viernes, 30 de julio de 2010

Guía práctica para ahuyentar cuervos

SAN LORENZO: EL OCTAVO GRANDE DEL FUTBOL ARGENTINO


“Estoy rodeado de cuervos!"

Siempre digo lo mismo: "estoy rodeado de cuervos". Me aburro yo mismo de escucharme decirlo. "Cuervo": hincha de San Lorenzo de Almagro, el octavo grande del fútbol argentino. Podrían merodearme los de Boca Juniors que, al fin y al cabo son mayoría en la Argentina; los segundos en discordia de River Plate, los de cualquier otro equipo, y no pasaría nada. Pero es un karma, debo estar pagando algún pecado grave. Mi ahijado F. y sus hermanos, mi compadre O., el Vasco y el Ruso, sin olvidarme de Gabriel, Carlitos y alguno más. Es muy difícil ser fana de Huracán (“quemero”) entre tanta ave negra de mal aguero, siendo que ellos son deportivamente nuestros “padres”. Lamentablemente, no hay estadística que lo pueda negar (*).

Dos clubes rivales de barrios porteños (Boedo-Almagro y Parque Patricios-Pompeya, respectivamente) en los cuales vivir es motivo de alta pasión futbolera, a veces pasada de rosca.

















Una rivalidad que se alimenta de estar pendiente de los resultados del rival en los partidos del fin de semana para tener bromas que dispararles y tenerlos presentes en gran parte de las canciones de cancha. Frecuentemente, el resultado del enfrentamiento de los clubes durante el campeonato sirve no solo para las “cargadas” de los hinchas: a veces, contribuye a la renuncia del técnico perdedor si la campaña del mismo venía a los tumbos.

El problema a resolver (y disparador de esta nota) son las bromas de estos pelíferos, apoyadas en dicha paternidad. Bromas provenientes de gente humilde se pueden aceptar pero si vienen de soberbios, rebelan.

Para intentar preservar mi salud mental ante la situación desventajosa de ser quemero e “hijo deportivo" de padres insufribles, logré encontrar un mecanismo que me ha dado grandes resultados: el uso de la lógica acompañada de la vieja táctica futbolera "no hay mejor defensa que un buen ataque”. Eso significa recordarles varios patetismos inherentes a su club, más allá que el de mis amores tenga su propia colección.

(*) Jugaron entre sì 149 partidos: San Lorenzo ganó 70, Huracàn 40 y hubo 39 empates.

Pequeña introducción parte 1: San Lorenzo, más pretensiones que lauros. 


San Lorenzo es un club con lauros y con grandes pretensiones deportivas: más pretensiones que lauros. Nacidos en 1908 por iniciativa de un sacerdote salesiano, ascendieron a la primera división del fútbol en 1915. Tienen 3 campeonatos de la época amateur, 10 campeonatos profesionales locales (torneos 1933/46/59/68; Nacionales ‘72 y ‘74; Metropolitano ‘72 y Clausuras 1995/2001/07) y una copa Sudamericana (una versión de la Libertadores para equipos no campeones, en 2002).

No hace falta que me ponga a ennumerar figuras ni equipos de jerarquía en su historia. No soy quien para semejante tarea. Vayan por ejemplo los cracks Pontoni, Martino, Veira y los denominados “matadores”, campeones de 1968 en forma invicta. Sería negligente dejar de mencionar otros de gran estirpe futbolera como Oscar Ruggeri, Manusovich, el negro Benett, Pitarch, Bovoril, Botinelli o los hermanos Díaz, hijos del DT Ramón Díaz.














Bandera con sponsor. Oscar Ruggeri: un DT ganador.. de mucho dinero. El "Cholo" Simeone: otro técnico caro que pasó por la institución.


Tengo pocos recuerdos de ellos cuando era chico. No me acuerdo a mi papá -también de Huracán- mencionándolos pero me llevó a ver un clásico al viejo "Gasómetro" de Avenida La Plata cuyo resultado no recordé; seguramente nos habrán ganado otra vez. Volví unos años después a ese estadio de tablones de madera pero para ver un recital de Carlos Santana.


Algo que me quedó grabado en la memoria –pura casualidad- fue ver de chico por TV un partido de San Lorenzo visitante de Independiente en Avellaneda, año 1963 (blanco y negro, off course), en el cual los cuervos sufrieron la mayor goleada de su historia: perdieron 9 a 1. En desacuerdo con el árbitro que los bombeó, se dejaron hacer varios goles en contra de su valla. ¡Increíble! Coco Rossi se hizo uno antológico desde el banderín del medio-campo para atrás, ante la mirada impasible de su arquero, que creo era Buticce. Lo suspendieron por la cantidad de expulsados que tuvieron porque quedaron con seis jugadores y eso es antirreglamentario.

