lunes, 7 de octubre de 2013

No me merezco a Boudou ni a los K




Amado Boudou, vicepresidente argentino elegido por Cristina Kirchner, jugando al Sudoku durante la exposición del Jefe del Gabinete. Congreso de la Nación. Marzo 2014.

Trabajo para progresar honestamente, como tantísimos. No soy ningún héroe pero sigo un ejemplo en desuso del que los que juegan al poder se burlan, como se burlan de las instituciones a las que consideran un estorbo para sus ambiciones. 

No le debo nada ni jodo al prójimo, soy un ciudadano honrado y aún creo en la democracia y no en el voto calificado. Pero también se que la velocidad de un tren la fija el vagón más destartalado y no su locomotora.

No voté al de las fotos ni a quien lo designó vicepresidente a dedo por obsecuente ni a los babiecas que lo vivaron en festivales políticos donde tocaba alegremente la guitarrita eléctrica mientras millones la siguen pasando mal. 

Me recuerda tanto a mi odiado Menem. No se porqué. Quizás por su liviandad o por reirse del drama de los otros. Si este tipo no fuera un corrupto, podría decirse que es un inimputable. Pero la sonrisa al aire de un corrupto es un insulto. Es un vómito. Siempre quise saber, ¿de qué carajo te reís, Boudou?

Dicen que es el politico argentino con peor imagen de todos: 65% en contra. Es un aventurero con estudio. Tiene diversas causas judiciales por corrupción que se resolverán vaya a saber en que momento y manera, porque aquí la justicia no es justicia. 

Proviene de la antidemocrática, oligárquica, golpista y cómplice UCD de Alvaro y María Julia Alsogaray. Encima, es un economista salido de la tristemente célebre UCEMA, usina de los más rancios ultras liberales argentinos. Pero por pura conveniencia aprendió a hacer la V de la victoria y cantar la marchita de Perón: mi vieja y querida marchita, tan obsoleta y tan vejada. De puro careta y gatopardista. 

¿A quién debo agradecerle esta burla? ¿Qué nuevo relato inventará el decadente kirchnerismo para justificar esto? Me averguenza que la conducta de este tipo sea festejada en mi Argentina, como me avergonzó la dictadura de la que esta gente de mierda se escondió o fue cómplice. Horanosaurus.  

PD1: ¿se nota que estoy caliente como una pipa? Miren estas fotos: ¿porqué para algunos es un "winner" y para otros esa altanería es indignante?

PD2: más abajo, el imperdible análisis de Pablo Guyot en La Nación del 11/10/13. Luego, un artículo de Nicolás Wiñazki donde se resumen las tropelías del deleznable sujeto. En el Bonus Track 1, dos brillantes artículos del periodista de La Nación Hugo Alconada Mon, de junio/14, donde cuenta que Boudou fue una marioneta de la ambición de Néstor Kircher, político cleptómano y ex presidente argentino al que llegaron a hacerle estatuas. En el Bonus Track 2, muchos años después de eso, dieciséis jueces y la totalidad de las instancias judiciales posibles -incluyendo la Corte Suprema de la Nación- dijeron que Boudou fue un coimero, lo condenaron a la cárcel y lo inhabilitaron políticamente de por vida, solo por el caso Ciccone. Los kirchneristas, tan antidemocráticos y antirrepublicanos como siempre, siguen esgrimiendo la inocencia de Boudou, con argumentos risibles.







 





¿De qué se ríen? ¿Qué ideales defienden? Nunca podrán volver del ridículo ni de la verguenza. 
Por su salud mental, ojalá nunca se den cuenta. 


Por Héctor M. Guyot  | LA NACION. Viernes 11/10/13.

A esta altura, Boudou es el chico que frente a la góndola toma el frasco de dulce de leche de la fila de abajo y provoca el derrumbe de la estantería. Aquel que en lugar de reír hace una mueca y arruina la foto. El que, obediente cuando le conviene, ofrece una gracia en honor a sus mayores pero se pasa de rosca y suelta en público el peor exabrupto. De allí la alarma por el lugar donde lo ha puesto la carambola de los hechos: el chico goloso y desembozado que todo progenitor preferiría mantener guardado hasta dotarlo de un mínimo de urbanidad hoy pasó, en los papeles, a tomar el control de la casa.

