PD: la novedad de la encíclica me remitió al viejo discurso del General Perón de 1972 sobre temas ecológicos, también olvidado, que pude releer en este link.
"Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir". Papa Francisco. Junio de 2015.
Vaticano
En
su encíclica Laudato si vincula el
cambio climático, la degradación ambiental y la extrema pobreza con el actual
sistema económico; habló de una
"conversión ecológica". Por Elisabetta Piqué | LA NACION Viernes 19/06/15.
ROMA.-
"Escuchar el clamor de la Tierra como el clamor de los pobres." Es el
grito que lanzó ayer Francisco en “Laudato
si”, sobre el cuidado de la casa común, su primera gran encíclica, ya que
la anterior, Lumen Fidei, fue escrita con su predecesor, Benedicto XVI. Con
este esperado documento, el Papa irrumpió en el debate sobre el cambio
climático e hizo un llamado a una "conversión ecológica". Además,
volvió a denunciar un sistema mundial sin ética dominado por "poderes
económicos".
"Llama
la atención la debilidad de la reacción política internacional. El sometimiento de la política a la
tecnología y las finanzas se muestra con el fracaso de las cumbres mundiales
sobre medio ambiente", acusa el Papa en la encíclica, de 187 páginas,
que según el propio Vaticano fue el documento papal más esperado de la
historia.
"Los
poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, en el que
priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a
ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad y el medio
ambiente", advierte. "De ese modo se manifiesta que la degradación
ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas".
La
encíclica fue considerada una virtual "bomba" por sectores
conservadores de Estados Unidos, pero recibió elogios de los científicos, las
Naciones Unidas y los activistas ambientales. En el documento, el Papa invita a
todos, no sólo a los católicos, a una
"valiente revolución cultural" que implique un cambio radical en
el comportamiento de la humanidad, con un estilo de vida más sobrio, solidario
y menos consumista.
"La
salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población,
sin la firme decisión de revisar y reformar el entero sistema, reafirma un dominio absoluto de las finanzas que no
tiene futuro y que sólo podrá generar nuevas crisis después de una larga,
costosa y aparente curación", advierte, al aludir a la crisis financiera.
Citando
la exhortación apostólica Evangelii gaudium (La
Alegría del Evangelio), el documento programático de su pontificado, Francisco
también arremete contra el laissez faire de
nuestros días. "Hoy, cualquier cosa que sea frágil, como el medio
ambiente, queda indefensa ante los
intereses del mercado divinizado, convertido en regla absoluta."
"Es previsible que ante el agotamiento de algunos recursos se vaya creando
un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles
reivindicaciones", alerta.
Presentado
ayer en sociedad en una conferencia de prensa de altísimo nivel en el Vaticano,
en este documento magisterial el papa del fin del mundo no habla sólo de
ecología, sino que traza un planteo mucho más amplio, que tiene que ver con la
"familia humana" y su casa común.
Destaca
que "la crisis ecológica actual es una manifestación externa de la crisis
ética, cultural y espiritual de la modernidad". E invita a todos, no sólo
a los católicos, a una "valiente revolución cultural", que implique
un "cambio radical en el comportamiento de la humanidad" -con un estilo de vida más sobrio, simple,
solidario, menos acelerado y consumista-, así como a un cambio del sistema
mundial, "insostenible desde diversos puntos de vista".
"Hoy
no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte
siempre en planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones
sobre el ambiente, para escuchar tanto
el clamor de la Tierra como el clamor de los pobres", escribe el Papa,
con lenguaje accesible. "Nunca
hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos
siglos", denuncia. "Nadie pretende volver a la época de las
cavernas, pero sí es indispensable aminorar la marcha para mirar la realidad de
otra manera, recoger los avances positivos y sostenibles y, a la vez, recuperar
los valores y los grandes fines arrasados por un desenfreno megalómano",
sugiere.
Titulada
como el famoso cántico de las criaturas de San Francisco Laudato sí (Alabado
seas), en la que
se habla de la "hermana y madre Tierra", la encíclica subraya
"las raíces humanas" del deterioro ambiental de nuestro planeta. Esto
es resultado de la revolución primero industrial y luego tecnológica, que ha
provocado un calentamiento global que puede llegar a ser catastrófico, según la
mayoría de los científicos, y cuyos efectos devastadores castigan a los más
pobres del planeta.