Después de sufrir el auto-destierro de su cancha de Boedo (**) y luego de deambular alquilando canchas, recibieron terrenos del Estado y construyeron la nueva en el Bajo Flores, con instalaciones modernas. Y trás unos cuantos logros deportivos seguidos, el aumento de su parcialidad fue importante. Como cualquier club profesional del fútbol argentino, no estuvieron libres de aventureros y deshonestos, pero es innegable que dieron un salto cualitativo importante en las últimas décadas.

(**) tema muy en boga en estos tiempos; décadas después de perderla aducen haber sido víctimas de la dictadura militar que los despojó por un supuesto negociado. Pero los mismos sanlorencistas han reconocido que fue una decisión errónea pero voluntaria y mayoritaria de la propia Comisión Directiva de entonces (agosto 1978) presidida por el empresario Moisés Annan, que tenían el proyecto de construir una moderna ciudad deportiva en el Bajo Flores. Claro que suena más valiente hacerse el perseguido que ser colaboracionista... para tapar semejante burrada y darle carácter épico le llaman "restitución histórica"... a las pruebas me remito:

http://www.schcasla.com.ar/index.php?sec=club&sub=vg 

Pequeña introducción parte 2: Huracán, ¡una valentía!

Huracán: un gran sentimiento… pero también un sufrimiento, por motivos varios. Hay que ser muy valiente en la vida para ser hincha de Huracán y continuar con la idea soportando tantos golpes.


También nacimos en 1908 y tenemos mucha historia que no puedo resumir aquí. El  nombre del club coincidió con el del globo aerostático del prominente Jorge Newbery -socio y presidente honorario- con el que realizó varias hazañas deportivas: ha sido la insignia que lo   distingue nítidamente de cualquier equipo del mundo. En 1914 alcanza la primera categoría en fútbol. Una trayectoria con jugadores de la talla de Stábile, Masantonio, Pedernera, Tucho Méndez y Baldonedo y hasta el breve paso de la estrella mundial Alfredo Di Stéfano, el mejor jugador del mundo en su momento. 


Dicho por expertos, Huracán es el más porteño de los clubes argentinos: todo un halago. El barrio más tanguero y “taita”. Los demás, abstenerse: anótense en otra.

Obtuvimos 5 campeonatos locales: 4 en la época amateur (1921-1922-1925-1928) y uno solo en la profesional, el Metropolitano de 1973. Claro que este equipo fue distinguido por los entendidos como "el campeón del siglo" debido a la jerarquía de su juego (César Menotti como DT y Miguel Brindisi, Babington, Alfio ´Coco´ Basile, Carrascosa, `Fatiga´ Russo y René Housemann, sus estrellas).
Como los cuervos, también tuvimos nuestra gran legión de "troncos" (creo que muchos más que ellos). Sería negligente no mencionar a sobresalientes  trotadores profesionales de nuestra historia como Gastón Coyette, Limia, Leonforte, Herner, Machín, Casartelli, Barcos… ¡Sí! El mismísimo Hernán Barcos que hoy cuesta millones y es estrella sudamericana con nosotros no hacía dos pases seguidos!

Clubes rivales envidiosos -con menos historia y memoria- se ocupan de recordarnos que los 4 amateurs "no valen". Me recuerdan el razonamiento de algunos pibes de las nuevas generaciones: “lo que no conozco, no existe”.

A los “quemeros” nos queda como sensación de las últimas décadas estar en un tobogán deportivo e institucional: tuvimos cuatro descensos al Nacional B (1986, 1998, 2003 y 2011), tenemos muchas deudas y dirigentes corruptos.

La alegría inconclusa de aquel Clausura 2009, cuando con un equipo de jugadores mediopelo, Angel Cappa (con sus “los ángeles de Cappa”) logró un subcampeonato de la galera jugando un fútbol exquisito elogiado por todos, sin llegar a buen puerto por circunstancias tan extrañas como elocuentes. Quizás con una aureola especial, bien graficada por las palabras de Di Stéfano a Cappa en España al aceptar la dirección técnica del Globo. Le dijo: “¡Uyy, que lindo! Te voy a decir dos cosas: primero, vas al club que menos plata tiene en el mundo, y segundo, vas al club ideal para vivir la ilusión que vos tenés."
















Antes y después, la misma historia, equipitos pánfilos “de tres pesos” que intentan jugar bien y son caldo gordo para equipos especuladores.

Hay algo de razón cuando nos dicen que vivimos de recuerdos porque no reverdecemos laureles. Me cansan quienes me hablan aún de aquel equipo de 1973, por más grandioso que fuera. Mi viejo me llevó a verlo varias veces y me acuerdo vagamente de la vuelta olímpica en el partido final en nuestro estadio Tomás Adolfo Ducó (“el palacio Ducó”) contra Gimnasia y Esgrima de La Plata. También vagas imágenes de jugadores de antes como Brookes, "motoneta" Tedesco, Viberti, Navarro al arco, Araquem de Melo.

