Guía básica de los estilos
Pop-rock-heavy-punk-folk-blues-new
wave-romanthic-funk-tecno-sinfónico-rockabilly. Por Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz. Clarín
Suplemento Si (años noventa).
Blues: de Africa con dolor. Los orígenes del estilo se remontan al
siglo pasado, con el apogeo de la esclavitud en el norte de América. Justamente,
el blues es considerado como la
primera expresión músical negra de Estados Unidos. Su propio nombre ("blue" significa tanto azul como triste) indica la esencia del género: un canto deprimido y melancólico
esbozado por los esclavos africanos que poblaron —como simples animales de
trabajo— las plantaciones del sur norteamericano.
En los años '20, el blues
salió de su reducto rural y llegó a las grandes ciudades, diversificándose en
numerosas corrientes. Con las primeras migraciones internas, el género
adquirió su propia carta de ciudadanía a costa de chocar y confundirse con el
viejo jazz. Justamente, el jazz —y la necesidad de convertirse en un ritmo
danzante para cumplir con los requerimientos de su nuevo público— imprimió
velocidad y cadencia al blues, convirtiéndolo en el Rythm & Blues
(R&B). A este derivado del blues se lo conoció como "la música hecha
por negros para que bailen los negros". A mediados de este siglo, las
orquestas de jazz le otorgaron al blues mayor riqueza instrumental, pero el
grado máximo de sofisticación del género llegó de la
mano de Jimmy Rushing y la banda de Count Basie.
Los grandes talentos negros como
B. B. King, Freddie King, Muddy Waters, Taj Mahal y las aventuras
dentro del estilo de Chuck Berry y Ray Charles, entre otros, influyeron
directamente en las bandas de rock que en la
década del '60 tomaron al blues como punto de
partida para sus investigaciones musicales. John Mayall, Eric Clapton, Joe
Cocker, Jeff Beck, Jimmy Page, Janis Joplin, Graham Bard y
Alexis Korner fueron algunos de los más fervorosos cultores del denominado
blues blanco. Ellos buscaron respetar el sentimiento típico
del blues, pero le incorporaron una mayor dosis de romanticismo, algo del pop
de moda y nuevas ideas en el concepto sonoro de los instrumentos.
Pese a ser considerado como
un género musicalmente "limitado" y sufrir segregaciones raciales,
el blues —al igual que el Rythm & Blues— sirvió de
base a gran parte de los estilos originados en los '60 y desarrollados en los
'70, como es el caso del rock pesado, variante en la cual es difícil
encontrar, aún hoy, algún grupo que no tenga, por lo menos, un tema "bluseado"
en su repertorio. El R & B, por su parte, fue el pilar sobre el
que asentaron su fama y prestigio grandes formaciones de los ´60, como los Animals,
los Rolling Stones, Cream, Traffic,
The Yarbirds
y los mismos Beatles.
Sin embargo, el blues, en su formato clásico,
perdió masividad con la llegada de los '70 y su consumo quedó limitado a un
mercado reducido. En Estados Unidos, grupos como The Allman Brothers Band,
Lynyrd Skynyrd, Molly Hatchet y los de los hermanos Johnny y Edgard Winter —por
citar algunos— lograron prolongar el éxito del género hasta mediados de la
década, pero el cambio general originado por la explosión punk terminó de
alejarlo de la órbita masiva, pese a que artistas enrolados dentro del pop
moderno —como el caso de Yazco— han abordado el blues en sus experiencias
musicales.
De todas formas, el blues sigue siendo una de
las variantes musicales más emotivas y auténticas, y la pasión de sus cultores
lo hace sobrevivir a toda ola momentánea.
Discografía básica del blues: “The London
Sessions” (Muddy Waters), “Getting Ready” (Freddy King), The Natch'l Blues (Taj
Mahal), “Blues Power” (Albert King), “Pearl” (Janis Joplin), “Just One Nigth”
(Eric Clapton), “Live at Regal” (B. B. King), “Bluesbreakers” (John Mayall), “The
London Howlin Wolf Session” (Howlin' Wolf).
Rock and Roll: la rebelión eléctrica. El rock and roll es uno de los movimientos de
ruptura más importantes del siglo XX y una suerte de nave madre de prácticamente
todos los estilos aparecidos desde los años '50 en adelante. Millares de
nombres le fueron dando forma, desde Fats Domino hasta Bruce Springsteen, pasando por Chuck Berry,
Carl Perkins, Gene Vicent, Little Richard, Bo Diddley, los Beatles
y los Rolling Stones, por nombrar solo
algunos.
El término "rock and roll" fue
acuñado por Alan Freed, un disc-jockey radial de Cleveland, EE.UU.
Pero sobre el momento exacto en que nació el genero existen
distintas versiones. Hay quienes aseguran que el primer disco de rock and roll
fue Rockett 88 de Jackie
Brenston (1951);
otros afirman que el R.M. Blues de Roy Milton (1945) fue el
puntapié inicial; por último, muchos aceptan que Rock around the clock, de Bill
Haley, fue el comienzo de la ola desenfrenada. Lo cierto es que, más allá de
las dudas, a mitad del siglo el rock and roll gozaba
de envidiable salud, sacudiendo un panorama musical de posguerra bastante pobre
y dominado por los chansonniers franceses y los cantantes de origen italiano. A todo esto, la derecha
norteamericana denunciaba al rock and roll como "parte de un complot comunista
destinado a desequilibrar mentalmente a la juventud yanqui". Pero en
realidad, la rebelión del rock and roll estaba dirigida al “american way of life”.
