Prevengo: estas disquisiciones son un rodeo que no tiene conclusiones. Es pensar anotando ideas para que no se diluyan todavía más. Una reacción contra las agresiones del medio, derivada en autodefensa.
Me referiré a esos tipos tan familiares que nos invaden desde los medios de comunicación. Los vemos todos los días actuando de infalibles, en una tarea que debe ser agotadora. Escondiendo las miserias que tienen -las que tenemos todos- pero que a ellos les resultan incompatibles con la venta de su imagen (1). Que yo sepa, no se puede ser todo el tiempo feliz, pero ellos aparentan poder. Siempre en pose de superados. Como a las escondidas, para sobrevivir.
A esta clase de gente los mismos chicos los llaman "caretas". Pero logran engañar hasta a los jóvenes, que los creen piolas, y muchas veces los convierten en sus ídolos o referentes. Resultan más caretas que los jovatos caretas de los que viven burlándose.
Son esa legión de afamados conductores, panelistas, noteros de TV y locutores radiales que azotan los medios de comunicación. Algunos con carné de periodista pero sin sustento ni rigor para serlo. Cada uno puede ponerle los nombres propios que quiera. Coincidiríamos, o no... uno más, uno menos... pero son esos en los que estamos pensando.
Una generación de infalibles que parecen no equivocarse nunca (2). Políticamente correctos, casi "progres", pero sin ideas profundas. Apenas son "entretenedores". Acríticos hasta con el arte: jamás una pregunta difícil o comprometedora. ¡Está todo bien, man! ... la generación CQC (3).
Esos capaces de hablar de derechos humanos sin haber siquiera leído la historia que ocurrió atrás de su propio nacimiento. Sin haber hecho una huelga en su vida, sin haberse comprometido nunca con nada. Capaces de vendernos con gafas negras europeas el último modelo de auto a ritmo de clip moderno. Idealistas del dinero.
"Nos pasan porque son más veloces, más rápidos. De aquí la “rapidez” de los “vivillos” de la televisión. Todos tienen lengua fácil, veloz. Son atorrantitos arltianos que “se las conocen todas”. Así, “te pasan como y cuando quieren”. No son la inteligencia ni el talento los que se requieren. Es la audacia. La rapidez que da la impunidad, el descaro, la indiferencia moral: “me cago en todo”, es la consigna de los “vivillos” de la tele. Mordaces, carajeadores, banales, campeones imbatibles de lo soez, ganan por velocidad, por ausencia de escrúpulos, porque son fruto de un mundo devaluado y conocen sus reglas, que ellos recrean y crean diariamente, mejor que nadie. Porque eso es lo que quieren quitarnos. Y con la subjetividad nos quieren arrancar la posibilidad de la conciencia crítica, del sujeto crítico que es -en un solo movimiento- la trama de nuestra libertad. El poder hace todo lo que hace (lo que con tanta eficiencia hace) porque busca la imposibilidad del acto libre." José Pablo Feinmann "La filosofía y el barro de la historia" (ver Manipulación mediática III).
¿Qué los diferencia de cualquier otro? ¿Qué pecado cometen? Son una especie moderna de traidores que -desde afuera de la política y en nombre del arte o del periodismo- engañan a la gente en su inocencia o estupidez, adormeciendo conciencias con nuevos métodos. Y mientras los demás sufren, ellos viven bien del producto que ayudan a vender: las bondades del sistema. Horanosaurus.
Notas:
(1) ¿Se acuerdan de Cacho Fontana, imagen vendedora imbatible de La Serenísima hasta que se ventilaron detalles de su vida "disipada"? Lo cambiaron por Pancho Ibañez o Guillermo Andino, que todavía se mantienen en forma y se portan bien (o son muy discretos con sus mocos).
(2) A decir verdad, en la vida común de muchos de nosotros -los anónimos-, intentamos imitar algo de esa infalibilidad para no sentirnos humillados. Es un aprendizaje de la vida misma. Al fin y al cabo, desde que intentan socializarnos en la escuela, siempre “los feos, los sucios y los malos” son el centro de las agresiones. Que causan dolor y hacen las cosas peor. La vida parece ser un ejercicio para gambetear al dolor, donde pocos logran ser auténticos.
(3) “Caiga quien caiga”, programa de TV, producido por la empresa “Cuatro cabezas”, conducido por Mario Pergolini, Ernestina Pais y otros. Sólamente, una asociación libre.
(2) A decir verdad, en la vida común de muchos de nosotros -los anónimos-, intentamos imitar algo de esa infalibilidad para no sentirnos humillados. Es un aprendizaje de la vida misma. Al fin y al cabo, desde que intentan socializarnos en la escuela, siempre “los feos, los sucios y los malos” son el centro de las agresiones. Que causan dolor y hacen las cosas peor. La vida parece ser un ejercicio para gambetear al dolor, donde pocos logran ser auténticos.
(3) “Caiga quien caiga”, programa de TV, producido por la empresa “Cuatro cabezas”, conducido por Mario Pergolini, Ernestina Pais y otros. Sólamente, una asociación libre.
Agenda de Reflexión N° 738 - La Argentina trash
18 de Agosto de 2011
Un libro describe a los protagonistas de la llamada “televisión basura” y descubre sus puntos comunes con la sociedad argentina. Muchos se declaran indignados por la contaminación que esos personajes generan desde la pantalla chica pero no pueden dejar de seguirlos. Por Josefina Licitra para Adn-CULTURA de LA NACION.
No hay comentarios:
Publicar un comentario