Intentando ser equilibrado les permití a mis hijos que de chicos eligieran su club, sin influencias. No me salieron de Huracán pero al menos adoptaron River Plate, un club simpático que apuesta a un fútbol exigente. Bien o mal, un camino diferente al de todos mis amigos cuervos que optaron por el "método del marco": "¡si no decís San Lorenzo te cierro la puerta en los dedos!". Bueno, no es verdad el dicho, solo quiero ser gráfico, porque todos cuervos que conozco obligaron a sus hijos.


Excelente cargada cuerva.


13 argumentos objetivos para bajarlos a la tierra

Retomando la idea central: ¿cómo me defiendo de las bromas cuervas? Con un buen ataque. Me planteé el ejercicio de ir anotando varias "ideas fuerza", de esas que uno tiene dando vueltas en la cabeza y puede usar para responderlas. Partiendo -como dije- de varias patéticas debilidades, como para sintetizar esta iniciativa terapéutica. Veámoslas:

1) Cuervos tilingos. “Tilingos: personas pendientes de lo chiquito, de pequeñas cosas insignificantes, con un pensamiento minimal y poco pulido pero orgullosas de su condición, soberbias. Con actitudes pretenciosas que aspiran a pertenecer a un rango social más alto. Con fama de finas, versadas y de cierta hidalguía, sólo viven en el mundo de la formas”.

Primer y fundamental patetismo cuervo: aspiran desmesuradamente a lo que no pueden llegar a ser. Se percibe en la mayoría de sus hinchas, es parte importante de su psicología. La desproporcionada ambición de ser el club más grande de la Argentina sin poder ostentar mínimamente los logros necesarios. Eso les produce infelicidad y reacciones desmesuradas ante los fracasos.

Veamos ejemplos de años recientes. Recuerden las imágenes de parte de su propia hinchada repudiando a los jugadores en el estacionamiento de su estadio cuando fracasó el "dream team de Tinelli" de 2008/9 (Placente, D’Alessandro y Bergessio) en su último intento fallido por la Libertadores de América. Ahí defenestraron a Orión, Rivero, Aureliano Torres, Adrián González y Ferreyra, hasta allí ídolos. Histeria pura.














O su "semana trágica" de noviembre/09, cuando en pocos días fueron bajados de la copa Sudamericana por River Plate de Montevideo y perdieron de locales con Banfield (descartando toda posibilidad de llegar a la punta), despidieron otra vez a su equipo con insultos y escupitajos cuando hasta ese momento los apoyaban orgullosamente. En esta ocasión, el pobre "Papu" Gómez fue el blanco de las agresiones.

Son tan grandes sus ansias de ganar la faltante copa continental -para poder trepar en la lista de méritos de equipos argentinos- que cualquier logro inferior lo consideran previsible como terriblemente frustrante no obtenerlos. Algo así como quien aspira a un BMW-full, digamos, y no logra comprar un 0 Km. económico.

Esta psicopatía tendrá seguramente una denominación cuyo nombre científico desconozco pero les produce frustración, infelicidad. Ustedes dirán que puede ser como la que a los huracanenses nos podría crear tantos años sin títulos ¿Porqué no? Digo que no es igual porque tanto las causas y como los efectos son distintos; no partimos de la soberbia.

Los cuervos son engreídos como porteños ricos de vacaciones. Por eso los “cargan” hinchadas de clubes quizás menores pero campeones de América como Argentinos Juniors, Estudiantes de La Plata o Vélez Sársfield, que les exhiben en las tribunas banderas de Japón, país donde se disputa habitualmente la copa intercontinental luego del logro americano. Es elocuente: es el único rival del fútbol argentino del cual se burlan de ese modo. No le muestran las banderas de Japón en broma a otros equipos. No es casualidad, es por su soberbia.












2) La cantidad de trofeos los convierten en el octavo grande. Aunque es muy difícil realizar un ranking de los clubes de fútbol argentinos objetivamente, podríamos hacerlo según el número de copas locales o continentales conquistadas, por la cantidad de hinchas medida de distintas maneras y muchos otros parametros. Cada uno podría aportar méritos a un candidato y relegar a otros.

En la Argentina siempre se habló de "los seis grandes" del fútbol: Boca, River, Independiente, Racing, San Lorenzo y Huracán. Nunca hubo discusión, sólo hay que saber un poquito de historia. Hoy, para no entrar en discusiones bizantinas, se habla de "cinco" porque el sexto está en duda, básicamente por la decadencia deportiva de Huracán.

“El Globo” fue el sexto durante muchísimos años (existen pruebas irrefutables y aún hay numerosas encuestas que lo aceptan) pero debemos reconocer que perdimos jerarquía en los últimos tiempos por falta de logros deportivos y en la vacante se anotaron equipos como Estudiantes de La Plata y Vélez Sársfield, con crecimientos institucionales importantes y copas relevantes en su haber.


Mi odiosa tésis es relegar a San Lorenzo al octavo puesto, ponderando el número de copas Libertadores de América obtenidas por los clubes argentinos y teniendo en cuenta los trofeos locales que logró cada institución, aún a sabiendas que Huracán no saldría favorecido para nada y ocuparíamos un nivel muy inferior. Incorporar el número de copas mundiales o continentales de menor rango embarraría las cosas, pero tampoco las cambiaría tanto. 