Al asumir el Poder Ejecutivo ante la internación de la Presidenta le llovieron críticas desde casi todo el arco político. Sólo salieron en su apoyo espadas cristinistas de verbo devaluado por defender lo indefendible, pero obedientes hasta el punto de afirmar en público lo contrario de lo que dicen en privado. Investigado por enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias, Boudou es muy resistido aun dentro del oficialismo. Ese apoyo es tan endeble como provisorio.

Que el más impopular de los políticos haya llegado a la primera magistratura resulta sorprendente. Y la sorpresa se vuelve pavor cuando se lo ve en funciones con la lengua absuelta y la sonrisa invicta, tan ajeno como siempre a las pasiones que despierta. Juega con fuego, pero el vértigo de los hechos no debería escamotear la perspectiva: Boudou no es la oveja negra de la familia kirchnerista sino su retoño más inexperto y consentido. El peligro es que lo conviertan en la oveja negra para inmolarlo como chivo expiatorio. En ese rito de sangre unos descargarían su bronca y otros lavarían sus pecados.

Boudou va camino de ser el María Julia del kirchnerismo. Las pieles que envolvían a la ex secretaria de Medio Ambiente en la tapa de aquella revista equivalen a las motos con las que se fotografía el vicepresidente. No hablo de la responsabilidad de uno u otro en los delitos por los que fueron procesados, sino del lugar simbólico que les tocó ocupar en el imaginario colectivo. Ambos exhibieron un nivel de vida por encima de sus posibilidades y ofrecieron imágenes poco decorosas de fiestas en que las burbujas del champagne escondían un deterioro social nada glamoroso. Ambos concentraron la indignación. Eran los villanos perfectos.

Con el menemismo en el ocaso, el peronismo supo aprovecharse de María Julia, que fue sacrificada para lavar faltas ajenas y para que el movimiento se renovara en otra primavera tras el ritual. Para eso sirven los chivos expiatorios: los que se llevan una parte pagan por los que se quedan con todo, que son los que sobreviven y mutan para encarnar, con otra máscara y ya libres de pecado, un nuevo ciclo en el juego del eterno retorno en el que estamos entrampados.

Llegado el caso, evitemos al menos que en la hoguera en la que se queme a Boudou se incinere también la memoria de, por ejemplo, los miles de millones de dólares que nunca llegaron al sistema ferroviario y dejaron un vacío que costó más de 50 vidas. A muchos les gustaría esconderse detrás de Boudou. Pero un elefante no se puede esconder detrás de un dedal. Salvo que estemos en la Argentina. Aquí hay costumbre de cerrar los ojos y olvidar.

Boudou es la falla de una arquitectura más opaca y perversa. El problema con él es que hace gala de su estilo explícito. Por eso su asunción, ocurrida mientras todos se preguntaban quién en verdad movía los hilos, hizo que muchos desearan una recuperación más pronta de Cristina, a cuyos oídos ya parece haber llegado el clamor. Es posible que en el oficialismo ya estén soñando con el gran rescate. Otra paradoja kirchnerista: para salvarnos de Boudou, nada mejor que la vuelta de quien lo creó.


El testimonio del jueves de uno de los fundadores de la imprenta es el último episodio que deja al vicepresidente más cerca de ser llamado a indagatoria. Está investigado por enriquecimiento y negociaciones incompatibles. Por Nicolás Wiñazki. Clarín Domingo 08/12/12.

El jueves pasado, uno de los fundadores de la imprenta Ciccone Calcográfica, Nicolás Ciccone, declaró ante la Justicia, bajo juramento, que fue el propio Amado Boudou en persona el que lo impulsó en el 2010 a que le venda la mayor parte de las acciones de su empresa a la sociedad The Old Fund. El testimonio de Ciccone comprometió aun más la situación judicial del vice en este expediente, en el que se lo investiga por negociaciones incompatibles con la función pública y enriquecimiento ilícito.

