No es para
quejarse: Argentina y Brasil son los países que más DT y jugadores
exportan al mundo y los argentinos podemos enorgullecernos de
tener los mejores jugadores de la historia.
"El
Diego" producía
belleza con solo llevar la pelota en sus pies. Esa elegancia parecía
suficiente. Ahora la "pulga" argentina lo hace,
pero de otra manera, con su gambeta de playgame y definiciones preciosas. Como se
sabe, en nuestro país el rosarino tiene una pila de detractores internos que intentan minimizarlo ante Maradona. Pero el mismo Diego dijo, derrotando a su propio ego,
que Lionel Messi lo va a superar.
En tren de tomar
partido, para mi ya lo ha hecho. Aunque el Barcelona actual al que resalta sea
un equipo de excepción, ¿existió un jugador de fútbol como Messi que pueda
decidir por si solo el destino de los partidos así? Un tal Santiago
Segura dijo en España: "Maradona era Maradona a veces pero Messi
es Maradona todos los días". Y el periodista deportivo Juan Pablo Varsky adornó: "Messi es
el mejor Maradona todos los días".
Si necesitan
argumentos al respecto, les facilito abajo estos elogios de Messi (desde
Eduardo Galeano hasta el mismísimo Fidel Castro). Mientras, intentaré encontrar
ese video que compara los mejores goles de Diego con réplicas casi exactas
producidas misteriosamente por Messi. Sería un emparde científicamente
comprobado, ¿no? ¿Y alguien duda que Lio sacará más conejos de la galera
todavía?
Ah! Cuando no
había TV que lo filmara todos los domingos, otro argentino, un tal Alfredo
Di Stéfano (que además de la de River Plate vistió el Globo del Huracán
de Parque Patricios en su pecho) produjo en el Real Madrid la misma revolución que Lio
en el Barza. Y el viejo cascarrabias dijo: "Quién discuta a Messi
no sabe nada de fútbol".
Lionel Messi está consiguiendo algo inmenso: que lo comparen con toda
la gloria junta de la historia del fútbol. Su juego y sus números
admiten cualquier comparación. De repente, cualquier fin de semana o
cualquier miércoles de Champions League es una cita con el nacimiento de
algún nuevo récord. Sucede que el crack rosarino ya está sentado en la
mesa de los mejores de todos los tiempos, junto a Diego Maradona,
Alfredo Di Stéfano, Pelé y Johan Cruyff. Cuatro sudamericanos, tres
argentinos entre los preferidos de siempre.
Cuando la FIFA
organizó la votación para "El Jugador del Siglo XX", a Messi le quedaban
todavía cuatro años para que Frank Rijkaard lo hiciera debutar
oficialmente. En aquella cita organizada por Joseph Blatter hubo dos
consagrados: Maradona (en la votación de la gente, a través de Internet)
y Pelé (en la elección oficial, en la que votaron los miembros de la
Comisión de Fútbol de la institución y los suscriptores de la revista
FIFA Magazine). Y allí estaban Di Stéfano y Johan Cruyff más el mejor
defensor de todos los tiempos, Franz Beckenbauer. En este siglo,
apareció Messi para medirse en cuanta votación/elección suceda.
Pero, ¿por qué hay siempre un argentino en esa elite?
Roberto Perfumo, destacado rival de algunos y observador de todos los
cracks en cuestión, explica su parecer: “Mucho tiene que ver la genética del jugador argentino. La tradición del juego de potrero. Y eso, sumado a la gran capacidad de adaptación facilita todo. El jugador argentino es un jugador cucaracha, se adapta al calor, al frío, a los golpes, a los rivales ”. Ricardo Bochini, el inmeso Bocha, aporta: “La técnica del jugador argentino siempre estuvo. Y a partir
de eso se genera todo. Y aunque algunos ahora se terminan formando en
Europa, llevan en la sangre aquel modo de entender el fútbol ”. Daniel Bertoni, campeón del mundo y conocedor del fútbol europeo, añade: “El jugador argentino históricamente nació de la necesidad
. Y el fútbol era una manera de salir de la situación de pobreza. Y eso
le generó la facilidad para adaptarse. Claro que también está el ADN
del fútbolista argentino, el potrero, la gambeta. Y esas ganas de querer
ganar siempre a todo”. Silvio Marzolini, el mejor lateral izquierdo del
Mundial de 1966 y -tal vez- el mejor de nuestro fútbol, concuerda: “El
futbolista sudamericano tiene un modo de jugar que gusta en todos lados. Tiene que ver con una manera de entender este deporte y con una
formación. Y eso no se cambia por más de que luego vayan a Europa. Al
contrario, suman lo que llevan de acá más lo que aprenden allá”.
La
lista, claro, también ofrece discusiones. Los consultados también
ofrecieron otros nombres de argentinos como Enrique Sívori y José Manuel
Moreno -el mítico Charro- o de extranjeros como Garrincha,
Michel Platini, Zico y Eusebio. Y si alguno pregunta en España o en
Hungría, dirán Ferenc Puskas; o en Gran Bretaña, mencionarán a George
Best y a Bobby Charlton; o en Italia a Roberto Baggio y a Valentino
Mazzola. Pero más allá de impresiones nadie duda de que Diego, Don
Alfredo y Messi merecen un espacio en el pedestal.
