jueves, 3 de febrero de 2011

Autoconocimiento: ¡otra vez me cambian la bocha!





¡Otra vez me cambian la bocha en el medio del juego! Terapeutas y científicos: ¿porqué no se deciden de una vez? ¿Cuánta gente hubiera elegido ser abogada en vez de psicóloga acá en el culo del mundo? ¿Cuántos autos nuevos podrían haberse comprado los pacientes con el ahorro de horas y horas de diván? Tenía razón Flaubert entonces cuando dijo: "Hay tres condiciones para ser feliz: ser imbécil, ser egoísta y gozar de buena salud. Pero bien entendido que si falta la primera condición, todo está perdido". Horanosaurus.

El autoconocimiento no siempre es el camino a la felicidad

Incluso en algunas personas puede hasta llegar a empeorar el sufrimiento emocional. Por Richard A. Friedman - The New York Times. La Nación Sábado 22/01/11.

NUEVA YORK.- Entre los terapeutas, es prácticamente un dogma que el autoconocimiento es un requisito indispensable para una vida feliz. La comprensión, según ese criterio, liberará de los complejos psicológicos y promoverá el bienestar. Quizá sea así, pero mi experiencia reciente me hace cuestionarme si la comprensión es tan importante.

No hace mucho tiempo, atendí a un joven de apenas 30 años, que estaba triste y ansioso luego de que su novia lo había abandonado; era la segunda vez que le pasaba en tres años. Estaba claro que sus síntomas eran la reacción ante la pérdida de una relación y que no estaba clínicamente deprimido. "Lo he tratado varias veces en la terapia", afirmó. Tenía problemas para tolerar cualquier separación de sus novias, y podía relacionar ese sentimiento con la separación de su madre, que había sido internada durante varios meses por un tratamiento de cáncer cuando él tenía 4 años. En resumen, había logrado un gran autoconocimiento con la terapia respecto a la naturaleza y origen de la ansiedad, pero no se sentía mejor.

Lo que la terapia le había dado a este joven era una narrativa coherente de su vida; había desmitificado sus sentimientos, pero no había conseguido cambiarlos. ¿Se debía a que su autoconocimiento era errado o a que era incompleto? ¿O acaso el autoconocimiento tiene un valor limitado sin importar su profundidad?

Tema de debate

Los psicoanalistas y otros terapeutas han discutido durante años sobre este tema que llega hasta el corazón mismo del funcionamiento de la terapia (cuando funciona), para aliviar la aflicción psicológica. Los debates teóricos no han solucionado el problema, pero ha surgido una clave interesante sobre la posible importancia del autoconocimiento en estudios comparativos de diferentes tipos de psicoterapias, de las cuales sólo algunas enfatizan el autoconocimiento. De hecho, cuando se han comparado directamente dos tipos distintos de psicoterapias, ha sido a menudo difícil encontrar diferencias entre ellas.

Respecto a los pacientes, el significado es claro. Si uno está deprimido, por ejemplo, es probable que uno se sienta mejor, ya sea que su terapeuta utilice el método cognitivo- conductista, que apunta a corregir sus pensamientos y sentimientos distorsionados, o con una terapia psicodinámica, orientada al autoconocimiento.

Como el ingrediente común en todas las terapias no es el autoconocimiento, sino un lazo humano no específico con el terapeuta, parece justo decir que el autoconocimiento no es necesario ni suficiente para sentirse bien. Y no sólo eso. A veces parece que intensifica el sufrimiento de una persona.

Recuerdo a un paciente que estaba crónicamente deprimido e insatisfecho. "La vida es un plomo", me dijo, e hizo una lista de problemas sociales y económicos verdaderamente reales. Era pesimista sobre el lamentable estado de la economía, a pesar de ser próspero y no estar amenazado por ella. Era un analista financiero exitoso, pero estaba aburrido de su trabajo, al que veía como mecánico y personalmente insatisfactorio. Había estado en terapia durante años antes de que yo lo viera y había llegado a la conclusión de que había elegido su profesión por complacer las exigencias de su demandante padre, en lugar de seguir su pasión por el arte. A pesar de que sabía mucho sobre sí mismo y su conducta, claramente no estaba más feliz por eso. Cuando se deprimió, sin embargo, su autoconocimiento empeoró su dolor porque se criticó a sí mismo por no haber enfrentado a su padre y seguido su propio camino.

Durante años, los investigadores han sabido que los depresivos tienen tendencia a recordar acontecimientos tristes de sus vidas; no se trata tanto de que produzcan historias negativas, sino de que olvidan las buenas. En ese sentido, sus visiones y percepciones negativas pueden ser deprimentemente exactas, aunque sesgadas e incompletas. Hasta nos hace preguntarnos si para ser felices no sería necesario un poco de autoengaño.