Veamos:


*Copas Intercontinentales (después llamadas “mundial de clubes”): Boca Juniors: 3; Independiente: 2; Racing Club, Vélez Sársfield, River Plate y Estudiantes de la Plata: 1.

*Copas Libertadores de América: Independiente lidera con siete; luego, Boca con seis; Estudiantes de La Plata con 4; River Plate: 2; Vélez Sársfield, Argentinos Juniors y Racing Club: una. San Lorenzo: cero (de hecho y maliciosamente muchos convertimos maliciosamente sus siglas “C.A.S.L.A.” (Club Atlético San Lorenzo de Almagro”) por "Club Atlético Sin Libertadores de América" o “Cien años sin Libertadores de América”, negativizando su gran obsesión.

*Copa Sudamericana: Boca Juniors: 1; Lanús: 1; San Lorenzo: 1; Arsenal de Sarandí: 1.

*Campeonatos locales desde 1931 (inicio del profesionalismo en la Argentina): River: 33, Boca: 23; Independiente: 14; San Lzo: 10; Racing: 7; Vélez: 9; Newells Old Boys: 5; Estudiantes: 4; Rosario: 4; Argentinos Juniors: 3; Huracán: 1; Lanús: 1; Ferro Carril Oeste: 1; Quilmes: 1; Chacarita Juniors: 1; Banfield: 1; Arsenal: 1.

A ese ritmo... "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". No es demasiado diferente mi moción que la del chiste de origen boquense que se exhibe aquí abajo y le da a SanLo el 7mo. puesto en copas.



3) Tampoco son tantos, che. En su soberbia, los cuervos se autoproclaman multitudinarios. Hay que reconocer que fuera de la ciudad de Buenos Aires, recorriendo el interior del país, solo suele encontrarse fanas de Boca Juniors, River Plate, Independiente, Racing y San Lorenzo, en ese orden, más allá de hinchas de equipos locales.

Los de otros equipos "nacionales" son esporádicos, incluso Huracán. Están, claro, los fenómenos de las ciudades grandes como La Plata y Rosario, con Estudiantes y Gimnasia y Esgrima y Newells Old Boys y Rosario Central, respectivamente, con miles y miles de seguidores en cada caso que dividen casi literalmente sus ciudades en dos. También con sus lauros y un fanatismo indescriptible. Pero no se encuentran en otras latitudes.

Sin embargo, he leído muchas encuestas acerca de la cantidad de adherentes que cada club tiene en el país y en ninguna de ellas mencionan a San Lorenzo ni siquiera por sobre el 4% de los encuestados. Siempre, con mayores cifras están -como les mencionara- Boca, River, Independiente y Racing. A veces, intercalado, alguno de los clubes de La Plata o Rosario. Recurro a una encuesta que ha sido difundida últimamente:

1) Boca Jrs.: 40,6%; 2) River: 32,4%; 3) Independiente: 5,4%; 4) Racing: 4,3%; 5) San Lorenzo: 3,8%; 6) Rosario Central: 1,8%.

Fuente: consultora Equis (creo que su responsable es Artemio López), publicado en el diario La Capital de Rosario. 26/10/09. Es una base de datos actualizada desde setiembre/03 a la actualidad con un tamaño de muestra de 10.260 casos efectivos, personas de ambos géneros mayores de 18 años de todos los niveles socioeconómicos, residentes en la República Argentina, aplicándose un método aleatorio polietápico.

Ciencia pura. Irrebatible. Bueno, démosle "changuí"... busquemos otro parámetro para comparar a ver si pueden creerse “más grandes”: cantidad de asociados de los equipos que participan actualmente en la divisional "A". Acá, tampoco hay caso:

1) Boca Jrs.: 60.000; 2) River Plate: 54.000; 3) Rosario Central: 40.000; 4) Independiente: 34.000; 5) San Lorenzo: 30.823; 6) Newells Old Boys: 30.000; 7) Racing Club: 29.200; 8) Vélez Sársfield: 27.000; 9) Lanús: 26.000; 10) Club Atlético Tucumán: 18.500; 11) Estudiantes de La Plata: 15.000; 12) Colón de Santa Fe: 13.200; 13) Huracán: 13.000; 14) Godoy Cruz de Mendoza: 12.500; 15) Banfield: 11.000; 16) Gimnasia y Esgrima de La Plata: 11.000; 17) Argentinos Júniors: 8.130; 18) Chacarita Juniors: 5.500; 19) Tigre: 5.500; 20) Arsenal: 2.300.

Fuente: diario La Nación Deportiva suplemento "Clausura 2010" del 29/01/10, corregido en la edición del 30/01/10.

Córtenla, muchachos: tampoco en esto son los más grandes.