Pasados tres días de la declaración de Ciccone, ni Boudou ni alguno de sus voceros dijeron nada al respecto: tampoco recibió apoyos públicos de funcionarios nacionales relevantes. Ocurre que la causa Ciccone acumula cada vez más pruebas desfavorables para el vice.A este escenario, se le sumaron en las últimas semanas resoluciones de la Justicia vinculadas a esa cuestión que también fueron negativas para Boudou. El testimonio de Nicolás Ciccone no sólo tiene peso por sus muchas revelaciones sino porque el empresario ratificó lo que el martes había declarado en los tribunales su yerno, Nicolás Reinwick. Entre muchas otras cosas, este otro testigo le había asegurado al juez del caso Ciccone, Ariel Lijo, que fue él quien había contactado al socio de Boudou, José María Núñez Carmona, para pedirle que el Estado ayude a la empresa de su suegro, y que a partir de entonces el hoy vice se involucró en la cuestión. Reinwick denunció además que fue amenazado por Núñez Carmona, que lo presionó con dichos violentos para pedirle que no se presente en la Justicia. Por esas afirmaciones se abrió una nueva causa penal contra el socio del vice.

Núñez Carmona también fue denunciado por malversación de fondos por su socio en la empresa de publicidad WSM: Luis Hilario Scolari dice que la firma recibió millones de pesos de pauta oficial.En la causa Ciccone consta que tanto el fundador de la imprenta como su yerno Reinwick cruzaron varios llamados con Núñez Carmona en la época en la que los testigos dijeron haberse reunido con él y con Boudou. Según Perfil, la Justicia también comprobó que Núñez Carmona llamó al funcionario de la AFIP involucrado en una moratoria excepcional que ese organismo le dio a la ex Ciccone para que pague lo que le debía al fisco.

A esas pruebas comprometedoras se le suman otras. Consta en la Justicia que Vandenbroele mantuvo en el 2010 al menos dos conversaciones con el secretario privado de Boudou, Héctor Eduardo Romano. Más del expediente: The Old Fund le pidió a la empresa Nextel que le envía las facturas telefónicas al departamento que Boudou tiene en el complejo River View, de Puerto Madero. Es el mismo en el que solía dormir Vandenbroele. El ex director de Ciccone tiene sus cuentas bancarias congeladas en el Uruguay: la Justicia de ese país lo investiga por lavado de dinero.

La Cámara Federal reabrió hace pocos días una causa que busca saber si The Old Fund vehiculizó una coima para Boudou: la sociedad recibio $ 7,6 millones por renegociar la deuda de Formosa. Lo hizo sin experiencia en el rubro: Boudou trató el tema desde el Ministerio de Economía. El vice también es investigado por enriquecimiento ilícito. Clarín reveló que tiene 5 empresas sin declarar.

BONUS TRACK 1

El análisis
¿El vicepresidente es el último eslabón?

Por Hugo Alconada Mon. La Nación Domingo 01/06/14.

Para el juez Ariel Lijo, el vicepresidenteAmado Boudou movió los hilos del Estado para quedarse con la ex Ciccone en beneficio propio. Pero ¿pudo el entonces ministro de Economía movilizar para lograrlo a múltiples áreas de la administración, aun cuando eran lideradas por gente que lo despreciaba, sin el paraguas de una orden superior? Más directo: ¿Boudou habría actuado por su cuenta o por orden de Néstor Kirchner? Kirchner detestaba a los Ciccone. Los acusaba de vínculos con la dictadura, con Alfredo Yabrán y con negociados, como el de Siemens y los DNI. Pero tampoco quería a su rival, Antonio Tabanelli, el dueño de Boldt, al que consideraba financista oculto de los sueños electorales de Eduardo Duhalde y de Daniel Scioli.

Y, para peor, su fiel secretario de Hacienda, Daniel Pezoa, estimó que revitalizar la Casa de Moneda costaría $ 500 millones. Así es como, según múltiples funcionarios, empresarios y abogados involucrados en el "caso Ciccone" que dialogaron con LA NACION durante los últimos años, Kirchner dio la orden de tomar el control de Ciccone para luego quitarle los contratos a Boldt y cerrar así uno de los grifos de sus archienemigos.