Entre 1954 y 1956, el
incipiente género comenzó a mostrar varias corrientes claramente diferenciadas,
aunque con puntos esenciales en
común: el rock de las bandas norteñas (Bill Haley
and The Comets),
el de Nueva Orleans (Fats Domino, Little Richard), el de origen country
de Memphis (Elvis Presley, Carl Perkins), el de raíz rythm and blues de Chicago
(Chuck Berry, Bo Diddley) y el de los grupos vocales (Penguins, Platters)
Las cinco corrientes estaban inspiradas en
ritmos negros de la época, sin olvidar la contribución de
géneros blancos como el western swing, el honky tonk y
el country boogie. De todos modos, el rock and roll es básicamente el resultado
de una conjunción matemática: rhythm & blues + country & western. De
allí nació la fórmula mágica y de ella se nutrieron todos los principales cultores. Claro que, además de
éstos, miles y miles de adolescentes y jóvenes comenzaban a
moverse al compás del reloj encontrando la punta del ovillo, músico-social que,
aún hoy, sigue coleando en casi todo el mundo juvenil. El frenesí, la histeria,
la rebelión contra todas las reglas y una imparable energía fueron las
manifestaciones claras del rock en la juventud. Marlon Brando y James Dean se
encargaron de llevar ese clima rebelde al cine, simbolizando todo lo que se
vivía en las calles.
Si bien para fines de los '50 el furor
rebelde mermó a causa de la muerte de los viejos líderes y el eclipse de otros,
nuevos jóvenes tomaron las riendas y conservaron la vigencia del género. Basta
con citar a dos bandas inglesas: los Beatles y los Rolling, para comprender por
qué el rock and roll no murió con la llegada de los 60s.
Para los 70, el rock and roll ya estaba definitivamente
instalado en la galería de clásicos, y todos los músicos surgidos bajo su
Influjo se ocuparon de que estuviera más allá de las modas y los intereses
meramente comerciales. Cuando en 1975 John Lennon grabó su álbum Rock & Roll
con nuevas versiones de las viejas glorias, todos sabían que ése no era solo un
homenaje del músico a sus raíces: era el agradecimiento de una generación —y
las que crecieron con ella— hacia la música que les cambió la vida y todo
aquello que suele englobarse dentro del término "futuro".
Al decir de
Frank Zappa, uno de los atípicos genios hijos del rock, "música sin
eufemismos, el rock es una definición conceptual válida para un estilo que a su
vez contiene y origina —sin detenerse— a otros estilos y corrientes. Momentos
mejores y de los otros son parte de esta expresión viva y vital del hombre
contemporáneo”. Larga vida al rock and roll.
Dlscografla básica: "Rock around the
Clock" (Bill Haley & The Comets); "From Elvis
Presley Boulevard, Tennessee" (Elvis
Presley),
"Fabulous" (Little Richard), “San Francisco dues” (Chuck
Berry), "20th
aniversary of rock and roll" (Bo Diddley),
"Live at the Hollywood Bowl' (The Beatles), "Rock and
Roll" (John Lennon), "Live" (Status Quo),
"It's only Rock & Roll" (The Rolling
Stone).
Rock-A-Billy: música de camperas negras. El género de las camperas negras, los jopos y
el pelo engominado. En 1954, Sam Phillips –amo y señor del sello discográfico
Sam Records- buscaba un vocalista blanco que pudiera cantar como un negro para
hacer una extraña fusión musical. Un joven camionero cubrió los requisitos e
ingresó en los estudios de la ciudad de
Memphis: Elvis Presley. Junto al guitarrista Scottie Moore y el
contrabajista Bill Black, grabaron el tema “That´s all right, mama”. El rockabilly había nacido.
Definido como “música hillbilly sureña de
tempo ascendente” este género tomó sus raíces del rhytm blues y el country
western, fusionados con gran dósis de energía. El rockabilly mostró la faceta
rebelde del rock y sus letras hablaron de cerveza, pandillas, chicas y autos,
todo dentro de un marco de rebelión constante.
Si bien Presley fue algo así como la cara del
estilo por su inmensa popularidad, otros artistas tuvieron también un destacado
papel en la historia del género. Eddie Cochran, Jerry Lee Lewis, Buddy Holly,
Gene Vincent, Carl Perkins, Roy Orbison y Jerry Byrne, entre otros, pusieron su
sello en el estilo, pero no lograron que pasara exitoso la frontera del final
de la década. En los 60, los viejos héroes habían muerto o estaban poco menos
que terminados. Los Beatles, los Rolling Stones y, más tarde, Creedence
Clearwater Revival, rescataron en los 60 parte de la gloria del rockabilly,
pero no fue sino hasta la década del 80 cuando el estilo cobró un nuevo auge. Y
los directos responsables de que eso sucediera fueron los Stray Cats. Es
curioso pero el mismo año en que moría Buddy Holly nacía el músico que veinte
años después encumbraría nuevamente el género: Brian Setzer, líder y mentor de
los Stray Cats. Con los Cats a la cabeza, el rockabilly volvió al tapete y
acaparó la atención mundial. Robert Plant, Jimmy Page y otros se acoplaron al
furor con The Honneydrippers, y viejos discos de pasta fueron desempolvados.