4) "Elevada volatilidad de la hinchada" (borrones, bah!) Este punto está relatado con mayor detalle en otro artículo de este blog titulado "San Lorenzo y una comprobaciòn científica", de diciembre pasado. Resumiendo, hay una encuesta en particular relativamente añeja, publicada en el diario Clarín del 23/06/02, sección Economía ("El fútbol y los economistas/Un estudio de recaudaciones midió la fidelidad de las hinchadas locales") firmada por Sebastián Campanario, donde se analizó como cambiaba la venta de entradas de las hinchadas de equipos argentinos ante malos resultados deportivos. 

Nuestros amigos de San Lorenzo fueron los más "abandonadores". Una estadística en la que ninguno quisiera figurar: la hinchada que más abandona. No es un invento. Método de mínimos cuadrados ordinarios. 

La ciencia, otra vez la ciencia. Economistas del Instituto Di Tella analizaron las recaudaciones de 1565 partidos de 1ra. división entre los años 1995 y 2000 viendo como variaban los ingresos por cada punto que el club avanza o pierde. 

Los peores fueron Huracán de Corrientes cuya recaudación descendía un 21% por cada punto perdido, seguido por San Lorenzo, que descendía un 12%, y luego Rosario Central (11,7%), Vélez Sársfield (10%), Boca Juniors (9,2 %), Argentinos (9,2%), River (7,8%) y Racing (7,7%). 

En dirección opuesta -se llame masoquismo o tenacidad- Platense se potencia con un aumento de 9% por punto perdido, seguido por Talleres de Córdoba, Chacarita, Colón de Santa Fe y Belgrano de Córdoba. 

Para criticar intento informarme y veo los partidos de San Lorenzo. Cuando pierden la posibilidad de pelear por un campeonato, en sus tribunas hay más banderas que gente (dicho en forma irónica, claro). Pero es un fenómeno comprobable. Como ejemplo va la foto que ilustra la "despedida" que le hicieron al "dream team de Tinelli" en el 2009, después de perder chances en el torneo local y la Libertadores. 

Eso si, rápidos de reflejos, cuando tienen rachas mediocres -seguramente asesorados por su gerencia de marketing- el club regala plateas en cantidad para intentar disimular el vacío en la tribuna opuesta al palco oficial, la enfocada de frente por las transmisiones de TV. Y la hinchada suele desplegar varios teloncitos pequeños a modo de patchword en vez de alguno grande. La “popu” parece un tendedero.




Por estas circunstancias podemos acusarlos de exitistas: solo apoyan cuando les va bien. Los economistas llaman al fenómeno "elevada volatilidad". En la cancha se le llama de otra manera.

Los quemeros les pusimos "San Silencio" porque cuando esporádicamente le ganamos el clásico o en rachas adversas, no cantan más: se dedican a putear mal a sus jugadores. Tristes cuando imitan a las hinchadas europeas con ampulosos movimientos acompasados de brazos. El costado positivo de su veta artística es su fama de introducir cánticos novedosos y ocurrentes que otros suelen imitar. Deberían profundizar esa vertiente compositora que alguna vez los destacó.

5) En las buenas rachas, tampoco llenan su cancha. No logran llenar su estadio ni ante buenas campañas. Hicieron el llamado "nuevo gasómetro" demasiado grande. Ya mencioné que, en plan marketinero, suelen regalar plateas de la tribuna que enfrenta al palco oficial.


Julio de 2009: el adiós al "dream team" de Tinelli.

No es el primer ni el único estadio que no se llena, sean grandes o chicos: Argentinos Juniors no llena nunca su “metegol”; Lanús de local, parece el visitante; Vélez Sársfield convoca menos gente en el Amalfitani que un recital de Luis Miguel, etc. No hay porque omitirlo, en Huracán rara vez hemos superado las 30000 personas de local y el inmenso Palacio Ducó siempre parece semivacío (nuestro promedio son 8000 a 12.000 hinchas por partido). Pero, si San Lorenzo dice ser lo máximo de la Argentina, resulta poco lo suyo. Bueno, está bien, lo que importa es la fidelidad. ¡Ah, pero si tampoco son fieles!

6) Azul-grana: colores irreconciliables. El azul y rojo que los identifica son irreconciliables estéticamente, no pegan, se autoexcluyen, como el azul y amarillo. Debería investigar si Dios los puso juntos en algún lugar de la naturaleza. ¡Intimamente sueñan ser el exitoso F.C. Barcelona! Alguno hasta usó el término "blau-grana" al hablar de la camiseta cuerva...

Imagen fuerte (cuidado gente sensible): foto del genio maligno con la camiseta de San Lorenzo. En esa época pocos sabían de la maldición que aparejaba cruzarse con el maléfico riojano pero Miele era muy amigo suyo. Luego, el inimputable ex-embajador norteamericano en Argentina, James Cheek, que adhirería al club del Bajo Flores. 






7) "La Gloriosa": tienen una ´barra brava´ muy particular autodenominada así y, como dije, destacada por muchos como muy creativa para incorporar cantitos de apoyo originales. Lamentablemente no tan gloriosa por utilizar armas de fuego muy seguido para abatir hinchas contrarios.