Las fuentes consultadas también coinciden en que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no participó en aquella decisión, acaso como fruto del "doble comando" que la enfurecía. El único que contradijo esa versión fue el socio de Boudou, José María Núñez Carmona, cuando en una reunión con los Ciccone en el hotel Hilton se ufanó de actuar bajo órdenes del matrimonio presidencial y se puso a imitarla, según dos testigos, gestos incluidos: "¡A Boldt, no! ¡A Boldt, no!" Los funcionarios señalan algo más: cuando estalló el escándalo, fue ella quien ordenó defender a Boudou a cualquier costo.

Allá por 2009, en tanto, el primero en recibir el llamado del poder fue el entonces titular de Aeropuertos Argentina 2000, Ernesto Gutiérrez, uno de los empresarios con mejor sintonía con el ex presidente. Los Ciccone lo recibieron con los brazos abiertos. ¿Por qué? "Apostamos a que la buena llegada de Gutiérrez a la quinta de Olivos nos sacaría de encima el manto de sospechas que nos rodeaba", indicaron desde la familia a LA NACION.

Gutiérrez desembarcó en febrero con su firma Inversiones Tecnológicas SA y con el fondo de inversiones Fintech como socio. Su rostro visible es el mexicano David Martínez, accionista junto con Clarín en Cablevisión, pero con llegada y buena sintonía con el Gobierno. La operación, sin embargo, terminó por caerse. Gutiérrez no logró que llovieran los contratos ni los financistas. Así que el 31 de agosto de 2009 se abrió junto a Fintech. La aventura duró seis meses. Notable coincidencia: un día después, el 1º de septiembre, un abogado monotributista, Alejandro Vandenbroele, amigo de Núñez Carmona, tomó el control de una ignota sociedad: The Old Fund.

El fracaso de Gutiérrez alentó a varios dentro del Gobierno. Un sector pretendió controlar Ciccone mediante su estatización. Aníbal Fernández, entre ellos. "Cuando yo veía que la sociedad le debía tanto dinero al Estado, (creía que) no debíamos darle más vuelta", contó tres años después.

Pezoa alentó otra opción: comprar una planta "llave en mano". Al punto de que contactó a la firma suiza Koenig & Bauer (KBA), y se evaluó un proyecto por 150 millones de euros. Pero un emisario de Boudou les comunicó a los suizos que no había presupuesto para ese proyecto, según reconstruyó LA NACION.

Los Ciccone tampoco se quedaron quietos. Contactaron al actual embajador en Uruguay, Dante Dovena, de máxima confianza del ex presidente, para que intermediara entre ambos. Ocurrió a principios de 2010, pero concluyó con una frase tajante de Kirchner. "A la empresa «la queremos toda»", les comunicó, según confirmaron a dos miembros de la familia Ciccone y un allegado de Dovena.

Los fundadores de la imprenta recurrieron entonces a Boudou. Y éste asumió como el epicentro de un movimiento coordinado entre múltiples áreas de la administración. Porque al Ministerio de Economía se sumaron la AFIP, la Secretaría de Comercio Interior, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, la Casa de Moneda, el Banco Central y la Inspección General de Justicia (IGJ), entre otros.

Como ministro, Boudou ejercía influencia directa sobre algunos de esos organismos, como ocurrió en la Casa de Moneda tras la caída de Ariel Rebello -un hombre de Pezoa- y el arribo de Katya Daura, que trabajó con él en la Anses. Pero, ¿cómo logró que funcionarios que lo detestaban, como Ricardo Echegaray o Guillermo Moreno -que lo apodaba "el chorrito"-, acataran sus órdenes? ¿Ambos recibieron directrices superiores?

El 27 de octubre de 2010, sin embargo, todo se trastocó. Ese día murió Kirchner. El 28, se convocó a una asamblea extraordinaria de accionistas de The Old Fund, que se celebró al día siguiente. Así, mientras el país vivía días de luto y decenas de miles ingresaban en la Casa Rosada para honrar al ex presidente, se modificó la composición accionaria de The Old Fund. Y metieron a las apuradas a la sociedad uruguaya Dusbel SA, que recién siete meses después completó los indispensables trámites de nacionalización que impone la ley. ¿Por qué el apuro? ¿Qué debían, o querían, corregir?

