Solanas cuestionó el acuerdo con el Club de París
El senador nacional de Proyecto Sur-UNEN cuestionó el convenio y reclamó la creación de una CONADEP de la deuda externa. 29/05/14. InfoSur.
“Néstor y Cristina ‘descolgaron’ el retrato del dictador Jorge Videla, pero se olvidaron de bajar el de Martínez de Hoz uno de los más grandes responsables de la entrega y endeudamiento de la Argentina. Con este convenio con el Club de París el kirchnerismo está violando la Constitución y el Código Civil que prohíbe negociar acuerdos que surjan de actos ilícitos. La deuda con el Club de Paris está sujeta a una investigación que lleva adelante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 2, a cargo del Dr. Sebastián Roberto Ramos”, señaló el senador nacional de Proyecto Sur-UNEN Fernando “Pino” Solanas al cuestionar el acuerdo que firmó la Argentina con el Club de París.
“Sin documentación respaldatoria alguna, el Gobierno
acordó con el Club de París dejando en manos de los acreedores la fijación de
los intereses y los punitorios. El padrino de la renegociación con el Club de
París es Amado Boudou a quien ya denunciamos por la reapertura del canje”, dijo
Solanas y agregó: “si en la Argentina se llevan a cabo los juicios en busca de
la Verdad Histórica sobre los desaparecidos durante la dictadura militar, hoy
el país necesita una profunda investigación que sea el ‘Nunca Más’, la CONADEP
de la deuda externa”. Para finalizar, Solanas manifestó que “no necesitamos
vivir de prestado sino de la riqueza que producimos. Defendamos y reinvirtamos
en el país lo que producimos y demos batalla contra la corrupción de la deuda”.
Clarín
Sábado 07/06/14. Por Fernando ‘Pino’ Solanas, senador nacional por frente UNEN.
El Gobierno cerró un acuerdo con el Club de París sin
conseguir una quita importante sobre la cancelación de los contratos de compra
de armamentos por la última dictadura. Es
otro ejemplo de violación a los procedimientos institucionales, como lo fue
la indemnización a Repsol con una tasación fraudulenta. Con el nuevo arreglo -y
en menos de dos meses- Cristina nos aumentó la deuda externa en US$ 23.400
millones, para ser pagada por los futuros gobiernos.
Una vez más se da prioridad al pago de la deuda externa en vez de
atender el pago de la deuda interna con millones de argentinos. La corrupción
de los procedimientos es tal, que la deuda con el Club de París solo tiene
como fundamento la exigencia de los acreedores y sus propios registros.
Néstor y Cristina fueron incapaces de investigarla y negociarla. El
Ministerio de Economía informaba que la deuda era de US$ 6.089 en diciembre del
2013 y pasó a US$ 9.700 millones al 30 de abril del 2014. ¿A qué corresponde semejante aumento del 50%?, ¿está ocultando
comisiones y favores?
El Gobierno nunca respondió
nuestros pedidos de conocer el detalle de los créditos reclamados y los nombres
de las empresas involucradas. El acuerdo
viola la Constitución, porque no
respeta la división de poderes: la deuda está sujeta a una investigación
que lleva adelante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 2, cuyo
pedido de nulidad se encuentra pendiente y que el Ministerio Público Fiscal
estimó procedente.
La deuda con el Club de París reúne acreedores de 16 países. Nació en la dictadura de Videla por
contratos de compra de armas que hizo Massera. Desde entonces ningún gobierno -ni el Congreso- cumplió con la
obligación de investigarla. En 1985, los auditores del Banco Central
impugnaron uno de los mayores créditos de la deuda.
Néstor y Cristina “descolgaron” el retrato del dictador Videla,
pero no el de su ministro de economía. Con mayorías absolutas en el
Congreso, fueron incapaces de investigar la deuda y derogar la Ley de Entidades
Financieras y Bancarias de Martínez de Hoz, que rige hasta hoy.
Si se llevan a cabo juicios para
saber el destino de miles de desaparecidos, el país necesita una profunda investigación que sea el nunca más de la
deuda externa. La corrupción de la misma seguirá impidiendo el desarrollo
del país y de las futuras generaciones.