Pero el furor volvió a pasar y el rockabilly retornó a su núcleo de fieles seguidores.
Sin embargo, la imagen del género prendió fuerte e influenció a varias de las
corrientes modernas de los 80. Además, con el rockabilly volvieron los
contrabajos y las baterías de pie, algo que estrellas consagradas como Paul Mc
Cartney y los Stones no se privaron de utilizar aún en pleno reinado de la
música electrónica.
Discografía básica de rockabilly: Lights Out (Jerry
Byrne), Monster (Jerry Lee Lewis), The Bop That Just Won´t Stop (Gene Vincent),
Legendary Masters
(Eddie Cochran), Elvis (Elvis Presley), The Chirping Crickets
(Buddy Holly) y Built for Speed (Stray Cats).
Música negra. Más allá de cualquier frontera. Un término tan vasto y amplio que abarca en
su seno infinidad de estilos cuyo punto común es el “feeling”. Gospel, funky,
soul y mil variedades más conforman el panorama de la black music, un género de
gran riqueza rítmica que logró superar las fronteras étnicas e imponerse en el
mundo entero.
Todas las variantes de la música negra
reconocen un origen común: el ritmo africano. De las corrientes inmigratorias y
su fusión con el folklore de las distintas tierras nació el sello distintivo de
cada estilo, aunque prácticamente todas deben admitir la paternidad del blues y
el jazz.
El funk por ejemplo, surgió de la necesidad
de los negros por encontrar una música bailable más alegre que el soul y más
actual que el jazz. En su
experimentación se acercaron al rock de los 60 pero sin caer en el R&B. Sly
& The Family Stone fueron los primeros en trazar el camino a seguir, con
ritmos furiosos, vocalizaciones hipnóticas y guitarras agresivas. James Brown
simplificó los conceptos para ganar en contundencia, pero recién con la llegada
al género de Chic, Earth, Wind & Fire, The Commodores y hasta el mismísimo
Stevie Wonder, obtuvo el funk el toque orquestal que le permitió ingresar en
todos los locales de baile.
El soul, en cambio, tuvo su momento de apogeo
al final de la explosión beatle. Derivado del jazz, el gospel y los spirituals,
el soul consagró a figuras como Wilson Pickett, Aretha Franklin, Otis Redding y
Arthur Conley, entre 1966 y 1967. Sin embargo, esa época solo puede
considerarse estadísticamente como aquella en que Europa descubrió y aceptó al
género, por cuanto en Estados Unidos ya contaba con un buen mercado desde tiempo
atrás. Pero el auge del soul se produjo recién cuando la audiencia se saturó
del pop y el beat fácil. Y este es un detalle para tener en cuenta cuando se
analiza ia historia de la música, por cuanto un estilo aparece siempre que el
público demuestra saturación por otro género. De ahí que las modas pasajeras
suelen ser las principales causantes de nuevas variantes.
Un claro ejemplo de
esto es la disco-music, una ola que arrasó con los mercados negro y blanco a
partir de Donna Summer, Gloria Gaynor y los Bee Gees con su "Fiebre de
sábado por la noche". Durante los últimos tramos de la década del '70, la
música disco copó todos los mercados del mundo y la moda Travolta arrasó hasta
saturar. Criticada por su falta de vuelo y sus escasos valores musicales, la
disco-music se las ingenió sin embargo para ejercer una decisiva influencia
sobre corrientes tales como el new-romantic, el tecno, el funky y el pop moderno inclusive. Rockeros de ley como los Rolling Stones, Rod Stewart y
Status Quo no lograron evitar caer en sus brazos.
Pero la música negra no dependía ni depende
de un boom pasajero por cuanto tiene los suficientes valores como para seguir
adelante y, de tanto en tanto, provocar
un fuerte sacudón como ocurrió hace dos años con Michael Jackson o en los
últimos tiempos con Lionel Richie.
Otras variantes de música negra son los spirituals
(las "canciones de trabajo" que entonaban los esclavos del sur
yanqui), el gospel (un derivado del spiritual, pero con un ritmo más rápido y
marcado) y, por supuesto, el jazz. Nacido en la bulliciosa Nueva Orleans, los primeros pasos del jazz fueron el ragtime
y luego el swing. Lleno de vitalidad y talento improvisatorio, el estilo no
tardó en copar los salones de baile. A mediados de siglo, las grandes orquestas
le dieron su época de apogeo y sus más destacados intérpretes, tanto en la
rama negra como en la blanca. En los 70, el jazz se fusionó con éxito con el
rock y recibió una saludable cuota de energía y virtuosismo. También
evolucionó admirablemente en el denominado jazz moderno. De estas últimas vertientes cabe mencionar a
gigantes como Weather Report, Chick Corea, Keith Jarret, Miles Davis y Al Jarreau. En los '80, una nueva fusión le dio otro color al género. Esta vez el
elegido fue el pop y de la unión nació el jazzy, con Sade a la cabeza y Style
Council, Simply Red y Double a los premios.
Dlscografla básica de la música negra: “A
Whole New Thing” (Sly & The Family Stone), “Hell” (James Brown), “Caught
In The Act” (The Commodores), “Whitney Houston” (Whitney Houston), “I Never
Loved Man” (Aretha Franklin), “The Dock Of The Bay” (Otis Redding), “1999”
(Prince & The Revolution), “Diamond Life” (Sade), “Exciting” (Wilson Pickett), “Moods” (Marvin Gaye), “Talking Book” (Stevie Wonder).