Para cuando estalló el escándalo en febrero de 2012, sin embargo, Boudou ya no era ministro de Economía, sino vicepresidente, ungido por decisión solitaria de la Presidenta, que pronto afrontó una disyuntiva. Evaluó imitar a su par brasileña, Dilma Rousseff, que desplazó a cada uno de sus ministros sospechados de actos de corrupción. Pero concluyó que esa opción era inviable porque hubiera debilitado su naciente segundo mandato. Ordenó, pues, cerrar filas alrededor de su número dos, para disgusto de Carlos Zannini, Aníbal Fernández y otros.

Así ocurrió tras la histórica conferencia de prensa -que no fue tal- de Boudou el Jueves Santo de 2012, en el Senado, en la que el vicepresidente combinó dardos contra la prensa con serias acusaciones contra el juez y el fiscal del caso, y el procurador Righi. Los dos primeros terminaron apartados de la causa; el tercero presentó su renuncia indeclinable.

Muchos se preguntaron entonces si Boudou huía hacia adelante o contaba con la venia de la Presidenta. Fue Horacio Verbitsky, desde Página 12, quien cortó las especulaciones: "Cuando la polvareda de palabras se asiente, tal vez puedan considerarse las serias implicancias institucionales de las palabras de Boudou, que fueron aprobadas por CFK antes y después de la conferencia de prensa". Entre sus íntimos, Boudou lo dice de manera franca: "Néstor me dio la orden. Me dijo «andá y sacale ese negocio a Duhalde». Yo le cumplí".

Negocios y poder/La causa judicial por dentro


Por Hugo Alconada Mon. La Nación 01/06/14. Para el juez Ariel Lijo, que aparezca una foto comprometedora de Amado Boudou, es irrelevante. ¿Por qué? Porque el magistrado ya dio por probado el vínculo entre él y su socio José María Núñez Carmona con el único rostro visible de The Old Fund y presidente de Ciccone Calcográfica, Alejandro Vanderbroele. Remarcó Lijo: "es conocido de ambos" (...) ¿qué pruebas se acumularon  en la causa Ciccone para colocar a Boudou al borde de su procesamiento? ¿Qué otras evidencias podrían salir a la luz, con repercusiones incluso internacionales? ...continuación en link... 


Por Hugo Alconada Mon. La Nación 12/12/15. “Poder es impunidad", es la máxima que cinceló para siempre Alfredo Yabrán, que mucho sabía sobre eso. Y a las evidencias hay que remitirse: las investigaciones judiciales sobre corrupción en la Argentina tardan, en promedio, una década en llegar a la instancia de juicio oral; la mayoría de esas causas se cierra por prescripción; y apenas el 3% de los involucrados en 750 grandes casos locales de corrupción analizados durante un cuarto de siglo terminaron condenados.

El problema para el ya ex vicepresidente Amado Boudou es, sin embargo, que él podría ayudar a engordar ese escuálido porcentaje. ¿Por qué?

Porque varios indicios apuntan en esa dirección. Primero, porque a lo largo de estos años acumuló demasiadas causas penales. Segundo, porque se convirtió en uno de los funcionarios kirchneristas que genera más tirria pública. Tercero, porque sembró enemigos que esperaban su oportunidad para cobrársela. Cuarto, porque el peronismo no lo defenderá, porque no lo siente propio. Y quinto, porque llegó demasiado alto, sin una red propia de protección. Es decir, los mismos factores que convirtieron a María Julia Alsogaray en el ícono máximo del menemismo a la hora de recorrer los Tribunales.

Boudou puede, encima, servir como eximio elemento de distracción pública para kirchneristas y macristas por igual, si es que buscan sellar un pacto de convivencia. Les permitiría a ambos mostrar resultados de "depuración" ante la opinión pública, sin ir a fondo sobre otros íconos de la última década larga, como Lázaro Báez o Cristóbal López, o incluso la propia presidenta Cristina Kirchner.

En esa línea, el mundillo politizado de los tribunales federales de Comodoro Py tomó nota de la señal que envió la ahora ex Presidenta, quien excluyó a Boudou de todas las listas para cargos legislativos y, por tanto, lo dejó sin fueros parlamentarios.

Esas y otras señales políticas subterráneas fueron tan fuertes como para que Boudou acumulara pedidos de indagatoria durante los últimos meses. Para peor, Boudou se encargó de destratar a múltiples funcionarios de la "familia judicial".