Sólo el gobierno kirchnerista –como reconoció Cristina el 21/8/13-
pagó US$ 173.733 millones de dólares durante esta década. Desde
Videla a hoy –según el Ministerio de Economía- hemos pagado de amortizaciones e
intereses más de US$ 400.000 millones. El
negocio de los acreedores ha sido que la deuda no se pague y que los
intereses y punitorios la multipliquen.
Debemos exigir una Comisión
Bicameral que le dé a la deuda el debido control del Parlamento.
El todo vale del Gobierno para llegar al 2015
Por Jorge Altamira (dirigente del Partido Obrero y del Frente de Izquierda).
Tras empeñarse en una política ficticia de desendeudamiento, los funcionarios peregrinan por las capitales financieras para restablecer el crédito internacional. El propósito sería "llegar" a 2015. El oficialismo no ha vacilado, para ese fin, en proceder a un incremento inédito de deuda externa "pasiva", como ocurre con el pago de la indemnización a Repsol o a los fondos buitres que han ganado pendencias en el Ciadi y como pretende hacerlo con el Club de París y los fondos buitres que están fuera del canje. Ha aceptado incluso el fallo de la Corte estadounidense, que ordena el pago de un resarcimiento a British Gas, a pesar de que la Corte de Argentina, en 2005, respaldó la pesificación. Argentina acata un fallo extranjero que re-dolariza tarifas. Se trata de una violación descomunal de soberanía.
La devaluación reciente del peso integra este operativo de rescate internacional. El propósito principal ha sido hacer "atractivos" (desvalorizar) los activos nacionales para los fondos extranjeros, a los cuales se les ha ofrecido una tasa de interés en dólares, al menos a corto plazo, del 30% anual. Ha producido otro aumento abusivo de la deuda: con las cerealeras, que adelantaron ingresos de divisas, y con los importadores, que tomaron crédito externo.
La contratación de crédito nuevo (deuda activa) continúa en cero. El FMI ha puesto como condición un ajuste de tarifas, mucho más allá del naftazo o de la supresión parcial o gradual de subsidios. El empeño oficial se encuentra en ruinas. El movimiento obrero ya ha advertido que el "ajuste" será enfrentado.
Argentina no enfrenta una crisis de crédito externo sino el derrumbe del sistema financiero y su moneda. El 70% del Fondo de la Anses consiste en títulos de un Estado insolvente. El 75% de los activos del Central son créditos irrecuperables al Estado: las reservas rinden el 0,25% anual en dólares, mientras los pasivos pagan el 27-30%. El 60% del crédito del Banco Nación financia a un Estado deficitario. Los bancos locales, que han usado los depósitos para apostar a la devaluación, lucran con las tasas usurarias que ofrece el Estado y se preparan para otra devaluación. Una deuda externa mayor, en estas condiciones, tendría un carácter fuertemente especulativo, apresuraría la quiebra del sistema. Argentina ya tiene una deuda pública de U$S 240 mil millones, 65% en moneda extranjera.
La nación se encuentra ante una alternativa nítida: o el FMI conduce la reestructuración del sistema financiero interno, que es hacia donde va la política actual, lo cual implicaría solo para comenzar una maxi devaluación que licue las deudas internas del Estado, y obviamente un tarifazo; o, por el contrario, se transfiere la carga del ajuste a los grandes grupos económicos y bancarios, y se recupera el ahorro nacional para una política de mejora social e industrialización intensa.
Publicado en el diario Clarín del sábado 10 de mayo de 2014.
¡Y ahora nos defiende el Financial Times!
¿Eso es bueno o es malo?
El principal diario de negocios del mundo calificó de
“extorsión” el fallo de la Corte de Estados Unidos a favor de los fondos
buitres. 25/06/14. lapoliticaonline.com
“No muy lejos de las oficinas en Londres del Financial Times
quedaba la prisión de Marshalea, donde se solía enviar a los deudores. En el
siglo XIX más de la mitad de los presos eran encarcelados por deudas impagas.
