Capítulo 1 – Rock argentino
Es su segundo y último disco oficial (el resto de las ediciones que salieron fueron rejuntes) y otras fuentes lo consideran un recopilación posterior a la separación del grupo. Poco importa. No hay un blues en castellano más impresionante que “Blues de la amenaza nocturna”. El problema es que solo en la edición original de este disco en vinilo estuvo la versión eléctrica. Cuando lo reeditaron en CD, no se porque maldita razón, lo reemplazaron por una versión acústica que es un bodrio insípido. Quizás puedan detectarlo en mp3 por ahí. Otra solución es escucharlo en Spotify. Otro blues del órdago es “Si no hablo de mí” y son imperdibles los temazos “Paula”, “No hay tiempo de más” y “Mujer sin nombre”.
Almendra, el otro puntal pionero del rock en la Argentina. Aunque no llevaba ese título oficialmente, para la gente este disco era “Almendra 2” o “el doble” en contraposición al primero, el originalísimo y exitoso debut que contenía “Muchacha, ojos de papel” (¿la mejor canción del rock nacional de todos los tiempos? Otro tango, según Jorge Alvarez), “Ana no duerme”, “Fermín”, etc. Aunque reconozca que ese debut rompió los moldes de la música en el país, el doble tiene sutilezas similares (escuchen “Para ir” o “Leves instrucciones”) y es más intensamente rockero, tiene ‘más barro’. Contiene “Rutas argentinas”, “Parvas”, “El cometa azul” y gloriosas zapadas de época. Luis Alberto Spinetta con su irreemplazable voz, Rodolfo García, Emilio Del Guercio y Edelmiro Molinari, que descolla con un estilo particularísimo en primera guitarra, que no volví a escuchar más.
El Pappo (Napolitano) más auténtico en su primer disco solista, a poco de largarse de Los Gatos, el legendario grupo rosarino de Litto Nebbia. Rock bien argento, con reminiscencias de Hendrix. Acompañado por David Lebón y Black Amaya en power trío. La voz de Pappo suena menos desafinada que nunca y los temas lucen solos instrumentales y recursos muy imaginativos.
Para muchos la mejor obra de este período de Spinetta fue “Artaud” (1973), conocido por su original tapa verde de formas irregulares -en vez de la cuadrada tradicional- para albergar el vinilo (una incomodidad total en las bateas) y por sus temas “Todas las hojas son del viento” o “Cantata de puentes amarillos”. ¿Spinetta se adelantó unos años a la idolatría de Pati Smith por Artaud o estaba al tanto? En realidad “Artaud”casi fue un disco solista de Spinetta bajo el rótulo ‘Pescado Rabioso’, acompañado por su hermano Gustavo en batería y los ex Almendra Rodolfo García y Emilio Del Guercio, en batería y bajo, respectivamente.
Invisible fue la continuidad spinettiana en forma de trío clásico de guitarra y bajo eléctricos más batería. El siguiente intento grupal después de Pescado Rabioso. Spinetta en guitarra, voz líder y composiciones, Héctor “Pomo” Lorenzo en batería y Carlos “Machi” Rufino en bajo. Este disco contiene pocos temas, de recorrido largo y muy trabajados melódicamente. Está la hermosa e intimista canción homónima y sobresale “Dios de la adolescencia”. Invisible siguió (y terminó) con el LP “Jardín de los presentes” al año siguiente, con el famoso tema “El anillo del capitán Beto”, un colectivero hincha de River.
**Spinetta Jade – “Los niños que escriben en el cielo” (1981)
Continuación cronológica de Invisible, esta formación liderada por Spinetta sacó cuatro discos, mientras en años intermedios grababa discos solistas con otros músicos y conceptos musicales diferentes. Jade empezó por “Alma de diamante” con Diego Rapoport y Juan del Barrio en teclados, Beto Satragni en bajo y el hit de difusión homónimo, más “Amenábar”, “Digital ayatollah” y más dósis de jazz rock. En este disco recomendado de 1981, Leo Sujatovich complementó a Rapoport en teclados. Temas: “La herida de París”, “Sexo”, “Contra todos los males de este mundo (el antídoto)”, etc. Un disco memorable en la carrera de Spinetta.
**Spinetta Jade “Bajo Belgrano” (1983)
Con Leo Sujatovich, Pomo, César Franov y otros. Con el inmenso himno “Maribel se durmió”, “Canción de Bajo Belgrano”, “Mapa de tu amor” y “Resumen porteño”. Otro disco imprescindible que nos regaló Spinetta, evidentemente dedicado a su amado barrio.