El más notorio fue el ex procurador general Esteban Righi, pero también lo hizo con el primer juez del "caso Ciccone", Daniel Rafecas. Y al fiscal Carlos Rívolo, al que logró apartar. Pero también, entre otros, al juez que aún instruye ese expediente, Ariel Lijo, al que atacó por la prensa oficialista y en sus escritos judiciales, y al que buscó apartar de esa causa, pero sin lograrlo.

Ahora, sin embargo, transcurridas apenas 36 horas desde que expiró su mandato como vicepresidente, Boudou se encontró con la realidad de volver al llano. El juez Lijo le impuso la prohibición de salir del país como al resto de los procesados, mientras que el fiscal de la causa, Jorge di Lello, evalúa si eleva elevar a juicio oral el tramo que lo afecta.

BONUS TRACK 2 -- ¿QUE MAS EVIDENCIA NECESITAN?

Pasaron más de siete años. Luego de cinco instancias judiciales agotadas -incluída la Corte Suprema de Justicia- en las que intervinieron deciséis jueces y solamente por la causa Ciccone, se le reafirmó la condena por coimero al corrupto de Amado Boudou. Cárcel e inhabilitación política de por vida. Con la cobarde excusa del cuidado de su familia Boudou -el piola que vivía en un médano y llegó a vicepresidente- intenta esquivar los barrotes una y otra vez. Contra todas las evidencias, el séquito de negacionistas kirchneristas lo sigue defendiendo porque es parte de su moral defender la corrupción política. ¿Cómo puede realizarse un país si ni siquiera se respetan las decisiones jurídicas? ¿Con garrotes, tocando el bombo y saltando como monos? ¿Quiénes son los gorilas? Lean su increíble solicitada de enero/21 y saquen sus propias conclusiones. No se asusten ni lloren al ver algunos de los firmantes, que seguramente no son todos corruptos. Es increíble. Horanosaurus.

10 de enero de 2021. Texto completo de la solicitada publicada este domingo en Página/12:

Libertad a Amado Boudou

"La persecución política contra militantes y dirigentes de la experiencia kirchnerista persiste en la Argentina a pesar del triunfo popular en las últimas elecciones. Estamos en presencia de una guerra que se despliega a través de medidas judiciales, fabricación de noticias que manipulan la opinión pública y el intento de crear un clima de odio e intolerancia en la población. Es una guerra que, según se va esclareciendo, floreció durante el gobierno de Mauricio Macri bajo la supervisión de varios de sus funcionarios principales, incluido el propio presidente. Medios de comunicación monopólicos y segmentos corrompidos del poder judicial han generado una estrategia común que envenena la atmósfera política. 

La situación de Amado Boudou testimonia con exactitud esa estrategia de guerra. Objeto de un sistemático ataque de los medios de comunicación concentrados hasta convertirlo en un equivalente absoluto de la corrupción estatal, condenado a prisión en un juicio cuyas anormalidades tuvieron estado público por boca de sus mismos gestores (por televisión, el testigo clave en el juicio reconoció haber recibido dinero por su testimonio en calidad de “arrepentido”) Boudou es hoy prisionero en su domicilio por decisión del poder judicial. El máximo tribunal nacional desechó tratar la apelación de su condena manifiestamente nula porque era una cuestión " insustancial, carente de trascendencia " y a partir de esa decisión bochornosa se ha abierto un operativo para enviarlo nuevamente a la prisión. Un puñado de medios de comunicación son los que organizan una persecución política y moral contra quien fuera vicepresidente durante el último mandato de Cristina Fernández de Kirchner. Está muy claro que se trata de una venganza por las decisiones en las que participó, y particularmente por la recuperación para los trabajadores de los fondos de pensión que habían sido enajenados a favor de grandes consorcios financieros.

Esta situación implica un profundo deterioro de la política, de las creencias sociales y del lenguaje general de una sociedad. Es una verdadera emergencia político-judicial que pone en riesgo la convivencia entre los argentinos y argentinas por afectar las bases democráticas de la constitución social al poner en marcha una interpretación de las leyes con un sentido faccioso y antirrepublicano. No es un problema excluyente de un sector de la población directamente involucrado en la práctica política; por el contrario, involucra a todos y todas quienes habitamos el país. Solamente a través de la recuperación plena de la legalidad y el fin de las presiones extralegales profusamente puestas en práctica por el gobierno de Macri, es cómo puede recuperarse en plenitud la vigencia del estado de derecho. 