"La Tierra,
nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de
porquería",
dispara el ex arzobispo de Buenos Aires, que en la primera parte del documento
hace un análisis de la situación actual de la Tierra, azotada por diversas
formas de contaminación, calentamiento global, constante crecimiento del nivel
del mar, eventos meteorológicos extremos, agotamiento de recursos vitales como
el agua potable, disminución de selvas, bosques y biodiversidad.
"Se
ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los
próximos años la emisión de anhídrido carbónico y de otros gases altamente
contaminantes sea reducida drásticamente", asegura el Papa, que llama a la utilización de fuentes de
energía limpias y renovables. El mismo Francisco había dicho en enero que
esperaba que este documento pudiera ayudar a lograr un acuerdo en la cumbre
sobre cambio climático que tendrá lugar en París en diciembre próximo.
El
Papa menciona "la pobreza del
agua", que se da especialmente en África, así como el gravísimo
problema de la calidad de agua disponible para los pobres. Y critica la
tendencia a privatizar este recurso: "En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano
básico", sentencia, fustigando a la vez su derroche.
En
todo el texto insiste en que "el
deterioro del ambiente y de la sociedad afecta de un modo especial a los más
débiles del planeta" y que todo es consecuencia del antropocentrismo,
es decir, de haber puesto al hombre como el centro de todo.
Como
siempre atento a los más postergados, Francisco asegura que hay una "deuda ecológica" entre el
Norte y el Sur. "La tierra de los pobres del Sur es rica y poco
contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para
satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones
comerciales y de propiedad estructuralmente perverso", afirma. También
critica duramente al "paradigma tecnocrático" actual, que tiende a
ejercer su dominio sobre la economía y la política.
Francisco
subraya asimismo que "los países
pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el
desarrollo social de sus habitantes, aunque deban analizar el nivel
escandaloso de consumo de algunos sectores privilegiados de su población y
controlar mejor su corrupción".
CAOS URBANO Y BARRIOS
CERRADOS
En
Laudato Si, el Papa se refiere también al crecimiento desmedido y desordenado
de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir, e incluye una crítica
a la proliferación de barrios cerrados. "En algunos lugares, la
privatización de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas
de particular belleza se vuelva difícil", dice Francisco en el documento.
"No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados
de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del contacto con la
naturaleza", agrega.
"En
otros, se crean urbanizaciones ecológicas sólo al servicio de unos pocos, donde
se procura evitar que otros entren a molestar", remarca en referencia a
los barrios cerrados, realidad que ha ido creciendo en los últimos años.
"Suele encontrarse una ciudad bella y llena de espacios verdes en algunas
áreas seguras, pero no tanto en zonas menos visibles, donde viven los
descartables de la sociedad."
En
el último capítulo de la nueva encíclica, Laudato si, el pontífice da
algunos ejemplos concretos para cuidar el medio ambiente. La Nación 19/06/15.
El papa Francisco llamó al mundo a una
urgente revolución verde. En su primera gran encíclica Laudato si, conocida ayer, vincula el cambio climático, la
degradación ambiental y la extrema pobreza con el actual sistema económico. El
pontífice habló de una "conversión ecológica" y sostuvo: "No
podemos dejar de reconocer que un planteo ecológico se convierte en un planteo
social". En el último capítulo de Laudato
si, el Papa da ejemplos concretos para cuidar el medio ambiente. A
continuación, esos consejos:
1. Calefacción. Aconsejó
no prenderla y abrigarse.
2. Papel
y plástico. Es mejor no usar estos materiales.
3. Agua. Reducir
su consumo es clave, según el Papa.
4. Residuos. Recomendó
separar la basura.
5. Comida. Se
debe cocinar sólo lo que se va a comer.
6. Seres
vivos. Es importante tratarlos con
cuidado.
7. Autos. Recomendó
usar el transporte público.
8. Árboles. Se
puede contribuir plantando árboles.
9. Luces. Aconsejó
apagar las que no se usen.
10. Aires acondicionados. Es mejor moderar su uso.
10. Aires acondicionados. Es mejor moderar su uso.
Clarín 20/06/15.
Clarín 20/06/15.
“Laudato Si” sumó nuevas reacciones de entusiasmo en
varios países de América; Obama le dio la bienvenida. La Nación 20/06/15.
Antes de escribir que la Tierra es “un depósito de porquería”, Bergoglio hizo una amplia ronda de consultas globales. Clarín 21/06/15. Por Marina Aizen.