“Oboi”, “Wendolin”, “La melodía es en tu alma”. Con Mono Fontana, Guillermo Arrom, Javier Malosetti, Jota Morelli y otros. Sigan disfrutando.
Esta formación es de Spinetta en power trío con “los socios del desierto” Marcelo Torres-bajo y Daniel Wirtz-batería. Y este es su primer disco, doble, con ese rótulo a secas, conteniendo “Mi sueño de hoy”, “Jardín de gente” y el extraordinario “Así nunca encontrarás el mar”. La difusión era con “Cheques”, un rock canchero para pasar por las radios pero hay una treintena de temas para engancharse. Es eso: mucho rock matizado con melodías típicamente spinettianas.
El genio de Spinetta y el aporte de –prácticamente- el mismo equipo que “Los ojos” pero ahora como si fuera uno solista. Una continuidad placentera, muy intimista. Inigualables y delicadas –como en otros discos de L.A.S.- todas las participaciones de Graciela Cosceri, en segunda voz. Un aporte poco reconocido, quizás. “Ni hables”, “Adentro tuyo”, “Abrázame inocentemente” y “La verdad de las grullas” son de una sutileza tremenda.
Gustavo Santaolalla no nació siendo un productor discográfico exitoso en USA ni brotó de la nada en Hollywood ganando Oscars por sus bandas de sonido de películas: en los setentas vivía en comunidad hipona en una casa de Boulogne, Gran Buenos Aires, y la peleaba con un grupo de amigos que intentaba fusionar rock, blues y jazz con folklore sudamericano, a la usanza de aquellos años. Igual que hacían “Los Jaivas” en Chile también con gran repercusión y calidad. No se cual de los dos grupos lo inventó primero, pero Arco Iris fue más refinado musicalmente. Los rockeros argentinos de la época los subestimaban por no ser “heavys” pero ellos, hippies disciplinados, volaban en otras direcciones e, instrumentalmente, los superaban. Entre todas las producciones de Arco Iris encontrarán cosas que sobrevivieron dignamente el paso del tiempo y otras, menos. Este disco es una especie de ópera, alrededor de una historia mística. Se destacan las canciones “Gira” y “Los campesinos y el viajero”. “Las colinas y el maestro” y “Hombre” son temas muy elaborados, con jazz, rock, blues y otras influencias, carnavalitos y malambos.
Arco Iris eran Gustavo Santaolalla en guitarra y voz, Ara Tokatlian, encargado de saxo, flauta y teclados, Guillermo Bordarampé en percusión más una mujer, Dana, en voz, coros y ‘guía espiritual’ (así aparecía en los títulos). En Inty Raimi ensayan neofolklore en “Adonde irás, camalotal” y “Solo como el cardón” y rockean algo más en “En nuestra frente”. Son mis temas preferidos.
Este dignísimo cantante argentino surgió con La Jóven Guardia, aquel grupo de los 70s del tema “El extraño del pelo largo”, a medio camino entre el pop y lo que en aquel entonces llamábamos despectivamente “música comercial” o bailable. Una división que ahora suena más ridícula, existiendo diez veces más berretadas que antes.
Un dúo argentino formado por Miguel Cantilo y Jorge Durietz que adaptó el mensaje hippie al cono sur (con mayor precisión geográfica, Belgrano, Villa Gesell y El Bolsón, fueron sus refugios). Salieron a la luz con la precursora “Marcha de la bronca” y “Donde va la gente cuando llueve”, de su álbum debut. “Conesa” alude a la calle del barrio porteño de Belgrano donde vivían o tocaban y crearon este disco, que contiene “Padre Francisco” (protesta premonitoria) y la hermosa “Catalina Bahía”. Las canciones intimistas cantadas por Durietz (“Instrucciones” y “El alba del estío”) recuerdan mucho a composiciones del uruguayo Eduardo Mateos. Temas de folk-rock y rock con letras virulentas, en este LP con la ayuda de Pappo Napolitano, Roque Narvaja, Kubero Díaz y gente del grupo La Cofradía de la Flor Solar.