Un tema escabroso. Es difìcil no entrar en polémicas, pero para muestra está el asesinato de Ulises, en los noventa, desde las instalaciones de San Lorenzo con un tiro a mansalva cuando ingresaba a su estadio para un clásico.

En marzo de 2008 un descerebrado hincha cuervo mató de un tiro a uno de Vélez (Emanuel) cuando iba a su estadio. Los dirigentes de San Lorenzo, los de Vélez y los medios le echaron la culpa a Huracán porque ocurrió cerca de “La Quemita”, el campo deportivo del Globo que queda a pocas cuadras del "nuevo gasómetro", por la misma avenida. Incluso otro grupo de tontos rompió esas instalaciones en una supuesta venganza. Nadie se tomó el trabajo de desmentir nada ni pedir disculpas por las falsas acusaciones cuando se descubrió la verdad.

Ninguna “barra” es rescatable (normalmente son grupos de cobardes); tampoco los de Huracán (un grupo de mercenarios), pero autodenominarse “La gloriosa” parece otra desmesura. Sinceramente, desconozco si la llamada "La Buteler" (por el nombre de una pequeña plaza de Boedo) es lo mismo que decir "La Gloriosa" o es la facción predominante.











La vieja tapa del Gráfico parece visionaria: el cuervo amenazante armado con un "fierro", el quemero a puño limpio.  No es para enorgullecerse la bravuconada de la quema y robo de banderas contrarias. Menos aún, matar hinchas rivales a tiros. 

8) “Bailando con Tinelli”. Particular dependencia del club del empresario televisivo, el millonario Marcelo Tinelli. Un personaje inescrupuloso y sin mucha ética que sonríe a los poderosos y pisotea a los débiles. Hace un particular uso de los programas que produce ("Videomatch", "Bailando por un sueño", etc.) para difundir su pasión azulgrana y para regodeo de la tropa propia. Claro que puede propinarle un escupitajo al aire a un colaborador hincha de Boca por cargarlo en un mal momento cuervo o negarle un premio a un chico por no obedecerle y decir que era de S.Lzo. Pone y saca jugadores y técnicos, manipula voluntades, pero no se somete a las urnas. ¿Ganaría?

Tinelli con el presidente Savino y el DT Ramón Díaz, primera etapa.

PD: bueno, ya 2013, ganó como vice de Lammens y debo reconocer que pacificó los ánimos y se maneja con un bajo perfil que benefició al club. El tiempo y los propios cuervos dirán si tuvo éxito.


9) Los descensos. Muchos hinchas cuervos osan mofarse de Huracán recordando nuestros descensos a la categoría “B” pero ellos fueron el primer club grande en descender (1981). En los clásicos se burlan de los quemeros -que descendimos más veces- pero es muy fácil desalentarlos: le respondemos "vos la conocés"...



9) “El cenicero”. Construyeron el que llamaron "nuevo gasómetro" en una zona indefinida de la ciudad de Buenos Aires que puede ser el Bajo Flores, aunque otros dicen que es Villa Soldati. Los límites en los mapas son imprecisos, factor fundamental para una de las ideas fuerza que vienen.

Como si fuera poco, durante un tiempo se denominó extraoficialmente “estadio Fernando Miele", un ex presidente azulgrana con antecedentes similares a Carlos Saúl Menem, que fue enjuiciado hace poco por su oscura conducción al frente del club y fue misteriosamente sobreseído. Lo terminaron bautizando oficialmente “Pedro Bidegain".

Reconozco no conocer el estadio por dentro, lo cual me impide comentarios concluyentes, pero por sus características constructivas los quemeros le llaman despectivamente "el cenicero" porque no tiene cerrados los codos que dividen sus cuatro tribunas, lo cual lo asemeja a ese adminículo que recoge despojos. Un detalle que tampoco lo favorece estéticamente es el sistema premoldeado utilizado. Es realmente feo, más aún pintado con esos colores irreconciliables de los que le hablaba.

Es otro motivo de burlas porque el nuestro -en cambio- inaugurado en 1947, se denomina "Palacio Ducó" en homenaje a su promotor y justamente porque es un lujo arquitectónico proclamado monumento histórico de la ciudad de Buenos Aires. Aunque gozó de mejores épocas, tiene detalles aún sorprendentes. Se lo alquilamos durante un buen tiempo a nuestros amigos cuervos cuando se quedaron sin estadio unos catorce años, lo cual habla bien de aquellas dirigencias e hinchadas, con menos preconceptos y prejuicios. En su deambular, también alquilaron Ferro Carril Oeste, Vélez Sársfield, Boca y River Plate.






















10) "Vamos a volver a Boedo". Por más que parta de un sentimiento de pertenencia genuino, suena algo extemporánea esa propuesta por parte de muchos hinchas sanlorencistas. Algunos sostienen que dicha vuelta consistirá en lograr apoyo municipal para derribar alguna manzana capitalina y edificar más instalaciones deportivas al lado de su sede social o directamente quieren el estadio de fútbol en el lugar original.