Rock sinfónico: la complejidad clásica. Así como el rockn'roll marcó a la década del
'50 y el pop a la del '60, no es muy aventurado afirmar que el rock sinfónico
—también definido como rock progresivo o
elaborado— selló las características de los años 70, más allá de la explosión
punk de la segunda parte de la década y sus potentes secuelas musicales.
El rock sinfónico nació a fines de los '60
de la mano de los grupos ingleses post-psicodélicos. Justamente, las bandas
británicas fueron las encargadas de encumbrar
el género y darle sus momentos de mayor brillo. Yes, Genesis, Emerson, Lake
& Palmer y Pink Floyd fueron los artistas más relevantes de una tendencia
que también contó con el valioso aporte de Focus, Premiata Forneria Marconl,
Gentle Giant, Tangerine Dream, Procol Harum, Can, Triunvirat y Camel, sin
olvidar a grandes como King Crimson y Jethro Tull, que si bien no se limitaron
exclusivamente al rock sinfónico, también tuvieron que ver en el género.
Musicalmente, el rock sinfónico se
caracterizó por su decidido acercamiento a la música clásica y sus búsquedas de
climas, todo enmarcado por largos pasajes instrumentales, cambios de ritmo,
arreglos complejos y gran virtuosismo en la ejecución. Los trabajos presentados
como obras conceptuales en las que -al igual que los conciertos- se buscaba más
impactar que enfervorizar.
El auge del rock sinfónico acaparó la atención
mundial de la primera parte de la década del '70, pero el estilo comenzó a
decaer junto a sus principales cultores ante el advenimiento del punk y sus
derivaciones. Por entonces los “progresivos” ya habían tornado su propuesta en
algo difícilmente digerible y la música había perdido la brillantez de otras
épocas. Solo Genesis y, en parte, Pink
Floyd lograron sortear la hibridez general y seguir produciendo obras de
nivel. El resto se fue perdiendo sin encontrar el camino adecuado para
desenrollar la madeja sinfónica.
A comienzos de los ´80 y con la energía
adueñada nuevamente del rock, la variante sinfónica fue dada de baja por el
público masivo. Pero en música no existe la muerte. A mediados de la década,
y con Marillion a la cabeza, el rock sinfónico volvió a ocupar un lugar de relevancia,
esta vez con una mayor energía y cierto toque pop. Los viejos maestros del
género -Peter Gabriel, Robert Fripp, Genesis, Yes- también estaban allí y el
rock sinfónico se rió de su propia muerte. Nuevas agrupaciones con viejos
conocidos -Asia, GTR, Emerson, Lake & Palmer— apuntalaron el renacimiento,
y aún queda por explotar , una adecuada fusión de lo sinfónico con el tecno,
camino éste que seguramente servirá para asegurar la supervivencia del estilo por
bastante tiempo más
Dlscografía básica del rock sinfónico: Tales
from topographic oceans (Yes), Hamburguer Concerto (Focus), Close to the edge
(Yes), Sailing England by the pound (Genesis), Larks Tongues in Aspic (King
Crimson), Dark side of the moon (Pink Floyd), Brain salad surgery (ELP),
Nursery Crime (Genesis), Live (Peter Gabriel), GTR (GTR).
Folk: blancos que sufren como negros. El folk, ese estilo musical directamente
emparentado con lo acústico y pastoril, nació durante el siglo XVIII en las
zonas rurales del oeste norteamericano, como derivado directo de las canciones
campesinas entonadas por los inmigrantes europeos.
Ese folk primitivo reseñaba escenas de la
vida cotidiana y describía las andanzas de los pistoleros que asolaban la
región. Musicalmente, la esencia original del género se mantiene aún en un
estilo derivado: el country & western.
El primer folk-singer de gran trascendencia
fue Joe Hill, un obrero sueco que emigró en 1901 a Estados Unidos. Hill dio al
folk el sello característico que, con el tiempo, emparentó al estilo con la
canción de protesta. Sus letras en defensa de los humildes y la clase
trabajadora lo llevaron a la tumba en 1915, en razón que el gobierno yanki lo
consideró un cantante “subversivo” y lo condenó a morir. Sin embargo, el
entierro de Hill (al que asistieron nada menos que 30.000 personas) no significó
el funeral del folk.
La semilla sembrada por Joe Hill dió su fruto
más notable en Woody Guthrie, tal vez la
figura más relevante de toda la historia del folk. El y su discípulo Peter
Seeger no tardaron en convertirse en las voces de un pueblo que ya no estaba dispuesto
a callar.
Desde esa época en adelante, cada derivado
del folk tomó sus propias características y generó sus propias figuras. El Kingston Trio asumió el aspecto más comercial, aunque con un amplio sentido de
la calidad y ganó seis discos de oro entre 1960 y 1964. Bob Dylan, Joan Baez,
Judy Collins, Phil Ochs y Tom Paxton, entre otros, embanderaron la rama más
rebelde y contestataria del estilo. Johnny Cash, Willie Nelson, John Denver y
algunos más tomaron el liderazgo del country, en tanto Simon & Garfunkel,
James Taylor, Carly Simon y Loggins & Messina la de la rama folk más ligada
al pop. David Crosby, Stephen Stills, Graham Nash y Neill Young impusieron el
folk de grandes armonías vocales, y grupos como The Eagles, Grateful Dead, The
Band, The Byrds y otros, con los años le dieron al género su toque eléctrico,
algo así como el sello definitivo del legendario “California sound”. Peter,
Paul & Mary, Pete Seeger y Arlo Guthrie (hijo de Woody) fueron los
encargados de mantener la línea tradicional del género.
