05 con GF28-GC18=DG10) pero en vez de ir decidamente al frente salía siempre “a ver que pasa”. Si metíamos un gol primero que el adversario, renunciábamos a ir por el segundo y solo nos esperanzaba algún contrataque que nos regalaran. Si el rival nos embocaba primero, a correrla de atrás, desperados por el empate, haciendo lo que se debió hacer antes. No recuerdo a Huracán dando vuelta muchos resultados adversos. Una hipótesis incomprobable es que con un técnico menos conformista o más ganador nuestra suerte hubiera sido otra. 

Hubo tres momentos decisivos en que nuestros jugadores fallaron y, objetivamente, no dieron la talla durante la temporada. La eliminación en semifinales de la copa Argentina contra Central Córdoba de Santiago del Estero a fines de octubre (1-2). En la fecha 25º contra Talleres (1-0) en Córdoba y en la 27º contra Vélez en Liniers (2-0) cuando el triunfo nos consagraba campeones. Los dos últimos en diciembre/24. ¿Diferencias hormonales? ¿Simple superioridad deportiva? Otra vez no tengo respuesta una racional.

Punto y aparte para la respuesta del plantel en los partidos decisivos. No dudo de las ganas de los jugadores. No creo que ningún profesional -por más que muchos sean pibes- quiera dejar de ganar finales o partidos importantes, oportunidades que les darían más alegrías personales, más prestigio e ingresos. No importa que pocos sean hinchas del club que representan. Daba gusto ver los festejos de los nuestros en victorias de locales con la gente en el Palacio Ducó o en imágenes grabadas en vestuarios durante victorias importantes. Nada que reprocharle a la hinchada de Huracán, que fue paciente cuando no se podía ganar y se perdían puntos que se lamentarían. Normalmente íbamos unos treinta mil de locales al Palacio. Suficiente para que tomen nota los "especialistas" que nos ningunearon en forma constante y no hablen boludeces ciertas pandillas y tribus menores sin historia.

Desventajas deportivas. El fútbol argentino está gobernado por la billetera de los clubes grandes que logran ventajas deportivas inauditas. No se puede contra el poder económico de River y Boca (“bo-ver” en la jerga futbolera argentina opositora), que renuevan sus planteles cada seis meses con las figuras más rutilantes y tienen bancos de suplentes de lujo con salarios inalcanzables para el resto del fútbol local. Sus propios hinchas -con la soberbia que los caracteriza- no son conscientes de esa ventaja deshonrosa. Que ocurra en otros centros futboleros del mundo de primer nivel, no convierte en justa esta realidad.

Por si faltara algo, los dos equipos reciben toda la atención de los medios de comunicación especializados. Los periodistas deportivos de radio y TV, ensobrados o no, con sus tribunas llenas de cancheritos sabelotodo, siempre obsecuentes, juegan con demagogia a ensalzarlos cuando ganan o patearlos en el suelo por el rating cuando pierden. En campañas alcahuetas, ningunean al resto de los clubes y los convierten en simples partenaires, partícipes necesarios del campeonato. Enfrentar a bo-ver parece ser la única razón para la existencia de los demás.  No hay nada sin bo-ver. Bo-ver vende y manda. Como me hartaron y está de moda la cultura de la cancelación, aporto mi cuota y no escucho más sus insufribles comentarios llena-agujeros, sus estadísticas deportivas inútiles y sus elucubraciones soberbias propias de bodegones de barrio. Tienen la suerte que les pagan: agradezcan a este país generoso todos los días.

Aunque durante el campeonato 2024 Huracán no fue el más maltratado, la incidencia de los arbitrajes asignados por su jefe Belligoy obedeciendo a Tapia y sus cómplices al mando de la AFA, te sacan las ganas de ir a la cancha. Cometen verdaderas salvajadas a la luz del día y no pasa nada. Hay claramente clubes hijos y entenados: se saben de memoria. Es al ؜ñudo hacer un listado de las barbaridades que se mandaron durante el año. Solo recordando al azar una muestra en contra nuestra, el arbitraje de Mastrángelo en el Palacio Ducó dirigiendo para el Boca del DT-Gago  (fecha 24º noviembre/24) cuando Boquita ardía por entrar a alguna copa internacional intentando salvar el pellejo del plantel y de su presidente Riquelme.