Este disco lo hicieron Cantilo y Durietz al reunirse unos años después, casi al terminarse la dictadura militar más sangrienta de la historia argentina y alrededores. Entre otros colaboraron el gran aerofonista Jorge Cumbo y Alejandro Lerner, un músico que empezó como revelación en teclados siendo sostén de muchos grupos argentinos, después se convirtió en un compositor de calidad y pudo sostener una carrera más que decente. Este LP tiene canciones con un cuidado contenido poético y buenos arreglos vocales e instrumentación, conjunción rara en el rock nacional. Por el color latino que tiene, se notan algunas reminiscencias al sonido de Stephen Stills (de los Crosby, Stills, Nash & Young). Reintentan con la “canción-marcha” en “La legión interior”. “Señora violencia” está dedicada a Margaret Tatcher. Los puntales de la obra son “Mi fantasma y yo”, “Loco carnaval del estar bien”, “Energía y materia” y “Ganas, amor y tiempo”. La voz de Miguel Cantilo siempre fue una belleza que distinguió al grupo. Les encomiendo buscar “La gente del futuro”, un rock con una letra muy cáustica, una canción de los ochenta de Miguel Cantilo con su grupo español Punch.
Este dúo argentino (Nito Mestre y Charly García) fue un suceso cuando ya no existían más ni Almendra ni Manal. Por la longitud de onda de sus temas iniciales, conquistaron un buen contingente de público adolescente y estudiantil. Sus referencias contemporáneas podían ser el final de Los Beatles, la oleada hippie en U.S.A. y Serrat con “Mediterráneo”, en castellano. Siempre conservaron un ala folk, más enarbolada por Nito, y el vuelo rockero, representado por Charly. Este disco marcó una época, fue uno de los precursores del rock nacional, un boom que compramos todos y se cantaba en cualquier fogón juvenil que se jactara de tal, desplazando al usual folklore de oleadas anteriores. ¿Quién no escuchó “Canción para mi muerte” alguna vez? Suenan bien aún “Quizás porqué” y “Dime quien me lo robó”.
Nunca me pareció Charly García un gran héroe musical, más allá de muchas creaciones destacables. Claro que hasta el último de los especialistas y músicos opinan distinto. Creo que éste es su primer disco solista donde, estimulado por Pedro Aznar, abandona el rock algo barroco de su anterior grupo Serú Girán, se moderniza y da un giro compositivo hacia el pop. Temas: “No bombardeen Buenos Aires” (un gran tema de un burgués borrón cerquita de Malvinas?), “Canción de 2x3”, “Inconciente colectivo”. Con el estupendo sonido del grupo GIT (Guyot, Willy Iturry y Alfredo Toth) y la participación de Aznar, Spinetta y otros. Con composicones de muy buen nivel, también pueden seguir buceándolo en "Clics modernos" (1984), una vuelta de tuerca a su aggiornamiento. Grabado en los estudios neoyorkinos Electric Ladyland con músicos de sesión (por ej. Larry Carlton) pero presentado en el país con aquella misma base y Fito Páez. ¿Temas? "Los dinosaurios", "Nos siguen pegando abajo", "Ojos de videotape".
Amables composiciones del ex Sui Generis Nito Mestre, en vivo en Uruguay, distentidas y con un buen grupo soporte (se destaca el Mono Fontana en teclados). En su momento pasó desapercibido. “Tema de cenicienta”, “Enero va”, “Algo me aleja, algo me acerca”. Muy agradable y musical.
Quizás el disco más redondo de este músico de personalidad rebuscada, parte importante de la llamada "trova rosarina" de los años ochenta. Contiene la emblemática "Yo vengo a ofrecer mi corazón" y "11 y 6".
* Vox Dei – “14 grandes éxitos” (1992)
Grupo rockero de estirpe barrial (quilmeña) que empezó por 1967, integrado básicamente por Willy Quiroga-bajo, Ricardo Soulé-guitarra y voz y Rubén Basoalto-batería. “Caliente” (1970) fue la primera producción importante, conteniendo la inoxidable “Presente”. Creo que su famosa ópera-rock “La Biblia” (1971) no resistió el paso del tiempo, pero dejó temas memorables como “Génesis” y “Libros sapienciales” que no pueden soslayarse porque ya son históricos del rock nacional. Esa obra tuvo un gran impacto en su momento y le dió una larga vida al grupo. Una buena recopilación no podía obviar su primigenio single “Azúcar amargo” ni “Es una nube no hay duda”. Este grandes éxitos sirve de pantallazo para desasnarse para luego, en todo caso, profundizar en las obras citadas, pero no es una selección muy equilibrada.
La hilación de los temas de esta obra son letras inspiradas en Jorge Luis Borges y musicalizadas por Aznar utilizando distintos géneros musicales. Quizás por eso colaboran artistas tan disímiles como Víctor Heredia, el grupo A.N.I.M.A.L. de Andrés Giménez, Rubén Juárez, Jairo, Lito Vitale y Mercedes Sosa. Lo grabaron en vivo en el teatro Colón de Buenos Aires, en agosto de 1999. El mejor tema es “A un gato” y otro es el tanguero “Buenos Aires”, con el coro que repite la famosa frase “no nos une el amor sino el espanto”. Conmueve, como conmueve la negra Sosa en “Caja de música”.