Pero el folk (esa corriente asociada siempre
con las largas barbas y cabelleras, los sombreros cow-boy, las camisas a
cuadros y las botas) tuvo y tiene, además, una gran influencia en artistas
identificados con otros géneros, pero que no pueden evitar que las raíces
afloren en su música, como es el caso de los rockeros Bruce Springsteen y John
Cougar Mellencamp, la semijazzera Joni Mitchell y los bluseros Eric Clapton,
Marc Knopfler y J.J.Cale.
Dlscografía básica del folk: Movin´ (Peter,
Paul & Mary), Joan Baez vol. II (Joan Baez), Ring of fire (John Cash),
Bringin it All Back Home (Bob Dylan),
Sound of silence (Simon & Garfunkel), Déja Vu (Crosby, Stills, Nash
& Young), Bound for glory (Woody Guthrie), The Best of Kingston Trio.
Pop: el sonido yeah-yeah. Así es llamada la música de la década del 60
que, curiosamente, también parece dispuesta a convertirse en la del 80, aunque
–obviamente- actualizada. El pop tiene un padre universalmente
aceptado, sin cuya presencia la historia podría haber sido una muy distinta.
Ese “padre” es el grupo más importante del movimiento rock: Los Beatles. Ellos
fueron quienes dieron todos los lineamientos a seguir, cambiaron los conceptos
estéticos de la juventud mundial y otorgaron al pop sus características.
Esta música, en la que la melodía juega un
papel fundamental, también tuvo otros valiosos pilares: los Rolling Stones, los
Animals, The Hollies. Pero los Beatles fueron tan importantes que muchos
historiadores coinciden en afirmar que la fecha exacta del nacimiento del pop
es el 5 de octubre de 1962, día en que se editó el debut discográfico de Lennon
y los suyos.
El reinado del pop (o del beat, como se lo
llamaba entonces) permaneció intocable durante toda la década de su nacimiento.
Recién con la irrupción de nuevas corrientes perdió parte de su liderazgo,
aunque artistas tales como Elton John y los ex Beatles como solistas lo
mantuvieron en buena ubicación en los rankings.
El pop fue y es, además, una auténtica cuna
de talentos compositivos, ya que gran parte de los autores más notables de las
ultimas tres décadas surgieron de este género. Y ese simple dato sirve para
rebatir cualquier acusación sobre una supuesta “facilidad” del pop. No es un
estilo complicado, por cierto. Pero si uno revisa el listado de clásicos de la
música jóven desde 1960 hasta el presente, se encontrará con que una gran parte
de los temas tienen el sello pop.
Tras la revolución punk, la llegada de la
new-wave devolvió al pop el sitial que el rock sinfónico y otras expresiones
“virtuosistas” le habían quitado. El new-romantic también le respetó su jerarquía, pero los 80
iban a devolverle el primer plano con una variante mecánica: el tecno. Cuando las computadoras y los sintetizadores
coparon el panorama, sus cultores encontraron
que combinar el ritmo de la música electrónica con el sentido melódico del pop
era una conjunción soberbia. Y el tecno-pop no solo se adueñó de la primera
mitad de ios '80 sino que amenaza con dominar el resto. Algunos artistas aprovecharon la ocasión para
investigar la faz rítmica e incorporar música africana, con lo que el pop abrió
aún más su panorama. El auge de los sintetizadores y las máquinas electrónicas
permitió a los artistas agregar instrumentos
sin incorporar instrumentistas por lo que aquella formación básica que
impusieron los Beatles (bajo, batería y dos guitarras) quedó prácticamente en
el olvido. Además, los teclados y sus múltiples posibilidades le arrebataron el
cetro a la guitarra, convirtiéndose en la gran vedette del nuevo pop. Sin embargo, y a pesar de los cambios, el pop
mantuvo su esencia en el gusto por las melodías y desde 1960 hasta el presente
siguió siendo la música más fácilmente digerible para el gran público. (extra): Brit-Pop. Melodías beatles pero en los 90. Exponentes: Oasis, Blur.
Punk:
el alarido rebelde.
El género que a mediados de la década pasada cambió el curso de la historia de
la música. Su caldo de cultivo fueron las grandes ciudades europeas, aunque la
flemática Londres puede ser considerada como la cuna del movimiento más
nihilista y estéticamente cultor de lo desagradable de todos cuantos han pasado
por el rock y adyacencias.
El "padre" e ideólogo del punk fue
Malcolm Mc Laren, un astuto personaje que, como
productor, representante, diseñador y estratega, pergeñó fondo y forma del
estilo. Desde su tienda londinense Sex dio las pautas del vestuario a utilizar:
alfileres de gancho, hojas de afeitar, mucho cuero, cierres, botas y pantalones
rotos, como complemento de cabelleras cortadas hoscamente, labios pintados de
negro y una apariencia desagradable.
Mc Laren fue quien guió
los pasos de los Sex Pistols, el grupo más importante de la historia punk. Los Pistols,
con Johnny Rotten (John Lydon) a la cabeza, sacudieron al mundo con su alarido
desafiante, y pronto otros grupos se sumaron a la cruzada: The Clash, The
Damned, Eddie and The Hot Rods, The Rick
Kids, Ruts D.C., The Stranglers,
Doctors of Madness, Wire y muchos más.