Lo que ahora está ocurriendo con Amado Boudou, es la forma final lograda por una agresiva y virulenta coalición formada por todo tipo de especialistas en la descalificación y destrucción de las experiencias democráticas y populares de Gobierno. Es lo que en la región conocemos como la “guerra judicial”, que hoy es el arma principal de desestabilización de la democracia. La persona de Boudou fue elegida para descargar un castigo ejemplar contra quienes se atreven a enfrentar los injustos privilegios de los que disfruta una facción local históricamente privilegiada, en sociedad con grandes corporaciones locales y extranjeras.

La lucha contra esta injusta situación es un compromiso de honor de quienes queremos una Argentina democrática, libre y justa, con leyes legítimas e interpretadas con absoluta autonomía respecto de los poderes fácticos ligados al privilegio y la injusticia.

Para que en Argentina rija en plenitud la justicia y se respeten los derechos humanos. Para eso reclamamos la libertad de Amado Boudou y de todos los presos y presas políticas."

Los firmantes de la solicitada son:

ALEMÁN, Jorge
ALESSO, Sonia
ALIVERTI, Eduardo
ALPEROVICH, Sara
AMORIM, Celso
APO, Alejandro
ARENA, Mayra
ARONSKIND, Ricardo
ATE CAPITAL
BANEGAS, Cristina
BARADEL, Roberto
BARRAGÁN, Carlos
BARRANCOS, Dora
BARRIENTOS, Paola
BASCHETTI, Roberto
BATAKIS, Silvina
BELLOTA, Araceli
BONIN, Arturo
BORÓN, Atilio
BORRONI, Fernando
BRAWER, Mara
BRIZUELA, Damian
CAAMAÑO, Cristina
CABRAL, Juan Cruz Cabral
CALCAGNO, Eric
CAMPANA, Gustavo
CANESE, Ricardo
CAO, Horacio
CARAMELLO, Carlos
CARBONE, Rocco
CAREAGA, Mabel
CASALS, Rodolfo
CASTRO, Alicia
CATALANO, Daniel
CEJAS, Jorge
CELENTANO, Ana
CHOLVIS, Jorge Francisco
COLOMBO, Ariel
CONTI, Diana
CORREA, Gabo
CORREA, Rafael
CORREA, Walter
CRISTÓFALO, Américo
D’AURIA, Nancy
DE BONAFINI, Hebe
DE FEO, Carlos
DE JESÚS, Juan Pablo
DE VICENTI, Cecilia
DE VIDO, Julio
DELUPI, Max
DEPETRI, Edgardo
DEVOTO, Jorge “Topo”
DI TULLIO, Juliana
DÍAZ, Estela
DORIO, Jorge
DURANGO, Norma
DURAÑONA, Francisco
ELBAUM, Jorge
FANEGO, Daniel
FERNANDEZ PASTOR, Miguel
FERNANDEZ, Anibal
FERNANDEZ, Hector
FERNANDEZ, Maximiliano “El Bosnio”
FERNANDEZ, Patricia
FERNÁNDEZ, Sebastian “Rinconet”
FERRADAS, Marcela
FERRARESI, Jorge
FIGUERAS, Marcelo
FIORENTINO, Maria
FONTDEVILA, Pablo
FORSTER, Ricardo
FURLAN, Abel
GABBA, Carlos Eduardo
GABIN, Maria José
GALENDE, Luciano
GARCIA PINTOS, Alejo
GARCIA, Cynthia
GARCÍA, Martin
GEIGER, Conrado
GIARDINELLI, Mempo
GILS CARBÓ, Alejandra
GIOJA, José Luis
GIROTTI, Carlos
GLEZER, Marina
GODOY, Ruperto
GOLLAN, Daniel
GONZALEZ, Horacio