En donde estaba el viejo "gasómetro" de Avenida La Plata se construyó en su momento el hipermercado "Carrefour sucursal San Lorenzo", lo cual le ha valido de parte de los quemeros y otros rivales, las bromas que medianamente podrán imaginar. Desde banderas alusivas al logo comercial supermercadista a bolsitas para alimentos colgadas como ornamento en los alambrados de las canchas que los reciben.















También hay "cantitos" hirientes como:

“¿De qué barrio sos?/
¿De qué barrio sos?/
¿De qué barrio sos-San Lorenzo- de que barrio sos?”

“¿A qué barrio vas?/
¿A qué barrio vas?/
¿A qué barrio vas-San Lorenzo- a qué barrio vas?”

Como decía arriba, perdieron su histórica cancha por errores propios en 1978 pero para tapar la burrada, y de paso darle carácter épico,  llaman "restitución histórica" a la campaña. Lo que no puedo creer es que tanta gente se haya tragado semejante sapo. Quién sabe, quizás sea entonces la última mudanza cuerva. 




Por último, otro detalle que suena loco: la que se considera la esquina más representativa del barrio de Boedo (avenida San Juan y Boedo) ha sido bautizada “esquina Homero Manzi” en honor a ese artista santiagueño magnífico… un reconocido hincha de Huracán…



















11) Los supermercadistas. Como si fuera una burla cruel del destino que no quisieron sortear, además de quedar pegados a la imagen del supermercado Carrefour por los motivos que explicara, decidieron acordar varios años como publicidad principal de su camiseta con la empresa norteamericana Wal Mart, del mismo rubro. ¡Deberían haber diversificado su cartera de inversiones!














12) Predilección por los arqueros y directores técnicos "vedettes": Saja, Orión, Migliore. Básicamente buenos arqueros, algunos de selección, pero charlatanes, faroleros, prepotentes y sobreactuados. Invariablemente todos terminan defraudando a su público en partidos decisivos y son puteados por su propia hinchada.  A Migliore le falta todavía un poquito para recibirse pero avanza a pasos agigantados hacia el título cuando aparece repetidamente alentando a Boca Juniors entre la barra xeneize y provoca demagógicamente -y sin éxito- a todo pateador rival de penales. Ha besado sucesivamente los escuditos de Huracán, Boca, Racing y San Lorenzo. Un caso de personalidades múltiples, el muchacho.

Hay un cantito de cancha que dice "que lo vengan a ver/que lo vengan a ver/ese no es un arquero es una puta de cabaret". Simbólico claro, pero les cabe. ¡Un arquero serio por favor!

La teoría podría extenderse a los directores técnicos que eligen: Oscar Ruggeri, Ramón Díaz, el Cholo Simeone, el más cercano Caruso Lombardi... caros, bravucones y/o grandilocuentes, capaces de disfrazar una derrota monstruosa en una epopeya deportiva para robar centimiles. Parece una política del club: perfil alto. Reconozco que Insúa y Russo fueron más sobrios, con Gorosito en un limbo intermedio.

PD: parecen recobrar ahora la cordura con Juan Antonio Pizzi. Y nobleza obliga: reconozco a los primos cuervos su poca paciencia con los técnicos que no mandan al equipo al frente a ganar en todas las canchas... ¡al final, nos parecemos en unas cuantas cosas! Me hicieron reír con sus rabietas hacia Caruso Lombardi, que logró poner en 2012 en contradicción intolerable su necesidad imperiosa de salvarlos del descenso  y el orgullo de los hinchas de equipo grande.

13) ¿Cuál es su clásico, señores? ¡Decidan por favor! Como se consideran el mejor club del país y más grandes de lo que son, mayoritariamente piensan que el tradicional clásico barrial con Huracán no es su “verdadero clásico" porque -como dijera- nos superan en las estadísticas con amplitud. Entonces aspiran que sea contra Boca Juniors, a quien les refriegan una supuesta paternidad (algo “debilucha” pues solo les llevan cinco o seis ganados de más en el balance general de una centena de partidos y recibieron un histórico e inolvidable 1-7 hace unos pocos años).

Surgen de ese planteo varios conflictos. En primer término, los boquenses no aceptan el tema porque su rival de siempre es River Plate y por lógica porque las copas nacionales e internacionales obtenidas hablan de longitudes de onda diferentes.

Algunos crearon una rivalidad con Vélez Sársfield pero los jocosamente llamados “pandilla de Liniers” o "floggers de Liniers" (por la poca cantidad de hinchas y una combatividad poco creíble), aunque tienen lauros internacionales realmente importantes tienen poca historia y sus clásicos barriales se dan contra Argentinos Juniors, Ferro Carril Oeste, Chicago o All Boys, todos clubes capitalinos cercanos.

Fútbol, fútbol, fútbol.