Nada de esto quiere decir que el autoconocimiento carezca de valor. Lejos de ello. Si uno no quiere ser un cautivo de conflictos psicológicos, el autoconocimiento puede ser una poderosa herramienta para liberarse de ellos. Probablemente se sienta menos dolor emocional pero eso no es la felicidad. Traducción de María Elena Rey.

Introspección no siempre es la solución
29/01/11 - The New York Times en Clarín. Richard A Friedman. Ensayo.

Es prácticamente un artículo de fe entre los terapeutas que la comprensión de uno mismo es un prerrequisito para una vida feliz. La introspección se cree, “lo libera de los traumas” y promoverá el bienestar. Sin embargo la experiencia reciente hace que me pregunte si la introspección realmente es lo que se cree que es.

No hace mucho recibí a un joven que estaba triste y ansioso luego de que su novia lo dejó, “He abordado esto muchas veces en terapia”, dijo. Tenía problemas para tolerar cualquier separación de sus novias. Incluso podía ubicar las raíces de este sentimiento en una separación de su madre, quien había estado hospitalizada varios meses por un tratamiento por cáncer, cuando él tenía 4 años.

En pocas palabras, había ganado mucha comprensión de sí mismo en terapia, la cual había desmitificado sus sentimientos, pero había hecho poco para cambiarlos. Una pista interesante sobre la relevancia de la introspección proviene de estudios comparativos de diferentes tipos de psicoterapia. Frecuentemente ha sido difícil encontrar diferencias entre sus resultados. El significado para los pacientes es claro. Si estás deprimido es probable que se sienta mejor, independientemente de que su terapeuta emplee un enfoque cognitivo conductual, con el fin de corregir los pensamientos y sentimientos distorsionados o un terapeuta psicodinámica orientado a la introspección.

Puesto que el ingrediente común entre todas las terapias, no es la introspección, sino el vínculo humano con el terapeuta, parece entonces justo decir que la introspección no es necesaria, ni suficiente para sentirse mejor. Y, a veces, parece que la introspección incluso exacerba el sufrimiento.

Recuerdo a un paciente con depresión crónica. “La vida es una lata”, me dijo, enumerando diversos males sociales y económicos. Desde luego que tenía razón sobre el lamentable estado de la economía, aun cuando era adinerado y no estaba amenazado por ello. Era un analista financiero, pero estaba aburrido de su trabajo. Había estado en terapia durante años antes de que yo lo viera y se había dado cuenta de que había elegido su profesión para complacer a su padre. Aunque estaba consciente de su comportamiento, claramente no era más feliz por ello. Cuando se deprimió, sin embargo, esta comprensión se sumó a su dolor, porque se reprendía a sí mismo por no haberle hecho frente a su padre.

Durante años, los investigadores han sabido que las personas deprimidas tienen una inclinación a recordar eventos tristes. Sus opiniones y percepciones negativas pueden ser deprimentemente precisas, si bien prejuiciadas e incompletas. Esto hace incluso que uno se pregunte si un poco de autoengaño es necesario para la felicidad.

Si no quiere ser prisionero de sus conflictos psicológicos, la introspección puede ser una herramienta poderosa para relajar el control que estos ejercen. Pero eso es diferente a la felicidad. Quizá la felicidad es un poco como la autoestima; se tiene que trabajar para lograrla.

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3 comentarios:

  1. Pero H. pasa con todas las cosas, por caso antes tomar un vaso de vino en las comidas era un pecado para la salud, ahora es el camino a la longevidad. Hablando en serio......valoro el autoconocimiento como herramienta para resolver problemas. La felicidad viene después o no. Leía que los científicos mencionan varios tipos de inteligencia y no solo la que hasta ahora definiamos que es la inteligencia lógico-matemática. Entre ellas destacaron dos tipos que verdaderamente estaban relacionadas con la felicidad de los que las poseian. La inteligencia interpersonal y la inteligencia entrepersonal. Es decir quines tenían esas inteligencias desarrolladas eran candidatos a ser más felices. Es decir la inteligencia de autoconocerse bien y la de relacionarse bien con los demás. Por caso citan a un hincha de Huracán que las poseía y era muy feliz pese a su estigma.

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  2. Sr. Laconchagaray: venia todo bien hasta ese inmerecido y acido final. No importa: sin ese "estigma" tendriamos mucho menos huevos que nuestros pretenciosos primos tilingos, los cuervos. El salto de calidad lo dimos mediante el autoconocimiento. Horanosaurus.

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  3. Bueno, si obviamos el tema futbolístico podemos tener alguna coincidencia.

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