Musicalmente, el punk propuso desde sus
comienzos un regreso a las fuentes primitivas del rock, dejando de lado todo
virtuosismo y sin preocuparse por la afinación o la variedad. El punk trajo
consigo toda la energía que el rock había perdido desde principios de los '70.
Como complemento, el género abordó una temática en la cual resaltaron el caos,
la rebeldía, la disconformidad con la sociedad y el negativismo. El
"mensaje" punk prendió rápidamente en una juventud como la del hemisferio
norte, agobiada por la falta de futuro y el latente peligro
nuclear.
Pero la alternativa que ofreció el punk a esa
juventud no fue más allá de la rebelión. El punk ofreció quejas, no soluciones.
Y entonces su lucha quedó a mitad de camino. Cuando la industria discográfica
le encontró la vuelta, el punk fue fagocitado por el aparato comercial. Con
los Pistols ya disueltos y sin líderes creíbles al frente, los sobrevivientes
del movimiento tuvieron que cambiar sus normas y aceptar las reglas de juego de
la sociedad de consumo. Así y todo se las ingeniaron para permanecer en el
candelero con artistas valiosos como los Clash o Nina Hagen.
De todos modos, y pese a que la
"explosión punk" solo duró un par de años en toda su magnitud, las
secuelas aún están a la vista. De no ser por el punk, es probable que la música
actual tan solo sería un largo bostezo lleno de hibridez y frialdad. Pero el
punk rescató la energía primitiva y dio nueva sangre a las venas. La new wave,
el new romantic y el pop de los '80 son los descendientes más directos de un
género que logró mantener vivo su fuego en dos subestilos: el after punk (tan
enérgico como su papá, pero más abierto al pop) y el hard core (algo así como
el punk metálico). Dentro de estas variantes merecen destacarse grupos como
Siouxie ant The Banshees, Dead Kennedys, Killing Joke, Black
Flag y Circle Jerks.
Pero el punk en sí, ese movimiento putrefacto
que tanto horror causó en las mentes conservadoras, se ganó un lugar en la
historia con sus escasos meses de vida a "full". El punk dio el
cachetazo en el momento justo y sirvió para que la música retomara su carril
más vital. Con eso solo, ya fue importante.
Discografía básica del punk: Never Mind The Bollocks
(Sex Pistols); The Great Rock & Roll Swindle (Sex
Pistols); What´s This For (Kllling Joke); Sandinista (The
Clash); London Calling (The Clash); Damned, Damned, Damned (The Damned); Fresh
Fruit For Rotting Vegetables (Dead Kennedys);
Teenage Depression (Eddie and The Hot Rods).
New
Wave: el punk digerible. Algo así como el “punk”
de los chicos buenos o la reencarnación Beatle. Para muchos, este movimiento no
fue más que un revival del pop-rock de los '60, con corbatas finitas incluidas
y todo. Sin embargo, el new-wave es un género que ya prácticamente extinto en
su totalidad, dejó huellas importantes y tuvo un rotundo éxito comercial.
Su origen se remonta a poco después de la revolución
punk. La imagen, el sonido, la temática propuesta global del punk, no eran
fácilmente digeribles para el aparato comercial. Pero una música más
"lavada", dirigida a los adolescentes, con parte de la energía del
punk, el gancho melódico del pop de los '60 y una imargen "linda"
tenía que funcionar. La audiencia había redescubierto la potencia del rock y
había que aprovecharlo.
Varios grupos tomaron ei liderazgo de las distintas
corrientes de la new-wave. Pero uno de ellos -surgido con la marea punk— logró
romper el círculo y pasar a la galería de los grandes con una importancia en
parte similar a la que tuvieron Lennon & Cía. en los '60: The Police. Con
una música original (fusión de reggae, pop y rock), una imagen cuidada y un
talento enorme, los Pollce sorprendieron, impactaron y arrasaron.
Sin la calidad de Sting y los suyos, pero con
una promoción avasallante, otros dos grupos tuvieron también su momento de gloria: Blondie
y The Knack. Los primeros funcionaron alrededor de la sensual
figura de Deborah Harry pero nunca tuvieron una música lo suficientemente
convincente como para respaldar su nombre y desaparecieron tras conocer el
agrio sabor del fracaso. The Knack, en cambio, cayó en un viejo error: su
primer disco mostró interesantes producciones, como el caso de la harto difundida
“My Sharona". Pero para el segundo disco no tuvieron mejor idea que
copiarse a sí mismos, entonces todo término para ellos. Eso sí, de pocos grupos
se habló tanto como de ellos. Y pocas bandas pasaron tan rápidamente al olvido como
The Knack. Cosas del negocio musical...
La new-wave, al contrario del punk y el new romantic,
no tomó forma únicamente en Europa. Estados Unidos también dio buenas bandas al
género, como el caso de The Motels y The Cars, grupos que, una vez que la
new-wave pasó, siguieron adelante con excelentes trabajos.