Grabado en vivo en el teatro Gran Rex de Buenos Aires, Aznar actúa solo
ejecutando diversos instrumentos y algunas máquinas. Incorpora alguna canción
existente en discos anteriores pero tiene trechos de homenaje a Spinetta y a
Gustavo Ceratti haciendo covers suyos. Es secundado en unos temas por Teresa
Parodi y Abel Pintos. Otra sección del recital está dedicada a Los Beatles. Agrega
la hermosa “Blackbird” pero es impactante y emocionante escuchar la
superposición de las tres tomas en vivo de teclados, bajo y guitarra más voz
para darle forma a “Because” el tema
de John Lennon. Aznar nunca había podido hacerla en vivo a pesar que ese cover
fue parte de su primer disco solista. Lo consiguió acá al procurarse un
aparatito grabador que le permitió esa posibilidad en un escenario. Les
recomiendo buscar la proeza en Youtube. Toda la capacidad musical de Pedro
Aznar echada en la mesa.
Pero no abandonen la producción de Aznar todavía: siempre tendrán gratas recompensas. Vayan a su compilado “Esenciales” (2017), una caja de 3 CD con 36
tracks, que rescata su exitosa y superadora versión de “Setiembre” de Ivan Lins
o aquella otra de “A primera vista”. Y la belleza de “Soledad, Jujuy 1941” y “Muñequitos
de papel”. No los va a defraudar!
A Pedro Aznar con grupo
propio lo vi dos veces: en enero/2000 en la Quinta Trabucco de Vicente López
y en febrero de 2004 en la calle de las Casuarinas, la principal de la Facultad
de Agronomía (mi segundo hogar, jaja!). También estuvo con el grupo Seleste de
David Lebón en el Buenos Aires Jazz Festival en el Luna Park, invierno de 1980;
como voz principal del Pat Metheny Group en el estadio Obras en 1985 (junto a Maradona
on GTR!). En el verano del mismo año como invitado del Spinetta Jade, Barrancas
del Belgrano ante 20000 almas. Y también invitado de su amigo Lyle Mays que
vino en trio al Teatro Opera-1992, cantando el tema “Siena”. La última vez, solito en el teatro Gran Rex, en
junio de 2013 haciendo justamente “Mil noches y un instante”, oportunidad en la
que grabaron el DVD homónimo, filmando a Aznar permanentemente con cámaras automatizadas
-sin operadores- que se desplazaban sobre rieles dispuestos en el escenario.
Excelente power trío argentino de hard rock -de esos con todas las cosas que tienen que tener- con pinceladas de funk, blues, reggae y folk. Igual que Manal, nacer en el patio trasero del imperio no suele ser artísticamente lo más beneficioso para triunfar internacionalmente. No se si los sajones tienen grupos tan originales como éste. Dos integrantes remanentes del grupo Sumo, del que se les detectan reminiscencias: Ricardo Mollo en guitarra y voz y Diego Arnedo en bajo, con bateristas que van y vienen. Los mejores temas aquí son: “El 38”, “Sábado”, “Qué tal”, “Ala delta” y el excelente cover de Hendrix, “Voodoo child”.
Este grupo argentino liderado por Hugo Lobo con supremacía de bronces y compuesto por casi una docena de integrantes cambiantes que pertenecen a otros grupos o son sesionistas, es excepcional. Si querés tener una enciclopedia de ska y reggae con raíces en Skatalites o Toots & The Maytals y Don Drummond, temas souleros o de Burt Bacharach, Carpenters -e incluso standards de jazz- en covers con pátina jamaiquina, que en muchos casos suenan mejor que los originales, no te los pierdas. Algo así como lo que hicieron los UB 40 en sus “Labour of love” pero les diría que más amplios y didácticos. Si eras fan de “El tren fantasma” (programa radial de culto en los ochenta y noventa en la AM y FM porteña), te harás un festín.
* Sumo – “Obras cumbres” (2000)
Grupo argento de los tardíos ochenta, original fusión de rock, funk, hardcore, ska y reggae, con el italiano Luca Prodan al frente más Mollo y Arnedo (luego en Divididos), el Germán Daffunchio de antes de Las Pelotas y el devenido mediático Roberto Petinatto, en saxo. Una extensión sudaca de The English Beat o General Public. Este compilado en disco doble de Sony Music tiene todos los éxitos necesarios de Sumo. Hay un igualmente bueno “Lo mejor de Sumo”, pero me parece que es aún más difícil de localizar.