Para muchos se trata de una cuestión regional, que excede a la Argentina
y que incluye a Brasil y a Uruguay. Sirven algunos nombres recientes:
Ronaldo, Romario, Ronaldinho y Diego Forlán (el mejor futbolista de la
última Copa del Mundo). Lo explica Tostao, aquel crack que ahora es un
impecable analista: “Se trata de una tradición sudamericana , un
fútbol más bonito, con más habilidad e imprevisibilidad. El jugador de
estas tierras es así. Y cuando a ese modo de entender el fútbol le agrega
su técnica el sudamericano se convierte en un jugador tan especial”.
Argentinos incluidos, claro.
Messi, una exageración objetivamente genial
Por Fernando Pacini. La Nación. 14/12/12. Más inverosímil que su genialidad es la frecuencia con la que es genial; la regularidad de su excelencia lo hace un personaje inédito. Messi ha conseguido algo imposible: nos mató la subjetividad. Las opiniones sobre algo o alguien y los adjetivos que adornan su descripción son producto de la percepción -subjetiva- de quien cuenta la historia. Con Messi, lo subjetivo se volvió objetivo (...)
Por Ezequiel Fernández Moores. La Nación. 05/12/12. "Lo mejor de Messi es que no para de crecer (...) Messi, que lleva 84 goles, podrá superar los 85 que el alemán Gerd Muller anotó en 1972. Pasaría a ser el máximo goleador de la historia en año calendario (...) tiene que marcar 86 para conseguir una unanimidad que Maradona, Di Stéfano, Cruyff y Pelé consiguieron en un escenario mediáticamente menos invadido"
"Hace aproximadamente 2000 años -escribió
un hincha en la Web- vieron a un hombre
caminar sobre el agua. Yo puedo decir que vi a Messi volar sobre el
césped."
Por Rolando Hanglin. La Nación. Opinión. 12/06/12. Lionel Messi, a los 24 años, está reconocido como el mejor jugador del mundo. En todas partes lo aplauden. Ya obtuvo tres veces el Balón de Oro europeo. Su nombre es un salvoconducto para cualquier argentino en dificultades, como lo fue Maradona en el pasado. Messi brilla a una altura en la que sólo comparte el podio con un puñado de elegidos: Fangio, Monzón, Vilas y Maradona (....)
En esta temporada nos obsequió el hat-trick (la tripleta) contra Suiza, la actuación brillante el sábado 2 contra Ecuador y, el sábado pasado, un día de gloria contra el pentacampeón (Brasil) admirado por millones de espectadores en todo el mundo. Otro hat-trick. Esta tardecita de Messi es un regalo para todos nosotros, un golpe de promoción importante para los negocios argentinos en cualquier parte del mundo, y una palmadita afectuosa a nuestro orgullo medio destartalado. ¡Gracias Lío!
Clarín Deportes. Domingo 29/04/12. Por Angel Cappa (director técnico). El jugador argentino tiene una historia que se manifiesta en forma de
genes. Había, y digo había y no hay, conceptos básicos que se aprendían
antes de saber caminar, escuchando, mirando. Y un pudor que obligaba a
buscar la perfección, o en todo caso hacer lo que se pueda siempre en
favor de lo que debe ser.
Para decirlo en otras palabras: si no
puedo inventar, si no tengo talento ni habilidad, al menos se la doy a
un compañero. El más respetado del barrio nunca era el matón, sino el
que sabía jugar mejor. Es decir, se respetaba al que sabía, no al más
fuerte. Y eso atravesó épocas y generaciones, y aún permanece latente en
el interior de cada jugador.
Es cierto que ahora esos genes
están mutando hacia el vale todo, o cualquier cosa es buena si me lleva a
ganar. Inclusive escuché una vez a un comentarista que había sido
jugador, para colmo, diciendo que si es gol el penal estuvo bien
pateado. Una barbaridad que enfrenta de lleno contra aquellos conceptos
elementales del buen fútbol.
Y además el jugador argentino tiene
una personalidad producto de una autoestima elevada, que lo hace
sobresalir en los momentos más difíciles. Lo que es muy malo para la
vida es muy bueno para competir. Me refiero a que cualquier jugador
argentino se cree siempre mucho más de lo que es.
Pero en el caso
de Alfredo Di Stéfano, Diego Maradona, Lionel Messi y muchos otros que
quedan afuera de esta selección injustamente, son portadores de aquellos
genes históricos, por eso son quienes escriben las mejores páginas de
nuestra historia futbolística, y sirven de referencia para los que
aparecen y tienen que defenderse de las inagotables idioteces que se
dicen en favor del éxito. Por ejemplo, la pregunta que no por imbécil deja de ser perniciosa: ¿cuál es la nuestra?
Clarín Deportes. Domingo 29/04/12. Por Jorge Valdano (campeón del mundo 1986).
Alfredo Di Stéfano fue un revolucionario que se saltó las reglas de la época. En un fútbol fotográfico (cada jugador respetando una posición), Alfredo decidió ser cinematográfico: un delantero de toda la cancha, desequilibrante, potente, de una
personalidad desbordante. No expresaba al jugador argentino de su época.
Fue un talento inusual. Maradona y Messi expresan el amor de los
argentinos por la pelota. Son hijos indiscutibles de una cultura que,
por desgracia, se está desdibujando. Decía Picasso que “no hay genio sin
técnica”. La frase sirve para todos los artistas, también para los que
juegan al fútbol. La pregunta que hay que hacerse es la siguiente:
¿Estamos seguros de que cambiar el amor por la pelota por el amor a la
táctica es una buena idea?