Si bien es difícil ubicar una fecha exacta
para el fin de la new-wave, el auge del género comenzó a eclipsarse en los
primeros tiempos de esta década. Sus artistas pasaron entonces a engrosar las
filas del pop, el pop-rock, el new-romantic o simplemente el rock'n roll. Pero
la new wave, como género musical, dejó sentadas varias pautas de importancia: el
sonido limpio de las guitarras, las melodías agradables en la voz y el ritmo
fuerte pero no ensordecedor de la base. Grupos como los mencionados Police
o Dire Strait surgieron con esta
corriente y eso solo ya basta para que la new-wave se haya ganado un lugar en
la historia de la música.
Discografía básica de la new-wave: Outlandos
D'Amour (The Police); Get The Knack (The Knack); Parallel Lines (Blondie); The Beat (The Beat), Panorama (The Cars), Careful (The Motels); Dire
Straits (Dire Straits), Regatta de Blanc (The Police).
New
Romantic: el rock maquillado. El new-romantic es ni más ni menos que la
continuación del glamour-rock, un género que en los primerps años de la década
del 70 tuvo en su seno a artistas tan disímiles como David Bowie, Gary Glitter,
Iggy Pop y Roxy Music como principales exponentes. Caracterizado por sus “glamourosa”
imagen visual, el glam-rock fue tildado de “decadente” en la faz musical y sólo
sobrevivió de la mano de los auténticos talentos del género, como Bowie y Brian
Ferry.
La pasión que esos artistas sintieron por la
sofisticación visual y el soul negro hecho al estilo blanco volvió al primer
plano cuando la new-wave no lograba salir de su simple revival de los'60.
Musicalmente, los nuevos ro mánticos
dirigieron su artillería a una fórmula especial: mucho soul, mucho pop, algún
toque del desenfadado punk, y por supuesto, mucho de la vieja magia del
glamour-rock.
Como padres del fenómeno, los británicos se
pusieron rápidamente a la vanguardia del género con bandas c omo Adam &The
Ants, Duran Duran, Spandau Ballet y Flock of Seagulls. Cuando el new-romantic
probó su eficacia bailable, las puertas de los ránkings se le abrieron de par
en par y su música copó todos los locales de baile.
Pero el fenómeno del new-romantic no fue
exclusivamente referido a los músicos y la música. Del movimiento participaron
diseñadores, artistas, peluqueros, pintores y una selecta elite decidida a
lograr una identidad propia e individualista. Clubes como Crackers, Billy´s y
Blitz fueron el centro de reunión de este grupo de amantes de la brillante y
elegante decadencia. Como ocurriera durante la explosión punk, una tienda
londinense, PX, fue la encargada de surtir a los neorrománticos de su ropa de
décadas pasadas, tules, plumas, brillantes, tacos aguja, faldas plato, algo de
cuero y plástico, y toneladas de maquillaje.
La moda mezclaba al medioevo con Oriente y a
los piratas con los “raros peinados nuevos”. Los flamantes románticos no
tardaron en copar también las revistas de modas. Y aquí hay que hacer hincapié
en algo: por lo general, todo género musical trae aparejado un cambio de
imagen, pero ningún movimiento hasta el presente basó tanto su propuesta en el
cambio estético y de ahí que aún hoy se sienta el paso del neorromanticismo por
la historia musical.
Con el encumbramiento de bandas como las ya
mencionadas, Duran Duran, Spandau Ballet y Adam & & The Ants, y Visage,
Ultravox, Classix Noveaux y otras, el new-romantic se afianzó en los ránkings y
desparramó su influencia estética sobre otros géneros, en tanto su influencia
musical pasó a ser un eslabón importante dentro de la cadena electrónica que
impregnó y glorificó el tecno-pop de los 80.
Pese a que el new-romantic perdió peso y
vigencia ante el avasallador avance del nuevo pop, el estilo no ha desaparecido
y sigue teniendo exponentes exitosos, aunque hay que reconocer que la mayoría
de ellos cayeron en la bolsa del pop y en ella se debaten por dejar bien
sentada su identidad.
Discografía básica del new-romantic: Vienna
(Ultravox); Journey To Glory (Spandau Ballet); Friend Or Foe (Adam Ant); Ashes
To Ashes (David Bowie); Kings Of The Wild Frontier (Adam & The Ants),
Visage (Visage), Arena (Duran Duran); Night People (Classix Nouveaux), Listen
(A Flock Of Seagulls).
Reggae: la magia de
los rastas.
Las raices del reggae se encuentran en África, pero su verdadero matiz recién
apareció en Latinoamérica —más precisamente en Jamaica— cuando los descendientes
de esclavos africanos le imprimieron un fuerte condimento místico.
En los años cincuenta, este ritmo hijo del
calipso y primo del rhythm & blues era conocido con el nombre de
chrlstened ska. Más tarde se lo denominó bluebeat y luego rock steady.
El bluebeat tuvo su momento de gloria en Estados Unidos con el hit "My boy
lilipop" pero el término "reggae" recién apareció en 1968 con ei
tema de Toots Hibbert "Do the reggae".
Desde sus orígenes, el estilo estuvo
directamente emparentado con la religión rastafari. Las letras de los temas
evidenciaron el fervor religioso de los "rastas" y desnudaron la
vida miserable y marginada de la raza negra. Esa segregación también fue
padecida durante años por el reggae. Recién cuando músicos blancos como Eric
Clapton y los Rolling Stones decidieron a apoyarlo, el panorama musical se
abrió para el género, aunque el factor que lo elevó a la cima fue el auge de la
new wave y el encumbramiento de The Police.