Tapia y su séquito deciden quien puede ascender de categoría, quienes se salvan de descender y quienes necesitan 'ayudines' para entrar a copas en las instancias finales. Con cambios de reglas y volantazos en cualquier momento. Grondona revisited. Realmente uno se pregunta si tiene sentido seguir concurriendo a los estadios y amargarse por sus colores. Me remite a mi niñez, cuando seguíamos prendidos a la TV blanco y negro exaltados para que ganaran los buenos en Titanes en el Ring, esa parodia deportiva que animaba Martín Karadagian, con resultados arreglados de antemano independientemente de nuestros deseos de justicia. Algo en común con el fútbol actual: los árbitros truchos eran los sicarios.

Que pena da ver que todos los chicos mundialistas, Messi incluído, no vean un poco más allá de sus narices y sean tan obsecuentes con esa gente. Con lo suyo asegurado, son obedientes.

¿El club para los socios? El último párrafo para la dirigencia de Huracán. Abel Poza, Gustavo Mendelovich, David Garzón, principales responsables de la conducción. Los llaman "los chupines" por la vestimenta modernosa like CEOs que usan. Vituperaron a Alejandro Nadur, honesto pero escondedor de pagarés, y lo sucedieron. Vendieron a los integrantes de uno de los mejores mediocampos argentinos Fattori, Alarcón y Echeverría a Argentinos Juniors, Boca Jr. y León de México por cifras increíblemente bajas para el mercado. Habían sido un hallazgo de la dirigencia: el mejor mediocampo que tuvo el club desde "los ángeles de Cappa". Pero los remataron sin pensar en cosas grandes. El club no informó oficialmente los detalles de las transferencias, pasado un mes. Las cifras son trascendidos. No se condicen con los importes que manejan otros clubes para ventas similares internas o al exterior. Tampoco comunicaron debidamente como evolucionaban las deudas contraídas con Boca Jr. y el Sportivo Luqueño paraguayo por antiguos pases de Franco Cristaldo y Marcelo Pérez: cada semana que se escapaba algún rumor la deuda aumentaba al ritmo del 20% en dólares. No tengo pruebas para acusar pero puedo opinar porque opinar es un derecho democrático siendo la intuición de un argentino que vive en la  Argentina de hoy: el silencio dirigencial los incrimina. 

Estamos en un momento de nuestro país en que se discute la conveniencia de convertir nuestros clubes sin fines de lucro en sociedades anónimas deportivas. Algunos se rasgan las vestiduras por las posibles consecuencias de la nueva opción: que el socio pierda poder de decisión, que se tomen medidas impopulares contra las tradiciones del club, giros arbitrarios en beneficio exclusivo del poder económico entrante y otros por el estilo.

Históricamente, los reglamentos laxos de nuestros clubes sin fines de lucro-cualquiera sea el color de la camiseta, han permitido durante varias generaciones el “ascenso social” de decenas de dirigentes truchos que se quedaron con los vueltos de ventas de jugadores y otros curros menores de trazabilidad difusa. No me digan que nunca escucharon casos en sus clubes. ¿Porqué es tan fácil, no se controla y nos tragamos los sapos?

Yo me pregunto que poder tiene un socio hoy cuando -sin que nadie los detenga- toman decisiones económicas inconsultas, no presentan balances, rematan jugadores, esconden cuentas de transferencias con desparpajo, no informan detalles de contrataciones nuevas y siguen bancando a los malandras de las barras bravas para que no los compliquen y alineen a los díscolos a palos, si es necesario. Alguna pauta oficial o plateas gratuitas para las radios partidarias ortivas para defender a la comisión directiva y se cierra el circulo.

La mayoría de los hinchas de los clubes argentinos están más pendientes de los resultados deportivos de su equipo que de la administración sana y eficiente puertas adentro. Las pasiones impiden pensar a mucha gente en la Argentina. Si salís campeón está todo bien, no importa que metan la mano en la billetera de tu propia casa. Si estás de la mitad de tabla para abajo, empiezan a quejarse algunos, pero solo por los promedios del descenso y pedir la cabeza del DT. Cuando el socio quiere cuentas claras está más desamparado que un jubilado. Como en la política: dame tu voto y jodéte. Hipocresía total.  Horanosaurus.

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