La moral Talibán de hoy insiste en que dichas penalidades son necesarias. En
1869 la prisión por deuda fue abolida y se introdujo la quiebra. Ambos,
economía y sociedad, sobrevivieron”, comienza su artículo en el Financial Times
(FT) el prestigioso columnista Martin Wolf.
El posicionamiento del
diario británico no parece casual. Como en su momento recordó Cristina
Kirchner, más de 100 parlamentarios ingleses se pronunciaron semanas atrás en
contra d euna condena contra la Argentina en el pleito que mantiene contra los
denominados fondos buitres, por considerar que podía afectar las finanzas
globales y complicar al extremo futuras reestructuraciones de deuda soberana.
“Las cosas a veces salen
mal. A veces por mala suerte, otras por irresponsabilidad. Pero la sociedad
necesita vías para permitirle a la gente empezar de nuevo. Es por eso que
tenemos las quiebras”, recuerda el columnista y señala que si bien el concepto
de limitar la responsabilidad de los agentes económicos, sobre todo en los
negocios financieros, puede escandalizar, es mejor eso que imponerles
responsabilidad ilimitada.
“Una lógica similar se aplica a los países. A veces los gobiernos piden préstamos por más de lo que pueden afrontar”, agrega Wolf y explica que “usualmente los países con historia de irresponsabilidad fiscal, suelen verse obligados a tomar deuda en moneda extranjera”, situación que subraya, viven hoy muchos países europeos, para quienes la deuda en euros funciona como una deuda en moneda extranjera.
“Cuando los costos de pagar esa deuda se vuelven demasiado altos, la reestructuración es necesaria”, subraya Wolf y sostiene que esto queda demostrado en el trabajo “This Time is Different” de los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff de la universidad de Harvard.
Wolf reconoce que es difícil “sentir simpatía por Argentina, que sufre un crónico desmanejo desde el default del 2001”, pero reconoce que entonces se le había vuelto al país “imposible” honrar su deuda externa y los acreedores estaban advertidos del riesgo de un default.
El columnista del FT recuerda el enorme diferencial que pagaban los bonos argentinos por tener implícito el riesgo de un default y subraya que “un inversor que es beneficiario de ese riesgo, no puede ser sorprendido por el mismo”.
Wolf señala además que por su condición única, la judicialización de las reestructuraciones soberanas crean un doble riesgo “que para un país sea muy fácil incumplir sus obligaciones, o liberarse de ellas”.
“La historia de la Argentina ilustra ambas. Confrontados por un gobierno intransigente el 93% de los bonistas defaulteados debieron aceptar drásticas reducciones en sus bonos; pero los holdouts que rechazaron ese canje han bloqueado una solución del caso y 12 años después el problema continúa”.
El autor recuerda que la ex presidenta del FMI, Anne Krueger, lidió con este problema de las reestructuraciones sobreranas y advierte que si bien en procesos posteriores al de Argentina –como Gresia- se introdujeron “cláusulas de acción colectiva” para obligar a aceptar el canje a los bonistas renuentes, esto no garantiza que un grupo de holdouts no podrá bloquear la operación.
Situación que según Wolf se agrava luego del fallo de Griesa convalidado por la Corte de Estados Unidos. “Esto hará que las futuras reestructuraciones de deuda sean más difíciles de realizar”, advierte y se pregunta “¿Aceptarán los acreedores cambiar sus bonos por instrumentos de menor valor en el futuro?”.
El columnista critica además por “absurdo” el argumento de que los holdouts ayudan con su accionar a castigar a los gobiernos corruptos de Argentina. “Es una decisión d elos argentinos elegir el gobierno que desean. Peor todavía, si Argentina es forzada a pagar el precio completo a los holdouts, el costo recaerá sobre los argentinos. Esto es una extorsión respaldada por la Corte de Estados Unidos”, agrega en uno de sus párrafos más duros. Y sostiene que más allá de lo humillante, difícil y costoso que sea el acuerdo con los fondos buitres para Argentina que le impone este fallo, lo más preocupante son las implicaciones de largo plazo para las reestructuraciones de deuda.
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