La new-wave incorporó el reggae al rock y lo
transformó en producto de consumo masivo de la mano de bandas como Police, UB-40
y The Beat. Pero los héroes del género no fueron ni son ellos. Artistas de la
talla de Bob Marley, Peter Tosh, Sly Dunbar, Robbie Shakespeare, Desmond
Dekker, Bunny Wailer, Gregory Isaac, Tyrone Tyler, Jimmy Cliff, Black Uhuru, Smiley
Culture, Keith Hudson, Steel Pulse, Third World y tantos otros fueron quienes
le dieron su verdadera forma.
El reggae tiene también una especie de primo
acelerado, el ska, que se popularizó con las bandas new-wave
europeas —como The Specials y The Selecter—. Años mas tarde, el grupo
Madness retomó la corriente con singular éxito.
Discografía básica del reggae: I shall sing (Toots
and the Maytals); Catch a fire (Bob Marley & The Wailers); Mama Africa
(Peter Tosh); Live (Bob Marley): Hard road to travel (Jimmy Cliff); Wanted dead
or alive (Peter Tosh); Outlandos D'Amour (The Police).
Heavy metal: el rock de la clase trabajadora. El género del cuero negro, la música
avasallante y el sonido demoledor. El rock de la clase trabajadora,
el más pesado y duro. Un periodista
anglosajón le dio
su nombre y miles de jóvenes de todo el mundo lo tomaron como
una filosofía de vida.
El primer tema de rock pesado de la historia
de la música fue “You Really Got Me”
de los Kinks. En él los hermanos Davies
introducirían el
riff, una sucesión de notas que con el tiempo se convertirla en
el sello distintivo del rock pesado. “I Can't Explain” de los Who, siguió las
mismas pautas musicales del tema de los Kinks y fue un éxito en 1965.
Pete Townsend tuvo una capital importancia en
la posterior evolución del heavy porque sus interpretaciones le dieron un nuevo
matiz al uso de la guitarra, algo similar a lo que ocurrió con Steve Winwood y
el órgano. Pero la base del clásico sonido pesado llegó con la irrupción de
Jimi Hendrix, aunque Eric Clapton y sus blues ya habían trazado el camino en
cuanto a la forma de tocar.
A fines de los 60, el rock pesado (un
pariente distorsionado del blues y la base monótona desarrollada por Bo
Diddley) comenzó a dividirse en tres grupos: por un lado Led Zeppelin, por el
otro Deep Purple y, finalmente, Black Sabbath. Ya existían las bandas yanquis
creadoras del Detroit Sound, como MC5, Cactus y Vanilla Fudge, pero Zepp,
Purple y Sabbath le dieron su mejor forma al género. Zepp creó el rock pesado
elaborado, fusionándolo con el folklore inglés, la música árabe e hindú y rodeando la música con una aureola mística. Purple tomó el camino más simple (y luego,
clásico) con una rítmica acelerada y riff no demasiado complicados pero si muy
efectivos. Sabbath hizo del riff el alma mater de su propuesta y delineó la
propuesta macabra tan imitada en los años subsiguientes. Estados Unidos
respondió con Grand Funk Railroad, pero todo no pasó de un gran negocio local.
Sin embargo, poco después, los yankis pusieron su toque espectacular y dieron
origen a Alice Cooper y Kiss con su rock teatral, una variante que aún hoy
sigue en vigencia gracias a grupos como Twisted Sister, WASP, Motley Crue y
otros.
El auge del rock sinfónico (Yes, Genesis,
Emerson, Lake & Palmer) le quitó masividad al género, pese a que sus fieles
seguidores no dejaron de apoyarlo. Cuando la disco comenzó a eclipsarse y el
punk ya había sacudido las estructuras, el heavy metal volvió al primer plano
con bandas como Van Halen, Rainbow, Judas Priest, Scorpions, Iron Maiden,
AC/DC, Def Leppard, Motorhead y miles más. El rock pesado se tomó revancha y
copó el mercado internacional.
En ese resurgimiento también tuvo que ver el
hard-rock, una variante igualmente dura pero no tan pesada. El hard es la parte
heavy más cercana al blues y se caracteriza por su tratamiento de la melodía,
como ocurre con Whitesnake, ZZTop y otros. Justamente la melodía jugó un papel
fundamental en el reencumbramiento del rock pesado, sustituyendo la importancia
que en otras épocas tenía el riff. Esa variante tonificó al estilo y lo tornó
más fácilmente digerible para las radios y el público en general. Además, el
cambio le permitió al heavy encontrar una opción para su kryptonita verde: la
reiteración.
Hoy por hoy, si bien el auge del heavy ha
decaído y sus artistas no figuran con igual frecuencia en los ránkings de
ventas, el género sigue vivo y produciendo interesantes artistas en todo el
mundo, tal vez a la espera de una nueva época dorada.
Discografía básica del heavy metal: Led
Zeppelin II (Led Zeppelin); Machine Head (Deep Purple); Sabbath bloody Sabbath
(Black Sabbath); Diver Down (Van Halen); Are you experienced? (Jimi Hendrix
Experience); World Wide Live (Scorpions); Powerslave (Iron Maiden); Back in
Black (AC/DC); Bark at the Moon (Ozzy Osbourne).
UNA ENCICLOPEDIA METALERA (tendencias del heavy o rock duro en el mundo). (artículo publicado en un medio nacional -posiblemente suplemento Si diario Clarín- y de autor no apuntado) más apuntes de Wikipedia.