GONZALO, Norberto
GRANDINETTI, Darío
GRECO, Leonardo
HARISPE, Gaston
HELLER, Carlos
HERRERO, Liliana
IBARRETA, Maria
JAIME, Ricardo
JUNIO, Juan Carlos
JUSTICIA LEGÍTIMA, Agrupación
KOENIG, Marcelo
KULIOK, Luisa
KUNKEL, Carlos
LABORDE, Oscar
LARA CASTRO, Jorge
LARA, Jorge
LARRESE, Ernesto
LARROQUE, Andres
LETTIERI, Alberto
LIJALAD, Ari
LONG, Guillaume
LONG, Guillaume
LOPEZ FIORITO, Pablo
LÓPEZ, Artemio
LÓPEZ, Eduardo
LOPEZ, Gustavo
LUGO, Fernando
LULA DA SILVA, Luiz Inácio
LUZZANI, Telma
MANTEGA, Guido
MARINO, Sergio “Nagus”
MARIOTTO, Gabriel
MARTINEZ, Enrique
MARTINEZ, Hugo
MASSONI, José
MAZURE, Liliana
MELINGO, Marcelo
MÉNDEZ, Lía
MENDOZA LEIGUE, Adolfo
MENDOZA, Mayra
MERA, Carolina
MERLIN, Nora
METAZA, Mario
MINNICELLI, Alessandra
MIRKIN, Beatriz
MOCCA, Edgardo
MONTERO, Federico
MORALES, Evo
MORALES, Victor Hugo
MOREAU, Leopoldo
MORGADE, Graciela
MOYANO, Pablo
NAVARRO, Roberto
NICOLETTI, Nelson
NOHER, Jean Pierre
NUÑEZ, Osmar
OLIVEIRA, Francisco “Paco”
ONETTO, María
ONETTO. Victoria
ORTEGA, Saul
OSUNA, Blanca
PACO URONDO, Agencia
PALOMINO, Juan
PAPALEO, Osvaldo
PARDES, Jorge
PARILLI, Nanci
PARRILLI, Oscar
PARY, Diego Pary
PATIÑO, Ricardo
PATIÑO, Ricardo
PAVLOVSKY, Martin
PENACCA, Paula
PICCHIO, Ana María
PIETRAGALLA, Horacio
PILATTI VERGARA, Maria
POSTOLSKI, Glenn
PRANDINI, Roberto
PREGO, Florencia
PUIGGRÓS, Adriana
QUINTRIQUEO, Carlos Enrique
RACHID, Jorge
RAIMUNDI, Carlos
RECALDE, Hector Pedro
REP, Miguel
ROCA, Horacio
RODRIGUEZ, Cecilia
ROJKES, Beatriz
ROJKÉS, Silvia
ROMANO, Gerardo
ROMAROVSKY, Gabriel
ROMERO, Javier “El Profe”
ROSSETTO, Cecilia
ROTH, Cecilia
ROUSSEFF, Dilma
RUIZ FLORES, Martha
RUIZ FLORES, Martha
RUSCONI, Maximiliano
RUSSO, Sandra
SABORIDO, Pedro
SAID, Judith
SAINTOUT, Florencia
SAMPER, Ernesto
SANTA MARIA, Victor
SANTORO, Leandro
SANTORO, Osvaldo
SAPAG, Silvia
SBATELLA, José
SCALETTA, Claudio
SCHULMAN, José
SEOANE, María
SERRANO MANCILLA, Alfredo
SIGAL, Eduardo
SOCOLOVSKY, Yamile
STEDILE, Joao Pedro
TEJEDOR, Cristina
TOER, Mario
TOGNETTI, Daniel
TORRI - SOUTO, Gustavo
ULANOVSKY, Carlos
VACA NARVAJA, Camilo
VACA NARVAJA, Fernando
VALDÉS, Eduardo Felix
VANELLI, Alejandro
VARELA, Adriana
VARELA, Susana
VAZQUEZ, Mariana
VERA, Coni
VICENTE, Manuel
VOLNOVICH, Luana
YASKY, Hugo
ZAFFARONI, Eugenio Raul
ZELAYA, Manuel
ZIEMBROWSKI, Luis

Y siguen casi 5.000 fimas más.

El Sol - 04/12/20. Cronología.
Amado Boudou: los 16 jueces que analizaron el caso Ciccone desde 2012

El Economista. 03/12/20
Fallo unánime: la Corte Suprema confirmó la condena de Boudou por la causa Ciccone


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