En su mensaje navideño, hizo una fuerte apelación a los obispos y autoridades vaticanas; cuáles son las "15 enfermedades" de la curia vaticana. La Nación. Diciembre 2014.
El papa Francisco, en un fuerte discurso para los saludos de Navidad, advirtió hoy sobre las 15 enfermedades que están al acecho y amenazan a la Iglesia y a la Curia romana.
"Una de las primeras enfermedades y tentaciones, explicó Francisco, es la sentirse inmortales, inmunes o incluso indispensables, descuidando los necesarios y habituales controles, el corazón de piedra y el cuello duro, el alzheimer espiritual, la esquizofrenia existencial, el terrorismo de los chimentos".
El Pontífice dijo que "una curia que no se autocritica, que no se actualiza, que no trata de mejorarse, es un cuerpo enfermo. Una visita al cementerio nos ayudará. También la enfermedad de los que se transforman en patrones y se sienten superiores y no al servicio de todos. Es la patología del poder. El complejo de los elegidos, el narcisismo que mira apasionadamente la propia imagen que no ve la imagen de Dios impresa sobre el rostro de los otros especialmente de los débiles y necesitados", subrayó Jorge Bergoglio.
La segunda -prosiguió el Papa- es la "enfermedad del martalismo, que viene de marta, la enfermedad de los que "se sumergen en el trabajo descuidando la parte mejor, la de sentarse a los pies de Jesús". Y añadió: "Descuidar el necesario reposo lleva al stress y a la agitación, un tiempo de reposo para transcurrir con los familiares es necesario, como es necesario respetar las vacaciones como momentos de recarga espiritual y física".
La tercera enfermedad, siguió Francisco, "es la del endurecimiento mental y espiritual, el corazón de piedra y duro cuello de los que en el camino pierden serenidad interior, audacia y se esconden bajo los papeles convirtiéndose en máquinas de prácticas y no hombres de Dios".
La cuarta es la "enfermedad de la excesiva planificación, cuando el apóstol, observó Bergoglio, planifica todo minuciosamente convirtiéndose en un contador: preparar todo bien es necesario pero sin pilotear la libertad del Espíritu que es más generosas de cualquier planificación".
Para Francisco, otra enfermedad para la iglesia, curia y grupo de fieles, es la "enfermedad de la mala coordinación: cuando los miembros pierden coordinación entre ellos, la Curia se convierte en una orquesta que produce ruido, porque sus miembros no colaboran y no viven el Espíritu de gracia".
La sexta es la enfermedad del alzheimer espiritual, olvidar la historia de la salvación, la historia personal del Señor, del primer amor: se trata, explicó el Papa, de una declinación progresiva de las facultades espirituales, que en un tiempo más o menos largo hace a la persona o al grupo incapaz de una actividad autónoma....".
Según dijo, sigue la enfermedad de la "vanidad y vanagloria" de quienes ven solo la "apariencia, los colores de los vestidos y las condecoraciones como verdadero objetivo de la vida, considerando a los otros según el propio interés. Esto nos llevar a ser falsos y a vivir un falso misticismo.."
El Pontífice prosiguió en su lista de quince enfermedades hablando de la esquizofrenia existencial, que lleva a una doble vida, la de los "chimentos y murmuraciones, ya hablé en tantas otras ocasiones", recordó, la "enfermedad de divinizar a los jefes, de los que hacen la corte a los superiores para obtener la benevolencia, víctimas del oportunismo; la "enfermedad de la indiferencia hacia los otros, cuando cada uno piensa en sí mismo. La enfermedad de la "cara funérea, de las consideran que para ser seres es necesario mostrar el rostro de la melancolía y tratar a los otros, los considerados inferiores, con rigidez y arrogancia".
Citó luego Bergoglio la enfermedad de los "acumulados, del que trata de llenar un vacío existencial acumulando bienes materiales"; la de los "círculos cerrados, donde la pertenencia al grupito se hace más fuerte que la al cuerpo y a Cristo mismo"; y por último, el Pontífice nombró la del "provecho mundano, del exhibicionismo, cuando el apóstol transforma su servicio en poder y su poder en mercadería para obtener provechos mundanos o para lograr más poder".
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Durante el vuelo de Sri Lanka a Filipinas, el pontífice volvió a condenar el ataque contra la revista francesa y agregó que "en la libertad de expresión hay límites"; "Si alguien dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo", dijo. 15/01/15.
Cardenal Bergoglio, Pte. Kirchner y señora (Cristina Fernández). Año 2006.
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