El que llegó hasta acá es porque conoce la pasión del fútbol en la Argentina, es “cuervo” o “quemero” y tiene un aguante estoico que le permitió soportar mi estilo de redacción gutural. El que abandonó y nunca leerá este párrafo pudo tener dos motivos: 1) no entiende como esta rivalidad pudo motivarme a  escribir esta nota; 2) no le gusta el fútbol lo suficiente. No hará falta que ensaye ninguna disculpa, entonces.


Presiento que algunos de mis amigos cuervos dejaran de comunicarse con la asiduidad de siempre si llegan a leer esto. Pero después de todo son muchos años de soportarme, así que de algún modo están preparados para lo peor. Y yo debo seguir mi destino: decir lo que pienso sin anestesia (asi me va).


Bien. Acá están mis motivos para mandar a San Lorenzo al oscuro octavo puesto del fútbol argentino. No me importa que Huracán esté aún por debajo. Se trata de reconocer la realidad  como primer paso para cambiarla: nosotros lo hacemos, los cuervos no la admiten.  Un beso en la reja. Horanosaurus. Octubre 2010 (con algunas aggiornatas).

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Una aclaración necesaria: los miserables del fútbol

Más allá de todo chiste (porque este relato tiene cosas en serio y cosas en broma en dósis variables), una aclaración bajoneante que creo necesaria: los clubes de fútbol de la Argentina –aunque atesoren pasiones increíbles- son en general un énclave favorable para los aventureros. Las instituciones de países subdesarrollados como el nuestro se van perfeccionando a paso de tortuga y, en el "vale todo capitalista" donde los que no tienen escrúpulos triunfan, son blanco propicio para el pillaje de pseudo-dirigentes. No importa que antes fue "el club de mis amores": ahora rapiñan en él. Algunos dicen "roban pero hacen" pero yo lo llamaría "robar en tu propia casa". Insostenible y denigrante. Los dos clubes que me ocupan aquí han sufrido y sufren todavía esta clase de basura.

No hace falta dar nombres, los hinchas los conocemos. Lo que lamento es que ninguno haya caído preso por el daño que hicieron. En Huracán podría ejemplificarlo con un ex presidente dueño de un comercio de lubricantes que terminó siendo dueño de pases millonarios de jugadores y fabricó amigos acreedores del club gracias a pagarés que les firmaba alegremente. En San Lorenzo, un bien vestido que puso muchos ladrillos que salieron el doble y una década después se libró de juicios en su contra vaya a saber con que artimañas que ninguno creyó.

Deberíamos continuar con la perversa relación de la mayoría de las comisiones directivas con las denominadas "barras bravas". No andemos con vueltas: son grupos de delincuentes que se supone son hinchas del club pero viven colgados de los favores de esos dirigentes miedosos o inescrupulosos. Entradas de favor para la reventa, porcentajes de jugadores, mensualidades, puestos de venta en las instalaciones, etc. Claro, ¿quién se les anima a estos violentos (que por su poca hombría andan en patota) si te cruzan todos los días en el barrio y conocen tu casa, tu familia, tu negocio? Los dirigentes no tienen la valentía suficiente para enfrentarlos y no reciben ninguna ayuda de las autoridades, que los conocen y muchas veces son sus cómplices.

Las declaraciones del abrumado presidente de Chicago en "Estudio Fútbol", canal TyC Sports, octubre o noviembre de 2009, fueron ejemplares y extensibles a la mayoría de los equipos del fútbol argentino. Su propia barra hizo bajar de categoría al club y se siguen matando entre ellos. ¿De qué pasión hablan? Priman los aprietes, la violencia, el delito. Ante la falta de acción e ineptitud de autoridades impasibles que van detrás de los hechos, los que pierden son los verdaderos hinchas, los de buenas intenciones.

Como me dijo alguien, quizás deberíamos aflojar con esta pasión y dejar de ir a las canchas para que el negocio se desvanezca, desaparezcan estos indolentes y la dirigencia del statu-quo. Pero también uno se pregunta: ¿porqué tenemos que perder los decentes si los que se ríen de la ley y sacan ventaja son estos delincuentes?  Pero es más fuerte que uno: como cuando éramos chicos y seguíamos viendo "Titanes en el ring" aún sospechando que todo estaba arreglado.

Los clubes penden de un hilo por culpa de estos primates. Como gran parte de nuestros políticos insensibles, como tantos empresarios, como los sindicalistas traidores, como los traficantes de drogas, es independiente de su educación formal; son homínidos que no evolucionaron en la escala zoológica y tienen que reencarnar unas cien veces para mejorar un poco.

Tanto Huracán como San Lorenzo sufren consecuencias parecidas ante los inescrupulosos. Nuestros dirigentes no son transparentes, son cuestionados por su aptitud para dirigir este tipo de instituciones, por sus relaciones non sanctas con representantes y conviven con barras de delincuentes de las que no podemos enorgullecernos: parecen defectos comunes que nos deben entristecer por igual y debemos luchar por cambiar. Horanosaurus. Octubre de 2010.

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